Por:
Trincado, Joaquín (1931). Conócete a
ti mismo. Fisiología, Fixiognosia y Etnología del
Universo. Buenos Aires. Pág. 115 ..117.
La
Ley de amor,
es la madre de todas las leyes; todo lo domina y en todo impera; y si impera,
si domina y es madre, es porque tiene hijos e hijas.
Es
pues, su primer hijo y único, todo
el universo con los mundos y los hombres;
éstos tenían que tener maestros, con leyes que les imponen
como el preceptor al niño.
Es
la ordenadora de todas las cosas del universo infinito, e indefectiblemente
cumple, reuniendo todos los elementos que han de componer un mundo; reúne
todo lo necesario a un acontecimiento histórico en cada mundo y
todos para todos los actos de cada uno de los hombres que ha de realizar
en sus infinitas existencias, en todos los mundos.
La
ley de Justicia, es como un ser sin entraña ni sentimientos, porque
no ve más que obras, que es lo que tiene que presentar a la armonía
de la creación. Esta es la fe, que ha de presentar del cumplimiento
de la ley.
La
ley de afinidad, tiene como agente inexorable la ley de justicia; y son
los 2 brazos dignos de la ley de amor, cabeza única de ese concierto,
o gobierno supremo del Creador.
De
aquí que, el libre albedrío en daño de un segundo
(aunque no sea hombre ni espíritu directamente) es faltar a la justicia;
pues además del hombre y del espíritu con quien convivimos,
está la eterna creación en la que tenemos que trabajar. El
libre albedrío con daño, no es libertad; es libertinaje,
que es contrario a la santa libertad que se nos dio. La verdadera libertad
es sólo para el bien.
Por
la Ley de Igualdad y Compensación todos los hombres, en el
mundo, acatan la ley de justicia; que por ser el ejecutor de la ley de
amor, su cumplimiento implica la posesión de la ley madre y han
consumido y producido la misma cantidad de productos y desempeñado
todos los cargos y oficios, si no en categoría, con arreglo al progreso
que es por el que la ley mide a los espíritus,... sin que su posición,
estado, ni el dinero, hayan sido capaces de torcer la justicia
Por
justicia de necesidad estas leyes fatales se cumplen y ponen al fin la
armonía en cada ser y por ende, cuando la mayoría de los
hombres están en armonía individual, aparece la armonía
universal que hace leyes armónicas y de justicia; lo que no puede
ser, en tanto los hombres no aman.