Indice
Introducción
I.- Patrimonio indice
El patrimonio histórico arquitectónico de carácter
religioso, de la región oriental del país, es una muestra
de la actividad humana producto de los procesos socioculturales que entablan
los individuos de una sociedad en un espacio y tiempo determinado.
Las ruinas del Convento de San Francisco de Cumaná, construido
por los religiosos franciscanos hace quinientos años representa,
el sentido de realidades sociohistóricas forjadas desde los pasos
iniciales de la conquista material y espiritual sobre las milenarias culturas
aborígenes que poblaban el llamado Nuevo Mundo.
El intercambio de formas culturales diversas estructuralmente y, desde
donde se promueve el poblamiento y organización del territorio,
apuntalado por la actividad evangelizadora, definirá el carácter
de la nueva sociedad indohispánica. El periodo denominado por los
historiadores colonial y republicano son las bases fundamentales de la
Venezuela de hoy.
La política del imperio metropolitano, militar, administrativa
y financieramente se apoya, desde sus comienzos, en el esquema organizativo
de la iglesia cristiana; de esta manera los religiosos se convirtieron
en el soporte fundamental del proceso de conquista y colonización
de lo llamados territorios de Ultramar. La evangelización
comienza en Tierra Firme en 1498, con el asiento de los religiosos en las
costas de Cumaná en el tercer viaje….
Las iglesias y los conventos se convirtieron, primeramente, en el centro
de la actividad evangelizadora, que albergaron a los individuos que fomentaron
una nueva organización social, económica y religiosa. Todas
las ordenes religiosas que actuaron en América, tuvieron claro,
dentro de sus objetivos, la función del arte; por eso, procuraron
imprimirle a sus templos y monasterios el carácter de la Casa
de Dios. Siempre fueron las construcciones mas ricas, donde tuvieron expresión
el intercambio cultural entre estilos, técnicas y materiales de
construcción; por ello se pueden considerar como expresión
de una creación estética que obliga su valorización
como testimonio del acontecer histórico y cultural.
Las ruinas del Convento de San Francisco localizado en la ciudad de
Cumaná, principal de la antigua Provincia de la Nueva Andalucía,
hoy capital del estado Sucre y cuyo asiento se inicia a mediados del siglo
XVII, representa el producto social y cultural del proceso de poblamiento
y organización de la actividad evangelizadora desarrollada por las
distintas ordenes religiosas que transitan la región y, en particular,
de la orden de los mendicantes franciscanos
Las antiguas construcciones testimonian, primero, el resultado de la
adaptación de esquemas del Medioevo europeo al nuevo ambiente, de
técnicas y materiales de construcción y de una creación
artística singular; segundo, la evidencia histórica
cultural del desarrollo de la empresa evangelizadora que repercute no solamente
en el ámbito nacional sino también continental.
II. Conservación y Consolidación
#indice
El patrimonio histórico edificado y su conservación
y consolidación amerita soportes teóricos y técnicos
que sustenten el desarrollo de estudios especializado como proceso metodológico.
Este proceso tiene como objetivos, primeramente, la aproximación
a la imagen original de su pre-existencia, apoyándose en el conocimiento
de los materiales utilizados para su construcción inicial, de las
distintas modificaciones y usos que pudiere haber sufrido a lo largo del
tiempo, así como del entorno o contexto en el que se localiza y
su relación con el espacio y ambiente urbano. Por otro lado, en
el caso del patrimonio histórico religioso edificado en el oriente
venezolano,
resulta significativo indagar las distintas facetas del proceso evangelizador
que imprimieron a esas edificaciones, dentro de un contexto determinado
en tiempo y espacio, unas características particulares.
III. El registro documental #indice
La investigación documental apoyándose en estos dos
elementos intenta situar históricamente la expresión arquitectónica
del Convento de San Francisco, considerado por especialistas e investigadores
como la primera edificación religiosa construida en Tierra Firme,
evaluando su carácter patrimonial integral como uno de los
fundamentos del Proyecto de Vitalización en ruinas que adelanta
la Universidad de Oriente en su carácter de propietaria de la edificación.
En su primera etapa el estudio comprende la revisión y evaluación
de las fuentes documentales y bibliográficas localizados en los
archivos eclesiásticos y académicos nacionales y regionales.
Esta revisión incluye la literatura histórica clásica
producida con base en la información aportada por los cronistas
de los Siglos XVII, XVIII y XIX, así como la información
cartográfica, la historiografía moderna así como propuestas
metodológicas de proyectos anteriores sobre el área de estudio.
Informe Histórico #indice
1.- Consideraciones teórico-metodológicas
1.1.- Los monumentos históricos
en ruinas y la restauración preventiva.
La actividad dirigida a la conservación y recuperación
del Patrimonio Cultural construido se apoya en el reconocimiento y valoración
de un bien histórico, cultural, social y artístico interpretado
con base en un supuesto teórico que lo respalda. Cesare Brandi
señala que toda obra de arte -entendiendo los bienes patrimoniales
como tal- es, en primera instancia, un producto de la actividad humana,
actividad que supone una doble condición: la instancia estética,
es decir, la calidad de lo artístico y la instancia histórica
que corresponde al tiempo y lugar en el que fue realizado y al tiempo y
lugar en el cual se reconoce como tal. En el caso de
la arquitectura, Brandi identifica también la instancia de la utilidad,
que solo se pondrá en evidencia en función de las dos instancias
fundamentales con que se estructura la obra de arte en la percepción
que la consciencia hace de ella.
“La restauración constituye -según Brandi- el momento
metodológico del reconocimiento de la obra de arte, en su consistencia
física y en su doble polaridad estética e histórica,
en orden a su transmisión al futuro” . Por eso añade, en
el desarrollo de su teoría, como primer principio que la materia
de la obra de arte es el objeto de la restauración; por otro lado,
define la obra de arte como aquella que goza de una doble historicidad,
la que consiste en “el acto que la formuló, el acto de creación
-un autor, un tiempo y un lugar- y, en segundo término, lo que viene
dado cuando incide en el presente de una consciencia
La obra de arte, según Brandi, debe considerarse como una unidad.
Esta unidad no es solo una suma de partes sino que, si se encuentra fragmentada,
esta deberá continuar subsistiendo potencialmente como un todo en
cada uno de sus fragmentos; de allí que se establezca que toda obra
de arte se constituye como una unidad potencial originaria.
Comprender esas instancias en su contemporaneidad, es lo que se reconoce,
según el autor como segundo principio de ese momento metodológico,
entendiendo que “…la restauración debe dirigirse al restablecimiento
de la unidad potencial de la obra de arte, siempre que esto sea posible
sin cometer una falsación artística o una falsación
histórica, y sin borrar huella alguna del transcurso de la obra
de arte a través del tiempo.”
El proceso restaurativo sobre una obra de arte debe priorizar la dimensión
histórica sobre la estética. En relación al monumento
arquitectónico, que puede haber desaparecido prácticamente
o encontrarse como un residuo de la materia que lo ha compuesto, es decir,
como ruinas es, precisamente, el pasado de estas ruinas lo que resalta
su único valor y en relación al futuro respecto al cual
se debe asegurar su pervivencia. De allí que la
conservación de una obra de arte reducida a ruinas dependerá
fundamentalmente del juicio histórico que la envuelve .
En consecuencia “..la restauración, cuando se refiere a las
ruinas, no puede ser mas que consolidación y conservación
del status quo, pues en otro caso la ruina no sería tal, sino una
obra que todavía contendría una implícita vitalidad,
suficiente para emprender una reintegración de la unidad potencial
originaria.”
Por ello, en el caso de la ruina lo aconsejado es establecer una restauración
preventiva que se entiende como la conservación y salvaguardar
del status quo. En el caso de los monumentos históricos calificados
como ruinas, es necesario considerar, en suma, el espacio-ambiente de la
ruina que, para la arquitectura, alcanza el nivel de la problemática
urbana. La legitimidad -dice Brandi- de la conservación
de las ruinas radica, pues, en el juicio histórico que les otorga
como testimonio mutilado, pero aún reconocible, de una obra o hecho
humano.
