Proclama del 16 de abril
Texto de la proclama leída en el Obelisco


Orientales: este es un mensaje para construir la esperanza. La inmensa mayoría de nuestro pueblo – es decir nosotros - está atravesando un grado alarmante de "penurias materiales" toda vez que no puede ver resueltas sus condiciones más elementales de vida. Pero no es menor el grado de "penuria interna" que nos afecta cuando se nos muere la esperanza, cuando no encontramos una perspectiva humana, un sentido de realización concreta de valores universales a nuestra vida. No se puede vivir sin esperanza.

Es al mismo tiempo un mensaje al conjunto del pueblo oriental, a todas las uruguayas y los uruguayos honestos, a todas las organizaciones sociales representativas del quehacer productivo, social, científico, cultural y político del país. En los tiempos de infortunio nacional, los Uruguayos hemos aprendido la noble lección de encontrarnos. Pero lo hemos hecho siempre en una situación de extrema gravedad y para decir con mucha fuerza NO VA MAS.

Como en 1983 nos juntamos frente a este mismo obelisco por las libertades civiles, hoy volvemos a reunirnos reclamando a esta administración un gesto de humildad para reconocer que el modelo económico ha fracasado rotundamente y que comparta con nosotros el sentimiento de que lo que no es bueno para los uruguayos no es bueno para el país.

¡ El país se nos hunde y lo tenemos que sacar adelante! ¡Toda la sociedad Uruguaya tiene que decidirse a actuar para estabilizar y profundizar la democracia!

Y esto es necesario porque quienes gobiernan los destinos del país pretenden hacernos creer que lo que nos pasa es una fatalidad de la historia. Las cosas son como son... y no pueden ser de otra manera. Como si ellos no tuvieran nada que ver. Como si nosotros no tuviéramos nada que ver. ¡Sabemos que no es así ! La historia la construimos los pueblos, los hombres, las mujeres, los jóvenes.

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El pensamiento único, inunda toda la sociedad generando falsas expectativas.

En sus esquemas neoclásicos, no hay cabida para las soluciones de carácter productivo y solidario. "Desregulación de los mercados", "privatización del patrimonio nacional", "flexibilidad del mercado laboral", "costos laborales y rebaja salarial", etc. forman el sentido común de los orientadores de las políticas. Y esto es así porque ellos conciben la sociedad –y por tanto se esfuerzan por construirla a su imagen y semejanza- como una selva agresiva y salvaje. La sociedad es la suma de individuos egoístas que buscan "maximizar su ganancia"; el mecanismo del mercado es el más eficiente asignador de los recursos y por lo tanto la intervención del estado es un factor de ineficiencia en el funcionamiento económico; el valor surge de la utilidad subjetiva que presuntos "consumidores" individuales le asignen a las mercancías, no surge del trabajo; la competitividad surge de la mejor combinación de los "factores de producción" en la empresa considerada aisladamente, no es un sistema construido socialmente, etc, etc, .......... son los lugares comunes de los neoliberales.

Esta suerte de "ley del mas fuerte", de "selección natural" aplicada a los seres humanos, las empresas, las organizaciones, los países, esta concepción de la sociedad basada en que el hombre es lobo del hombre, está instalada en el poder, y es la responsable de la situación de miseria y penurias cotidianas de cientos de miles de uruguayos.

Por eso el actual proyecto de país socava día a día el tejido social uruguayo. Por eso ante la insensibilidad oficial, convivimos con los niños que debiendo estar en la escuela, ofrecen sus "servicios" en las calles y en las esquinas por algunos pesitos. Un drama escandaloso de la actualidad, que de perpetuarse, de convertirse en estructural, está hipotecando todo el futuro de nuestra nación y ante el cual cualquier hombre o mujer sensible debiera rebelarse.

Muchas veces se apuesta al desconocimiento o la ignorancia de las cosas. Los países más pobres, las naciones subdesarrolladas pagan muy caro los consejos y sugerencias de asesores que explican las bondades del mercado como asignador de recursos, de la sabiduría de la oferta y la demanda para arreglar todas las cosas de este mundo. En cambio los países ricos practican el proteccionismo de la producción y del trabajo de su gente, invierten en obras públicas, reducen la tasa de interés, fomentando la inversión como caminos idóneos para atenuar las crisis cíclicas y para desarrollarse. Además cuentan con seguros sociales importantes y los estados ágiles, eficientes y fiscalizadores, intervienen directa y fuertemente apoyando la marcha de sus economías nacionales y de los bloques regionales que integran y promueven todos los días. Sin embargo, nosotros aplicamos el liberalismo sin cortapisas que nos exportan a los países pobres y como testigos pasivos comentamos el proteccionismo que aplican hacia adentro de sus fronteras.

