El domingo en la mañana, el mismo Presidente de la República anunció a través de su programa radial la destitución del actual presidente del Instituto Nacional de Hipódromos, Francisco Vega Hernández, quien de esta manera pasa a la historia como uno de los más controversiales dirigentes que ha tenido la hípica nacional, a la par de ser uno de los que menos tiempo ha durado en el cargo.
Fueron muchos los rumores que se estaban colando desde la semana anterior -desmentidos por el I.N.H.- y a la final aparentemente privó la justicia, ante un hombre con una visión definitivamente muy limitada del hipismo, muy dado a la polémica y muy poco dispuesto para la conversación. En el corto tiempo aplicó medidas que únicamente sirvieron para escandalizar y al parecer la situación irregular de cobro de comisiones para otorgar nuevas concesiones a los centros hípicos fue lo que desbordó el vaso, al conocer algunos detalles supuestamente revelados por gente involucrada en estos actos de corrupción.
Por ahora, queda como presidente del Instituto Nacional de Hipódromos el Dr. Gonzalo Asuaje, veterinario de profesión, aunque ha formado arte de las estructuras de poder dentro del ente desde el gobierno anterior de Luis Felipe Carbonell, cuando entre otras cosas estuvo al frente de la división de Fomento Equino y Servicios Veterinarios, gestión durante la cual la hípica se vio afectada por situaciones escandalosas, como la devastadora epizootia de influenza equina que obligó a la suspensión de varias jornadas de carreras y hasta provocó muerte en varios equinos, y por otro lado el caso de la "dormidera", que al final no tuvo solución. Hasta ayer, el Dr. Asuaje se desempeñó como miembro del Directorio del I.N.H. en representación del Ministerio de Agricultura y Cría (Vice-presidente) y queda como encargado temporal de la presidencia, hasta que el ministro haga un nuevo nombramiento o lo ratifique.
Nuestro hipismo vive una situación delicada y necesita gente nueva, con una visión distinta de los problemas y sus soluciones. Esperamos que el cambio que se produzca sea para bien y en definitiva el rumbo que se tome sea el correcto.