La instancia histórica, también, debe comprender el problema
de la legitimidad de la conservación o eliminación
de los añadidos que ese monumento halla recibido en el transcurso
de su existencia y considerar que esos añadidos forman parte
de la historia y por tanto del quehacer humano que le da existencia;
como tales -agrega Brandi- tienen la misma condición para
ser objeto de su conservación.
1.2.- Propuesta metodológica #indice
Los procesos dirigidos a la recuperación física de
las edificaciones de valor histórico implican el conocimiento integral
de las mismas en tanto que producto de la acción humana, de un acción
colectiva de una sociedad en un lugar y tiempo determinados. Como
manifestación concreta de la cultura es posible su vitalización
e incorporación a la sociedad que lo produjo y, por ello, de reconocerle
como suyos, como testigo vivo del acontecer cultural, social e históricos.
El Proyecto de Vitalización del Convento de San Francisco de
Cumaná se sustenta en las proposiciones de la teoría de la
restauración con base en su condición de ruinas que por su
difícil lectura y comprensión amerita de una investigación
que abarque los aspectos no solamente físicos y estructurales sino
de su representación histórica y social. De esta manera
podrá ser determinado el uso que se le asigna para el futuro.
La propuesta metodológica que se formula se sustenta en la restauración
preventiva sobre la base de dos criterio: la intervención
directa definida por el concepto de ruinas que implica un grado primario
de restauración, es decir, la conservación y salvaguarda
del monumento arquitectónico y, la intervención indirecta
que se refiere a la consideración del espacio-ambiente, que
implica, en arquitectura, el problema del contexto urbano.
Las ruinas del Convento de San Francisco se presenta con un aspecto
diverso y casi irreconocible, mutilado, respecto al que originalmente tenia.”
El juicio histórico que se haga de esta ruina permitirá proponer
el ejercicio de una práctica restaurativa acorde con su condición.
Por ello se propone como objetivo central la restauración preventiva
para proceder a su vitalización en función del uso que se
le asigne.
La ruina de Convento de San Francisco está localizada en el núclieo
fundacional del Centro Histórico de la Ciudad de Cumana ,
decretado Zona de Valor Histórico por lo que deberá
ser reconocido en su contextualidad social, económica, política,
religiosa y cultural en el cual se inscribe, además de promover
su incorporación a la estrategia rescate y consolidación
que puedan proponer otras instancias de decisión.
Esta integración contextual alcanza el ámbito de
su utilidad social como bien cultural y educativo que implicará
dirigir el conocimiento a la comunidad a la cual pertenece con el objeto
de su relectura histórica crítica, que apunte al relevemiento
de los factores históricos que le han dado origen así como
aquellos que lo caracterizaron y condicionaron su destrucción, es
decir la musealización de todos los procesos investigativo
para su difusión y valoración colectiva.
El Proyecto de Vitalización de las Ruinas del Convento de San
Francisco de Cumaná propone un proceso metodológico integral
de restauración preventiva en la que la investigación histórica
y arqueológica revisten importancia para la sustentación
de esa unidad potencial y para la preservación de su imagen preexistente.
La posibilidad de conservarlas promueve la transmisión de todos
sus valores históricos, estéticos, culturales y sociales
a las generaciones futuras, así como la práctica científica
en el campo de la conservación integral del patrimonio histórico
edificado en Venezuela.
La tipología arquitectónica del Convento de San Francisco
de Cumaná permite, por un lado, el análisis de las modalidades
edilicias de las ordenes religiosas mendicantes propias del medioevo europeo
y su adaptación a las nuevas realidades y objetivos de nuevas provincias
americanas, el estudio constructivo estratigráfico y diferentes
usos espaciales así como su relación contextual física,
social y urbana en lo que resultara el primer asiento urbano en Tierra
Firma, dentro de la antigua Provincia de la Nueva Andalucía y la
ciudad de Cumaná.
2.- Relación histórica
#indice
2.1.- La Provincia de Cumana, antigua Nueva Andalucía
La Provincia de la Nueva Andalucía encierra en sus predios
al primer núcleo urbano establecido por los españoles en
Tierra Firme: la ciudad de Cumaná. La historia hispánica
de este ciudad se inicia a finales del Siglo XV, con el tercer viaje colombino
de 1498, cuando se descubren las costa de Paria.
Desde 1512 comienza el asiento de los primeros centros de actividad
religiosa en el Nuevo Mundo con la fijación de la población
indígena y española en pequeños poblados. Los religiosos
y españoles intentaban establecerse definitivamente en sus misiones,
pero una y otra vez los indígenas asaltaban los pequeños
monasterios de franciscanos, capuchinos y dominicos improvisados en pequeñas
chozas. El vocablo Cumaná es de origen indígena. Con esta
misma denominación se designaba el río y la costa marítima
entendida desde la entrada del Golfo de Paria hasta la actual región
de Pozuelos. (ver anexo Nº 1)
Las noticias de las atrocidades cometidas por los residentes españoles
en Nueva Cádiz (Cubagua) por la explotación de las perlas
son conocidas por las autoridades militares de Santo Domingo de la Española
y las congregaciones religiosas que ya tenían asiente en esa desde
1493. Cubagua representaba el objetivo fundamental para quienes buscaba
la riqueza. Sin embargo, las limitaciones de agua y alimentos, además
del requerimiento de mano de obra esclava obligaban a filibusteros y traficantes
a acercarse a las costas de Tierra Firme y violentar a la población
indígena. Esto impulsa el traslado de los religiosos a las costas
cumanesas para garantizar la organización de la población
indígena en centros poblados y adoctrinarlos en la religión
cristiana resguardándolos de las persecuciones de los esclavistas.
En 1523 Jácome de Castellón es enviado a las costas para
someter a la población y garantizar el suministro de agua tomada
del río Manzanares y luego trasladarla a la desértica Isla
de Cubagua. En su actuación como conquistador mató
prendió y esclavizó a muchos. Con el afán de proteger
esas costas y su población edifica una torre-fortaleza que llama
Santa Cruz de la Vista, situada en la desembocadura del río para
defender el sitio de los ingleses y holandeses. En 1530 un fuerte terremoto
destruye la torre junto con el poblado. En 1562 Fray Francisco de
Montesinos, en su recorrido por las costas refunda el poblado llamándola
Nueva Córdoba. Antes, en la segunda década del siglo,
1521, este primer asentamiento había recibido también el
nombre de Nueva Toledo, en otro intento de Gonzalo de Ocampo por cumplir
el mandato de la Audiencia.
El 24 de noviembre de 1569 Diego Fernández de Serpa es
designado por la Real Audiencia de Santo Domingo como Gobernador de la
Nueva Andalucía, y cumpliendo con las especificaciones establecidas
levantando el Acta por la cual se le dá el primitivo nombre de Cumaná.
“…de aquí en adelante, para todo el tiempo de siempre jamás
se nombre y llame la ciudad de Cumaná…”
Desde esta villa comienza la penetración militar y religiosa
hacia el sur del territorio provincial que ocupaba para esos momentos
lo que hoy conocemos como los estados Sucre, Anzoategüi, Monagas y
Bolívar, comprendiendo los siguientes límites: “partiendo
del Esequivo y Cayana que eran de la Guayana holandesa, seguía
la línea del mar por las bocas del Orinoco, Golfo Triste y Paria,
Península de Araya, continuando luego por la costa hacia el río
Unare; de allí subiendo se llegaba al pueblo de Pariaguán;
desde aquí echando la línea imaginaria que lo separa del
Nuevo Reyno de Granada, se llegaba hasta el Orinoco y de aquí hasta
el Amazonas”
Conformada ya política y militarmente La Provincia de Cumaná
o Nueva Andalucía fue el territorio en el que tuvo lugar la acción
evangelizadora de los religiosos franciscanos, capuchinos y dominicos desde
inicios Siglo XV hasta la Guerra de emancipación a mediados
del XIX. Este territorio formó parte de los llamados Añejos
Ultramarinos que dependían del Obispado de Puerto Rico. La inmensa
distancia entre la isla y tierra firme dificulta las comunicaciones por
lo que en un momento se piensa en su anexión a la Provincia de Caracas,
pero objetado por las autoridades permanece en la misma hasta 1790 cuando
es creada la Diócesis de Guayana quedando Cumaná agregada
a esta.