HAY QUE DECIRLE BIEN FUERTE A ESTOS SEÑORES QUE LAS SOCIEDADES NO FUNCIONAN COMO LO INDICAN SUS MODELOS ABSTRACTOS! TAMBIÉN DEBEMOS DECIRLES QUE NO NOS RESIGNAMOS AL PAPEL DE OBSERVADORES PASIVOS FRENTE A LOS RESULTADOS DE LA APLICACIÓN DE ESTE MODELO.!

La sociedad no es la suma de individuos egoístas, hay relaciones sociales, hay colectivos, hay dinámicas fraternas. Creemos que el mercado no logra resolver todos los asuntos humanos. Que el trabajo nos ha convertido a lo largo de miles y miles de años en seres humanos, y que sin trabajo no solamente nos morimos de hambre, sino que nos vamos deshumanizando. Por eso los problemas de la marginación y la exclusión social, los problemas de la seguridad ciudadana, el gravísimo problema de que en estos últimos años se viene agudizando la penosa diáspora de cientos de miles de Uruguayos obligados al exilio. Según cifras oficiales son 12000 las familias destruidas en los últimos 4 meses . Todos estos problemas hay que analizarlos a la luz de la crisis en el trabajo y la producción nacional, a la luz de la desesperanza y falta de perspectivas en que tienen sumido a nuestro pueblo.

En definitiva en contra de lo que se piensa y se hace desde las altas esferas creemos que:

no existe otra forma de existencia social que no sea sobre la base del trabajo como actividad creadora de la vida. 
Es necesario abrirle paso entre todos a una estrategia de desarrollo productivo con una justa distribución de la riqueza. 
Es necesaria la profundización de nuestra Democracia. Esta estrategia de desarrollo productivo sustentable y de justicia social no puede construirse solamente desde el sistema político; también debe participar en su elaboración el conjunto de la sociedad, a través de sus organizaciones. 
¡¡¡ Es posible y necesario construir entre todos un país mejor !!!

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El 35 % de las empresas han quebrado desde el 98 a la fecha. Particularmente en el agro 15 productores abandonan su explotación por día. Aquellos que aún subsisten en la actividad, no pueden concretar sus perspectivas de desarrollo padeciendo un endeudamiento que en las actuales condiciones los torna inviables.

A esta altura seguramente mas de 225 0000 desocupados, desocupación que en algunos departamentos trepa hasta el 20%; según el Banco de Previsión Social 75000 trabajadores estuvieron en el Seguro de Desempleo durante el año 2001; mas de 500000 trabajadores en condiciones de informalidad, sub-ocupación o precariedad; el país hundido en la desesperanza y el bajón generalizado; los jóvenes con los ojos puestos en emigrar; los problemas de la infancia y la educación; amplísimos sectores empresariales desconformes, no solamente están lanzando una bofetada a las falacias del gobierno, sino que están diciendo a viva vos que nuestro Uruguay está paralizado y que estamos ante la crisis terminal de una concepción de país, que estamos asistiendo al agotamiento definitivo de determinando modelo económica.

Esta dura realidad no es sustancialmente diferente a las vivencias latinoamericanas en general y a la de los vecinos más próximos en particular. Somos testigos de realidades sociales dolorosas como la nuestra, cuyas resultancias son el caos, la confrontación entre hermanos, el desencanto y la angustia como sentimientos cotidianos. Por ello es necesario abrir las tranqueras de un verdadero diálogo entre todos los actores involucrados en el diseño de una estrategia de desarrollo para nuestro país, por lo que queremos evitar...... y por lo que queremos construir.

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Tomemos algunos ejemplos de la realidad actual:

Hace pocas semanas pudimos apreciar el asombro y la preocupación de los principales actores de la prensa, de la política y de los negocios frente a la noticia de que Uruguay había perdido el "grado inversor". Las calificadoras internacionales les dirían a partir de ese momento a sus clientes que en Uruguay no hay condiciones para la inversión. ¿De que inversión está preocupado el equipo económico? Evidentemente no de la inversión productiva, donde cada vez son más los inversores nacionales que se quedan por el camino. Se trata de la inversión especulativa, de la venta de bonos del tesoro y de préstamos para cubrir el enorme agujero producido por este modelo económico. De espaldas a la producción nacional y vestidos de gala para atraer al venerado inversor internacional se quedaron sin visita, mientras asistían impávidos a la agonía del auténtico inversor nacional y de nuestros trabajadores. No es que no nos preocupe el "grado inversor" que refleja - a pesar de las posibles arbitrariedades de las calificadoras internacionales -, la imagen de nuestro país en los circuitos financieros mundiales. Pero lo que está quedando demostrado es que sin el crecimiento y el desarrollo de una economía real, anclada en la producción, son efímeras las preocupaciones del gobierno por cautivar a los inversores. La economía burbuja, la del permanente endeudamiento con los organismos financieros internacionales, la de las importaciones indiscriminadas, la de las desproporcionadas ganancias del sistema financiero, sin un anclaje en la vida productiva real, está agotada.

