“DE
Alfredo Armando Aguirre * Alfredo A. Aguirre * Alfredo
Aguirre
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Cuando como en nuestro caso, se adscribe a los abordajes
conceptuales tipo “holístico”, donde lo caótico y lo ordenado coexisten; donde
la causa es efecto y el efecto es causa, y donde la parte esta en el todo y el
todo en la parte; uno encuentra algo complicado abocarse a un aspecto de la
realidad indesglosable del contexto global y cambiante.
Así donde “hasta el pelo más delgado/ hace su sombra en el
suelo”, uno puede imaginar un acontecer como una suerte de gema de enésimas
(que no es lo mismo que infinitas) facetas; y luego, escoger en función de los
propios intereses y/o preferencias una faceta de ese acontecer global,
procurando no olvidar la pertenencia de esa faceta a ese contexto. Y quien dice
faceta, dice variable o dimensión
El tema de la presente comunicación intentará ser el de la
fluencia o flujo vital argentinos y el del desarrollo del “profundo “argentinismo” cultural”.
Partiendo de supuestos como
que “la realidad es producto de la imaginación”, o como que “tan sólo
podemos ver afuera lo que tenemos dentro”, se diluyen los límites que pudiera
haber entre una visión desapasionada y aséptica del acontecer argentino, y una
imagen deseable para una realidad futura para ese acontecer. Dicho de otra
manera la prognosis estará inmersa en el diagnóstico.
Si bien, asumimos deliberadamente el transito por lo
monográfico, nuestra comunicación (que es conducta), no nos exime de formular
impresiones sobre el acontecer en general, ya que de otro modo se tornaría
imposible la comunicación.
Así las cosas, comienzo por afirmar que la masa de
interacciones que se vienen generando entre los que habitaron y habitan, lo que
los mapas identifican como Republica Argentina, configura un acontecer del que
solo tenemos visiones parciales y distorsionadas. De allí colegimos que seria
un aporte interesante, contribuir a contar con visiones más planares del
acontecer argentino pasado y presente, con miras de extraer conclusiones de
provecho para el futuro.
No es de ahora nuestra opinión acerca que no contamos con diagnósticos exhaustivos
de la cuestión argentina. Pareciera que ello es atribuible a que los ejercicios
interpretativos quedaron sujetos a las disputas políticas e ideológicas en
medio del cual eran formulados esos diagnósticos. La imparcialidad es nada más
que una loable expresión de deseos.
Como que somos inescindibles del contexto en que nos toca
desplegar nuestra parábola existencial- un adulto del año 2006 del calendario
gregoriano- vivenciamos con intensidad la traumática irrupción del fenómeno
conocido como TICs, emblematizado por
Aun con innegables restricciones, las Tecnologías de
Quienes como nuestro caso, veníamos en las épocas “Pre-TICs”
con una intensa actividad investigativa, nos hemos subido a estos portentos
tecnológicos y, reiteramos, ello nos permite ampliar a niveles muy superiores
tanto la masa de informaciones como el bagaje conceptual, para estudiar y/ o
operar sobre las realidades con las que nos sentimos comprometidos.
No sin antes reconocer, que las consideraciones previas son
aplicables a cualquier franja del acontecer humano,”nuestro acaecer” es el
argentino. Desde el mismo nos aventuramos a la globalización o mundialización,
insita en las TICs. Y hacemos una apropiación crítica y, en la medida de
nuestras capacidades, de todo lo que ello comporta.
Todo ello reafirma nuestras impresiones “pre -TICs” en el
sentido a que hay visiones alternativas de
Mas allá de las concepciones de esos sectores (muy vinculados
ellos a los localizados en el llamado “Primer” mundo), las que se irradian por
los medios de comunicación de mayor impacto; más allá de ese plexo de afectos y
intereses, coexisten traumáticamente “otras Argentinas”.