2.2.- Ordenanzas de poblamiento
y grupos indígenas #indice
Además del objetivo evangelizador de los religiosos franciscanos
y capuchinos asentados en la región, estos fueron responsables del
poblamiento, la economía y la vida cultural de los antiguos y nuevos
pobladores con el apoyo político y administrativo de la Corona.
En el caso de la Provincia de Cumaná el poblamiento y control
final del área resultó mas lento y tardío que en resto
de las provincias que formaron el actual territorio venezolano, “…los rasgos
físicos de la zona, compuesta por tres unidades morfológicas
diferentes: cordillera costera, llanos cumaneses y el delta…tomando en
cuenta que el primero oponía un obstáculo a la penetración
y, que en el estaban establecidas las poblaciones mas pacíficas:
chaimas y pariagotos, que los llanos eran un área…de población
caribe, belicosa…y de fácil inundación, el territorio deltáico
ofrecía unas condiciones ..desfavorables, a pesar de lo pacifico
de su población...podemos comprender la lentitud del avance y la
concentración..” en una área cercana a la costa.
Los grupos indígenas que poblaban la zona eran los chaimas, pariagotos,
coacas, araucas y guaraunos, además de los palenques, guaiqueíes
y los cumanagotos. En cuanto al número, algunos cronistas apuntan
para el momento que, “…las estadísticas que solo se juzgan aproximadas,
no será aventurado decir que en 1657…la población indígena
de la Provincia de la Nueva Andalucía …era aún menos numerosa..”
que 15.000 indios. Los indios de Cumaná “..no vivían reunidos
todos en misiones, los hay dispersos en las cercanías de las ciudades
a lo largo de la costa donde les atrae la pesca…”
Los cumanagotos, uno de los grupos mas importantes y numerosos habitaban
en bohíos mas o menos agrupados que permitía una base poblacional
para el desarrollo demográfico ulterior. Estos grupos se fundaron
en la agricultura de subsistencia y en la pesca; se abastecían de
maíz y otros productos de la tierra mediante el trueque por
pescado seco y sal extraída de las salinas cercanas
La Relación escrita por Juan Pérez de Tolosa en
1569 describe la Provincia de Nueva Córdoba en relación a
los indios palenques “..como de buena tierra, muy cultivada en grandes
labranzas de maíz, yuca, batata, auyama…y en las faldas de la sierra
muchas poblaciones…” La Provincia y el pueblo de Cumaná
lo integraba una ranchería de guaiqueríes, gentes de buen
talante y muy pacíficos.
En este ambiente, los religiosos capuchinos y franciscanos debieron
desplegar una estrategia de organización extremadamente eficaz a
través de las Ordenanzas emitidas por el Obispado y el Consejo de
Indias de Sevilla. Los pueblos de misión y los pueblos de doctrina
fueron instaurados a través de las Ordenanzas promulgadas
el 30 de mayo de 1675. La reglamentación ordenaba que “…en las poblaciones
de los indios hubiese una iglesia acomodada, que las casas fueran limpias
y decentes… que se establecieran escuelas y juntamente se pusiera para
los indios la casa de labor donde aprendiese a tejer, trillar y labrar
e` ir a misa todos los domingos …” Los religiosos enseñaron
a los antiguos cumaneses el cultivo del algodón, el añíl
traído de Guatemala, la ganadería, el cultivo del café
y del cacao. Así comienza la estructura de la base de la economía
colonial.
2.3.- Primeras edificaciones #indice
La rigidez del ambiente y los escasos recursos económicos
obligaba a la austeridad en las primeras construcciones. Los nuevos pobladores
debían contentarse con habitaciones rústicas construidas
con materiales que proporcionaba el medio. De allí que los templos
y edificios públicos se construyeran inicialmente con sistemas rudimentarios,
aplicando métodos indígenas como fueron los techos de paja
sostenidos por armaduras de madera y horcones, con paredes de bahareque
En consecuencia, el patrimonio edificado colonial muestran formas menos
elaboradas en comparación con las edificaciones religiosas de las
ciudades imperiales americanas. Venezuela alcanzó solo el
rango de Capitanía General en 1777.
A pesar de lograr una economía agrícola importante esto
no facilitó una creación arquitectónica que compitiese
con las grandes ciudades de los Virreinatos y las Audiencias. Por ello
la mayoría de las construcciones de la época colonial venezolana
presenta un estilo sencillo y modesto. En relación a los técnicas
de construcción, los misioneros insistían en
“tener mucho cuidado en que los hermanos que se enviaran .. a estas tierras
supiesen carpintería y albañilería a fin de que con
su trabajo material ayudaran a dirigir las construcciones de las iglesias
y casas ..” En este aspecto, se estableció un intercambio
de técnicas y materiales de construcción que dieron origen
a nuestra arquitectura colonial.
3.- La institución conventual
y los franciscanos #indice
La aparición de los conventos como institución religiosa
se vincula a la inclinación de algunos creyentes, en la época
temprana del cristianismo a retirarse del mundo y dedicarse al culto místico,
alejándose individualmente en sitios apartados. Bajo la necesidad
de un régimen colectivo fueron transformándose en una convivencia
común. En el Nuevo Mundo los conventos cristianos se ubicaban
en zonas alejadas de las poblaciones, sin embargo las exigencias de la
práctica evangelizadora los obligó a la cercanía de
las áreas pobladas.
3.1.- La Orden Franciscana (OFM)
Las ordenes mendicantes son grupos de clérigos y seglares
surgidos en el Siglo XII que buscan unir la vida religiosa con la apostólica,
“pobreza comunitaria y pobreza individual”. La Orden Franciscana
Mendicantes fue fundada por San Francisco de Asís en
Italia hacia 1209. Es la orden mas expandida en el mundo. Llegaron a las
costas venezolanas en la segunda mitad del Siglo XVII, fundando 23 conventos.
Iniciando las misiones de Cumaná y Píritu. Las ordenes mendicantes
fueron los primeros historiadores americanos: escribieron crónicas,
relataron sus visitas y redactaron textos en lenguas indígenas,
enseñaron el idioma español, carpintería, tejidos
y modalidades de cultivos. La Orden franciscana se extingue prácticamente,
en Venezuela, por un Decreto gubernamental de 1837.
En 1493 pasan a la isla La Española los primeros franciscanos
“para cumplir labores apostólicas” En 1502 una expedición
de franciscanos en compañía del Gobernador de las Indias
Nicolás de Ovando erigió la Provincia de Santa Cruz de las
Indias o Santa Cruz de la Española, fundando el convento de Santo
Domingo, cabeza de la Orden franciscana en el Nuevo Mundo. Este convento
funcionó como base de las expediciones cristianas hacia las vecinas
islas del Caribe y en consecuencia las costas venezolanas
Las ordenes religiosas sirvieron de apoyo doctrinario y organizativo.
Los conventos cobran particular importancia cuando el auge misional, a
partir de mediados del siglo XVII, les otorga estas inmensos territorios
en los que amplían continuamente sus labores de adoctrinamiento
y se convierten en centros irradiadores a las áreas misionales cercanas
Los conventos se establecían a partir de una reglamentación
especifica establecida en las Leyes de Indias y con licencia del Rey, además
de contar con el permiso del Obispado correspondiente.
3.2.- Las Bulas Alejandrinas #indice
Las Bulas del Papa Alejandro VI, de 1493 y los documentos de 1521
y 1522 , la “Omnínoda” de los Papas León X y Adriano VI,
de acuerdo a lo establecido por los preceptos de la Iglesia cristiana,
concedieron a los Reyes Católicos la autoridad total y suprema sobre
los territorios ultramarinos americanos. Esta autorización comprometía
la voluntad del monarca en todo lo concerniente a la empresa evangelizadora
en el proceso de conquista y colonización del Nuevo Mundo.
