Cuando Urbano II recibió noticias que aseguraban el maltrato de los turcos seljúcidas hacia los cristianos que pelegrinaban a Jerusalén halló una importante oportunidad para establecer el dominio pontificio en Oriente. Entonces convocó, en 1095, en el Concilio de Clermont a toda Europa para organizar una cruzada. Pero no se trató de una expedición militar costeada por la Iglesia, sino por los mismos señores feudales que se alistaron en ella a cambio de nuevas tierras para administrar y la promesa de salvación divina y el perdón de todos los pecados.

Urbano II en el Concilio de Clermont

Es probable que la riqueza haya sido la causa por la cual tantos nobles (en su mayoría hijos segundos de la familia) se dirigieron a Oriente, pero fue seguramente la ideología de tal movimiento lo que guió, al grito de "¡Dios lo quiere!", a tantos campesinos vueltos soldados hacia Tierra Santa. Sin embargo fue la misma fe cristiana quien también los llevó a doscientos años de guerra, conquista, pérdida y matanza. De estos dos siglos tan violentos el legado más importante se manifestó en el comercio y contacto con el imperio musulmán.

 

De las 8 cruzadas enviadas a Tierra Santa sólo la primera logró obtener el Santo Sepulcro. Y únicamente se debió a un debilitamiento de los turcos, cuyo gobierno se encontraba fraccionado. [Nota: es importante conocer la diferencia entre turcos seljúcidas y musulmanes. Los musulmanes, durante la administración de los Santos Lugares nunca demostraron impedimentos para que los cristianos hicieran sus peregrinaciones. Pero los turcos, al expandirse territorialmente y tomar Jerusalén, no se mostraron tan piadosos hacia los cristianos como los sarracenos lo hicieron.] Luego de la conquista de Edesa, Antioquía, Trípoli y Jerusalén, los cristianos de la Primera Cruzada formaron a lo largo de la costa mediterránea una cadena de puertos y fortalezas para la defensa, a la que llamaron Ultramar. Los territorios obtenidos fueron rápidamente divididos en feudos, acorde al sistema europeo, lo que atrajo algunos problemas de soberanía.

 

1ª Cruzada (1096-1099). Comandada por Godofredo de Bouillon, Raimundo de Tolosa, Bohemundo de Tarento y Balduino. Conquistó Jersusalén.

 

Al pasar los años, mientras los cristianos se disputaban las tierras adquiridas y Constantinopla se enemistaba con ellos en lugar de aliarse, los musulmanes encontraron la oportunidad de restablecer el poder perdido de su imperio y comenzaron a realizar asedios a las adquisiciones francas en Oriente. Debido a estos ataques se organizó en Francia la Segunda Cruzada, para reforzar las defensas de Ultramar, intento que llevó al primer fracaso militar.

 

2ª Cruzada (1147-1149). Predicada por San Bernardo. Sus jefes fueron los monarcas Luis VII y Conrado III. Fracasó.

 

Ricardo I y Saladino en combate

 

La 3ª Cruzada (1189-1192) fue conducida por los monarcas Ricardo I, Felipe Augusto y el emperador Federico Barbarroja. (Ver mapa)

 

Hasta mediados del siglo XII los principados francos se apoyaron mutuamente y pudieron escapar del aniquilamiento total porque sus enemigos musulmanes todavía estaban divididos. Pero a partir de 1150, se rompió ese precario equilibrio, y la unión de todo el Oriente musulmán se consiguió bajo la dirección de Saladino (Salah al-Din Yusuf),  sultán musulmán que fue respetado tanto entre los suyos como entre los cristianos. Saladino ocupó metódicamente Galilea, Samaria, las ciudades de la costa y finalmente obtuvo Jerusalén.

Recién entonces los europeos comenzaron a preocuparse y organizaron la Tercera Cruzada que consiguió, gracias a Ricardo Corazón de León, una tregua con Saladino por la cual Antioquía, Trípoli y la costa palestina entre Tiro y Jaffa eran reconocidas a los cristianos, permitiéndoles también la libre peregrinación a Jerusalén.