A hacer más visibles a esas “Argentinas” va también la
presente comunicación
Y en nuestra óptica no podría ser de otra manera, porque para
remontar un cuadro de situación que catalogamos como indeseable en función de
las potencialidades del capital humano y los recursos naturales con que cuenta
el país de los argentinos, es ineludible hacer una suerte de “inventario” de
ese potencial humano y material, que nos permita formular propuestas
alternativas para hacer un aporte contribuyente al sustantivo incremento de la
calidad de vida de los argentinos, así como para contribuir a paliar la
situaciones de inequidad que atraviesan el Planeta Tierra.
Somos de lo que postulamos una suerte de reivindicación de lo
que se conoce como “perogrulladas”. Se nos hace que el hábito de dar por
supuestos, a la hora del análisis, algunos conocimientos, de traduce a la larga
en la poca sustentabilidad de los resultados obtenidos. En alguna medida el
empleo de los algoritmos para el desarrollo computacional, puede ser
interpretado también como una revalorización de las perogrulladas. Así nos
parece relevante consignar en un abordaje de tipo holístico como el presente,
realizado a comienzos del año 2006, repito de calendario gregoriano, que somos
alrededor de 6.400 millones los habitantes de la nave Tierra, 38 de los cuales,
transcurren sus parábolas existenciales en el sector identificado en los mapas
como Republica Argentina. Ello genera una masa de interacciones de diferente
intensidad y calidad tanto entre los aproximadamente 38 millones de argentinos,
como entre los 38 millones y el resto de los tripulantes de la nave Tierra. Y
al decir interacción, creemos que lo global afecta a lo local y viceversa. Y
esa masa casi inimaginable de interacciones no se da sobre una suerte de “base cero” sino insertas en
las interacciones precedentes, es decir en las respectivas culturas, de donde
cada tripulante de la nave Tierra ha nacido y se ha criado. Por eso, si cultura
como sostuvo Romano Guardini “Es todo lo que el hombre hace crea y conforma”,
ello también es aplicable en tempo pasado y proyectable en tiempo futuro,
habida cuenta de las invariantes de la condición humana. Cada uno de nosotros
esta siendo, influido de lo que hicieron, crearon y conformaron los que lo
precedieron en sus respectivos entornos próximos y aun lejanos; y es explicita o implícitamente, influyente
de lo que acontecerá a los que lo precedan. Y ello es válido, sin desmedro de
la libertad asumida como uno de los motores básicos de la aventura humana.
Por lo inmediatamente precedente creemos que cada argentino o
argentina, cualquiera sea la franja etaria, capacidad psicofísica, nivel
socioeconómico, grado de instrucción formal alcanzado, o sitio de residencia,
esta en capacidad y aptitud, si así lo quiere de hacer algún aporte a la
fluencia vital argentina. Va de suyo que quienes no hagan aporte o participen,
se considera que tácitamente, permiten
el desarrollo de las voluntades que participan. Se participa en la saga humana
en general y la argentina en particular por el mero hecho de existir.
Nos parece adecuado, en orden a los propósitos explícitos de
la comunicación en curso, recordar algo expresado por Hernán Benítez, en su
“Aristocracia frente a
Las distintas escuelas psicológicas concuerdan lo definitorio
que resultan los primeros cinco o seis años de vida en cada parábola personal.
Aunque la concordancia no es tanta, algunos arriesgan hasta condicionamientos
conductuales de tipo genético. Lo que resulta ostensible es la influencia de la
cultura portadora del grupo primario de cada párvulo en su formación. Esa
impronta cultural fundacional, resistirá
la educación formal posterior. Y a esa influencia definitoria del grupo primario
familiar, se sumará la del entorno geográfico inmediato: el barrio, el pueblo,
la comarca rural. En esos ámbitos geográficos, el niño o la niña se irán
socializando en las entidades de bien publico, en los establecimientos
educacionales y por los medios de
comunicación.
Se nos dirá que este proceso es universal y que las
reacciones de los individuos son similares atentos las invariantes de la
condición humana. Así es, pero lo que acentúa las diferencias propias de cada
personalidad es la influencia del entorno, de aquello que Rodolfo Kusch (1922-1979)
denominó como “geocultura”.