Las bulas alejandrinas otorgaban a los Reyes Católicos
Fernando e Isabel las islas y tierras descubiertas y que se descubrieren
“por autoridad del Omnipotente Dios, á Nos en S. Pedro concedida
y del Vicariato de Jesu Christo, que exercemos en las tierras, en todos
los señoríos dellas …por el tenor d los presentes las damos,
concedemos y asignamos perpetuamente a vos y a los Reyes de Castilla y
de León verdaderos herederos y sucesores señores dellas,
con libre lleno y absoluto, poder autoridad y jurisdicción”
Las disposiciones papales obligaban a los monarcas a la extensión
y exaltación de la fe católica en las nuevas tierras para
fundar y construir iglesias y monasterios enviando para ello a los religiosos
seculares y regulares. A partir de estas autorizaciones
las ordenes mendicantes fundan el primer convento de la Isla La Española
y se extienden geográficamente por toda América.
4.- Siglos XVI-XVII #indice
4.1.- Convento de San Francisco o de Nuestra Señora de las Aguas
Santas. Asiento y fundación
Luego de la solicitud real de la Orden para la selección
del personal capacitado para trasladarse a la Tierra Firme, entre 1512-1515,
se erige una primera edificación con materiales propios de la región.
En correspondencia con la calidad de los mismos, solo podía ser
una estructura endeble cubierta de paja. Para ese momento se tienen noticias
de su localización “en la desembocadura del río que
llaman Cumaná”. Por motivos de protección, luego es
trasladado una legua mas al sur, hacia el sitio llamado Cerro Quetepe cercano
a las fortificaciones que le servía de protección; “…el primer
asiento franciscano se remonta a los primeros meses de 1514”
El núcleo urbano del actual barrio de San Francisco surge alrededor
del monasterio franciscano.
Las noticias respecto a la existencia del convento se conocen desde
que en 1516 López de Gomarra informa que “Cumaná es
un río que da nombre a la Provincia en que algunos frailes franciscanos
hicieron un monasterio siendo Vicario Fray Juan Garcés, el año
de 1516.” Fernández de Oviedo reseña, también,
que era una ranchería de indios donde los padres franciscanos actuaban
para la conversión de “aquella gente bárbara e idólatra”.
La labor franciscana complementó su apostolado con la enseñanza
de la escritura, la lectura, las primeras nociones de castellano y de agricultura.
Los frailes implementaron así mismo en sus conventos internados
para los hijos de los principales caciques, con el fin de instruirlos
“en las cosas de nuestra fe, como leer y escribir y contar”
Es menester asegurar el avance de la evangelización y la Cédula
Real de 1519 ordena “… le manda proveer de las dos iglesias e casas
de San Francisco que están fechas en la costa de Cumaná…se
edifique otras cinco iglesias e casas en aquella costa en el que se celebra
el culto divino y en que puedan estar e morar quatro religiosas de la dicha
orden” Se les aseguró a los frailes
hasta el exceso, todo tipo de objetos y artículos para
el buen cumplimiento de su labor “… cálices, candelabros, misales,
sacramentales, libros religiosos y bíblias y las obras completas
de San Agustín, el Kempis, cartillas y los libros de Arte de la
Gramática de Nébrija. Un total de setenta y ocho volúmenes,
que fueron los primeros libros impresos que llegaron a tierras venezolanas.
También se les proveyó de objetos d albañilería
y carpintería para las construcciones: ladrillos, palas, clavos,
cerraduras, barrenos, …” Por ello se le ha calificado como
el primer centro cultural en Tierra Firme.
4.2.- Primeras destrucciones #indice
Las dos primeras décadas del siglo XVI transcurren entre
los intentos de consolidar la ocupación del nuevo territorio y los
enfrentamientos entre grupos indígenas y nuevos pobladores, religiosos
y militares, además de la destrucción de las endebles estructuras
por efectos de la actividad sísmica de la zona. La primera destrucción
que se conoce del convento se produce en 1520. Después
de los abusos de Alonzo de Ojeda, los maltratados indígenas le prenden
fuego a la precaria edificación y destruyen la huerta.
Las reiteradas destrucciones y los ataques de los indígenas
son el motivo que obligan a los frailes franciscanos a abandonar
el territorio de las costas de Cumaná, por un periodo de ciento
veinte años, no obstante su labor continua en el resto de las otras
provincias. No es sino a mediados del siglo XVII, cuando el Convento de
San Francisco es, formalmente establecido por la Cédula Real de
1641 como asiento de la práctica religiosa de los padres franciscanos.
Fueron varias las peticiones que hicieron los vecinos de Cumaná
antes las autoridades de la ciudad para la edificación del convento.
El Capítulo Provincial de Santa Cruz celebrado en la ciudad
de Trujillo autoriza su creación el 31 de enero de 1638. Se presentan
dificultades en relación a los trámites ya que había
que probar que ya había existido un primer núcleo del asiento.
La orden para su fabrica no se produjo de inmediato. La falta de recursos
tanto de los religiosos como de los cumaneses que se había
comprometido con los gastos limita su ejecución. La práctica
de las Memorias Perpetuas y capellanías que se había
fundado para la época figuran el en libro de la Orden desde 1635,
cuando aún no existía el monasterio, pero evidencia el interés
y la necesidad por una obra semejante que le imprime carácter
de expansión a las actividades de la recién fundada ciudad.
En 1690 se ordena que se reedifica el convento, con apoyo en la real
cédula de 1641 que da origen a su fundación “la reedificación
para este convento de Cumaná por haberse arruinado el que
antes havía ..” y, de la misma manera se le conoce como un
convento menor corto y pobre con cuatro o cinco religiosos
El interés y los recursos para la fabrica del convento ya se
había manifestado en 1644 cuando el Maestre de Campo Juan
Sedeño, un comerciante de la zona y ferviente creyente, se ofrece
para ejecutar a su cargo las obras de la iglesia a cambio de ciertos
privilegios como era el patronazgo de la capilla mayor y que se colocara
en cada arco toral sus armas y una bóveda para su entierro. También,
que se trasladara a esta la imagen de Nuestra Señora de las Aguas
Santas que se encontraba expuesta en la Ermita de la ciudad, situada cerca
del Castillo de Araya. Para ello exigía que las obras de la
iglesia contaran con “..lo menos cien tercias de largo y a su respecto
el ancho y el alto, acabada y perfeccionada de todo punto con su sacristía
de veinte y sinco pies; todo de texas. En tabla para riva enladrillada,
blanqueada a plana con puerta y ventanas, su coro alto con cuatro asientos
de escaños; un campanario con tres huecos para otras tantas campanas
y un púlpito de madera …”
De esa manera el convento se construye en el año de 1690,
al sur de la ciudad en el sitio denominado La Laguna cerca de las margenes
del río Manzanares, sitio asignado por el Cabildo cumanés
en 1642 , cerca de las márgenes del río de Cumaná
llamado posteriormente Manzanares. En 1657 fallece Sedeño sin haberse
iniciado la construcción, dejando en su testamento la obligación
a sus familiares y autoridades de la ciudad la fabricación de la
iglesia del convento bajo las condiciones estipuladas.
5.- Siglo XVIII #indice
5.1- Crecimiento y consolidación de la ciudad de Cumaná
Se puede calificar este siglo como el de la subsistencia pues la
dureza del medio y las riquezas de oro y plata eran inexistentes. A pesar
de la frecuencia de los movimientos sísmicos que determinaron en
buena parte el desarrollo de las edificaciones de la ciudad, el Siglo XVIII
fue un periodo en el que se consolidaron las fortificaciones que protegían
a la noble ciudad de los continuos ataques e incursiones de las armadas
inglesas y holandesas queriendo intervenir en la explotación y comercialización
de las riquezas de Nueva Cádiz y de las Salinas de Araya.
