“ECOALDEAS Y COMUNIDAD ORGANIZADA”

(Por la desmetropolización argentina”)

Por Alfredo Armando Aguirre

https://choloar.tripod.com/choloar.html

NOTA: Publicado en  el Portal Energético Internacional "Gabinete Paralelo"

Año XXIV, 01/10/2007, http://gabinete.org.ar/Octubre_2007/aguirre.htm

En la presente comunicación, redactada en el final del invierno austral de 2007, no puede uno menos que hacer explicito que la misma es una de las exégesis posibles de aquel documento que publicara desde su exilio de Madrid en Febrero de 1972,  el General Perón,conocido como “Mensaje a los gobiernos y Pueblos del Mundo”.Dicho documento-todo un pródromo de nuestro acontecer - se formulaba casi en simultaneo con la formulación de la hipótesis Gaia de Lovelock  y el Informe Meadows, sobre "Los limites del crecimiento".Una movilización intelectual que culminaría en la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente, realizada en Junio de ese año, y que constituiría el hito  fundamental en el proceso que conduciría a la “Agenda XXI”, dos décadas después.

En los días que corren, en un acontecer de globalización asimétrica, las hipótesis estrechamente interrelacionadas del “calentamiento global” y el “petrocolapso”, parecen tener un grado de consistencia que conminan a preparar los espíritus para traumáticas emergencias, muchas de las cuales se vienen haciendo sentir con distinto grado en distintos lugares de nuestra casa común: El planeta Tierra.

Mas “nuestro lugar en el mundo”, es la Argentina, y somos de la opinión que debiéramos ser proactivos y generar aportes propios para abordar las emergencias, y no esperar soluciones pergeñadas desde los fanales de esta mundialización asimétrica  concentrados en el G-8 y la OMC, para comenzar a receptarlos pasiva o críticamente.

Existen a pesar de nuestros pandémicos disensos, algunos acuerdos mínimos, acerca que los problemas inerciales de la Argentina, que en nuestra opinión deben ser ponderados a la hora de dar respuestas creativas y participativas a la problemática en ciernes.

También existen, dispersas, iniciativas públicas, privadas y comunitarias, demostrativas de la existencia de una cantidad creciente de personas concientes de los momentos que se avecinan. Se nos hace que a ello ha contribuido la apropiación de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, por la que circula una linfa de contenidos, que resultan funcionales a la creación de conciencia y a la elaboración o reelaboración de respuestas, que podríamos resumir como las que apuntan a  generar una fluencia de “desmetropolización” de la Argentina.

Se nos hace muy substanciosa a ese propósito la noción de “ecoaldea” o “aldea ecológica”.

Tenemos muchas reservas con las soluciones “base cero”o “ex nihilo”.Con esto queremos dejar claramente explicitado que no postulamos en modo alguno el trasplante de la noción de ecoaldea, tal cual se viene haciendo en los casos que se van conociendo.

Más bien, lo que insinuamos a nivel de esbozo (tomando la denotación que los arquitectos dan a este término), es utilizar flexible y creativamente la noción de ecoaldea, para visualizar los potenciales existentes en el presente flujo vital argentino, obviamente enraizado en nuestro acontecer cultural, portador de un acervo vivencial y documental no desdeñable, como aquel cuasi profético mensaje de 1972, mencionado precedentemente.

El desequilibrio demográfico argentino, ya era ostensible en los guarismos del Censo de 1914.Ese año, sería un momento culmine del proceso de despliegue de la red ferroviaria argentina, que había trepado desde los 2.500 kilómetros en 1880 a los 33.000. Y puede sostenerse que el resto de los ramales ferroviarios que alcanzaron, los casi 45.000 kilómetros, son trazados diseñados y autorizados en este periodo 1880 – 1914.

A nuestros propósitos, importa resaltar que esta red ferroviaria acompañada por la red telegráfica y enlazada por la navegación de cabotaje marítimo –fluvial y de ultramar, consolidó la red de asentamientos humanos que configura la organización del territorio argentino desde entonces.

Resulta paradójico que la traumática sustitución de gran parte de la red ferroviaria y de cabotaje, por el complejo automotor- camino pavimentado, no altero dicha configuración, a la que se fueron sumando otras redes y la consecuente masa de interacciones económicas, sociales, políticas y culturales.

Otra característica de la red de asentamientos así constituida, fue la concentración demográfica en algunos pocos puntos de la misma, que devinieron en áreas metropolitanas, la mas significativa cuantitativamente, la de la ciudad de Buenos Aires y su Conurbano.

Este proceso de complejos desequilibrios multidimensionales, quedó en situación de riesgo potencial a partir de 1973, cuando la OPEP sinceró la cotización del petróleo: Dado que el país había impulsado el autoabastecimiento de hidrocarburos, que soportaba la expansión del complejo camino pavimentado- automotor, la necesidad de imponer racionamientos energéticos se ha dilatado hasta nuestros días.

