¡Proletarios de todos los países, uníos!
VOLANTE INTERNACIONALISTA
Hoja editada en catalán, español, francés, inglés e italiano por el
COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
Núm. 3 — 6 de agosto de 1999 — Precio: apoyo
Correspondencia (escribir -sin otra mención-): Apartado de Correos nº 265 - 08080 - Barcelona (España)
E-mail:
cpi-guerra@lettera.net — https://members.tripod.com/cpi_guerra/balcanes.htmActo-debate
"LA GUERRA DE LOS BALCANES:VERDUGOS Y VÍCTIMAS
—Balance proletario de la guerra de Yugoslavia—"
El Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes convocó el pasado 23 de julio en Barcelona (Asociación de Vecinos de L’Eixample) un acto-debate para presentar el balance de su actividad y del eco que la misma ha tenido entre los proletarios avanzados de nuestros días.
El encuentro comenzó dando la bienvenida, desde la Mesa, a la veintena de compañeros y compañeras asistentes y estableciendo el orden de las intervenciones.
Ignacio Rodas, miembro del Comité por el Núcleo Marxista Hilo Rojo, abrió el acto presentando un balance global de la lucha proletaria en la que ha nacido y combatido el Comité. En su intervención, ofreció distintas tesis para el debate e hizo especial hincapié en el profundo sectarismo que aún impera en las filas proletarias como fruto de la pasada contrarrevolución; sectarismo que ha impedido, en todos estos meses de lucha, dar una respuesta clasista a la guerra en un cuadro de Frente Único e independencia de clase por el derrotismo revolucionario.
A continuación, se dio paso a los turnos de palabra con una duración de 10 minutos máximo para cada participante. En vista de que los temas abordados y las intervenciones se hicieron cada vez más numerosas, la mesa del Comité abriría posteriormente un nuevo turno de réplicas.
En primer lugar, intervino un miembro de la "Organización Leninista" (OL) que se identificó como tal y que, tras dar cuenta de que su organización no había respondido a la propuesta del Comité habida cuenta de las grandes diferencias que le separaban del planteamiento realizado por el mismo, explicitó sus desacuerdos con la exposición inicial. La OL considera a Serbia, no como imperialista, sino como nación agredida por el imperialismo, por lo cual se solidarizan con ella. La prioridad inmediata la ven así: "lo que hay que hacer no es reunirse sino construir el Partido". En una intervención posterior, se pretendió demostrar que la URSS no era capitalista como sigue: "En Rusia no existía trabajo asalariado puesto que la propiedad privada había sido abolida"(¡!); al mismo tiempo, se distanciaban del Gobierno actual de Belgrado (que no del Estado capitalista e imperialista yugoslavo...): "nosotros no hemos dicho nunca que sostengamos a Milosevic".
Sin entrar en el idealismo estalinista de la OL (¡como si en la URSS de Stalin y en los supuestos "países socialistas" de hoy, los proletarios, ¡con toda evidencia!, no estuvieran obligados, para sobrevivir, a intentar vender, por un salario, su fuerza de trabajo!...), la Mesa del acto delimitó, en términos bien palpables, las fronteras de clase a propósito del sostenimiento soterrado de uno de los bandos imperialistas —¡el antiproletario Estado yugoslavo!— que practica la OL:
"Fijaros, camaradas, hasta qué punto es importante no dejar pasar los "detalles" pues lo que a la OL le parecen "diferencias teóricas", en Serbia se ventilarían hoy por las armas [ ...] ¡O se firma por el proletariado o se firma por la burguesía!".
También, tomó la palabra un militante del "Partido Comunista Internacional" (El Comunista) que comenzó haciendo una exposición histórica sobre la génesis del imperialismo serbio y del Estado yugoslavo, a medida que iba marcando diferencias con la OL. En su intervención rechazaría igualmente, en los hechos, la invitación reiterada desde la Mesa a la reunión de la vanguardia proletaria en una lucha de frente único: "Nosotros ni firmamos ni firmaremos con nadie, si realmente coincidimos en esto o en aquello... ya nos encontraremos en las movilizaciones...". Estéticas obreristas aparte, la primera pregunta que nos viene a la mente es que si realmente, como dio a entender el camarada, vamos a coincidir en la lucha, no se entiende entonces por qué deberíamos renunciar a priori a organizarla en común (¿?) .Esto certifica, una vez más, para los miembros del Comité, cuán vivos siguen los prejuicios heredados de un pasado muerto de contrarrevolución ¡que ya quedó atrás! pero que sigue atenazando a las fuerzas proletarias ancladas en él.
El mismo camarada del PCI lo ratificó a su manera: "¿Cómo podéis decir que el curso actual es prerrevolucionario? ¡El proletariado está totalmente ausente! ¡El proletariado no ha parado la guerra! ¿De dónde habéis sacado todo eso?... la situación es todavía contrarrevolucionaria y la realidad nos dice que lo tenemos verdaderamente crudo "
¡He aquí una perfecta sincronía entre la negativa sectaria a entablar una lucha proletaria común asumiendo las responsabilidades de vanguardia y la desconfianza pequeñoburguesa en la clase de carne y hueso, no en vano "ausente" del mundo real para el PCI!
En realidad, este Comité no se ha posicionado, en principio, contra ningún sectarismo si realmente es de clase. Por eso nos alegramos honestamente de haber podido debatir fraternalmente, en el acto, con ellos, pero, por supuesto, nuestra clase saldría ganando si enfocaran su sectarismo un poco más hacia la burguesía... ¡y no hacia el proletariado!
De entre los asistentes, tomó igualmente la palabra un conocido dirigente del "Partido Obrero Revolucionario" —POR— (que se presentó como miembro de Esquerra Unida i Alternativa de Catalunya -IU- ). Se definió, en términos "antiimperialistas", "por la autodeterminación de Kosovo" (¡sin cuestionar, ni por asomo, el capitalismo!), añadiendo: "parece que la postura "Ni OTAN ni Milosevic" no gusta demasiado en este Comité...[...]... he oído que el mismo se disuelve... es una pena ya que la lucha en Kosovo continúa y hay que apoyarla contra la OTAN ".
Efectivamente la postura "Ni OTAN ni Milosevic" "no gusta" en este comité clasista por la sencilla razón de que el mismo se opone tanto al centrismo cretino —especializado en criticar de palabra la guerra— como al pacifismo burgués que predica un utópico capitalismo "pacífico". Quien sostiene este tipo de proclamas aclasistas no hace sino que intentar colocar una camisa de fuerza al proletariado. Pretende desviarlo de cualquier posición derrotista revolucionaria (¡volver las armas contra la propia burguesía, contra el propio Estado!), en la lógica de lo que propugnan las fuerzas de extrema izquierda del capital.
Por otro lado, es una pena que el miembro del POR dejara el local al poco de tomar la palabra ya que al Comité le hubiera gustado que explicara, a fondo, la tesis formulada desde la dirección de Izquierda Unida, y no desmentida frontalmente por ninguno de los partidos que la componen, de que "se hace la guerra a Milosevic porque es de izquierdas"... Quizás el POR tenga a bien aclarar, en próximos encuentros, por qué marcha tras direcciones de ese tipo...
A continuación, diversos miembros del Comité fueron interviniendo para dar a conocer el alcance de las actividades llevadas a cabo en estos meses de lucha. Una camarada presentó brevemente el libro La guerra en los Balcanes y nuestros propios criminales, de Ignacio Rodas, que, por su contenido derrotista revolucionario, recomienda el Comité y planteó en su discurso que no se podía entender la firma de la "paz" sin tener en cuenta la fuerza latente del proletariado tanto en Serbia como en el conjunto de los países miembros de la OTAN. "El fin de la guerra ha llegado tras la irrupción de movilizaciones proletarias en Serbia e importantes deserciones en el Ejército…[...]… la correlación de fuerzas burguesía-proletariado, en el seno de los países aliados, es la que ha impedido, en última instancia, llevar a término cualquier invasión terrestre por la fuerza".
Otro compañero que ha vivido la guerra desde Italia expuso muy claramente, en esa misma línea, la imposibilidad con la que se habría encontrado la burguesía de aquel país para sostener un conflicto de este tipo dada la enorme y creciente presión del proletariado contra la misma guerra: "A medida que la guerra se prolongaba, crecía la presión de la opinión pública en contra. Ningún Gobierno hubiera podido mantenerla mucho más".
Acto seguido, desde la Mesa, se fue respondiendo, una por una, a todas las discrepancias y dudas planteadas por los asistentes, intentando aclarar que el camino —en la actualidad, insoslayablemente trazado— hacia una nueva guerra imperialista mundial no deriva de previsiones catastrofistas de ningún tipo, sino que se inserta de lleno dentro de las necesidades objetivas del capitalismo en su nuevo curso de desarrollo .
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Así fue transcurriendo la discusión durante aproximadamente dos horas con turnos para todos aquéllos que quisieron intervenir.
Tras el acto, la discusión prosiguió con compañeros no organizados y asistentes de la Asociación de Vecinos, dado el interés despertado por la reunión.
La Mesa veló en todo momento por el mantenimiento de un clima de riguroso respeto en las intervenciones y agradece a todos los presentes su asistencia, el interés y las valoraciones críticas y aportaciones realizadas en un cuadro de clase. Asimismo:
Resaltamos el silencio sectario y la impotencia de las organizaciones proletarias que rechazan la unidad de acción y el frente único de clase con más fuerza que la propia guerra imperialista.
