LA MIGRACIÓN BOERS A GORBEA
A principios del siglo XX, llegaba a Chile un grupo bastante numeroso de holandeses provenientes de Sudáfrica, que se habían establecido donde trabajaron principalmente en la construcción del ferrocarril. Cuando terminó la segunda Guerra Boers, la que llevaría finalmente a la anexión inglesa de ambas repúblicas, en 1902, estos emigrantes decidieron regresar a su país de origen, muchos de ellos, después de una larga permanencia en campos de concentración. Poco después de su regreso a Holanda, se les presentó la posibilidad de emigrar hacia Chile con ayuda del gobierno chileno.
El
4 de mayo de 1903, un grupo superior a los 200 emigrantes holandeses zarparon en
el barco a vapor “Oropesa”, de la compañía naviera Pacific
Steam Navigation Company, desde la Rochelle (La Pallice) en Francia. En su mayoría, los emigrantes habían
nacido en Holanda: 35% era originario de Holanda Septentrional y Holanda
Meridional; 13% de Brabante del Norte, 9% de Zelandia e igual número de
Güeldres.
Sólo un decena de niños había nacido en Sudáfrica (Pretoria, Johannesburgo,
Valkrust, Roode Koog, Muurfontein, Platrand, Watersaltoon). Entre los emigrantes
había un pequeño grupo de solteros, pero, los demás eran todos matrimonios con
niños (algunos tenían incluso 5 niños). La
travesía se realizó por el Estrecho de Magallanes, ya que el Canal de Panamá
se inauguraría recién en 1914. El 4 de junio de 1903, es decir, exactamente un
mes después de haberse embarcado, los inmigrantes pusieron pie en territorio
chileno, en el puerto de Talcahuano. La zona específicamente reservada para los holandeses se encontraba en la región
de la Araucanía (provincias de Malleco, Cautín y Valdivia), un territorio que
recién en 1883 pudo ser conquistado a la población indígena originaria, los
Mapuches, y colonizado. El 5 de junio arribaron en tren a su destino final, la ciudad de Pitrufquén, ubicada al sur de Temuco, próxima al caserío de Donguil. Otro grupo de holandeses llegó poco después a Talcahuano, en el “Oravia” y el “Orissa”. La colonia holandesa en Donguil fue bautizada como “Colonia Nueva Transvaal”. Allí se establecieron más de cincuenta familias con el propósito de comenzar una nueva vida. Más tarde les seguirían otras veinte. Las familias estaban encabezadas por los siguientes inmigrantes: Jan Baptist Bakx, Nicolaas Blankevoort, Hendrik Boll, Willem Bout, Hendrik Willem Bruggink, Hendrik (N.G.) Gravendaal, Cornelius van Dijk, Hubertus van Dijk, Jan van Dijk, Adriaan Doll, Petrus Doll, Thomas Dommisse, Nicolaas de Groot, Johannes Gunther, Franz Hagedorn (alemán), Gerardus Happe, Johannes Cornelis Heijboer, Petrus Cornelis van der Horst, Adriaan Jans, Jan Keuter, Anton Hendrik Klaasens, Alberto Knyff, Andries Kolck, Andries Kroon, Willem Lankhorst, Thomas Hendrik Le Clercq , Hendrik Lourens, Jan Louwerens, Petrus Paulus van der Lubbe, Gerrit Jan Migchelbrink, Hendrik Johannes Nije, Dirk Nordman, Thomas Oltmans, Jan Osterhout, Lodewijk Ottens, Franciscus van der Ploeg, Hendrik Adriaan Rinnoij, Reiner Rovers, Cornelius Sanders, Gerardus Schalk, Johannes Petrus Schalker, Gerrit van Sloten, Gerardus Theodorus Strooij, Gerardus Tervooren, Jan Tijmes, Johannes Frederik Tolhuijsen, Mattaeus Tundermann, Julius Ulrich (posiblemente alemán), Matthaeus Vliegenthart, Piet de Vos, Nicolaas Leonardus van Weezel, George (J) Wenselaar, Karel Wickel. ![]() Para
algunos el trabajo en la tierra no estaba exento de problemas. La primera
cosecha de trigo en 1904 no fue buena, pero el cultivo de papas tuvo mejor
resultado. A partir de 1905 comenzaron a cosechar también avena, betarragas,
arvejas y porotos y empezaron a plantar árboles frutales (cerezas, manzanas,
ciruelas, nogales y castañas). En
conformidad al contrato, existía la obligación de vivir y trabajar dentro de
la colonia “Nueva Transvaal”. Pero algunos intentaron eludir esa prohibición
y establecerse en otros lugares donde podían percibir mejores ingresos. Los
holandeses que se establecieron fuera de la colonia fueron finalmente los que,
al parecer, tuvieron mayor éxito, principalmente, los que se dedicaron al
comercio. Enrique Nije, por ejemplo, instaló una fábrica de limonada y
cerveza en Gorbea, se convirtió en mayorista de madera trabajada y accionista
de “Periodística”. Esta editorial era propietaria del periódico “Voces
Coloniales”, fundado el 23 de enero de 1907. Juan Keuter fundó una
empresa similar y posteriormente una fábrica de barriles. Las familias
Osterhout y Bout se establecieron también en el mismo villorrio de Gorbea. Entre
el 7 de febrero de 1907 y el 18 de febrero de 1909 arriba el último grupo de
familias “bóers”. Son 10 familias con un total de 45 personas que se
establecen en la empresa agrícola Rupanco. Casi todos son agricultores. La
mayoría llega con el barco “Thuringia” y el “EDFU”, al
puerto de Corral. Otros arriban a Talcahuano, en el “Ortega”. Sus
jefes de familias fueron : Juan Teod Arutz, Cornelio
Kuyper, Juan Pool, David Ihle, Jaco Hendricksen, Corne Disselkoen, Enrique Ruta,
Pedro Worp, I. Blaasembuer, G. Bakker. Para
algunos de los emigrantes holandeses, el desafío fue demasiado grande o bien
pudieron encontrar mejores empleos en otros lugares. De los emigrantes
originales de la “Colonia Nueva Transvaal”, aproximadamente un 25%
retornó a Holanda, se mudaron a ciudades grandes o a otros países del
continente americano: Tunderman se fue a Santiago, Lankhorst a Talcahuano,
Wenselaar y Knyff a Holanda y Van der Ploeg a Argentina. Los
principales problemas que debieron enfrentar fueron: asistencia deficiente a su
llegada, escaso conocimiento del
idioma español, no cumplimiento por parte del gobierno chileno de las
obligaciones contraídas en relación con la entrega de ganado, mortalidad
animal, carencia de herramientas adecuadas, clima difícil especialmente para
los que llegaron en junio, es decir, a comienzos del invierno chileno, cosechas
decepcionantes, principalmente de trigo. Pero el mayor problema fue la
incapacidad de aquellos que tenían otro historial profesional, en la minería y
los ferrocarriles. A muchos les faltaba un conocimiento cabal de la agricultura
y la ganadería. Finalmente, muchas parcelas fueron ocupadas por otras personas,
especialmente mapuches. En la actualidad aún hay descendientes de aquellos emigrantes holandeses. Muchos de los apellidos de los habitantes originales de “Colonia Nueva Transvaal” existen todavía: Wickel, Heijboer, Jans, Le Clercq y van Weezel. La mayoría reside todavía en los alrededores de Temuco (VIII Region) y Valdivia (IX Region). Salvo algunas excepciones ya ninguno de ellos habla holandés. |
Los antecedentes expuestos, corresponden a las investigaciones realizadas por el antropólogo Daniel Quiroz Larrea.