Esa geocultura comporta aspectos de lo que otrora se
denominaba “geografía física”, paisaje incluido y de la que también otrora se denominaba “geografía humana”. La
literatura, con sus códigos abiertos de creación sintetiza la expresión: “Cada
comarca en la tierra tiene un rasgo prominente”. Y así cada barrio, pequeña
población o comarca rural, imprimen unas características comunes a sus
habitantes. Características que son de casi imposible ponderación en términos
de la” ciencia experimental matemáticamente formalizada” (Juan Bernardo Pichon
Riviere dixit- 1971) y que no implican la anulación de las irrepetibles
individualidades, pero que resultan palpables para el observador de la vida
cotidiana de los argentinos.
A esos perfiles que caracterizan barrios, pequeñas y medianas
poblaciones, y comarcas rurales, y mas aun dentro de ellos a las instituciones
educativas y a las entidades de bien publico, se les suele denominar en idioma
ingles como “belonging”, algo así como “sentimiento de pertenencia” o de
comunidad. Y así partiendo del grupo
primario familiar se engarzan en el
respectivo barrio, pueblo o comarca, a través de las instituciones educativas y
las entidades de bien publico, los sentimientos de pertenencia de cada persona,
que le dan una suerte de matriz cultural que lo acompaña a lo largo de su
existencia permanezca o no en el sitio inicial de residencia. A esta postura
básica, algunos le han denominado “comunidad”, otros “lo familístico”, otros
anticipadamente lo folklórico (folk). De
alguna manera se ha hecho patente este tipo de fenómenos ante lo urbano y lo
contractual: Y en forma confrontativa: Lo familístico Versus lo contractual, lo
folklórico frente a lo urbano. No obstante nos da la impresión( y aclaramos que
empleamos en termino “impresión”, como el resultado de las conclusiones que
sobre la temática que venimos desenvolviendo en esta comunicación hemos llegado
a esta altura de nuestra parábola vital), que tales confrontaciones, no son mas
que conclusiones académicas, ya que en el acontecer se percibe mas bien una
suerte de compenetración de esas polaridades, y de otras tan relevantes como
las expresadas, no exentas de las cuotas de cooperación y/o de conflicto que
acompañan toda conducta humana.
Circunscrito a la fluencia o flujo vital argentino pasados y
en curso- sin olvidar las interrelaciones con los contextos continentales y
planetarios, así como sus influencias inerciales previas- vale comentar que el
proceso de formación del estado Nacional argentino a partir de 1810-1813 -1816,
fue generando una actitud de pertenencia nacional en la que están subsumidas
con intensidad creciente a medida que se acercan a los respetivos habitats, las
distintas pertenencias. Con ese plexo de
pertenencias incluidas, los argentinos contemporáneos afrontan el fenómeno de
globalización/mundialización en curso.
En un trabajo reciente (“Por una
desconcentración demográfica argentina”), algunos de cuyos contenidos se
repiten y/o se amplían en el presente, hemos aludido a la noción de “visibilidad” y sus
posibilidades, las que estimamos muy sugerentes. En ese sentido, se pueden
hacer “visibles”, estudios y registros hechos en el pasado remoto y reciente
(aunque Pre- TICs) por observadores de la realidad argentina: Dicha visibilidad
incluye ya sea la resignificación a la luz de nuevas herramientas de análisis
otrora no disponibles, ya sea el conocimiento por nuevas camadas de estudiosos
que no habían tenido acceso a dichos documentos, por una viscosa circulación de
la información o por conocimientos a destiempo.