Lamentamos, que ninguno de las fuerzas políticas allí presentes creyera necesario defender sus posiciones desde la Mesa, tal y como pudieran haberlo hecho si hubieran participado en el Comité... sin menoscabo de su independencia programática y orgánica.
Emplazamos al conjunto de las organizaciones y camaradas proletarios a mantenernos en contacto ante la eventualidad de nuevas luchas contra la futura guerra imperialista mundial que prepara el capitalismo.....
Y nos felicitamos del eco que nuestra convocatoria ha suscitado dentro del reducido alcance de nuestras fuerzas.
Con la satisfacción de haber izado la bandera del derrotismo revolucionario agrupando a todos los proletarios que han hecho suya esta lucha en un cuadro unitario y de independencia de clase, el Comité saludó a todos los asistentes a la reunión y anunció su disolución y el firme propósito de todos sus miembros de seguir obrando por una nueva irrupción, más firme y amplia, del frente único proletario en la escena de la lucha de clases.
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes
6 de agosto de 1999
PRIMERAS INTERVENCIONES, POR EL COMITÉ, DE LA MESA DEL ACTO
(Apuntes de los oradores)
Ignacio Rodas:
"Se prepara una nueva revolución y ese nuevo parto histórico será doloroso (pasará a través del desencadenamiento de una guerra imperialista mundial —¡la guerra de los Balcanes lo demuestra! — pero esta vez de ese inmenso horror emergerá el alba de la liberación de la clase explotada".
"Compañeros y compañeras, gracias, de antemano, por vuestra atención.
Debo confesaros, nada más empezar, que cada vez que, en nuestros días, surge la oportunidad de dirigirse a un auditorio proletario —pequeño, como éste, o mayor, tanto da—, soy más consciente, si cabe, de la gran dificultad, verdaderamente insalvable, a nivel general, con que hoy topamos los revolucionarios consecuentes para hacer comprensibles nuestras palabras ya no sólo al conjunto de la clase explotada, sino incluso, a los compañeros proletarios conscientes y combativos.
Y, sin embargo, este mensaje es verdaderamente simple. Dice así llanamente: "Primero: nada ni nadie ahorrará al proletariado la tarea de emanciparse por sí mismo, por medio de su propia lucha y su propia organización independientes y opuestas a la clase dominante que le oprime, la burguesía " y "Segundo: para emanciparse, el proletariado no tiene otra vía que echar abajo el sistema que le explota y da fuerza a sus opresores: el capitalismo".
Pero, además, la simpleza de este mensaje va crecientemente acompañada de la verificación de él por los hechos...
> Ved, si no ¿cuál es la realidad más manifiesta de nuestros días, la que se abate de forma más directa sobre el proletariado?... ¿No es, acaso, la de la liquidación y precarización del empleo asalariado?... ¿No es cierto que la empresa que, en nuestros días, obtiene mayores beneficios y mejor compite y sobrevive en el mercado, es precisamente aquélla que despide a más trabajadores, o que los subcontrata precariamente?... ¿Y no es también verdad que esos puestos de trabajo fijos que se eliminan, en el mejor de los casos, con prejubilaciones, ya no vuelven a crearse en las condiciones de antes o en ninguna?...
> Ved, sino, el panorama que reina en la mayor parte del planeta: guerras, hambrunas, epidemias...
> Y, en los países avanzados, ¿no es cierto, acaso, que la juventud proletaria, sumida en la miseria y desesperación, anuncia con sus estallidos violentos en los suburbios de las grandes ciudades, que ya tiene bastante de este sistema? ¿Y no es cierto, asimismo, que cada día que pasa esta democracia capitalista engendra más y más la otra cara de la moneda de la dominación burguesa, el fascismo, tal y como, día a día, los acontecimientos se encargan de demostrar en EE UU, en Alemania, en Francia, en Italia, en España (por ejemplo, con la reciente razzia antiárabe que está teniendo lugar en Cataluña)?...
Ahora mismo, acabamos de salir de la reciente guerra imperialista de los Balcanes. Imperialista, porque ¿a quién ha aprovechado, sino a ambos bandos burgueses, a la clase capitalista yugoslava, dirigida por el asesino Milosevic y a la clase explotadora de aquí, encabezada por nuestros propios asesinos de proletarios indefensos y desarmados como nosotros, pero yugoslavos?... ¿Y a qué ha conducido esta guerra sino a una miseria y represión mayor de los proletarios serbios y kosovares y a la ocupación militar de su territorio por los ejércitos de las grandes potencias imperialistas?... ¿Es tan difícil entender que esta nueva guerra, cerrada apresuradamente en cuanto estallaron movilizaciones proletarias contra ella en la derrotada Serbia y en cuanto se hizo patente que los proletarios de Occidente no secundarían una invasión terrestre por la fuerza, es tan sólo el aviso de nuevos y mayores conflictos que apuntan a la rapiña de los demás sobre ese gran imperialismo, en horas bajas, que es Rusia?... ¿Y es tan difícil de entender que esta dinámica in crescendo de guerras económicas, disputas políticas y guerras militares, con participación de las grandes potencias capitalistas del planeta, abona la vía de una nueva guerra mundial, tan provechosa y necesaria para los negocios capitalistas?...
Sí, lo es. Es tan difícil de entender hasta el punto de que hoy somos aquí los que somos y no nos engañemos, no porque sea un "mal día", ni porque el acto no se haya convocado suficientemente. Somos lo que somos, ante todo, porque la mayor parte, la práctica totalidad de los proletarios de hoy, de los mismos jóvenes que se alzan, en los hechos, con ira, "contra el capitalismo", no se sienten llamados a reunirse para hacer un balance de una guerra que, comprometiendo a su propio Estado, España, justo acaba de terminar, y... ¡justo amenaza con rebrotar ampliadamente en los Balcanes cualquiera de los próximos días! ¿Pero por qué sucede esto?... ¿por qué, problemas que afectan de forma tan evidente al futuro del proletariado, como ha sido y es la guerra de Yugoslavia, no son considerados por los que, en principio, deberían ser los máximos interesados en hacerlo (dado que son invariablemente las víctimas propiciatorias de ellos), los proletarios?...
Para entender la razón de este hecho irrefutable, hay que mirar cara a cara la realidad de la vida en la que el capitalismo aboca al proletariado. Sometido directamente a la explotación del trabajo asalariado o a la miseria que deviene de la falta de éste, el proletario es sumido por el capitalismo en un embrutecimiento material e ideológico que va a más cada día que pasa. No hay espacio, para la reflexión, para el conocimiento, para atisbar, siquiera por un instante, por encima de la miseria y alienación cotidiana en la que vive inmerso. Ni siquiera concede el sistema al proletario, el saber que es tal, que es proletario. Se le enfrenta con los suyos, con los explotados, haciéndole creer, por contra, que es un ciudadano, igual en derechos a los otros ciudadanos burgueses que le explotan y reprimen. Se le reduce, así, a la condición de mera pieza social del mecanismo de la reproducción ampliada del capital. Imposible, por tanto, de que escape a la conciencia dominante de la sociedad que le explota —que no es otra que la conciencia de la clase dominante, la conciencia burguesa—, mientras el capitalismo pueda seguir procurándole su existencia de miseria.
Sólo cuando el mismo y cruel desarrollo del capital le coloca verdaderamente entre espada y pared, es empujado ese proletario, son impulsados esos millones de proletarios, a despojarse de su individualidad y actuar, unidos en una lucha común, que ya no es la de unos u otros, sino la del conjunto de la clase explotada, en la escena histórica.
¿Dónde está ese "proletariado" del que habláis?, se le ha preguntado a este Comité. Respondemos, volved vuestra mirada a la lucha de clases y lo encontraréis, respondemos.
Volved los ojos a ese levantamiento al que la burguesía republicana forzó al proletariado parisino de junio de 1848 y lo divisaréis...
Volved, los ojos a esos communards que, en 1871, se adueñaron del poder en la misma París y lo ejercieron tan revolucionaria como heroicamente hasta que fueron aplastados por el Ejército francés con el compinchamiento del prusiano, y lo divisaréis...
Volved los ojos, a la mayor revolución que ha visto la historia, la revolución proletaria internacional de 1917-27, abierta por el Octubre soviético ruso, y veréis a ese proletariado...
Cada vez que ha aparecido en la escena histórica y ha obtenido una victoria, ha sido para sufrir después una derrota más cruel que nunca. Pero de cada una de esas derrotas, ha vuelto a levantarse y a asaltar, con mayor fuerza que antes, la fortaleza del capitalismo.
No será diferente esta vez. ¿Queréis saber dónde está el proletariado de nuestro tiempo?... Mirad, pues, su anuncio en esos proletarios serbios que se manifestaron, en plena guerra, exigiendo la vuelta de sus hijos reclutados por Milosevic. Pero vedlo también, compañeros, en este Comité Proletario que ha sabido reunir contra la guerra imperialista de los Balcanes, contra los propios criminales de nuestro bando imperialista, de la OTAN, a un puñado de proletarios, casi nada y casi sin ninguna fuerza, si queréis así decirlo, pero que han sido capaces de empezar a actuar unidos contra el capitalismo, más allá de sus diferencias políticas, más allá de su pertenencia o no a un partido. Empezad a ver la vanguardia de ese proletario que, otra vez, ocupará la escena histórica, en las lecciones revolucionarias que este Comité ha extraído de la citada guerra; lecciones que os ofrecemos a discusión a los proletarios de hoy y de mañana bajo la forma de las tesis publicadas en nuestro Volante Internacionalista núm. 2.