El barrio de San Francisco se origina a partir del convento y su plaza
frontal; esto lo define como la génesis y núcleo central
del casco histórico de la ciudad de Cumaná. El antiguo barrio
se inserta en un semicírculo conformado por el castillo de Santa
María de las Cabezas,(1671-1673), San Antonio de la Eminencia
(finales del XVII), y los reductos de San Carlos y La Candelaria (comienzos
del XVIII) fortificaciones que daban capacidad defensiva y permitían
el desarrollo normal de la ciudad. (ver plano Nº )
. Por otro lado, la vida cultural era notable. Algunos cronistas dicen
que el desarrollo de la vida económica y social de la ciudad, a
principios de siglo, también estaba animada por “…representación
de comedias, diversiones y otras manifestaciones artísticas …”
La formación de los clérigos franciscanos contaba para
1730 con las clases de Latinidad y Griego, una década después,
se impartía la enseñanza de la Gramática, así
como escuela de lengua materna y las clases para leer, escribir y contar
. Por breve tiempo existió un noviciado, a finales del siglo XVIII.
El Convento de San Francisco en 1745 era una iglesia con “…paredes de cantería,
cubierta de paja y pilares de madera; un campanario de cantería
con tres campanas; un órgano en mal estado, púlpito de cedro
y capilla mayor de bajareque”
El progreso de la edificación se reseña en 1757 con mayor
detalle en los Autos Testimoniales que presenta el gobernador Mateo Gual
describiéndola como “…como una obra de mampostería, con estructura
de madera cubierta de teja, de treinta varas de largo y quince de ancho,
fuera de la capilla mayor y las colaterales; con siete altares, los tres
con retablo dorado y los demás con sus nichos, tres campanas en
el campanario; y el convento con como cuatro recintos alrededor del
único claustro…”
Se autoriza al Gobernador Carbonell en 1773 para establecer una batería
en el río, demoler el Castillo de Santa María de las Cabezas
y otros edificios que estuvieran en peligro de derrumbe Con esta autorización
se recomendó las especificaciones inscritas en los capítulos
de Bartolomé de Amphaux para la organización urbana, considerándose
como las primeras propuestas de este tipo para la ciudad e Cumaná
y se indicaba que: “…no se permita aumentar la manzana de las casas que
hace frente a la calle se San Francisco. “ En 1797 se produce uno
de los terremotos mas fuertes del siglo, causando daños en la ciudad.
El Gobernador informa al Rey que “Considera un milagro que no se
halla caído la iglesia y el convento de San Francisco.”
Los últimas décadas del siglos XVIII marcan un verdadero
florecimiento de las actividades religiosas y educativas que se realizaban
en los recintos del Convento franciscano. El Obispo de Puerto Rico Pedro
Martínez de Oneca, en su Visita a la Provincia de Cumaná
en 1760, lo estima como apropiado para el establecimiento de estudios
de Filosofía y Teología; la ciudad contaba para ese
momento con cuatro mil ghabitantes y el convento albergaba nueve religiosos
y tres hermanos legos, según apunta el Gobernador Diguja y Villagómez
en su Visita efectuada al oriente y Guayana entre 1760-1765.
5. 2.- El Convento #indice
La edificación aumenta y es para 1780 cuando la Venerable
Orden Tercera (VOT) de los franciscanos inicia las obras para la fábrica
de una capilla. La nueva edificación se ubica en el lateral izquierdo
de la iglesia pero separada de la pared. Esta modalidad deja un espacio
entre ambas edificaciones que posteriormente causaran deterioro por la
acumulación de aguas, pues la iglesia se encontraba mas baja que
la capilla. La construcción finalizó en 1795. Según
los especialista de la historia de la Arquitectura, el Convento de San
Francisco responde a la organización del “…esquema benedictino
inspirado en el primer modelo de los conjuntos monásticos, según
el diseño para la remodelación de San Gall a orillas del
río Constanza del año 820. Lo que se mantiene es lo referido
al propio convento, el núcleo iglesia-claustro y las áreas
para las actividades de abastecimiento de huertas y corrales”
Como las funciones de los mendicantes servían también
al público sus edificaciones “... debían tener acceso desde
el interior del claustro para los religiosos conventuales a través
de la Puesta de San Agustín y desde la calle para los feligreses.
De allí la presencia casi constantes en los conventos venezolanas
y americanos en general, de un espacio público frente a la iglesia
que cumpliera funciones de atrio. En el Convento Franciscano de Cumaná
nos hallamos en este caso. La iglesia se ubica frente a una plaza que puede
asumir en determinados momentos la función de espacio físico
y religioso a la vez.”
Las características de la edificación responden a una
arquitectura modesta, dotada del mínimo requerido para su funcionamiento:
altares, retablos, imágenes religiosas, alhajas y ornamentos.
Las descripciones de Mateo Gual de 1757 señalan que además
de la iglesia había un solo claustro al rededor del cual se distribuían
la Sala Capitular, el Refractorio, De Profundis, “…era de una planta con
pilares de madera y techo de teja y el cuarto de dos pisos, con paredes
de tapias y cubierto de tejas y, eran “…trece celdas en total, de barro
y paja, una enfermería con cuatro habitaciones de tapia y rafa,
mas otros tres cuartos de torta y paredes de bajareque para despensa, troje
y cocina.”
Estaban también las habitaciones de los frailes, la biblioteca,
la cocina, un espacio para depósito, otro para la enfermería.
Estos últimos probablemente estarían ubicados hacia las riberas
del río junto a la huerta que surtía los alimentos propios
de la tierra y permitía el sostenimiento de la población
del Convento. Mediando la huerta, las orillas del río Manzanares
por donde muy probablemente se establecía la comunicación
fluvial y el intercambio de bienes y personas.
La iglesia tenia una nave central con su coro y el altar mayor y dos
naves laterales. Su cuerpo principal tenia una dimensión de treinta
y seis y un tercio de largo (30 mts aprox.), quince varas de ancho (12.5
m ts. aproxm. ) y seis varas de alto (6,6 mts. aprxm.) La prospección
arqueológica que se adelanta en estos momentos ha corroborado estos
datos, además de haber descubierto la parte posterior de la nave
central, pisos y paredes, y el área oeste donde se ubicaban algunas
de las habitaciones. El coro de la iglesia media nueve varas de largo
(7.4mts) y siete y media de ancho, estaban también los altares de
San José y Nuestra Señora de la Soledad. La capilla
de los terciarios media unos ocho metros de ancho por treinta y cinco
de largo.
En los últimos dos años del siglo el Guardián del
Convento Fr. Marcelino Reygada había fundado 94 memorias de obras
pías por una suma de 29.261 pesos con 4 reales, lo que
representaba un capital importante para la economía de la región
. La capellanías y censos también aumentaban los recursos
de la iglesia con lo que se sufragaban gastos de educación y sostenimiento
de los religiosos, así como las obras de expansión y crecimiento
de las edificaciones. El Libro Becerro, contiene, desde 1635, referencias
a censos y capellanías instauradas para tales fines.
En estos años se remodela la iglesia correspondiente reparándose
la capilla y la nave principal y colaterales Se le describe
como “..larga de treinta y seis varas y un tercio, quince de ancho
y ocho de alto, cubierta de cielo raso con su coro correspondiente de nueve
varas de largo y siete y media de ancho”
La práctica religiosa de efectuar enterramientos de personas
ilustres y cristianas benefactoras en las bóvedas en las iglesias
y monasterios ya se instauraba, y en San Francisco esto se realizaba desde
las primeras décadas del Siglo XVIII. Las personas que recibieron
sepultura en este monasterio aparecen inscritas el las Memorias de la Iglesia
Matriz De los ilustres personajes la historia reseña
que, el prócer oriental General en Jefe José Francisco Bermúdez
fue enterrado en la bóveda del convento de San Francisco el 16 de
diciembre de 1831 y trasladado luego al Panteón Nacional , “…no
recibió ningún sacramento porque fue muerto anoche alevosamente
de un balazo..”
La capilla de la Venerable Orden Terciaria se hallaba en 1804
enteramente maltratada y en estado de amenaza de ruina como consecuencia
de los temblores del 14 de diciembre de 1797 y agosto de 1802, por lo que
ya no se celebraban los oficios, y de esta manera aconseja su demolición.