El país de la improvisación y de la incertidumbre que genera, de la falta de una cultura productiva y de la negligencia del estado ya no da para más. Veamos lo que pasó con la aftosa. En aras de preservar un mercado nuestros vecinos de Argentina ocultaron la enfermedad y a pesar de que hasta un meteorólogo podía predecir la venida de la aftosa, el gobierno debilitó los servicios de sanidad animal del MGAP que perdió gran parte de sus recursos. Ahora aunque ya no se hable tanto del tema el país todo sufre las consecuencias. Por ejemplo, los productores de carne han perdido el 30% de sus ingresos y los trabajadores están parados o con sus salarios sumergidos. Esta es una demostración de a lo que puede llevarnos la improvisación, y la falta de políticas productivas, en este caso de políticas ganaderas y sanitarias sustentables y construidas con todos los involucrados, política que por otro lado solamente se puede construir en el plano del Mercosur.

Nos preguntamos Así como la devaluación en BRASIL se veía venir, también se veía venir en ARGENTINA. ¿Por qué no nos adelantamos nunca a los problemas? ¿ Será que siempre reaccionamos a las medidas de los demás? ¿Porqué no nos encaminamos a diseñar las políticas productivas para estimular el trabajo de los Uruguayos?

Desde que asumió el gobierno actual, sólo se preocupó de reducir el mercado interno bajando la inversión pública en 100 millones de dólares, lo que significó perder 20 mil puestos de trabajo, reduciendo los salarios públicos e incentivando a rebajar los salarios privados y por lo tanto reduciendo las jubilaciones. Ahora aplican un nuevo ajuste fiscal. Cuando se hacen imprescindibles medidas para sacar al país del pantano, cuando se hacen necesarias "medidas anticíclicas", el gobierno toma "medidas procíclicas". Es decir, preocupados unilateralmente por el déficit fiscal, reducen la inversión productiva del estado (por ejemplo en viviendas), generan una nueva contracción de la ya casi paralizada economía, en un círculo vicioso que genera ante la mayor paralización, menores posibilidades de recaudación por parte del estado. Lo que pretenden "ahorrar" mediante reducción del gasto público, se les irá como arena entre los dedos debido al mayor gasto en Seguros de Paro de los trabajadores parados y la menor recaudación por concepto de impuestos no pagados de...... ¡¡¡¡ las empresas cerradas !!!!

Asimismo el país también ve menguado sus ingresos por la caída de las exportaciones producto de la pérdida de competitividad del sector.

La concepción del gobierno para la "competitividad" del país no tiene perspectivas. Ellos solo se fijan en los llamados "COSTOS". No se trata de que este aspecto no tenga importancia, pero en un país como el nuestro, cuyas empresas grandes son pequeñas al lado de las empresas Argentinas y más aún de las Brasileras, y que son microscópicas al lado de las grandes empresas de los países ricos y desarrollados, ¿Puede Uruguay competir en base a productos estándar y de bajo costo? Estamos convencidos que la situación expresada en forma de dilema es la siguiente: URUGUAY SERA PRODUCTIVO O NO SERA. Para resolver esta encrucijada el país debe definir un perfil productivo para insertarse en un mundo cada vez más difícil y complejo, no en base a los "costos" mirados unilateralmente, sino sobre la base de la CALIDAD, EL CONOCIMIENTO Y EL VALOR AGREGADO, COMO UNICO DESEMPEÑO VIABLE PARA EL URUGUAY. En el discurso muchos dirían que están de acuerdo, pero en la práctica el crecimiento de la informalidad, de la precariedad, la subocupación, los salarios de hambre, la ausencia de una política de estado enfocada a la competitividad auténtica que estimule al empresario que "emprende", están demostrando que hasta ahora el país viene tomando el rumbo del deterioro de sus relaciones sociales.

Asumimos el compromiso serio y responsable, como parte de las cadenas productivas para agregarle valor y calidad a nuestros productos. Pero exigimos políticas comerciales activas y marcos monetarios y cambiarios adecuados para profundizar una estrategia nacional y regional de inserción internacional.