Allí las tenéis escritas someramente, para mejor discutirlas. Os resumiré su enunciado en cuatro palabras:
Se prepara una nueva revolución y ese nuevo parto histórico será doloroso (pasará a través del desencadenamiento de una guerra imperialista mundial —¡la guerra de los Balcanes lo demuestra! — pero esta vez de ese inmenso horror emergerá el alba de la liberación de la clase explotada. Los compañeros del Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes luchamos ya para hacerlo realidad. ¡Uníos a nosotros!
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Ricard Blanc:
"[…] desde el punto de vista de los comunistas, ésta es precisamente la labor —la preparación del Partido Revolucionario— para la que sirve el combate de Frente Único, del cual este comité es un ejemplo. Es un combate clasista al que todos los proletarios conscientes están llamados a participar, conformando plataformas para garantizar la completa independencia de clase del proletariado, incluso una vez constituido el Partido Comunista".
"Bien… creemos... que nos encontramos ante una situación prebélica a nivel mundial..., ante un curso que, fuera de todo fatalismo, lleva a la preparación de una nueva guerra imperialista..., pues como bien se ha dicho, es la única respuesta que puede dar el sistema capitalista para resolver sus crisis... Esto no significa que la guerra o que el curso actual de preparación de la misma nos vaya a llevar a un enfrentamiento inminente.
... ¡No!... Nuestra tesis se basa en que las burguesías de las potencias imperialistas van a hacer todo lo posible por postergar el estallido bélico no por altruismo sino por temor al proletariado. Es el fantasma del proletariado el que hará posible esta postergación. Sin embargo, no se trata solamente de un fantasma, es algo bien real, hablamos de una correlación histórica de fuerzas cada vez menos favorable para la burguesía.
... Pero para comprender esto es preciso analizar y tener bien claro la situación que se vivió en los albores de la preparación de la segunda guerra mundial… sacar las conclusiones sobre las causas que provocaron su estallido y poder comparar las diferencias y similitudes entre ambas situaciones...
Como similitudes tenemos:
a) Que la crisis del 29, al igual que la del 70-71, abren periodos de desvalorización masiva del capital —esto es de una tendencia inmediata, cada vez más insostenible, a la baja de los beneficios— con destrucción de empleo asalariado sin precedentes.
Es el desarrollo de las fuerzas productivas, en el seno del sistema capitalista, el que hace posible que... toda esa masa de trabajadores, a medida que se aplica la técnica y tiene lugar el avance productivo vaya engrosando las filas del proletariado sin empleo y precarizado. Por tanto, esto implica graves problemas sociales, implica una amenaza a la valorización que precisa de una solución urgente... y, puesto que el sistema capitalista, en virtud de las relaciones sociales sobre las que descansa, no puede dar de comer a todas esas energías sobrantes, la única salida que puede dar, por encima de cualquier voluntad de la clase dominante —pues no en vano éstá está aferrada a la defensa de las relaciones sociales que conforman la base misma de su existencia— no es otra que la guerra imperialista mundial. La tendencia histórica hacia ésta se abre así camino, exacerbando e instrumentalizando las rivalidades interimperialistas que acabarán desencadenándola. Éstas son las características básicas que igualan al periodo de antes de la II Guerra Mundial con el de ahora....
... Pero también podemos observar —aunque en planos distintos— cómo la preparación del cemento ideológico con el cual se espera movilizar a las masas es muy similar. Esta movilización ideológica para preparar la guerra imperialista mundial es indispensable: démonos cuenta de que nadie coge un fusil porque sí, nadie da su vida tan fácilmente si no está convencido de que se está jugando algo, de que se le viene encima una catástrofe o amenaza que pone en peligro su vida, la de su familia, etc. Además, para que todas estas consignas ideológicas cuajen, las condiciones vitales de las masas trabajadoras tienen que ser llevadas al límite (como consecuencia de la crisis económica).
Y puesto que de lo que se trata, para el Estado capitalista, es de movilizar reaccionariamente a la clase trabajadora, al proletariado..., tiene que buscar, para ello, consignas que puedan ser fácilmente asimiladas por el conjunto de los proletarios. Éstas evidentemente tienen que ver, en la mayoría de los casos, con "la justicia" y "la libertad", mistificaciones ideales que la izquierda burguesa se encarga de presentar fraudulentamente como favorables a las reivindicaciones de clase, a los intereses presentes e inaplazables del proletariado.
En estas coordenadas es donde hay que insertar la cada vez mayor y renovada oposición entre democracia–fascismo (en el Comité hemos dicho: entre democracia capitalista y fascismo capitalista)...
Una democracia, en suma, garante de "la libertad", de "la igualdad" y de las conquistas obreras, frente a un fascismo antitrabajador, racista y enemigo a muerte del proletariado. Con esto tenemos ya el segundo punto de similitud entre los años 30 y la actualidad.
Claro..., alguien podrá pensar que exageramos, ¿ no ? Podrá decir que es evidente que hay brotes de racismo, de xenofobia, que hay una cada vez mayor demarcación antifascista por parte de los medios de comunicación..., que hay un crecimiento electoral de los partidos de extrema derecha, pero..., bueno…, tampoco hay que exagerar.... Éstos no son los años 30..., no hay ningún Hitler o Mussolini a la vista... "¿No será todo esto es un poco catastrofista?…" En absoluto.
Lo que ocurre es que hablamos de un proceso que se está gestando, lentamente, que está llevando a las masas trabajadoras a posicionarse —inducidas— a favor o en contra del fascismo-racismo. Es algo que va madurando y que seguramente —no lo sabemos todavía— presentará formas novedosas. Su lentitud expresa dificultades muy serias, por parte del Estado capitalista en su conjunto, para conseguir un rápido y necesario encuadramiento.
Esto último nos da justamente la oportunidad de hablar de las diferencias entre ambos periodos prebélicos. Las podemos resumir de la siguiente manera:
Primero…: nos encontramos hoy, en el terreno económico, ante una composición técnica del capital incomparablemente mayor que en los años que precedieron a la II Guerra Mundial, lo que nos lleva a deducir que la introducción de un nuevo tejido industrial, todavía más productivo, no podrá llevar a una situación de empleo sostenible, incluso con una masiva destrucción física de proletarios.
Durante la última gran posguerra, mediante la introducción del taylorismo y gracias a la previa liquidación de la fuerza de trabajo sobrante (¡¡50 millones de proletarios masacrados!!), el capitalismo conoció un periodo de esplendor de los negocios y de pleno empleo dentro de lo que es su fase de decadencia histórica, abierta desde principios de siglo.
Sin embargo, esta situación, dadas las características de la revolución productiva emergente, es ya, de facto, imposible.
…Y segundo: nos encontramos ante una correlación de fuerzas burguesía-proletariado totalmente distinta de la de los años 30. Este punto es importantísimo para comprender y caracterizar el actual periodo como periodo prerrevolucionario.
Ello supone que cabe esperar que de la contienda imperialista se abra paso una nueva revolución, tal y como ha sido el caso con todas las revoluciones proletarias acaecidas hasta nuestros días, desde la Comuna de París hasta la revolución internacional de 1917-27.
Pero claro..., ¿por qué, si eso es así, de la II Guerra Mundial no surgió, por consiguiente, ninguna revolución proletaria?
Pues porque el curso de la lucha de clases en el que se hallaba inscrita la guerra imperialista mundial era entonces — y aquí radica la diferencia fundamental con la situación actual— contrarrevolucionario:
No en vano, el proletariado había visto destruida su vanguardia con la liquidación de la dictadura del proletariado en la URSS a cargo de Stalin, lo que supuso, a su vez, la transformación de la Internacional Comunista (IC) en una agencia para la destrucción del Partido Comunista Mundial y la transformación de sus secciones en centros para el sostenimiento del, todavía necesario, desarrollo capitalista ruso y, por tanto, del todavía necesario desarrollo internacional del capitalismo, al que le quedaba todo un continente (Asia) por conquistar...
Marx y Engels dijeron que un sistema no desaparece de escena hasta que no ha desarrollado todas las fuerzas productivas que caben en su seno. Por eso mismo…, es por eso mismo que la anterior revolución proletaria pudo ser derrotada, a sangre y fuego, a manos del stalinismo primero y después del trotsquismo que pasó, poco a poco, al terreno burgués... Bueno, pues ambos... (trotsquismo y stalinismo) prepararon, completándose mutuamente, el encuadramiento consciente del proletariado en la matanza imperialista de 1939-1945, unos justificándola como guerra contra el fascismo, otros con la defensa incondicional de la URSS capitalista. Todos conocemos la carnicería que comportó para los proletarios...¿no?
Si a alguien le parece excesivo calificar al trotsquismo y al estalinismo —también al maoísmo— como agentes de la contrarrevolución, que piense que no nos basamos en maniqueísmos de ningún tipo, sino en la constatación, en los hechos, del sostenimiento armado, llevado a cabo por dichas corrientes, de Estados capitalistas.
Nada más efectivo, pues, para el capitalismo, que hacer surgir las fuerzas dirigentes de la contrarrevolución del seno de la propia revolución. Este hecho nos coloca ante una de las mayores mistificaciones históricas mediante la cual la burguesía ha podido presentar y atar al proletariado, de forma idealista, a su propia contrarrevolución.