También hicieron su aporte a esa dilación,  la implementación de los emprendimientos hidroeléctricos, así como la puesta en marcha de dos centrales nucleares.

En otros términos, que la movilización de las actividades del país por hidrocarburos sólidos primero, y líquidos y gaseosos luego, ha sedimentado una cultura cotidiana, que tomaba como constante la disponibilidad de combustibles y a un costo relativamente accesible.

Mas allá de las disfucionalidades, y los costos del funcionamiento de este esquema socio- productivo, que podríamos emblematizar en los ocho millones de vehículos automotores que circulan en el país, lo concreto es que en un plazo mas o menos perentorios, la cotización del precio de los hidrocarburos y la necesidad de preservar para las generaciones venideras los recursos energéticos disponibles, conminarán a un cambio substantivo de los perfiles habituales de conducta de los argentinos.

Se nos hace que una modificación cuantitativa, de la red de asentamientos humanos existentes y la minimización del parque automotor, forman la “corriente principal”, de los cambios que apunten a ese cambio de perfil conductual.

Nótese que cuando nos referimos a “modificación cuantitativa”, es porque entendemos que la redistribución de la población debe vehiculizarse sobre la red preexistente, que cuenta con un importante patrimonio para tales propósitos.

Para acercarnos en materia de precisiones, consignemos que la red se compone de alrededor de 1450 asentamientos superiores a los 600 habitantes. No es aventurado arriesgar que existen un 50 % mas de asentamientos con poblaciones inferiores a las 600 personas (Estos asentamientos como casi todos los anteriores son consecuencia de los trazados ferroviarios existentes o levantados).

Es curioso, comprobar como en cada uno de esos asentamientos la cotidianidad de sus habitantes se encauza en gran parte a través del triangulo escuelas primarias- secundarias; entidades de bien publico y municipios; y que existe una “calidad de vida”, que se ha perdido en las grandes áreas metropolitanas. En esos asentamientos hay una batería de recursos que están subutilizados. Es obvio que la configuración de recursos cambian con cada asentamiento específico

Además, como consecuencia de la codificación postal vigente desde 1975, se han establecido alrededor de dos mil circuitos, que suponen esquemas de relacionamiento miniregional, que visualizamos de mucho potencial, para comunidades que funcionen con una matriz energética y productiva substancialmente distinta de la existente. Cuando uno pasa por el tamiz conceptual de la ecoaldea o de la aldea ecológica, la cotidianidad de  nuestros” pequeños y medianos pueblos argentinos, puede inferir las posibilidades concretas que dichos asentamientos ofrecen para una desmetropolización de la Argentina signada por una alta calidad de vida.

Consultando la documentación de las “ecovillages” existentes, no es infrecuente verificar que en esas experiencias extranjeras, se hacen cosas que formaron parte de la fluencia vital argentina, particularmente la del interior, hasta hace medio siglo atrás.

Así el caso de los contenidos del Almanaque del Ministerio de Agricultura y Ganadería, editado entre 1925 y 1954: Así el caso del llamado “Hogar Rural”. Así el caso de los “lotes acelerados”que combinaban ferrocarril y correo. Así el caso del Profesorado de Economía Doméstica.

Ante situaciones de emergencia de envergadura, como las que se han instalado en nuestros horizontes existenciales, es auspicioso saber que existen, como afirmamos mas arriba, iniciativas publicas, privadas y comunitarias, que sugieren una toma de creciente conciencia de a situación. La Ley General del Ambiente 25.675, General del Ambiente, que instrumenta lo establecido en el Articulo 41º de la Constitución Nacional, reformada en 1994,da sustento legal, a lo que dichas iniciativas, como otras que se vayan sumando, vayan dando respuestas circunstanciadas que serán diversificadas por la heterogeneidad  multidimensional de los respectivos asentamientos.

El tema esta tan presente en los medios de comunicación, que no queremos ser redundantes en la presente comunicación. Tan solo deseamos enfatizar en la necesidad de tomar creciente conciencia acerca de la necesidad casi imperiosa de cambiar nuestros estilos de vida. Afirmación esta ultima que puede resultar fácil de enunciar, pero que presenta dificultades al momento “de las efectividades conducentes”.

Una comunidad organizada sobre la base de redes dinámicas de ecoaldeas, donde las personas mediante el uso intensivo de sus inteligencias y la organización libre de sus micorregiones, puedan desplegar a pleno sus respectivas potencialidades, es en nuestra óptica una de las exégesis posibles de implementación de aquel mensaje de Perón enunciado en 1972.

Buenos Aires, 07 de septiembre de 2007