En ese trabajo que mencionamos, nos referíamos a una
posibilidad que abren las TICs y en particular los motores de búsqueda, tipo
Google. En uno de los sitios Web, donde se ofrecen cuentas de correo
electrónico gratuita, existe un vínculo (link) que lleva a los periódicos
argentinos que han habilitado su propio sitio. Atento cada ciudad importante en
términos demográficos tiene su periódico, normalmente de larga trayectoria, y
dado que esos medios brindan información de su región de influencia; en la
actualidad es posible a bajísimo costo, tener un panorama actualizado del
acontecer de gran parte de los asentamientos humanos de
En lo que hace a los contenidos provenientes del pasado argentino; se
perciben también visiones distintas de
Como en las perspectivas hologramáticas, según las cuales el
todo esta en la parte, los ejemplos amplifican su potencial aclarativo, vamos
a mencionar a obras y autores que nos
permiten tomar conciencia del flujo vital argentino precedente a 1880,
consignando más adelante porque escogimos esa fecha. Así el “Facundo” de
Sarmiento(1845), “Una Excursión a los Indios Ranqueles”, de Mansilla (1871);
“El Martín Fierro( 1872 y 1879), la producción folletinesca de Eduardo
Gutiérrez(“Juan Moreira”(1879); “La ciudad indiana” de Juan Agustín
García”(1900), “El País de
Del listado no exhaustivo de las obras mencionadas, nos
produce cierta perplejidad, cierto desconocimiento de la riqueza de sus
contenidos, algo así como solo se hubiera recogido de ellos la belleza formal
de sus expresiones. Tal vez pueda suponerse que al haberse impartido en los
niveles primarios y secundarios del sistema educativo formal, la edad de los
educandos comportaba limitaciones en su comprensión. Tal vez pueda hipotizarse
que durante un tiempo las ciencias de la conducta o de la cultura, encandiladas
por las posibilidades de la “ciencia experimental matemáticamente formalizada”,
las descalificaran considerándolos como meros “ensayos”.Lo concreto es que ha
habido excepciones a la corriente principal(mainstream), como son los casos de
las obras de Carlos Astrada, Bernardo de Canal Feijoó, Saúl Taborda, José Imbelloni, Ezequiel Martínez
Estrada, Carlos Molina Massey, Rodolfo
Gunther Kusch, Fernando Pages Larraya, entre otros, que de algún modo
construyeron un enlace entre aquellos autores y
Estudios como los realizados por Ataulfo Pérez Aznar y Juan
Alvarez (“Las guerras civiles argentinas”), confirman que a partir de 1880,
disminuyó la intensidad y la virulencia de las luchas intestinas, casualmente
con los cruentos combates librados en
distintos puntos de la ciudad de Buenos Aires, que según Saldías, dejaron 4.000
muertos y 10.000 heridos. Sobre ese luctuoso suceso, se basó la
“federalización” de Buenos Aires, y a partir de allí su puso en marcha sin
obstáculos mayores, la partitura que
adelantara Belgrano desde el Consulado en 1794 y predicaran los ingleses desde
Montevideo, mediante su boletín “
Para el análisis del acontecer argentino, este “momento
(1880-1914), representa una suerte de punto de inflexión, insoslayable a la
hora de la interpretación. Es posible que las realizaciones materiales del
periodo, induzcan a la sobrevaloración de la etapa. Por ejemplo nos impresiona
el salto que implica que la red ferroviaria trepara desde los
Mas no sólo las “memorias” familiares se proyectan a nuestro
presente, sino también la inercia de realizaciones publicas y privadas, y los
marcos legales pertinentes. Muchos de los proyectos esbozados en esa época, se
implementaron luego. Y esa implementación se realizó conflictivamente, sea por
las interrupciones al estado de derecho acaecidas a partir de 1930, que se
prolongarían hasta 1983; como la representada por la abrupta sustitución del
sistema ferroviario, implantado por los intereses ingleses por el sistema
automotor alentado por los intereses norteamericanos. Sustitución que en
nuestra opinión ha causado graves perjuicios estructurales y profundas
deseconomías en el funcionamiento de
Es dable comprobar que la red de asentamientos urbanas
perfilada entre 1880 y
Sobre esas instalaciones o mediante algunas de ellas,
discurrían los aspectos espirituales o
culturales de la vida cotidiana de las personas. No obstante que cada existencia humana concreta tiene una duración
limitada, las mismas son ultrapasadas por las influencias culturales recibidas
y los legados aportados respectivamente. Así volviendo al emblemático 1880,
debemos perogrullescamente recordar que a esa fecha habían transcurrido tres
siglos desde la segunda fundación de Buenos Aires. La primera fundación estable
española (Santiago del Estero) databa de 1553.El poco conocido Molina Massey,
citado mas arriba, apunta un hecho que en su momento parecía casi anecdótico,
pero que a la luz de nuevos esquemas analíticos, resulta sugerente. Juan de
Garay era vasco y los que lo acompañaban eran mestizos hijos de españolas e
indias guaraníes. Reforzando esta líneas interpretativas a la que adscribimos, en el libro colectivo
“Folklore”, publicado en 1959, que dirigía José Imbelloni, estudioso italiano
que hizo gran parte de su trayectoria académica en Argentina, expresa
(reproduciendo una conferencia suya de 1942), que el “flujo vital indio” era
mayoritario y que la presencia española estaba reducida espacialmente.