La ventaja con la que cuenta, sin embargo, el proletariado de hoy, frente al de los años 30, no es otra que la del hundimiento, en marcha, justamente de todo ese aparato contrarrevolucionario: stalinista, trotskista, maoísta... que da paso, desde 1970, y con las cenizas de la URSS, a la creación de un nuevo movimiento proletario y a mejores condiciones históricas de cara a la construcción del Partido de vanguardia llamado a dirigir la próxima revolución.
Termino diciendo, simplemente, que, desde el punto de vista de los comunistas, ésta es precisamente la labor —la preparación del Partido Revolucionario— para la que sirve el combate de Frente Único, del cual este comité es un ejemplo. Es un combate clasista al que todos los proletarios conscientes están llamados a participar, conformando plataformas para garantizar la completa independencia de clase del proletariado, incluso una vez constituido el Partido Comunista.
El Comité recomienda...
DOS LIBROS REVOLUCIONARIOS
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA DE LOS BALCANES:
LA GUERRA EN EUROPA ORIENTAL
John Reed
(Ed. Curso, diciembre de 1998, Barcelona, 382 pp., PVP 2.700 ptas.)
Reed nos describe, de una forma vívida y en su mejor estilo, en éste que es muy probablemente su libro de perfil más humano, aparecido en 1916, las experiencias de su viaje por los países en guerra o a punto de entrar en ella, la inmensa miseria y destrucción, los indecibles horrores que reportó, para las gentes humildes, la Primera guerra mundial, tanto en el frente como en la retaguardia.
La sociedad de entonces, inmersa precisamente en la sangrienta contienda, prefirió dar la espalda a esta obra "maldita" de Reed. Pero tal comodidad no evitó una nueva guerra mundial ni las incontables guerras que se han ido sucediendo posteriormente.
Desde la atalaya histórica de más de ocho décadas, la obra de Reed, con sus "Balcanes en llamas", levanta acta de acusación permanente contra cualquier tipo de intervención de las grandes potencias en la zona.
* * * * *
LA GUERRA DE LOS BALCANES
Y NUESTROS PROPIOS CRIMINALES
Ignacio Rodas
(Ed. Curso, mayo de 1999, Barcelona, 182 pp., PVP 1.850 ptas.)
Con su guerra no declarada contra Yugoslavia, Bill Clinton, Javier Solana, José María Aznar y el resto de los gobernantes de la OTAN han violado flagrantemente las mismas bases del Derecho Internacional y la democracia parlamentaria a cuyo acatamiento conminan a los explotados y pueblos oprimidos del planeta. A consecuencia de este gravísimo delito, miles de indefensos trabajadores serbios y kosovares —hombres, mujeres y niños— han perdido la vida bajo las bombas y misiles de los poderosos ejércitos de las mayores potencias imperialistas del globo... Con la ayuda inapreciable de esos devastadores bombardeos de la OTAN, Milosevic —el propio criminal número uno de los proletarios serbios— ha podido intensificar y extender, como nunca, la represión contra el pueblo oprimido de Kosovo y contra cualquiera que hoy, en Serbia, levante la voz contra él...
Clinton, Solana, Aznar y el resto de sus colegas de la Alianza son, pues, nuestros propios criminales.
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¡Proletarios de todos los países, uníos!
VOLANTE INTERNACIONALISTA
Hoja editada en catalán, español, francés, inglés e italiano por el
COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
Núm. 2 — 22 de julio de 1999 — Precio: apoyo
Correspondencia (escribir -sin otra mención-): Apartado de Correos nº 265 - 08080 - Barcelona (España)
E-mail:
cpi-guerra@lettera.net — https://members.tripod.com/cpi_guerra/balcanes.htmBALANCE PROLETARIO
DE LA GUERRA IMPERIALISTA DE LOS BALCANES
Compañeros y compañeras:
En vano se buscará el verdadero carácter de una guerra ni en la historia diplomática de ésta ni en lo que digan, acerca de ella, los poderosos de uno u otro bando. Si, de veras, queremos hacer nuestra la realidad del conflicto estamos obligados a proceder, más allá de toda culpabilización de tal o cual personaje, a un análisis de la situación social objetiva que lo ha motivado y, desde luego, que para llevar a cabo este análisis, no sirve tomar ejemplos y datos sueltos (pues, dada la gran complejidad que toma la vida social no importa qué tesis puede ser falsamente "confirmada" por un ejemplo o dato concretos, sacados de su contexto). Si queremos verdaderamente explicar lo sucedido y, en base a ello, prever, con fundamento, lo que está por suceder, es obligatorio tomar en consideración la totalidad de los datos sobre la base material misma (económica, en primer lugar; y de lucha de clases, acto seguido) de la vida social.
Viene esto a cuento porque, habiéndose escrito y dicho mucho sobre la recién acabada guerra de los Balcanes, la inmensa mayor parte de lo escrito y dicho no constituye más que una grosera intoxicación destinada a tratar de encubrir ante cada uno de los destacamentos nacionales en que toma forma la clase explotada, el proletariado, el papel criminal jugado en la contienda por sus propios y más directos explotadores, esto es, por su propia burguesía, por "su" propio Estado capitalista.
Comprobemos este veneno que la clase explotadora de cada Estado capitalista ha vertido y vierte, al respecto de la guerra de los Balcanes, en las mentes de la masa proletaria (es decir, de aquéllos cuya subsistencia depende de encontrar comprador, en el mercado capitalista, a su fuerza de trabajo) con un sencillo ejemplo...
Si se interroga, para el caso, sobre las causas de la guerra, a un trabajador español, italiano, o de cualquier otro Estado componente de la OTAN, éste nos señalará, con toda probabilidad, como culpable a de ella al "monstruo Milosevic"... Pero, claro está, que si en lugar de pedir esta opinión, solicitamos la de la masa silenciosa del proletariado yugoslavo, ésta, bien aleccionada por los medios de comunicación controlados por su propia burguesía (tal y como los de aquí lo están por la nuestra), nos señalará como responsables de las muertes y destrucciones ocurridas al "nuevo Hitler, Clinton" que, a la cabeza de la "nazi OTAN" ha vuelto a asolar Yugoslavia, en la línea, corregida y aumentada, de como lo hiciera el III Reich durante la II Guerra Mundial...
¡Bien decía Marx que la conciencia dominante no podía ser otra que la de clase dominante! ¡Bien dejó claro Lenin que espontáneamente el proletariado no podía alcanzar otra conciencia que la tradeunionista, la burguesa! ¡Y bien evidente han dejado, a todo lo largo de la historia, los hechos de la lucha de clases, y, en último lugar, esta misma guerra imperialista de los Balcanes, la realidad de que el proletariado sólo podrá unirse y emanciparse a partir de que su vanguardia, los elementos más avanzados de él, tomen plena conciencia de la naturaleza del ser histórico-social que es la clase revolucionaria!
Por eso mismo, cuando la guerra que acaba de finalizar ha impulsado, de nuevo, hasta niveles sin precedentes, esa alienación burguesa de la clase explotada —hasta posibilitar que el conjunto de los proletarios de los países capitalistas más avanzados del mundo toleraran que los mismos Estados criminales que les explotan y reprimen a ellos y al resto de los desheredados del planeta, pasaran a masacrar cobardemente, impunemente, con sus bombardeos, a los proletarios yugoslavos indefensos—, este Comité, formado ahora hace justo dos meses para combatir la guerra imperialista en nombre de los intereses revolucionarios del proletariado, entiende que hoy, cuando con la finalización de ésta, le ha llegado momento de rendir cuentas de su trabajo ante la clase histórica de la que forma parte, no procede que él mismo se una, a última hora, a la gran ceremonia de confusión del proletariado, organizada tanto por los medios oficiales como "críticos" del sistema. En consecuencia, en lugar de dilapidar, en el mejor de los casos inútilmente, tiempo y energías en llenar más páginas impresas relatando la crónica (ya conocida, o susceptible de serlo, por todo aquél que la ha querido o la quiera conocer) de los acontecimientos bélicos o/y de la pequeña historia de su campaña de derrotismo revolucionario (cuyos términos hallarán los compañeros/as interesados/as en Volante Internacionalista nº 1) o, en lugar de adentrarse por el camino que, como organización de frente único proletario, no le compete de posicionarse, con ocasión de la guerra, frente a las diferentes fuerzas de partido que se reclaman de la clase explotada, el Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes entiende que su auténtico deber primordial pasa por someter a la atención de todo/a proletario/a avanzado/a de hoy y de mañana, las siguientes "Tesis por el Frente Único Proletario" que concentran las conclusiones de la campaña realizada y guían futuros pasos en la vía de la conformación de la unidad de los proletarios en lucha.
Conclusiones del Comité, tras el fin de la guerra y de su campaña de derrotismo revolucionario...
TESIS POR EL FRENTE ÚNICO PROLETARIO
1. Dejando las apariencias aparte y, más allá, de la profunda desmoralización que atraviesa las filas organizadas del tradicional movimiento obrero, lo primero que demuestra la pasada guerra imperialista de los Balcanes es que la sociedad capitalista se halla actualmente en un curso revolucionario, es decir, ha entrado en una sucesión encadenada e ineluctable de acontecimientos que conduce a la revolución proletaria triunfante, al comunismo.