Sin embargo esto parece que no se llevó a cabo pues todavía
en 1831 se encuentra las memorias de un último enterramiento
6.1.- La guerra de Independencia y orden franciscana
Las guerras y los terremotos influyen notablemente en los cambio
y transformaciones que sufre la ciudad de Cumaná
es consecuencia de los terremotos y las guerras, como factores decisivos
en una sociedad que se gestaba bajo un nuevo signo, tras la ruptura del
vínculo colonial con el Imperio metropolitano. Humboldt describe
la ciudad hacia 1799 de la siguiente manera: “La ciudad de Cumaná
propiamente dicha ocupa el terreno comprendido entre el Castillo de San
Antonio y los pequeños ríos de Manzanares y Santa Catalina…el
delta es un terreno fértil … plantas cultivadas en los sembrados
o chacras. No posee la ciudad ningún edificio notable, y la frecuencia
de los temblores de tierra no permite esperar que pueda poseerlos algún
día… los arrabales de la ciudad son tan populosos como la vieja
ciudad.
“Las orillas del Manzanares -añade Humbolt son muy
placenteras… que los calores son excesivos … Los niños pasaban
…una parte de su vida en el agua…” Humbolt admiraba el esparcimiento
de las gentes a orillas del río, lo que indicaba lo que nos refiere
la estrecha relación que existía entrega la ciudad y el Manzanares.
El sabio germano estimaba para 1802 una población de dieciocho mil
habitantes. Para 1810 cinco frailes habitaban el convento. La causa
libertadora se había iniciado en Caracas y Cumaná se une
a ella, los franciscanos la apoyan, no sin antes advertir su participación
sin perder su autonomía. La guerra diezma los campos, la economía
es precaria y la inestabilidad política se instaura.
7. La actividad educativa en el
Convento de San #indice
Francisco
Algunos especialistas de la historia de la educación en Venezuela
señalan que las ordenes religiosas contribuyeron con la creación
de las escuelas conventuales y municipales como expresión institucional
de la formación de la cultural. La función educativa
abre el paso a la institución básica de la formación
de la población de la Provincia de Cumaná y del resto de
la sociedad venezolana.
No existía la instrucción oficial. La que había
era impartida por religiosos y maestros particulares en los conventos
de
San Francisco y Santo Domingo. En sus distintas etapas de existencia el
convento de San Francisco fue asiento de las cátedras de filosofía,
latinidad, teología muy vinculadas a la labor religiosa; posteriormente,
se establecen las clases de gramática, matemática y medicina
como instrucción secundaria y universitaria conjugando el valor
social y cultural de este histórico recinto.
Las nuevas modalidades que se desprenden de los cambios políticos
hacen posible que en 1812 se aprueba la creación de la Universidad
por parte del Ayuntamiento de Cumaná y el Cuerpo Legislativo, sancionando
este que debía funcionar en los espacios del Convento. Posteriormente,
el Congreso de Cúcuta sanciona en agosto de 1821 una ley que
suprime los conventos menores que tuvieren menos de ocho religiosos para
destinar sus edificaciones y rentas a la fundación de Colegios Nacionales
en todas las capitales provinciales.
El Vicepresidente de la Gran Colombia el General Francisco de Paula
Santander dicta un decreto con el cual se crea el Colegio Nacional de Cumaná
dedicado a la educación secundaria en la provincia. Como las rentas
de los conventos pasaron a manos del gobierno esto permitía su manutención
y funcionamiento. El Colegio ofrecía así las cátedras
de gramática castellana, latinidad y principios de retórica,
filosofía y matemáticas, además de derecho civil y
público, teología dogmática y medicina.
El estado de la edificación no había recibido grandes
mejoras para contener una actividad mas compleja que las de los primeros
tiempos. Para 1823 el inventario que se hace del convento informa
que “…su fábrica enclaustrada...en mal estado, sin puertas, faltos
de pisos, y los claustros y corredores, desenladrilladas las habitaciones”
Por otro lado se afirmaba que la Capilla de los Terciarios “…se encontró
…sus tres puertas principales, en estado de algún deterioro, principalmente
el techo de la Capilla mayor hundiéndose por la podredumbre de las
varas…” Aún cuando el convento es suprimido en 1821 seguía
funcionando la iglesia para el público, por lo que se le hacen
algunas reparaciones hacia 1825 cuyas costas son cubiertas con los fondos
de la parroquia.
Las circunstancias de la guerra y las disputas provinciales disminuyen
la actividad escolar. Ya pacificado en una gran parte el país, otro
decreto del General José A. Páez, a la sazón
Presidente de la República, proclama el 2 de febrero
de 1834 que se destinen sus rentas, bienes y capellanías a las funciones
de los colegio; El Colegio se instala el 21 de noviembre de 1835 y un año
después se encontraban funcionando las cátedras de latinidad,
filosofía y matemáticas. Sin embargo, el deterioro de la
edificación es evidente, ya que en febrero de 1837 se presenta
una solicitud de recursos para la reparación total de
la casa “y asegurase contra el desplome que ya se observa por la parte
que mira al sur del edificio..”
Uno de los episodios mas importantes en la historia del Colegio Nacional
de Cumaná fueron los años entre 1850 y 1852 en los que dictaban
los cursos primero y segundo de Medicina que estuvieron a cargo del Sabio
cumanés Daniel Bauperthuy,? Calixto Gonzalez y Antonio J. Sotillo
En 1835 un fuerte terremoto destruye las edificaciones de mampostería
y bahareque de la ciudad, el Colegio Nacional queda inservible, deben suspenderse
las clases, y una década mas tarde se ocupa otra edificación
cercana, dando posibilidad de mantener la instrucción secundaria.
Un cambio radical
El inicio del siglo se diseña bajo el paso que aleja el país
de las vicisitudes del Siglo XIX y lo obliga a transitar hacia nuevos tiempos
en el orden político. En el ámbito económico,
el Gobierno de Castro hubo de enfrentar serios problemas financieros por
lo cual se modifica la estructura impositiva con el objetivo de mejorar
las percepciones fiscales. Entre las acciones que el estado implementa
es el deshacerse de cargas económicas no rentables. En este
proceso el abandonado y derruido convento franciscano será sujeto
,por parte del gobierno como su legítimo propietario de una autorización
para su venta a los particulares.
Una de las manifestaciones mas importantes dentro del nuevo esquema
político y social es el auge del sector artesano-manufacturero,
observándose, igualmente, cambios en los patrones de construcción
de viviendas, donde el bahareque y el adobe ceden el paso al ladrillo
y al cemento, la locomoción con la llegada del camión como
medio de transporte y, de manera general, un incipiente desarrollo urbano.
El proceso de urbanización implica una nueva forma de consumo
de los bienes para la comunidad urbana: las carpinterías,
sastrerías, alfarerías, jabones, etc. ya existían
desde tiempos anteriores pero no rebasaban el nivel artesanal,
lo cual señala la importancia que va tomando el suministro de mercado
interno que se abastece por lo producido en fabricas y plantas procesadoras.
En 1921 aparece en la región la Compañía Industrial
de Manzanares que se ocupaba de explotar materias derivadas del coco ;
esta nueva actividad generadora de empleos y de nuevos productos de consumo
permite el desarrollo a su vez de otras pequeñas industrias.
