El Libro de la Vida

El primer libro que se editó fue la Biblia. Este libro es además, el libro que más ha sido traducido por mucho, el libro más vendido en todo el mundo. La Biblia está compuesta por diferentes libros, y menciona libros. Pero, sin lugar a dudas, el libro más importante relacionado a la Biblia, es el libro de la vida. El diccionario El Diccionario Teológico dice sobre El Libro de la Vida: “Libro celestial en el cual se escribe el nombre de los justos. Constituye el registro de los creyentes destinados a la vida eterna;  a los que se refiere el Señor cuando dice: ‘El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del Libro de la Vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles.’” Debemos entender entonces que cuando el Señor dice que no borrará los nombres de los que vencieren significa que los nombres de los que no perseveren serán borrados del libro.

 

El diccionario dice, además: “En el juicio final todos los que no se hallen inscritos en el Libro de la Vida, serán consignados al lago de fuego; porque este libro es del Cordero inmolado que ha hecho su elección desde la fundación del mundo.” El apóstol Juan se refiere a éstos cuando en el Libro de Apocalipsis (capítulo 17:8) dice: “Aquellos cuyos nombres no están escritos en el Libro de la Vida, se asombrarán viendo la bestia que era y no es, y será.” El Libro de la Vida es una realidad; es en sí el registro de todo aquel que reconoce a Cristo como su único y suficiente Salvador y Señor. Ese libro no tiene costo alguno; el precio fue pagado en la Cruz del Calvario por nuestro Señor Jesucristo, y está disponible para todo el que cree a la Palabra de Dios. Todo aquel que es fiel a Dios, que honra al Señor, y persevere hasta el fin, tendrá su nombre inscrito en ese libro.

 

Ahora, ésta debe ser tu oración para mantenerte firme y fiel a Dios: Señor, dame el día de hoy fe para seguir adelante;  grandeza de espíritu para perdonar; paciencia para comprender y esperar; voluntad para no caer; fuerzas para levantarme, si estoy caído; amor para dar al prójimo. Dame lo que necesito, y no lo que quiero. Dame elocuencia para decir lo que debo decir. Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos y mi familia. Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos. Haz de mí un instrumento de tu voluntad. Déjame saber qué es lo que Tú quieres de mí. Dame tu paz para compartirla con quien no la tenga. Nunca te apartes de mí; sin ti, nada puedo hacer. Déjame sentir siempre tu presencia. Glorifícate en mí, oh Dios. Y gracias, Señor por haber escrito mi nombre en el Libro de la Vida. (Ap. 21:27)

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Last Updated: 12 de septiembre de 2005