2. La base determinante de ello se encuentra, en primer lugar, en la contradicción creciente y necesariamente explosiva, en plazo históricamente inmediato, que se desarrolla, hoy de forma inédita, en el conjunto del planeta, pero con particular exacerbación, en los países capitalistas más avanzados, entre el desarrollo de las fuerzas productivas —más impetuoso que nunca— y la relación de trabajo asalariado —cada vez más negada y precarizada, por vez primera en toda la historia, de un sistema cuyo desarrollo, hasta nuestros días, había ido invariablemente de la mano de la asalarización creciente de la población mundial—, cuando precisamente es esa misma relación (la de la explotación asalariada) aquélla sobre la que basa insustituiblemente su existencia el ser social que es el capital.
3. En el cuadro general de este periodo de desvalorización, de nivel sin precedentes, del capital en que nos hallamos inmersos —expresión flagrante del cual es la tendencia imparable a la baja de precios de las mercancías del nuevo sector punta del capitalismo de nuestro tiempo, el de las telecomunicaciones informáticas— una situación como la actual sólo puede desembocar, tal y como se ha verificado a lo largo de la historia y más allá de toda voluntad de burgueses y proletarios, en una nueva guerra imperialista mundial destinada a intentar poner en pie una nueva composición del capital que le permitiera proseguir su acumulación ampliada.
4. Tanto por el motivo de fondo inmediato que ha desencadenado su estallido (la competición creciente entre EE UU y la UE —disfraz al uso, ésta última, ante todo, del proceso de incubamiento del IV Reich— en su disputa por el botín ruso) como por las características esenciales de su desarrollo (enfrentamiento cada vez más abierto entre Alemania, a la cabeza de la UE, y EE UU y entre ambos y Rusia) y por las perspectivas de su desenlace "pacífico" (establecimiento de un protectorado imperialista en Kosovo contra los intereses de Rusia, Yugoslavia ¡y el propio pueblo kosovar al que se quiere impedir el ejercicio de su autodeterminación!), la reciente guerra imperialista de los Balcanes corrobora que la sociedad burguesa de hoy se encamina ya indefectiblemente, paso a paso, hacia la plena maduración de las condiciones económicas, políticas y militares de la nueva guerra imperialista mundial.
5. Pero la guerra que ahora ha acabado demuestra también, tanto por los límites de no pérdida de vidas de sus propios proletarios al que han tenido que subordinar su acción las mayores potencias imperialistas del globo (bando de la OTAN) como por la irrupción en la escena del Estado perdedor (Serbia), en apenas dos meses de conflicto, de un movimiento proletario —en ciernes revolucionario (manifestaciones de masas contra el reclutamiento que calificadas de "antipatrióticas" por Belgrado, tuvieron que ser reprimidas por el Ejército serbio pocos antes del giro hacia "la paz")— que dicha guerra imperialista mundial a la que se aboca, de nuevo, en nuestros días, la dinámica objetiva del capitalismo, se prepara en condiciones sociales en las que el grueso del proletariado y, en especial, la nueva generación de la clase explotada, han escapado del encuadramiento democrático, por parte de la izquierda burguesa, que es premisa sine qua non, del éxito reaccionario de una masacre mundial entre proletarios de los principales Estados del planeta.
6. Las recién celebradas elecciones al Parlamento Europeo, en las que apenas votó un 52,2 % (los votantes hubieran sido sensiblemente menos de la mitad del censo, de no ser el voto obligatorio en Bélgica y Luxemburgo y no hacerse coincidir los comicios, en Italia y España, con elecciones municipales o/y autonómicas) y en las que se registró una sensible pérdida de votos de los principales partidos capitalistas, incluidos los de izquierda, suponen la última certificación disponible de la avanzada erosión social, de alcance sin precedentes, a la que asistimos, de la democracia burguesa, deterioro que condena a un estallido revolucionario a cualquier brutal esfuerzo bélico continuado y guerra fratricida entre proletarios a los que la clase explotadora someta, en el futuro, a las masas proletarias en cualquiera las grandes potencias imperialistas.
7. En tales coordenadas, histórico-objetivas, inapelables, de la lucha de clases, es tarea común de todos los proletarios y proletarias conscientes y verdaderamente determinados por los intereses de su clase, el organizarse, de forma unitaria —sin renuncia, en momento alguno, a la defensa de sus propias posiciones y de sus propias militancias de Partido—, para levantar el frente único proletario que, antes o después, está llamado a reunir, contra la nueva guerra imperialista mundial que prepara el capitalismo, a las fuerzas que, de veras, integren el campo de la clase explotada.
8. La constitución y la lucha del Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes —único organismo de clase unitario que se ha alzado, que nosotros sepamos, contra la contienda— ha supuesto otro episodio de ese proceso histórico de conformación como frente unido de lucha contra la burguesía, como clase para sí, del proletariado; proceso destinado a alumbrar, con ocasión de la nueva revolución, los propios órganos de poder proletario, los Soviets. En dicho cuadro de movilización y organización para que la clase explotada llegue a responder con sus propias soluciones (¡las únicas realmente posibles!) a los problemas, crecientemente insuperables, que socavan la base de la sociedad capitalista, este Comité toma nota de las fuerzas políticas organizadas —el Núcleo Marxista Hilo Rojo, únicamente— que han impulsado y participado en sus trabajos y del resto de fuerzas que, todo y llamándose "obreras", "trabajadoras", "revolucionarias" o hasta "comunistas"..., han rehusado, en los hechos, la formación de un Frente Único del Proletariado contra la guerra imperialista de los Balcanes. Saque cada proletario las conclusiones debidas de ello, pero, en cualquier caso, al cerrar sus trabajos, este Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes se halla en la obligación de advertir a todo compañero y compañera avanzados de nuestra clase: tan sólo merece realmente el calificativo de partido, grupo, organización o corriente... defensora consecuentemente de los intereses proletarios aquella fuerza para la cual el desarrollo de su propia política pasa necesariamente por la impulsión incondicional de la unidad de los proletarios en lucha.
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes
22 de julio de 1999
Màrius Lleget y "En defensa del marxismo" (EDM), calumniadores
EN TANTO LO SEAN...
NO TIENEN LUGAR EN LAS FILAS PROLETARIAS
El pasado 15 de junio fue enviado a este Comité, desde la dirección E-mail de un miembro de la revista "En defensa del marxismo" (EDM), un mensaje de correo electrónico, firmado por el reconocido públicamente como dirigente de EDM, Màrius Lleget, en el que éste acusaba a los miembros de nuestro Comité, Bea Miró e Ignacio Rodas de haber incurrido en "locura o provocación". Màrius añadía que ignoraba "hacia dónde apunta" y "qué fines persigue" esa actividad...
A todo lo largo de la historia del movimiento proletario se ha denominado "provocador" a un policía infiltrado en las filas de clase explotada con el fin de desmantelar sus organizaciones, y delatar, en el momento preciso, a sus luchadores, entregándolos a manos del Estado capitalista...
A lo largo de una lucha proletaria, ya secular, los proletarios conscientes, cada vez que han descubierto la existencia de "fines" turbios tras la actividad de quien quiera que fuese, cada vez que han desenmascarado a un "provocador" lo han expulsado, con toda justeza, con el mayor rigor y drásticamente, de sus filas.
Pero los miembros de este Comité Bea Miró e Ignacio Rodas no son, con toda evidencia, policías infiltrados ni han ocultado jamás ni ocultan los fines, proletarios, revolucionarios, que guían su actividad, por otro lado, pública, donde las haya. Ni siquiera los propios Màrius Lleget y EDM han mostrado creerse ellos mismos, en lo más mínimo, sus acusaciones cuando no han juzgado preciso poner en guardia abiertamente, sobre ellas, al resto de ámbitos y compañeros proletarios y revolucionarios en los que Bea Miró e Ignacio Rodas realizan sus tareas y con los que mantienen relación.
No es la primera vez que, ante compañeros/as hoy pertenecientes al Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes, y ante otros compañeros/as ajenos/as a él, Màrius Lleget se permite calificar de "provocador/a" a compañeros y compañeras cuya única falta, al respecto, es no someterse a las veleidades políticas del propio Màrius Lleget. Pero tales excesos orales, ajenos a un revolucionario, quedaron entonces en nada, sin trascender del reducido círculo en que habían sido pronunciados, una vez que fueron firmemente reprendidos por otros compañeros presentes. Ahora, en cambio, Màrius Lleget con el consentimiento, cuanto menos implícito de EDM, ha puesto por escrito falsas acusaciones de ese tipo.
Es por ello que este Comité exigió, en su momento, una rectificación de ellas, también por escrito, a cargo de Màrius Lleget o/y EDM; rectificación que, a día de la fecha, no se ha efectuado.
Una vez rebasado el plazo prudencial de espera, el Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes
DECLARA:
Que Màrius Lleget y EDM tienen todo el derecho a responder, como ha sido el caso, a una crítica política a base de vulgares imputaciones de "mala fe". a sus adversarios. Al fin y al cabo, cada cual responde con el arsenal de que dispone. Pero que ni este Comité ni nadie podría defender realmente el frente único de la clase explotada y permitir, a la vez, a Màrius Lleget y EDM, o a quien quiera que fuese, lanzar sucias sospechas de policías sobre Bea Miró, Ignacio Rodas o no importa qué otro compañero/a proletario/a.
RESUELVE:
Que, puesto que ni Màrius Lleget ni EDM se han permitido rectificar ni aportar prueba alguna de lo insinuado, y en tanto no hagan una cosa o la otra, este Comité hace recaer, pues, públicamente, sobre ellos, con todas las consecuencias políticas, el baldón de calumniadores que les corresponde.