Apoyado en el decreto de 1881 que autorizaba la venta de las propiedades
como los Colegios Nacionales en 1885 el gobierno nacional vende un área
de escombros localizada en San Francisco, de 3.424,59 metros a Juan
B. Alonzo y a José M. Otero Alcalá y que luego
es adjudicada a este último en 1888 como consta el registro mercantil
de la Ciudad de Cumaná. Esta misma área de escombros
es vendida nuevamente en 1891 a Juan Bautista Bruzual S. por la cantidad
de 2.600 bolívares, que es nuevamente vendida en 1910 a otro de
los miembros de la familia Bruzual, Andrés, que luego pasará
por herencia a Luis Salvador Bruzual en 1946. El área de escombros
señalada en los documentos mercantiles correspondía las ruinas
del antiguo Convento de San Francisco. La familia Bruzual instala
una pequeña industria de jabón denominada Las Espadas,
que había funcionado en la Calle Uríca situada, también,
en el histórico Barrio San Francisco, con un nuevo nombre, Jabonería
Nueva Andalucía, cuya existencia se prolonga hasta mediados de los
años cincuenta
Esta última etapa resulta relevante en relación a la intervención
de los espacios, remodelaciones y cambios internos que sufre la edificación
de manera radical en función de su nuevo uso y el desarrollo urbano
de la ciudad. El ala oeste del convento que incluía parte
de los recintos que circundan el claustro y la huerta desaparece como consecuencia
de la construcción hacia el año 1946 de la nueva carretera
Cumaná-Cumanacoa, hoy calle Sucre. Los espacios internos son reacondicionados
para los procesos propios de la jabonería, en los que
se incluyen faenas de secado del coco, el cocimiento y almacenamiento de
la copra, la fabricación de sacos, la instalación de tanques
de agua y la oficina de la nueva industria, localizada en el ala este,
donde se ubicaba la capilla de la Orden Terciaria.
Entre 1910 y 1913, los nuevos dueños del área que
había servido al antiguo convento proceden a ejecutar trabajos de
limpieza de la maleza y de los escombros acumulados durante mas de sesenta
años. De esta manera “Se reedifica la planta baja y
se hacen construcciones en el interior de la parcela, con bahareque
y madera; se instalan los techos de caña amarga y cubierta de tejas
sobre dos muros de sillares paralelos existentes y, además, un corredor
de tejas de 18m. x 9m con piso de cemento. Al mismo tiempo se mantienen
la fachada principal que daba a la Plaza de San Francisco (Plaza Ribero,
luego Plaza Badaracco), también se le colocan las rejas de hierro
en las ventanas, probablemente sin cambiar el diseño colonial.”
Terminadas las remodelaciones se traslada la fábrica desde la calle
Uríca a este espacio, que aún se comunicaba con el
río y, los espacios abiertos de lo que inicialmente fue el claustro
conventual, permitíendo la faena de la jabonería en espacios
abiertos.
La prospección arqueológica realizada en la Zona de Ocupación
V (ver plano anexo), ha localizado las evidencia materiales de
“un hogar de ladrillos en muy buen estado de conservación
“, al borde oeste de la calle, evidencia de la ocupación del sitio
por la fabrica de jabones. Esta ocupación duró desde 1910
hasta 1946.
La confrontación de la información que ha arrojado
el sondeo y la prospección arqueológica, además de
los datos aportados por la indagación documental, muestran las transformaciones
que han sufrido los espacios y usos de lo que fue el Convento franciscano
de Cumaná, respondiendo a las complejidades de la nueva sociedad
que se gestó durante la colonia y a las exigencia de las distintas
actividades de las cuales fue asiento. La supresión del quehacer
religioso y educativo es el antecedente del proceso de modernización
venezolano del siglo XX, sobre la base de un nuevo esquema societario.
Un estado nacional, que se desprende del fardo colonial y, sin los
sobresaltos de la guerra caudillesca de finales de siglo, intenta la reorganización
social, económica y política con el norte del “orden” donde
la cultura y el “progreso” se apoyan en los nuevos capitales nacionales
y en las transformaciones que la nueva sociedad urbana imponen: una industrialización
incipiente basada en la transformación artesanal de la materia prima
local, antecedentes de la gran industria de transformación y producción
a gran escala.
Las edificaciones se transforman, crecen y sufren los mismos cambios
que el orden social en las que se erigen les obliga. Cada cambio de la
edificación implicó un cambio en la sociedad. La historia
de estos monumentos son el producto de la acción humana en toda
su amplitud, de allí que las confrontaciones documentales y arqueológicas
nos permitan la reconstrucción histórica de un momento en
la vida de los pueblos, que posibilite su comprensión y su
reinversión en la sociedad para las generaciones futuras.
Desde 1853, a consecuencia del terremoto que destruyó la gran
mayoría de las edificaciones de la ciudad el Convento Franciscano
queda reducido a “un área de escombros”. Algunos historiadores señalan
que al implantarse la jabonería “se reedifica su planta baja..
La entrada de ese establecimiento es indudablemente la msima del antiguo
convento…”
El relieve del escudo franciscano sigue presidiendo la entrada y a la izquierda
se distingue perfectamente el primer cuerpo de la fachada de la iglesia
con cuatro contrafuertes al exterior y la puerta mayor tapiada en el centro
como igualmente sus solares enladrillados y los de la capilla de la Orden
Tercera paralela a dicho templo a su costado izquierdo. Los
documentos del archivo conventual desaparecieron… en las muchas vicisitudes
por las que ha pasado durante el siglo XIX.
El valor de la historia y la cultura cumanesa se inscribe, en
una placa adosada a su fachada principal, recuerdo del sentimiento
expresado en el canto popular, como muestra del arraigo y pertenencia de
este monumento a la memoria colectiva de un pueblo, sobre un mármol
jaspeado de uno por cincuenta metros y letras en relieve color sepia;
“Ay Cumaná quien tuviera, y por tus calles pasara,
y a San Francisco yo fuera a misa de madrugada..”
Copla cantada según la leyenda
en el propio campo de la Batalla de Ayacucho por el soldado cumanés
Juan Pinto
Sugerencias y recomendaciones #indice
Al situar históricamente la expresión arquitectónica
y la significación social y cultural del Convento de San Francisco,
las informaciones histórica documentales que se han presentado en
esta relación, sobre la edificación, cambios y transformaciones
de las cuales han sido objeto el monumento, y los motivos de su destrucción
y abandono, han sido corroborados intensamente por la prospección
y sondeos arqueológicos realizados hasta el momento, sobre el área
de estudio.
La información relativa a la última ocupación del
área por la industria jabonera, aspira a completarse con la prospección
arqueológica sugerida en el informe presentado por los especialistas
de la arqueología. Los resultados de la prospección arqueológica
han recomendado desarrollar una campaña intensa de rescate arqueológico
sobre la zona de ocupación V y en el área que se encuentra
debajo de la calzada de la calle Sucre, correspondiente al periodo entre
1946-1955 fecha, esta última en la cual fue cerrada la fábrica.
La información documental que se ha presentado, respecto al periodo
de la jabonería alcanza los años entre 1910 y 1936, cuando
se inicia la industria jabonera hasta y uno de sus momento mas activo,
según las informaciones referidas en la entrevista con uno de los
descendientes de la familia Bruzual. Evidentemente, la construcción
de la calle Sucre obligó a sus propietarios a restringir los espacios
de la industria, exigiendo una remodelación y una redistribución
interior. También, se ha podido conocer que, en el tiempo de su
abandono total, existió una solicitud de una petrolera para instalar
una gasolinera.
Estas informaciones merecen la pena ser corroborados por una siguiente
etapa del estudio etnohistórico. En este sentido, se sugiere complementar
la información que va desde finales de la década de los treinta
hasta la fecha del cierre de la fábrica y su total abandono, teniendo
la posibilidad de ser corroborada con la propuesta sugerida por el estudio
arqueológico.
Por otra parte, resultará interesante ampliar las hipótesis
del desarrollo de la edificación (ver anexos) , y considerar el
análisis de la arquitectura del convento propuestos por los investigadores
Marcano y Meza Suinaga, respectivamente, en un estudio realizado para la
Universidad de Oriente, de fecha septiembre de 1992.
Anexo Nº 1.
Mapa de la Provincia de la Nueva Andalucía, Siglo XVIII,
s/d
Anexo Nº 2
Mapa general de la Provincia desde el río Orinoco hasta el cabo
Codera. Comienzos del Siglo XVIII (“parece hecho por un misionero extranjero”)
Anexo Nº 3
Plata del Castillo de Santa María de Las Cabezas 15 de
febrero,Año Vista del Castillo hacia el Convento de San Francisco.