 

A partir de la Cuarta Cruzada el impulso que guiaba a las masas fue desapareciendo. La enemistad creciente con el imperio latino llevó a los cruzados a sitiar Constantinopla para facilitar un avance ofensivo contra los musulmanes que nunca se realizó. A esto llamaron Cuarta Cruzada, que terminó en el saqueo de Bizancio.

 

 

4ª Cruzada (1202-1204). Saqueo de Bizancio. 5ª Cruzada (1217-1221) Comandada por Andrés II de rey de Hungría. Fracasó.

 

Durante el siglo XIII se sucedieron una serie de expediciones militares que poca justicia hicieron al término de cruzadas. Si las posiciones cristianas se mantuvieron en Oriente fue gracias a la política de tolerancia que ejercieron los musulmanes. La Quinta Cruzada estuvo destinada a atacar el mismo Egipto, para debilitar las fuerzas musulmanas. Pero al llegar allá los cristianos tuvieron que emprender una desastrosa retirada.

 

La Sexta Cruzada no fue militar, fue diplomática. El Papa, al ver la riqueza del emperador germano, lo designó para atacar Tierra Santa. Federico II, que fue excomulgado por retrasarse en embarcar, partió así y todo para firmar un tratado con el Sultán mediante el cual obtuvo las tres ciudades santas de Jerusalén, Nazareth y Belén.

 

Federico II, Emperador Germano

 

6ª Cruzada (1228-1229) Federico II, obtuvo el libre acceso a Tierra Santa. 7ª Cruzada (1248-1254) Guiada por Luis IX. Fracasó. 8ªCruzada (1268-1270) Dirigida también por Luis IX,  fracasó.

 

San Luis (IX)

En el año 1244 Jerusalén fue tomada de nuevo por los turcos y de Europa partió la Séptima Cruzada al rescate comandada por el rey de Francia, Luis IX, que aunque logró llegar a Tierra Santa no consiguió nada. En 1267, Luis IX, que sería canonizado (sino era con esto... jeje), se embarcó nuevamente en la Octava Cruzada que lo llevaría a Túnez y a su muerte, y con ella al fin de las cruzadas.

 

El legado de las cruzadas

Sin duda la influencia oriental sobre la vida europea es un suceso histórico importantísimo. Resulta fácil imaginar cuánto se habría retrasado el despertar de Europa, y con él el desarrollo de la ciencia, el comercio y el advenimiento del Renacimiento. Parece, sin embargo, irónico que se halla conseguido mediante dos siglos de guerra, sin los cuales Occidente hubiera quedado estancada en la época medieval.

De Ultramar y Damasco llegaron nuevos tejidos, las rutas de comercio con China trajeron seda, así como del resto de Oriente llegaron pieles, plumas, vidrios, cerámicas, algodones; nuevas especias como el jengibre, la pimienta, el clavo, la canela, los dátiles, las almendras, el azúcar y el arroz. La vida cotidiana se vio favorecida con plantas aromáticas, perfumes, baños de vapor, espejos de cristal, alfombras; la medicina con el implemento de nuevos anestésicos y bálsamos; y la literatura se benefició enormemente con el empleo del papel.

La arquitectura también fue influenciada por Oriente, como la técnica en el empleo de las armas y la introducción de la pólvora que representó un elemento revolucionario en el campo bélico.

Nosotros usamos los números arábigos ¿no? Bueno, junto con esto también se produjeron desarrollos en la astronomía, que dejó de ser una pseudociencia (astrología), como pasó también con la alquimia que condujo a la química que hoy conocemos.

El comercio favoreció a los mercaderes, y debilitó a los grandes señores feudales. Surgieron las ciudades y el poder se centralizó de nuevo en el monarca, la sociedad europea se reestructuró totalmente. Y después dicen que la violencia no conduce a nada... (es una broma che).