Debemos recordar, tal cual menciona Pages Larraya en “La última
noche de
También Imbelloni, hace alusión a otro componente de la
argentinidad, cual es el aporte de la africanidad negra, que en forma de
esclavitud comenzó a ingresar a tierras argentinas desde principios del siglo
17. Los africanos habrían de miscegenizarse con blancos, y con indios. Sobre
esa base de mestizos, mulatos y zambos, dominados por una minoría española que
hacia gala de heterodoxia frente a lo imperante en la metrópolis, habría de
llegar con la influencia borbónica, las ideas del iluminismo, reiteramos
institucionalizadas en
Ello se concretaba en la adopción de una Constitución,
tomando como referencia el texto norteamericano y el suizo, y plasmando en la
misma un proyecto de país: El que claramente habían señalado Rivadavia,
Sarmiento y Alberdi, estos dos últimos protagonistas de los acontecimientos, e
insinuado por Belgrano. Este Proyecto, quería hacer de
Así, hoy resulta claro que se crearía una convivencia
traumática entre los que mayoritariamente integraban mayoritario polo arcaico
“transoccidental” y el minoritario, más poderoso polo “occidentalizador”. Por
debajo de las luchas políticas no
exentas de picos de violencia ha sido esta convivencia traumática, la que ha
caracterizado el devenir argentino y amenguado sus posibilidades en orden a la
calidad de vida.
Esto que a vuela pluma venimos desplegando, apunta a la
necesidad de hacer “visible” en toda su dimensión esa fluencia o flujo
vital real de
Por lo que venimos enunciando panorámicamente y con todas las
limitaciones inherentes a la comunicación monográfica, hemos procurado esbozar a muy grandes trazos,
lo que nosotros consideramos la fluencia o el flujo vital argentino. En el
mismo que intenta ser abarcativo de la diversidad y plural y étnica, así como
de la sinergia que generan alrededor de 38 millones de personas interactuando, queda
implícita una suerte de postura político ideológica, habida cuenta la
reticencia de los minoritarios sectores “occidentalizantes” de admitir que hay
otras cosmovisiones cuantitativamente superiores que procesan sus problemáticas
cotidianas desde otros valores.
Hacer “visibles” a las otras maneras de vivir que hay en
Por ello hacer
“visible” a la fluencia vital argentina es desarrollar un profundo argentinismo cultural. Una manera participativa,
creativa y descentralizada de procesar desde nuestros barrios metropolitanos,
desde nuestras pequeñas y medianas poblaciones,
desde las comarcas rurales, aquella triple crisis ecológica, alimentaria
y energética planetaria que denunciara la carta de Machu Picchu de 1977, y que
tomara jerarquía en las preocupaciones
de los organismos internacionales con
Ante una fluencia vital caracterizada por la diversidad, la
contradicción, la complejidad, la incertidumbre, la imprecisión y el
descontrol, resulta hasta enfermiza toda puntillosa planificación. Lo que sí
resulta racional es actuar informado responsablemente y solidariamente en los respectivos hábitats y alentar
creativamente las medidas de coordinación y enlace que posibilitan una
optimización creativa de lo existente conducente a una calidad de vida que sea
compatible con el “lugar en el mundo” que a cada uno le toque en suerte y que
sea sostenible en el tiempo no solo para la propia existencia, sino para
las generaciones venideras
Redactado entre el 24/01/2006 y el 02/02/2006