ANIMA:
A todo proletario honesto a que allí donde se encuentre con Màrius Lleget o/y con cualquiera de los miembros de EDM, les exija abierta y previamente a cualquier otra consideración o relación de cualquier tipo a establecer con ellos, la rectificación pública de sus calumnias.
RECUERDA:
Que, durante la pasada contrarrevolución, se asesinó, durante décadas, con la ayuda de infames calumnias que contaron con el silencio cómplice de muchos que se decían "proletarios", "revolucionarios" o "amigos de la clase trabajadora", a centenares de miles de auténticos proletarios revolucionarios. Que, incluso durante la revolución de 1917, Lenin mismo, su dirigente indiscutible, fue cobardemente acusado por la burguesía, con la connivencia tácita de los servidores pseudosocialistas de ésta, de ser un espía alemán, un "provocador" infiltrado en las filas proletarias y que, sin ninguna duda, el mismo líder bolchevique hubiera corrido la misma suerte que los otros proletarios, primero calumniados y después masacrados, si la reacción hubiera dispuesto de ocasión para ello.
Y ADVIERTE
A los Srs. calumniadores Màrius Lleget y de EDM y, de paso, a cuantos otros tengan la tentación de sucederles, en el futuro, en tan indigno proceder contra no importa qué proletario, que, puesto que ya no vivimos tiempos de contrarrevolución, ténganlo por seguro: ¡esta vez serán ustedes, los calumniadores, y no los revolucionarios, quienes se verán obligados a abandonar la escena de la lucha de clases!
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes
22 de julio de 1999
¡Proletarios de todos los países, uníos!
VOLANTE INTERNACIONALISTA
Hoja editada en catalán, español, francés, inglés e italiano por el
COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
Núm. 1 — 22 de mayo de 1999 — Precio: apoyo
Correspondencia (escribir -sin otra mención-): Apartado de Correos nº 265 - 08080 - Barcelona (España)
E-mail:
cpi-guerra@lettera.net — https://members.tripod.com/cpi_guerra/balcanes.htmDeclaración constitutiva del
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes
Proletarios y proletarias:
¡EL PRIMER CRIMINAL, EL PRIMER ENEMIGO A BATIR, ES LA BURGUESÍA DE NUESTRO PROPIO PAÍS,
ES NUESTRO PROPIO ESTADO !
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA DE LOS BALCANES,
CONTRA LA NUEVA GUERRA IMPERIALISTA MUNDIAL
HACIA LA QUE MARCHA, OTRA VEZ, LA SOCIEDAD CAPITALISTA:
¡ORGANICEMOS LA UNIDAD INTERNACIONAL
DEL PROLETARIADO DE TODOS LOS PAÍSES,
PARA TRANSFORMAR LA ACTUAL GUERRA IMPERIALISTA
EN GUERRA CIVIL DE CADA PROLETARIADO
CONTRA SU PROPIA BURGUESÍA, CONTRA SU PROPIO ESTADO !
Compañeros y compañeras:
Las palabras se las lleva el viento. Los hechos son los que cuentan.
Los Estados de las potencias imperialistas más poderosas del planeta, reunidos en la OTAN dijeron que bombardeaban Yugoslavia "en defensa de los derechos humanos", "en defensa del pueblo de Kosovo", "en defensa de la paz"... Palabras y más palabras, pero hoy, cuando van a cumplirse ya dos meses de devastadores bombardeos, ¿cuáles son los los hechos?...
1. Los bombardeos han ayudado decisivamente al régimen imperialista de Milosevic a desplegar, a escala desconocida hasta entonces, la represión contra el pueblo kosovar...
2. Los bombardeos han ayudado asimismo insustituiblemente a ese mismo régimen capitalista, en crisis, de Milosevic, a arreciar, de forma impune, en la represión contra cualquier voz que se alce contra él en la propia Serbia...
3. El grueso de los 700.000 refugiados kosovares que, desde el inicio de los bombardeos, han salido del infierno de Yugoslavia, están sufriendo hoy un segundo infierno no mejor: el de los campos de concentración en los que, por la fuerza y en insufribles condiciones de existencia, les mantienen las propias potencias imperialistas occidentales que han desencadenado la guerra y que, mientras que sí encuentran dinero para que la OTAN siga masacrando con sus mortíferas bombas y misiles a los proletarios serbios, no lo hallan para atender, como personas, a los refugiados kosovares, cuyos padecimientos tan cínica e interesadamente, por otra parte, exhiben ante su propia opinión pública.
4. Las bombas y misiles de la OTAN que arrasan Yugoslavia -incluido Kosovo- no han matado ni perjudicado ni a Milosevic ni a la burguesía yugoslava, pero sí que han masacrado a miles de proletarios y han dejado sin trabajo, ¡en un país cuyo índice de paro ya superaba el 28 %!, a otros centenares de miles de trabajadores serbios cuya miseria creciente es hoy pasto abonado para los grandes negocios de los ricachones estraperlistas.
Pero aún hay hechos, causados por esta guerra, más peligrosos, para el futuro del conjunto de las masas trabajadoras del planeta que los que acabamos de referir...
> En Rusia, los bombardeos de la OTAN han desencadenado el ascenso, como nunca, de un movimiento chovinista nacional que exige la defensa, por medios militares, de Yugoslavia, y que es recibido con creciente simpatía por una burguesía y un Estado rusos, no por alicaídos menos imperialistas, que, incapaces de mantener las mínimas condiciones de supervivencia de sus propios proletarios, no pueden por menos que ver en ese ímpetu bélico hacia una nueva guerra "por la salvación de la patria", que empieza a crecer, a ojos vista, en el país, la forma de dar salida, como ya intentaron, en el pasado, aunque fracasadamente, con la guerra en Chechenia, a la olla a presión, a punto de reventar, en la que se ha convertido hoy la sociedad rusa.
> En el seno mismo de la Alianza, y bien que todavía a espaldas del público, la imposición de la actual guerra, por parte de Washington, conforme a sus propios intereses imperialistas de ganar la mano a Alemania, a través de la acción militar de la OTAN, en el avance colonizador que ésta viene realizando, desde su reunificación, hacia el Este de Europa y Rusia, no pasará en vano. Ya hoy, Alemania y, tras ella, buena parte de la "Unión Europea" (UE) negocian entre bambalinas, con Moscú y Belgrado, planes de "paz", al margen de la OTAN norteamericana, cuyo sistemático sabotaje por parte de la Casa Blanca, llegando al extremo incluso de bombardear la Embajada china en la capital yugoslava, sólo hace que impulsar, a medio plazo, la gestación, bajo el liderazgo indiscutido de Berlín, de un bloque imperialista "europeo" (no sólo económico, como ya lo es en la actualidad, sino también político y militar) tendente a disputar la supremacía del mundo al actual líder norteamericano.
A la luz de la actual guerra de los Balcanes y de los problemas insolubles de la vigente revolución productiva informática para proporcionar medios de vida a los esclavos asalariados incluso de los países capitalistas avanzados; a la luz del rearme que prosigue de todas las grandes potencias imperialistas del mundo -ahora, de la mano de la actual guerra, otra vez, también de Rusia-, y a la luz del avance de la OTAN norteamericana hacia Rusia misma y de los conflictos económicos y políticos crecientes que todo ello está originando, en primer lugar, entre Washington y una, de nuevo, poderosa Alemania, que apenas si precisa ya de seguir cubriendo púdicamente sus propios intereses imperialistas con la piel de cordero de la UE, sólo cabe una conclusión fehaciente para el proletariado: el capitalismo de nuestros días se encamina, otra vez, ineludiblemente, paso a paso, hacia una nueva guerra imperialista en Europa, una nueva guerra imperialista mundial de la que la actual de los Balcanes juega el papel de preparación, a semejanza de como lo hicieran, con respecto a la I Guerra Mundial, la guerra balcánica de 1913 o, con respecto a la segunda gran carnicería imperialista, la guerra española de 1936-1939.
Entonces, ¿qué hacer?... ¿Luchar, quizás, para "detener la guerra de los Balcanes"?...
Así se expresan la mayor parte de quienes hoy protestan contra ella. Pero llamar a detener esta guerra con una nueva "paz" imperialista que deje en pie a Milosevic y al resto de Estados balcánicos, que compiten en capitalistas e imperialistas, a nivel local, con el yugoslavo; llamar a detenerla con las grandes potencias imperialistas de la OTAN y su redivivo rival Rusia, incólumes, medrando en la zona y negando la libre autodeterminación de todos los pueblos balcánicos, es tanto como burlarse del honesto sentimiento de paz que albergan en lo más hondo de sí las masas trabajadoras. La "paz" imperialista de Dayton, con la que, bajo el dictado de Clinton, los mismos Estados poderosos del planeta que forman la OTAN salvaron la piel a Milosevic no hace ni cuatro años, cuando tras la derrota del Ejército serbio en la Krajina miles de soldados desertaron, con sus armas, de las unidades militares en retirada para unirse de forma harto amenazadora para el Estado capitalista, a las columnas de los dos centenares de miles de refugiados serbios que huían hacia Yugoslavia del avance, a sangre y fuego, del Ejército croata, es la que precisamente ha traído los lodos de la actual guerra imperialista... ¿Qué entonces, sino otra y mayor carnicería antitrabajadora prepararía ahora, en los Balcanes y, a la sombra de ellos, a escala mundial, una nueva "paz" burguesa que, haciendo, de hecho, de Kosovo un protectorado colonial, instalara en la zona, de forma permanente y cara a cara, bajo la bandera de la OTAN, la de la ONU o la de cualquier otro organismo capitalista internacional, inventado para el caso, a las tropas de esas mismas grandes potencias imperialistas a las que el desarrollo de la actual contienda ha hecho entrar en conflictos intestinos crecientes?...
