Realmente, aunque lo hemos intentado, nos ha sido imposible entender las razones que motivan las decisiones que ha tomado este gobierno hípico. Después de tanto escándalo con los toma-tiempos, la situación está igual. El acceso controlado a las caballerizas duró menos de una semana; se le ofreció a los Centros Hípicos eliminar las vende-paga y convertirlos en bancas oficiales, respaldadas por el gobierno nacional; se prohibe a los funcionarios declarar; el presidente del I.N.H. no recibe prácticamente a nadie; se eliminan las transmisiones perjudicando a los hípicos que quieren saber qué es lo que sucede y -a pesar de la crisis que hay con la caballada actual, no tanto por el número, sino por las lesiones- se anuncia un día adicional de carreras -miércoles- para La Rinconada y el traslado del programa de Santa Rita para los sábados en la noche.
¿En qué cabeza puede caber una medida como ésta?. Durante varias semanas ha sido bien difícil conformar los programas dobles de 12 carreras cada uno, y es normal un porcentaje de retirados muy elevado (este año es cercano al 15,5%), lo que nos deja en evidencia que las carreras generalmente son "llenadas". Adicionalmente, está el problema con las inscripciones: ¿harían dos procesos de inscripciones cada semana? ¿Alguien ha pensado en esto?. Ese criterio tan absurdo de que hacen falta más carreras para que la jugada aumente es totalmente infundado, y es una prueba más del desconocimiento que tienen quienes manejan el I.N.H. en relación a cómo y porqué funciona el hipismo.
Más que demostrado está que cuando hay un buen espectáculo la afición responde, volcándose a la taquilla -y a las bancas, por supuesto- para superar cualquier expectativa. Los récords se generan siempre que hay un gran clásico, y jamás cuando hay más carreras, pero esto es algo que parece demasiado obvio como para que sea entendido por los que se han empeñado en hundir al hipismo venezolano. En estos tiempos lo que necesitamos es menos carreras, pero mejor conformadas, con una programación moderna, orientada hacia los buenos caballos y en ningún caso hacia perdedores y ganadores de una, que actualmente copan más del 70% de la programación en el principal hipódromo del país.
Insólito en todo esto es que los gremios de propietarios y criadores no se han pronunciado (aunque sí lo hicieron con lo de las transmisiones). Aceptan tácitamente todo lo que sucede y no han sido capaces de entender que ante medidas como ésta se juega el futuro de nuestro hipismo, y quienes toman las decisiones no tienen interés alguno en esto. ¡¡¡ Hasta cuando seguimos así !!!