MA: Qué delicada esta plantita. ¿Puedo tocarla...? ¡Ups! ¡¿Qué pasó?!...
¡¡¡Se le achicharraron las hojas!!!
Angie
(sonriendo): La mimosa es un arbusto que parece delicada pero sin duda no lo
es; posee un sistema de defensa muy eficaz contra los animales. Simula ser
un vegetal sin vida al cerrar sus hojas, de esta manera se muestra poco
apetecible para los posibles depredadores que a ella se acercan. Esto es
posible gracias a un mecanismo que se encuentra en la base de sus hojas,
compuestas por numerosos foliolos pequeños que se contraen. El origen de
esta planta está en América del Sur, y más concretamente en Argentina y
bosques brasileños. Las flores de esta planta, son redondeadas y aparecen en
las puntas de las ramas. Son de color rosado y florecen en primavera y
verano.
MA: ¿Cómo debemos cuidarla?
Angie: Le gustan los lugares semisombreados o ligeramente soleados. Se
siente a gusto cuando las temperaturas rondan los 20º C. y necesita una
elevada humedad en el ambiente, por lo cual, será conveniente pulverizarla
frecuentemente con agua en los meses más cálidos. Las podas no son
recomendables porque inhiben la floración. Debemos, además, cuidarlas de las
corrientes de aire que la tornan mustia muy rápidamente y posibilitan la
invasión de pulgones y ácaros. Hay que cultivarla en suelos blandos, muy
bien drenados, en los que exista una importante presencia de arena y
regarlas 2 veces por semana. Resiste bien el invierno, siempre y cuando no
se alcancen temperaturas cercanas a los cero grados, pero es fundamental
ubicarla en zonas resguardadas del viento frío, en Argentina esto se logra
plantándola contra un muro o grupo de arbustos de hoja persistente que la
proteja de los vientos del Sur y del Oeste.
MA: ¿Que más nos puedes decir sobre ella?
Angie: Puede cultivarse también en macetas amplias, no es necesario
transplantarlas ya que las plantas viejas pierden su gracia, es por esto que
se las renueva cada uno o dos años, reemplazándolas por plantas nuevas. |