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Las Hermanas Fox
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El espiritismo moderno comienza en el año 1897 en Hydersville, New York, E. U.A., en una granja donde vivía la familia Fox
con sus dos niñas Margarita y Katie.
Las niñas oyeron los golpes y trataron de hacer un ruido parecido, chasqueando los dedos. Mi hija menor, Cathie, dijo: «Señor
Slipfoot, ¡haga como yo!», golpeando las manos. El sonido dio inmediatamente la misma cantidad de golpes. Cuando ella se detuvo,
el sonido cesó un rato. Entonces Margaretta dijo, en broma: «No; haga como yo. Cuente uno, dos, tres, cuatro», golpeando las
manos al mismo tiempo, y los golpeteos volvieron como antes. Tuvo miedo de repetirlo...
Acudieron vecinos a verificar lo que ocurría; ellos también escucharon los golpes, hicieron sus propias preguntas y recibieron
respuestas. Al día siguiente llegaron más visitantes y por la noche, a petición del espíritu, algunos hombres se pusieron
a excavar en el sótano, para ver si podían comprobar la historia; desgraciadamente el pozo se llenó de agua y hubo que abandonar
el intento.
El fenómeno se convirtió en la atracción principal del aburrido pueblo de Hydesville. La hermana mayor de la familia, Leah,
que tenía buen ojo para esto de los negocios, decide poner precio a los curiosos y a los investigadores. La recaudación podía
ascender a 180 dolares por noche, una auténtica fortuna si tenemos en cuenta la época.
Pero el negocio no se limita a los estrechos límites de la casa. Las niñas descubren que el espíritu las acompaña allá
donde vayan, sumisamente dispuesto a responder las preguntas del público. Así que la familia Fox emprende una auténtica gira
internacional, que les lleva a hacer exhibiciones en la Casa Blanca o para la reina Victoria.
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En 1850, un médico llamado E.P. Langworthy, informa al The New York Excelsior que de fantasmas nada, tú, que los ruidos lo
hacen las niñas con las articulaciones de los pies, como él ha podido comprobar. Otros profesionales que entraron en contacto
con las niñas, llegaron a conclusiones similares. Uno de ellos, Charles Chauncey, llegó a publicar un libro sobre el fraude
espiritista, donde mostraba hasta diecisiete maneras diferentes de reproducir los ruidos (el nombre técnico es raps) asociados
a los espíritus. Tres médicos de la universidad de Búfalo, que también sometieron a estudio a las niñas, detectaron también
el fraude, y lo publicaron en el The Buffalo Medical Journal.
el 24 de septiembre de 1888 Margaretta (entonces señora Kane) comunicó a un periodista del New York Herald que tenía la intención
de revelar que su actuación como médium había sido un engaño desde el principio basta el fin. Su hermana menor, Catherine
(entonces señora Jencken) acudió desde Inglaterra para apoyarla. El 21 de octubre se congregó en la Academia de la Música
de New York una gran multitud que quería oír la confesión. "Estoy aquí esta noche para denunciar, como una de las fundadoras
del espiritismo, que todo ha sido un engaño desde el principio al fin, que se trata de la más absurda de las supersticiones,
la más vil blasfemia conocida en el mundo."
No contenta con eso, Margaretta se quitó un zapato, y demostró como producía los sonidos que tanto había fascinado al público
durante décadas.
Aunque parezca increible, esa confesión no logró enterrar al espiritismo en el terreno de la más absoluta superchería.
Todo lo contrario. Inició una nueva religión, donde pesaba más el impulso de la fe que cualquier evidencia racional.
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De esta manera se les reveló como Charles Rosma, casado y buhonero de oficio, quien, a la edad de 31 años, fue asesinado por
un tal John Bell, herrero y antiguo inquilino del hogar de los Fox. Según se decía, el cuerpo de la víctima había quedado
impune. Hechas las oportunas excavaciones, aparecieron restos de un esqueleto humano en el lugar indicado.
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