AGI, Santo. Domingo
Anexo Nº 4
Plano de las fortificaciones de Cumaná. Letra A: Castillo Santa
María de las Cabezas. Año 1725 AGI Santo Domingo 598
Anexo Nº 5
Plan de la Provincia de Cumaná en el que se presenta el Castillo
de Araya y Cumaná. Año 1752 . Letra C, Ciudad de Cumaná
Anexo Nº 6
Plano General de la Ciudad de Cumaná y sus contornos. Explicación
Se señala El Reducto de La Candelariao y el Convento de San Francisco.
Año 1774 . AGI, Santo Domingo
Anexo Nº7
Plano General de la ciudad de Cumaná y sus contornos Año
1774 la ciudad y el río Manzanares
Anexo nº 8
Plano de la Ciudad de Cumaná. Año de 1848. Planos del
Museo Militar de Madrid Ciudad del Siglo XX . Exposición del
Proyecto Rescate y Renovación de Centro Histórico de la Ciudad
de Cumaná. 466 años de fundada. 27-10-81 al 10-01-82. Museo
Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná . Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982
Anexo Nº 9
Plano ciudad de Cumaná. 1982 Exposición del Proyecto
Rescate y Renovación de Centro Histórico de la Ciudad de
Cumaná. 466 años de fundada. 27-10-81 al 10-01-82. Museo
Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná . Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982
Anexo Nº 10
Levamtamiento aerofotogramétrico de la ciudad de Cumaná.
1936. Cartografía Nacional. Sección de la parcela
que ocupaba la de la Jabonería Nueva Andalucía. Antes
de la construcción de la Carretera Cumaná-Cumanacoa.
Anexo Nº 11
Publicidad dela jabonería Las Espadas en la prensa local.
Nótese que la publicación es de agosto de 1923. Antes de
cambiar su nombre por el de Jabonería Nueva Andalucía.
Anexo Nº 12
Decreto de Zona de Valor Histórico y Centro Histórico
de Cumaná. Poligonal.
Anexo Nº 12-2
Ordenanza de Zonificación
Anexo Nº 13
Posos de sondeo y excavación arqueológicas: Levantamiento
de las Zonas de Ocupación. Estudio Arqueológico. Nótese
parte posterior de la capilla principal, altar mayor y sacristía.
Diciembre 1996
Anexos Nº 14-1, 14-2 y 14.3
Hipótesis del desarrollo de la edificación del Convento
de San Francisco. Luis Guillermo Marcano.
Anexo Nº 15
Dibujo. Localización de las faenas y actividades de la
jabonería Nueva Andalucía. Levantamiento según informaciones
del Sr., Elias Bruzual, descendiente de Andrés Bruzual. Sep.
1996
Anexo Nº 16
Levantamieno aerofotogramétrico de Cumaná. 1992. Localización
del área de estudio.
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Archivo de la Academia Nacional de la Historia. AANH
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Fondo Froilan de Rionegro
Archivo de la Iglesia Parroquial de Santa Inés:
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de Cumaná. Lavorado por el hermano Fr. Estevan San Joaquín
Irigoyen. Evisor delos Archivos de esta Santa Provincia de Cumaná
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Libro de Protocolo. Nómina de expedientes civiles y mercantiles.
Biblioteca Nacional. Dirección de Servicios Audiovisuales.
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RODRIGUEZ CASTILLO, Leonardo: Las unidades y sistemas de medidas pre-métricas
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Publicaciones periódicas
Revista Técnica del Ministerio de Obras Públicas.
Caracas-Venezuela. Publicación bimestral. Vol de los años
1932-1939
El Cojo Ilustrado. 1892-1915 Caracas. Ediciones Emar.
EL IRIS. Organo de la Sociedad Santa Cruz de la Unión.
Semanario Informativo. Cumaná julio y agosto 1923.
Otras publicaciones
Exposición del Proyecto Rescate y Renovación de Centro
Histórico de la Ciudad de Cumaná. 466 años de fundada.
27-10-81 al 10-01-82. Museo Gran Mariscal de Ayacucho, Cumaná .
Sala CANTV: 28-01 al 28-02 1982
Entrevistas
GONZALEZ OROPEZA, Hermann. Director del Instituto de Investigaciones
históricas. Universidad Católica Andrés Bello. Párroco
de la Iglesia de San Francisco de Caracas. Septiembre 1996
BRUZUAL, Elías. Septiembre 1996
Nota Biográfica
Luis Daniel Bauperthuy
Nace en la Isla de Guadalupe 26-08-1807 - Fallece en
Bartica, Guayana Inglesa 03-09-1871
“Médico e investigador, descubridor del agente transmisor de
la fiebre amarilla. Doctor de la Facultad de Medicina de París (1837).
Desarrollo su teoría sobre la transmisión de enfermedades
a través de los incestos. Llega desde Maturín y se radica
en Cumaná donde funda los estudios de medicina (1850-1853). Médico
de sanidad de Cumaná. Atiende a la población en varias epidemias
de viruela, fiebre amarilla y cólera.. Durante sus campañas
experimenta con el mosquitero y demuestra que sin la picada del mosquito
que el había identificado dando el nombre de aedes aegypti la enfermedad
no se propaga. Refuta la teoría del miasma (vapores y emanaciones)
y afirma que la malaria se transmite también por la picada de un
mosquito… Sin embargo sus investigaciones no son tomadas en cuenta por
las autoridades médicas. Sus comunicaciones a la Academia de Ciencias
de París son archivadas…Solo en 1891 se logra comprobar el fundamento
de su teoría. Es médico cirujano del Hospital de Cumaná
(1859), Médico de al servicio del Estado Sucre(1869). Médico
del Hospital de Lázaros d Cumaná (1867). Recibe Misiones
de los Gobiernos de Inglaterra y Francia interesados de conocer sus métodos
para tratar la lepra (1868-69). Director del primer hospital experimental
del mundo para tratar la lepra que gracias a él se crea en la Isla
de Kaon, Guayana inglesa (1871), prescribe medicinas higiénico-dietéticas
acogidas por el real Colegio de Médicos de Londres (1873), todavía
imperantes en la actualidad.”
Tomado de Diccionario de Historia de Venezuela.
Caracas Fundación Polar. 1988.
En su gestión por la educación y al frente de las Clases
de Medicina en el Colegio Nacional de Cumaná intervienen, como Presidente
de la Academia de Ciencias, hace gestiones para que se visite “..la
casa de la Señora Carmen Alcalá e informe si es a propósito
para la apertura de las clases menores que existían en el colegio
nacional de esta ciudad”
Como Vicepresidente de la Academia preside una comisión en Enero
de 1854 que busca un nuevo local para la continuación de las clases,
pues el Convento se encuentra casi derruido a causa del terremoto de 1853.
“…que siendo urgente …se espera la completa refacción de la casa
que ha de servir de local...para abrir las clases mientras se arregla otra
formalmente..”
“La comisión, después de haber examinado detenidamente
el antiguo convento de San Francisco que servia de colegio en esta ciudad,
informa de la manera siguiente: Cualquier gasto que si hiciese en la reparación
de este edificio, es en nuestro concepto inútil , en razón
que el primer piso se halla desplomado y las bases y fundamentos construidas
de mampostería desnivelado también e hundido generalmente
y no podría resistir el peso de una fábrica superior. ..tratar
de una reparación formal…consumiríamos una gran suma de dinero
con perjuicio del verdadero objetivo….que es aprovechar las Rentas existentes
del Colegio en beneficio dela educación de la juventud..”
“…que alquile en el centro dela ciudad una casa capaz y segura, donde
se establezca el Instituto Científico…. Que se proceda a la mayor
brevedad posible a derribar la parte del Convento de San Francisco que
amenaza ruinas y se vendan los materiales útiles que contenga, colocando
su importe al interés para el fomento de la educación.”
Tomado de Archivo General de la Nación
de un paquete de actas. Caracas
Millán, José: El Colegio Nacional de Cumaná.
1834-1857. Contribución añ estudio de la educación
en Venezuela. p. 109-111
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