¡La emancipación de la clase trabajadora será obra de ella misma! ¡Sólo el propio proletariado, con su propia revolución que derroque a todos los Estados burgueses del planeta y abra la vía de la liquidación del capitalismo y de toda explotación del hombre por el hombre, la vía del sepultamiento de la sociedad de clases y del advenimiento de un auténtica comunidad humana mundial, conquistará, de verás, la paz que anhela, en su fuero interno, todo explotado y oprimido!
El primer paso hoy, para ello, es empezar a luchar, a organizarse, contra la guerra imperialista de los Balcanes, como clase independiente, como clase cuyos intereses son irreconciliables con los de la clase explotadora, la capitalista. Por ello, en lugar de llamar hipócritamente a "Detener la guerra de los Balcanes", mediante la acción de Conferencias imperialistas -por ejemplo, de la ONU- o de Parlamentos burgueses -por ejemplo, el español o el italiano- este Comité llama a todos los proletarios y proletarias conscientes a unirse a sus filas, de frente único de clase, para hacer realidad una CONFERENCIA PROLETARIA INTERNACIONAL CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA DE LOS BALCANES.
Entonces, ¿qué hacer?... ¿Limitarse, acaso, a condenar tanto a la OTAN como a Milosevic?...
El "Ni OTAN ni Milosevic" no construirá, de por sí, ninguna fuerza verdaderamente proletaria capaz de alzarse contra la guerra, capaz de defender efectivamente los intereses del conjunto de los explotados y oprimidos del planeta.
Para luchar, de veras, contra Milosevic, el único camino real de las masas trabajadoras serbias pasa por confraternizar con las kosovares y volver, ya desde hoy, las armas contra su propia burguesía serbia, encabezada, a día de la fecha, por Milosevic. Todo empieza, para vosotros, proletarios serbios, hermanos, por volver las armas contra vuestro propio Estado capitalista e imperialista yugoslavo, por echarlo abajo...
Para luchar, de veras, por su propia liberación, el único camino real del pueblo kosovar, es volver las armas, asimismo, contra su propia burguesía traidora y vendida al imperialismo mundial que, liderada por Rugova, se apresta a intentar desarmar al Ejército de Liberaciónde Kosovo (ELK). Vuestro enemigo, proletarios y oprimidos de Kosovo, no son, así, vuestros hermanos, los proletarios explotados de Serbia. Con o sin uniforme, ¡confraternizad con ellos!, pues no será de la mano ni de Rugova ni de la OTAN, ¡sino precisamente luchando contra ellos, en unión con el proletariado serbio y el del resto de los Balcanes y del mundo!, que los kosovares oprimidos conseguirán su libertad.
Proletarios y proletarias de los Estados de la OTAN:
De que el proletariado serbio ha empezado a hacer suyo que su primer enemigo está en su propio país, dan testimonio las manifestaciones con las que, en estos últimos días, las masas trabajadoras serbias han empezado a exigir abiertamente que se devuelva a sus casas a sus hijos reclutados para el Ejército, miles de ellos muertos ya en la guerra. ¡Ése es también el camino a seguir por el proletariado de los Estados de la OTAN: el de la lucha contra sus propios criminales, el de la movilización de cada destacamento trabajador contra su propia burguesía, contra su propio Estado capitalista criminal!
Para luchar, de veras, contra la OTAN, el único camino real de los proletarios de uniforme de las grandes potencias imperialistas occidentales, pasa por desobedecer y sabotear -por mor de la confraternización con sus hermanos, los proletarios yugoslavos- las criminales órdenes recibidas; pasa por preparar, con método, mediante la creación, desde hoy mismo, de COMITÉS DE SOLDADOS CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA, el momento en que será preciso (por ejemplo, si hay invasión terrestre, y lucha militar directa entre el Ejército yugoslavo y los de la OTAN) volver las armas contra el propio ejército al servicio de la propia clase explotadora. El único camino real para luchar de veras contra la OTAN, por parte del grueso de las masas trabajadoras de dichos países, pasa por su MOVILIZACIÓN Y ORGANIZACIÓN DERROTISTAS REVOLUCIONARIAS CONTRA LOS INTERESES IMPERIALISTAS DE LA BURGUESÍA DE SU PROPIO PAÍS; pasa por la asumición pública, como propia, ya desde hoy, y en contra del respeto reaccionario a esas fronteras de los Balcanes que ahora están reventando por sus cuatro costados y que fueron impuestas históricamente, a través de la fuerza militar, por las grandes potencias imperialistas, de la lucha por el LIBRE E INCONDICIONAL DERECHO A LA AUTODETERMINACIÓN DE TODOS LOS PUEBLOS BALCÁNICOS.
Por ello, en lugar de limitarse a exclamar "Ni OTAN ni Milosevic", este Comité explica, allÍ donde ya alcanza su voz, que el MAL MENOR, PARA EL PROLETARIADO, EN ESTA GUERRA, ES LA DERROTA DE SU PROPIO PAÍS, DE SU PROPIA BURGUESÍA, DE SU PROPIO ESTADO, y aboga por la derrota, en particular, de esos dos miembros de la OTAN, el Estado español, opresor histórico, donde los haya, de pueblos, y el Estado italiano cuyo sojuzgamiento histórico y contemporáneo sobre Albania ha sido y es uno de los elementos responsables de la actual guerra fratricida que se libra entre los explotados y oprimidos serbios y kosovares.
Entonces, ¿qué hacer?... ¿Lanzar ruidosas consignas "por la guerra de clases"?...
No es con prédicas evangelizadoras que se avanzará un ápice en la organización efectiva del derrotismo proletario revolucionario contra la guerra imperialista en los Balcanes. Quien, de veras, quiera luchar por transformar la actual guerra imperialista en revolución social de los explotados contra los explotadores, quien no quiera, en realidad, hacer de la repetición huera de ésa y otras fórmulas, bellas palabras que esconden la miserable renuncia a llevar verdaderamente adelante la lucha revolucionaria contra la guerra imperialista, deberá pasar a organizarla, en la práctica, en unión con el resto de proletarios que combatimos contra ella.
Por lo mismo, todo proletario honesto, auténticamente dispuesto a combatir esta guerra antitrabajadora, tiene lugar en nuestro Comité, pues no en vano, éste ya agrupa, en un marco clasista de democracia proletaria, que garantiza, en todo momento, la libre expresión e independencia organizativa de cada cual, a compañeros pertenecientes a partidos y a otros que no. Nada, absolutamente nada, puede justificar la división de los proletarios en la lucha contra la guerra imperialista. Nuestro Comité, convencido plenamente de ello, no se limita, en consecuencia, a estigmatizar como ajeno por completo a nuestra clase, por burgués o mezquino, todo interés -parcial, de partido, o de secta- que se oponga a esta organización y lucha comunes que impulsamos, por los intereses del conjunto del proletariado, sino que se dirige, en particular y fraternalmente, a todos los proletarios avanzados honestos, estén organizados donde estén, a todas las fuerzas que realmente pertenecen a la clase explotada.
Compañeros y compañeras -os decimos-: ¡venid a organizar con nosotros, conjuntamente, unitariamente, el frente único proletario contra la guerra imperialista en los Balcanes! ¡Preparemos unidos el puño proletario que deberá alzarse mañana contra la próxima guerra imperialista mundial a la que ya se encamina esta sociedad burguesa que no hace más que deparar, a los proletarios y oprimidos de todo el planeta, alienación, miseria y masacres, cada vez más insoportables!
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes
22 de mayo de 1999
¡Proletarios de todos los países, uníos!
COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA
EN LOS BALCANES
ÉSTAS SON NUESTRAS BASES...
1. El Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes es un organismo de frente único proletario, abierto, por tanto, sin distinción de ideología o filiación política, a todo proletario y proletaria del mundo que comparta las presentes bases.
2. En conformidad con los términos de su declaración constitutiva, el Comité se marca, como objetivo de su actividad, la reunión de una Conferencia Proletaria Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes que tome el relevo del presente Comité en la organización efectiva, a escala internacional, de la lucha internacionalista proletaria consecuente, contra la actual guerra, esto es, el derrotismo revolucionario, tanto en los propios Balcanes como en el seno de las grandes potencias imperialistas de la OTAN.
3. Es miembro del Comité todo aquel compañero y toda aquella compañera que, declarando, de forma explícita, su acuerdo con la declaración constitutiva de éste, las presentes bases y cuantos otros nuevos documentos, aprobados por el Comité, sean considerados, por éste, en el futuro, vinculantes, es aceptado previamente por el Comité en sus filas y se integra en los trabajos cotidianos de éste.
4. El patrimonio común del Comité, cuya defensa es exigible a todos sus miembros, está constituido exclusivamente por sus documentos expresamente decididos como vinculantes. Por lo demás, el Comité adopta sus decisiones por mayoría simple, sin menoscabo en momento ni lugar alguno de la libre expresión, interna y pública, de cada uno de sus miembros.
5. Dado el carácter internacional de su composición, el Comité adopta como forma de funcionamiento:
a) La celebración de encuentros plenarios ordinarios destinados a permitir la participación directa en ellos de todos sus miembros.
b) La constitución, bajo decisión soberana de dichos encuentros, de un Secretariado Permanente encargado de dirigir, de forma cotidiana, y a todos los efectos, las labores de conjunto del Comité entre encuentro plenario y encuentro plenario.