Sin políticas productivas activas, sin un proceso de democratización de las relaciones laborales que promueva organizaciones productivas dinámicas y complementadas, que posibiliten la movilización del conocimiento de nuestra gente, lo cual implica sin dudas promover las libertades sindicales y la negociación colectiva informada e inteligente, no se puede producir bienes y servicios de altísima calidad. Con la conmoción diaria que significa no saber si mañana tendrás trabajo, con empresarios que no saben a ciencia cierta si se verán obligados a cerrar su establecimiento, no es posible una estrategia productiva basada en serio en la calidad.

El país está paralizado. Estamos ante una EMERGENCIA SOCIAL Y PRODUCTIVA. La falta de perspectivas y la irresponsabilidad del Gobierno, nos han conducido a esta situación. El modelo económico aplicado en los últimos 30 años atraviesa su fase de agotamiento definitivo. Ahora son necesarias cambios sustanciales en el modelo a seguir.

Hemos acordado una serie de medidas e instrumentos concretos como ideas para un proceso de debate nacional con los ojos puestos en sacar al país de la crisis y abrirle paso a un proyecto de desarrollo productivo justo y sustentable. No es momento aquí de enumerar todas las propuestas construidas que son viables de existir la necesaria voluntad política. Aquí nos referiremos a otro aspecto más importante aún.

En el debate publico están planteados una serie de temas que reflejan determinada lógica de razonamiento. El déficit fiscal, la política monetaria y cambiaria, las presuntas "reformas estructurales" ya sean de primera, de segunda o de tercera generación, etc, etc. Se trata de debates sobre instrumentos, sobre medios. El problema es cuando los instrumentos opacan a los fines. Esta espiral de preocupaciones meramente instrumentales, está implicando una racionalidad negadora de los fines. Las cifras, los medios de la discusión técnica, deshumanizan y des-socializan a la economía. Los números se convierten en más importantes que la suerte de los hombres y mujeres de nuestro país.

Nuestro planteo está dirigido a construir otra forma de razonamiento en donde los fines primen sobre los medios. El objetivo de nuestras propuestas apunta abiertamente a aquel concepto Artiguista del fin supremo del buen gobierno. Nos referimos a la "pública felicidad".

Un Uruguay productivo, con justa distribución de la riqueza, con una estrategia de inserción internacional potenciadora de nuestras cadenas productivas, de democracia ampliada, apunta directamente al bienestar de nuestra gente.

¿ Qué otro objetivo deben perseguir sino este, las políticas del estado?

Por eso son necesarios cambios estructurales de un sentido bien diferente a los soñados y proyectados por los actuales orientadores de estas políticas.

Por ejemplo ubicando en una lógica diferente al debate sobre las empresas públicas y más en general sobre el aparato del estado. El asunto no es pulverizarlo. Esas políticas, mal discutidas y peor implementadas, ya han arrojado resultados espantosos en los países hermanos. El asunto esencial es como generar consensos nacionales para transformar las empresas públicas y el estado en general, en un sentido de mejores servicios a la población y de trabajo nacional, es decir en la perspectiva de su contribución al desarrollo productivo y social del país.

Por ejemplo abriendo la agenda del desarrollo tecnológico propio, con el objetivo de delinear un sistema de nacional de innovación, concebido desde nuestras necesidades, para procesos intensos en conocimiento productivo, para generar el mayor valor agregado posible, para maximizar nuestra formación profesional.

Para ello es necesario abrir los espacios de encuentro para que desde cada rincón de la sociedad, nos pongamos en movimiento para alumbrar una estrategia productiva para el Uruguay y para resolver las necesidades básicas de nuestra castigada población.

En ese sentido elevamos una propuesta de una nueva articulación entre el sistema político y las organizaciones sociales. Por eso se hace necesario que todos los actores uruguayos podamos aportar nuestro ladrillo para reconstruir la esperanza. Necesitamos planes concretos para generar trabajo y desarrollo, para ensanchar el mercado interno y producir para la exportación. Estos planes, estas "políticas de estado" concebidas para pensar un país para su gente y para las décadas futuras, no puede construirse aisladamente desde el sistema político. Es necesario abrir una negociación con la participación de todos los actores involucrados. PROPONEMOS LA CREACIÓN DE UN ÁMBITO PARA EL DISEÑO DE POLÍTICAS PÚBLICAS RELATIVAS AL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL, PENSADO PARA DEFINIR ESA ESTRATEGIA DE DESARROLLO PRODUCTIVO Y SOLIDARIO QUE TANTA FALTA LE HACE AL PAÍS. Ámbito enriquecido en su integración por la participación de los actores sociales.

