BEETHOVEN


La historia nos relata las diferentes formas de manifestación artística que el hombre ha llevado a cabo. La música es quizá una de las que más ha cultivado, habiendo varios géneros de ella. Dentro del género de música clásica encontramos a fines del Siglo XVIII y principios del Siglo XIX una de las personalidades más relevantes innovadoras y geniales que la historia del arte musical registra. Me refiero al gran LUDWIG VAN BEETHOVEN.

Este compositor alemán nació en Bonn, su padre quiso utilizarlo como niño prodigio, pero no dio el resultado que esperaba. Un primer maestro Christian Neefe le dio a conocer a Bach, Haydn y Mozart. En 1782 BEETHOVEN podía reemplazar a su maestro en el órgano. En 1789 entró en la universidad y cuando Haydn paso por Bonn le mostró algunas composiciones suyas. Tres años después fue a Viena para trabajar con Haydn cuyas enseñanzas fueron completadas por Albrechtsberger (contrapunto) y Salieri (escritura vocal).

La aristocracia vienesa apreció a BEETHOVEN como virtuoso del piano y compositor de música de cámara; vivió casi siempre en Viena. Su carácter orgulloso e independiente le hacia vivir replegado en si mismo; su misantropía aumento con la aparición de una sordera progresiva.

En 1802 escribió el Testamento de Heiligenstadt, en el que se ponen de manifiesto su desesperación y pesimismo. El archiduque Rodolfo discípulo suyo y los príncipes Lobkowitz y Kinsky le ofrecieron una pensión de 4000 florines anuales para que no abandonara Viena. Pero en 1811 la bancarrota que siguió a las guerras napoleónicas disminuyó sensiblemente el valor de la renta. La penuria económica, las preocupaciones de su familia, la sordera total y una salud precaria ensombrecieron sus últimos años.

Dos rasgos fundamentales caracterizan la vida y la obra de BEETHOVEN: libertad y soledad. Para lograr la primera tuvo que ser revolucionario; para no perecer en la segunda, tuvo que amar. Cuatro aspectos principales marcan el arduo camino que conduce a su alma inmensa: las obras, las cartas, los cuadernos de conversación, documento conmovedor escritas entre 1816 y 1827, el año de su muerte, por medio de los cuales el artista sordo se mantuvo penosamente en contacto con el mundo y otro documento, finalmente no menos emocionante: el diario íntimo.

Murió en Viena el 26 de marzo de 1827. Su entierro fue seguido por una inmensa muchedumbre y Grillparzer, el primer poeta austriaco de su tiempo, pronunció la oración fúnebre.

BEETHOVEN pasó por varias etapas en su labor creadora, se establecen generalmente tres. Las obras de la primera etapa dejan sentir la influencia de Haydn y Mozart y en ellas tiene gran importancia el piano. La segunda etapa se caracteriza por la búsqueda instrumental y orquestal. En el tercer período, el más incomprendido de su tiempo BEETHOVEN recobra la libertad de la suite.

BEETHOVEN escribió música instrumental, vocal y para el teatro con notable predominio de la primera. Cabe citar las siguientes más importantes obras:

nueve sinfonías, siendo la novena la también llamada coral que en su último movimiento cuatro solistas y coro mixto cantan el texto de la Oda a la Alegría de Schiller (1823); cinco conciertos para piano y orquesta; un concierto para violín y orquesta; 32 sonatas para piano; 10 sonatas para violín y piano; 5 tríos para piano, violín y violonchelo; 16 cuartetos de cuerda; Missa Solemnis con coro y orquesta; lieder; la opera Fidelio con las tres oberturas de Leonora; las oberturas Egmont y Coroliano y otras muchas obras, hasta un total aproximado de 260.

Esta es solo una breve semblanza de un rebelde solitario atormentado por su terrible tragedia, admiramos su gigantesco esfuerzo, su titánica energía, su voluntad inquebrantable, su temperamento que en búsqueda eterna creó sus propias leyes vitales y artísticas.

ARQ. PEDRO KLEINBURG

XE1RAE

5ª SINFONIA

6ª SINFONIA "PASTORAL"

7ª SINFONIA

Música de fondo "Claro de Luna"