6. El Comité sufragará sus actividades mediante la libre y voluntaria aportación de todos y cada uno de sus miembros, así como mediante las colaboraciones recibidas.
7. La disolución del Comité -bien en el seno de la Conferencia Proletaria Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes, bien a resultas de la finalización de la actual guerra que motiva su formación- deberá ser acordada, para hacerse realidad, por escrito público que cuente con el refrendo de la mayoría de miembros de éste.
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes
Barcelona, a 22 de mayo de 1999
¡Proletarios de todos los países, uníos!
COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
Correspondencia (escribir -sin otra mención-): Apartado de Correos nº 265 - 08080 - Barcelona (España)
E-mail:
cpi-guerra@lettera.net — https://members.tripod.com/cpi_guerra/balcanes.htm
CONSTITUIDO EL COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
El pasado 22 de mayo se formó, en Barcelona, el Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes, cuyo objeto es -según explican su declaración constitutiva y sus bases- "hacer realidad una Conferencia Proletaria Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes" que organice efectivamente, "a escala internacional", "la lucha internacionalista proletaria consecuente, contra la actual guerra, esto es, el derrotismo revolucionario, tanto en los propios Balcanes como en el seno de las grandes potencias imperialistas de la OTAN".
El Comité, consciente de que su labor revolucionaria por la transformación de la guerra imperialista en guerra civil, en cada Estado, entre la clase explotadora y la explotada -trabajo de derrotismo revolucionario que, en la línea del organizado por el Partido Bolchevique de Lenin contra la I Guerra Mundial, proclama como primer enemigo a batir por el proletariado de cada país, su propia burguesía y su propio Estado, inclusive si ello supone volver las armas contra éstos- tiene y sólo puede tener, por el momento, un carácter ampliamente minoritario, puesto que nada tiene que ver con las nefastas ilusiones, sembradas por los poderosos y sus ayudantes de izquierda en las masas trabajadoras, acerca de que una nueva "paz" imperialista en los Balcanes pudiera evitar un nuevo y mayor estallido del conflicto en la vía históricamente ya abierta, en nuestros días, de la preparación, por el capitalismo, de la nueva guerra imperialista mundial, cada vez más necesaria para la marcha de su economía en crecientes dificultades, es consciente asimismo de la importancia de levantar públicamente esa bandera en estos momentos en que la OTAN y el Estado yugoslavo de Milosevic, de forma combinada, masacran a los proletarios y oprimidos serbios y kosovares y que, en particular, los los principales Estados imperialistas del mundo llevan a cabo esa farsa criminal bajo la pantalla hipócrita de "la defensa de los derechos humanos".
El Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista de los Balcanes que, en sus Bases, rechaza expresamente ser ningún organismo de partido, sino "de frente único proletario, abierto, por tanto, sin distinción de ideología o filiación política, a todo proletario y proletaria del mundo" dispuesto a combatir, de veras y consecuentemente, contra la actual guerra, formula, en su declaración fundacional un llamamiento explícito a la organización, en común, de la lucha contra esta contienda antitrabajadora, por parte de "todos los proletarios honestos" "estén organizados donde ésten".
Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes.
Barcelona, a 29 de mayo de 1999
Carta abierta a los proletarios y proletarias con conciencia de clase
POR UN COMITÉ PROLETARIO
CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES
Queridos compañeros y compañeras:
CONSIDERANDO:
1. Que la guerra imperialista, iniciada por la OTAN en los Balcanes, anuncia días cruciales para el conjunto de los proletarios y oprimidos del planeta...
2. Que suceda lo que suceda y se diga lo que se diga en los próximos días, semanas y meses, la guerra actual, y sus consecuencias bélicas a la vista, preparan, de forma objetiva, las condiciones para una futura III Guerra Mundial imperialista de amplitud y efectos devastadores sin precedentes, destinada a desangrar a la nueva generación de jóvenes proletarios que ahora sube, generación a la cual el capitalismo ya no puede ofrecer siquiera un puesto de trabajo, merecedor de ese nombre, por explotador que éste sea...
3. Que de esa bárbara determinación guerrera que hoy emerge ya a la superficie de la sociedad burguesa, no nos sacará a los explotados, ni a nuestros hijos, ningún Gobierno o partido de los explotadores, ninguna OTAN ni ONU capitalistas, ninguna Constitución o Parlamento democráticos o dictador burgueses, sino que deberemos ser nosotros mismos lo que nos alcemos contra ella, oponiendo nuestros propios intereses de clase a los del capitalismo que nos conduce, para su mayor beneficio, a matarnos entre nosotros...
4. Que el primer paso en esa larga lucha que sólo podrá concluir, favorablemente para los proletarios y oprimidos, con la revolución social, debe ser dado ahora mismo, comenzando a luchar unidos contra esta guerra imperialista en los Balcanes, con la que se está enfrentando a los explotados serbios y kosovares entre sí y a los proletarios serbios con los proletarios de los países capitalistas occidentales, para único y exclusivo beneficio de nuestros explotadores: las clases burguesas que hacen negocio -¡hoy más que nunca, con la guerra!- a cubierto de los Estados criminales de los Milosevic, Rugova, Clinton, Schröder, Jospin, Blair, D'Alema, Aznar, y demás líderes de los países beligerantes...
5. Que, en la línea de las lecciones históricas reportadas por las anteriores guerras imperialistas y revoluciones, esta lucha proletaria -para ser verdaderamente eficaz, a la postre- no puede limitarse a la denuncia de los bandos criminales de Milosevic y de ese brazo armado de Washington que es la OTAN del títere, pero ya con las manos manchadas de sangre, Solana. Por el contrario, debe preparar, ya desde hoy, la organización efectiva, en el momento adecuado, del derrotismo revolucionario, esto es, de la movilización de cada destacamento proletario, en primer lugar contra su propia burguesía y su propio Gobierno, incluyendo, bajo la forma en que las condiciones lo permitan, el llamamiento a que los proletarios y oprimidos de uniforme desobedezcan y saboteen las órdenes militares recibidas y confraternizando con sus hermanos proletarios del otro bando, acaben volviendo las armas que los explotadores les han confiado, para asesinarse entre sí, contra sus propios opresores más directos, el Ejército, la clase capitalista y el Estado de su propio país...
6. Que, en el cuadro de esa lucha contra la guerra imperialista, por la emancipación de nuestras cadenas, los proletarios defendemos, sin condición previa alguna, el libre ejercicio a la autodeterminación (llegando hasta la separación efectiva si tal es la voluntad popular) del pueblo de Kosovo y del resto, sin excepción, de los pueblos balcánicos.... y
7. Que nada, absolutamente nada, ni nuestras diferencias más profundas de pensamiento y de acción, justificaría que permaneciéramos de brazos cruzados, renunciando a defender el futuro de nuestros jóvenes, ante la guerra antiproletaria en curso y que tampoco nada excusaría (¡nada!) que no lo hiciéramos actuando unidos, sobre unas bases comunes claras, contra nuestros enemigos, sin menoscabo alguno de la libre expresión, por parte de cada cual, y en todo momento y lugar, de sus propios planteamientos...
PROPONGO
Que los compañeros y compañeras que compartimos las anteriores reflexiones nos encontremos el próximo 22 de mayo en Barcelona con el propósito de constituir un COMITÉ PROLETARIO INTERNACIONAL CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES cuyo objetivo declarado sea la reunión efectiva de una CONFERENCIA PROLETARIA INTERNACIONAL CONTRA LA GUERRA IMPERIALISTA EN LOS BALCANES que asuma la tarea de movilizar al proletariado de los todos países contra ella y organice el DESPLAZAMIENTO DE UNA DELEGACIÓN PROLETARIA INTERNACIONAL A KOSOVO, YUGOSLAVIA Y CUALQUIER OTRO PAÍS DE LOS BALCANES O DEL ESTE DE EUROPA QUE PUDIERA ENTRAR, MIENTRAS TANTO, EN LA GUERRA, CON OBJETO DE REUNIR, ALLÍ MISMO, EN UN ENCUENTRO INTERNACIONAL DE CONFRATERNIZACIÓN CLASISTA, A LOS PROLETARIOS Y OPRIMIDOS DE TODOS LOS ESTADOS CONTENDIENTES.
Ignacio Rodas *
Barcelona, a 25 de abril de 1999
* Ignacio Rodas (Núcleo Marxista Hilo Rojo), uno de los fundadores, en 1997-1998, del extinto Comité de Internacionalismo Proletario con el Movimiento Revolucionario de Albania, es autor, entre otras obras publicadas, del prólogo y epílogo, a la 1ª ed. en español, del libro de John Reed La guerra en Europa oriental (Ed. Curso, Barcelona, 1998) en los que se aboga contra la actual guerra imperialista en los Balcanes. Para correspondencia postal: Apartado de correos 265 - 08080 Barcelona -.
POR EL FRENTE ÚNICO PROLETARIO CONTRA LA BURGUESIA... POR LA UNIDAD DE LA CLASE EXPLOTADA EN LUCHA POR SUS PROPIOS INTERESES… Compañero, compañera: Si deseas ser informado/a de futuras iniciativas al respecto, ponte en contacto con las direcciones postal o E-mail del Comité Proletario Internacional contra la guerra imperialista en los Balcanes… Correspondencia postal: Escribir (sin otra mención) al Apartado de correos nº 265 - 08080 Barcelona - España E-mail: |
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