Dejando de lado los motivos,
atengámonos a la manera correcta de llorar,
entendiendo por esto un llanto que no ingrese en el
escándalo, ni que insulte a la sonrisa con su
paralela y torpe semejanza. El llanto medio u
ordinario consiste en una contracción general del
rostro y un sonido espasmódico acompañado de lágrimas
y mocos, estos últimos al final, pues el llanto se
acaba en el momento en que uno se suena enérgicamente.
Para llorar, dirija
la imaginación hacia usted mismo, y si esto le
resulta imposible por haber contraído el hábito de
creer en el mundo exterior, piense en un pato
cubierto de hormigas o en esos golfos del estrecho de
Magallanes en los que no entra nadie, nunca.
Llegado el llanto,
se tapará con decoro el rostro usando ambas manos
con la palma hacia adentro. Los niños llorarán con
la manga del saco contra la cara, y de preferencia en
un rincón del cuarto. Duración media del llanto,
tres minutos.
Manual
de Instrucciones
Julio
Cortazar