Que en principio dirima las acciones urgentes e imprescindibles para salir de la crisis generando las condiciones para el país que queremos.

A nuestro entender los ejes para empezar a cambiar son:

Reactivación del mercado interno, que representa el 85% de nuestro producto bruto interno y es pilar fundamental en la generación de empleo. 
Defensa de la producción nacional frente a la presión de productos de fuera de la región altamente subsidiados. 
Reactivación del sector exportador a través de políticas comerciales activas como fuente imprescindible de recursos para atender nuestros compromisos internacionales y financiar nuestro crecimiento. 
Reformulación del papel del estado potenciándolo como factor de desarrollo nacional y de respaldo del aparato productivo y como mecanismo de redistribución social de la riqueza. 
Reformulación del MERCOSUR. La construcción de un MERCOSUR integrado macroeconómicamente, de complementación productiva, democrático y solidario, no solamente es una condición necesaria para nuestro desarrollo económico sino para el afianzamiento de nuestra soberanía. 
Ámbito que además sea Idóneo para analizar, discutir y definir las cuestiones nacionales de largo aliento, que le sirva a la sociedad toda y respalde a nuestro aparato político–parlamentario en las encrucijadas históricas. Donde los Uruguayos todos definamos que tipo de estado queremos, que tipo de Empresas Públicas queremos, que tipo de inserción productiva y comercial regional e internacional queremos. Por lo tanto ámbito que trate todas las cuestiones de fondo, que nos van a comprometer por los próximos 30 o 40 años. Aquellas que necesitan del concurso de las grandes mayorías, para darle sustento en el tiempo, y para poner a disposición de las diferentes organizaciones sociales todos los elementos para involucrarnos y comprometernos con ellas, con alma y corazón.

En tal sentido los convocantes de este acto, manifestamos la voluntad de conformar una Mesa Permanente para trabajar por estos objetivos planteados.

Solo podremos salir de esta situación si nos disponemos a construir escenarios de negociación entre los diferentes actores para sacar el país adelante, para delinear un proyecto nacional de desarrollo con todos los involucrados. Sin trabajo y sin pan, no hay democracia auténtica. Sin ciudadanos libres y en condiciones de participar creativamente en la producción de la vida –eso es el trabajo para nosotros- no hay democracia real. Que no se diga que esta propuesta va en desmedro de la institucionalidad democrática. ¡Al contrario! Quienes aquí estamos hemos hecho mucho por la democracia. Justamente se trata de fortalecerla. Los problemas del diseño de un nuevo proyecto de país son tan complejos, que requieren del aporte y la participación de todos los involucrados en el asunto, sin ciudadanos de primera y de segunda categoría. Generando relaciones productivas y dinámicas entre el sistema político y los actores sociales, ambos saldremos fortalecidos.

Se trata de una gran cruzada por el Uruguay orientado al desarrollo productivo, orientado al crecimiento sustentable, humanizante fraterno y solidario y en ese sentido convocamos a todas las fuerzas sociales y políticas a encontrarnos para abrirle paso a ese país posible. Como en los grandes momentos del Uruguay, como lo decía José Gervasio Artigas, "nada podemos esperar, sino de nosotros mismos". Con ese propósito, tenemos que encaminarnos a derrotar el bajón, a reconstruir la esperanza, a cerrarle las puertas a las correntadas de botijas que estamos mandando al destierro !!!!!!!.

Es hora de poner el corazón, la cabeza y las manos a esta empresa histórica. Por todo esto convocamos a un gran movimiento para cambiar el país. Somos un pueblo rebelde, el del éxodo del pueblo oriental, el de la conquista de la democracia y el que ahora alumbrara las condiciones para un proyecto de país basado en el desarrollo productivo nacional, con justicia social que nos inserte en la región rescatando así el legado Artiguista para los de ahora y para los que vienen en el futuro.

Reivindicamos nuestro derecho de pertenecer a un lugar, trabajar en él, educar a nuestros hijos, preservar nuestra familia y nuestra cultura, sin dejar de participar en un mundo que ha podido internacionalizarlo todo menos a los pueblos y a sus valores nacionales.

Desde el pasado, lo reclaman nuestros muertos. Desde el presente lo reclaman nuestras familias. Desde el futuro, lo reclaman nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos.

POR EL TRABAJO Y LA PRODUCCIÓN NACIONAL

PORQUE OTRO URUGUAY ES POSIBLE

¡ Y PORQUE TODOS JUNTOS PODEMOS !

Obelisco a los constituyentes

Montevideo 16 de abril de 2002.