Bar Coyote, El. (Coyote Ugly)
Piper Perabo (as Violet Sanford), Adam Garcia (as Kevin O'Donnell), John Goodman (as Bill), Maria Bello (I) (as Lil), Izabella Miko (as Cammie), Tyra Banks (as Zoe), Bridget Moynahan (as Rachel), Melanie Lynskey (as Gloria), Del Pentecost (as Lou), Michael Weston (I) (as Danny), LeAnn Rimes (as Herself), Jeremy Rowley (as William Morris Receptionist), Ellen Cleghorne (as Music Publishing Receptionist), John Fugelsang (as Richie the Booker), Bud Cort (as Romero)
Sinopsis:
Cuando Violet decide abandonar a su padre Bill, un hombre superprotector, y su casa en las afueras por un quinto piso en Manhattan y sin ascensor, se encuentra de repente desesperada y sin dinero. Ocupa su tiempo diligentemente, escribiendo y grabando sus propias canciones, y visitando todas y cada una de las casas discográficas y a todos los productores independientes de la ciudad mientras busca un trabajo para poder pagarse el alquiler.
Incluso prueba suerte en un club nocturno del barrio, pero se da cuenta que no ha perdido el miedo que le provoca subirse a un escenario para interpretar sus canciones. Mientras distribuye su cinta en la calle, cree haber encontrado por fin al manager de un club interesado en su música. Pero resulta que el joven Kevin es chef, y se convierte en su máximo admirador y pretendiente. Kevin es un neoyorquino que lo ha visto todo y decide creer en su talento y se ofrece para guiar sus pasos hacia el éxito.
Después de innumerables negativas, empieza a creer que nunca lograra alcanzar el objetivo que se ha fijado. Finalmente, Violet consigue un trabajo en el bar Coyote, un “saloon” dirigido por la famosa e intratable solterona Lil. Bajo la contagiosa influencia del bar, un lugar perdido en la ciudad que logra atraer a las masas, Violet sale de su caparazón y aprende a utilizar su voz y su sex appeal para convertirse en una estrella.
Pero el éxito se le sube a la cabeza, y no se da cuenta que no es más que una camarera.
Cuando Violet decide abandonar a su padre Bill, un hombre superprotector, y su casa en las afueras por un quinto piso en Manhattan y sin ascensor, se encuentra de repente desesperada y sin dinero. Ocupa su tiempo diligentemente, escribiendo y grabando sus propias canciones, y visitando todas y cada una de las casas discográficas y a todos los productores independientes de la ciudad mientras busca un trabajo para poder pagarse el alquiler.
Incluso prueba suerte en un club nocturno del barrio, pero se da cuenta que no ha perdido el miedo que le provoca subirse a un escenario para interpretar sus canciones. Mientras distribuye su cinta en la calle, cree haber encontrado por fin al manager de un club interesado en su música. Pero resulta que el joven Kevin es chef, y se convierte en su máximo admirador y pretendiente. Kevin es un neoyorquino que lo ha visto todo y decide creer en su talento y se ofrece para guiar sus pasos hacia el éxito.
Después de innumerables negativas, empieza a creer que nunca lograra alcanzar el objetivo que se ha fijado. Finalmente, Violet consigue un trabajo en el bar Coyote, un “saloon” dirigido por la famosa e intratable solterona Lil. Bajo la contagiosa influencia del bar, un lugar perdido en la ciudad que logra atraer a las masas, Violet sale de su caparazón y aprende a utilizar su voz y su sex appeal para convertirse en una estrella.
Pero el éxito se le sube a la cabeza, y no se da cuenta que no es más que una camarera.
Critica:
Violet, una chica simple de New Jersey, tiene el sueño de triunfar como compositora en New York City. Pese a vivir cerca de la gran manzana se muda en busca de la oportunidad de su vida. Los rechazos son reiterados y las espectativas no son tan brillantes como al principio. Violet cae por "casualidad" en un bar llamado Coyote Ugly (realmente existió en NYC y tuvo su cuarto de hora de fama, se destacaba porque sus meseras interactuaban con el público como lo explicita el film). Una de las chicas, Zoe, la bellísima Tira Banks, se va a estudiar Derecho, sí derecho, y Violet ruega por el trabajo. El aprendizaje es lento y duro.
Coyote es la película ideal para adolescentes que esperan alcanzar un sueño imposible. La estupidez recorre peligrosamente esa edad, pero no es exclusiva de ella como la película lo muestra.
El anzuelo de las chicas lindas es hasta cierto sentido comprensible, pero de ahí a mostrar a los miembros del sexo masculino como parte de una especie tristemente babosa, neceseariamente penetradora, con falos en sus narices y dispuesta a besar la suela de la bota si le dedican una sonrisa es más que divertido, patético.
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Al parecer, las Spice Girls (Spice World) acaban de filmar otra película desde la clandestinidad. Si no, fíjense en este bodrio que se llama Coyote Ugly. Sin aviso previo, el productor de Armageddon y similares nos pone ahora frente a otras cinco chicas de plástico que bailan, cantan y se divierten. Los que no se divierten son los espectadores, ni siquiera con la esperanza de que en algún momento aparezca el Coyote que perseguía al Correcaminos para hacer justicia.
Esta es la historia de Violet, una joven inocente y pueblerina que decide mudarse a Nueva York para cumplir su sueño: vender las canciones que compone a una gran estrella o a un importante sello discográfico. Uno de los problemas que encuentra para alcanzar su meta es que la única forma de dar a conocer sus composiciones es cantarlas ella misma sobre el escenario, al que le tiene una temible fobia. Para ir tirando, mientras se anima a dar el gran salto, la chica logra hacerse contratar en el bar que le da nombre a la película. En ese lugar, las camareras son el centro de atracción: bailan, se insinúan, provocan, seducen y enamoran. A pesar de su personalidad retraída, Violet se suma a esta troupe de bellas y sugerentes mujeres de la noche. En el ínterin también se consigue un noviecito que pondrá toda su dulce y buena voluntad para que ella venza ese terror al escenario.
A los pocos minutos de iniciada la película, la asociación con Una cosa llamada amor de Peter Bogdanovich se presenta. Los elementos son similares: la juventud, el abandono del lugar donde se ha crecido como condición para empezar a ser "uno mismo", la música y la composición (aunque en Coyote Ugly sea el pop y en la otra el country), el amor y el temor al fracaso. Sin embargo, esta asociación cumple un solo y contundente propósito: marcar la diferencia entre un director inteligente y un títere del mercado. Bogdanovich demostró que la "historia simple" de los compositores jóvenes también puede ser compleja, profunda y, al mismo tiempo, nos dijo algo sobre la creación. En Coyote Ugly, el director McNally y la guionista Gina Wendkos no sólo no dicen nada de nada, sino que la historia que presentan es apenas una excusa para que desfilen bellas chicas (que no faltaban en la película de Bogdanovich: Sandra Bullock y Samantha Mathis), medio desnudas y con "mucho charme".
Y los protagonistas... sus nombres reales dicen algo sobre sus performances: Violet está animada por Piper Perabo y su novio, por Adam García. La sonoridad de Piper Perabo parece la metáfora perfecta de su poco agraciada interpretación. Y Adam García compite con ella por el primer puesto tanto en la fealdad del nombre como en la falta de carisma, insipidez y antipatía.
La explicación de qué significa Coyote Ugly es de lo más decepcionante (aunque en este marco, algo inteligente no era de esperar) y la escena final con John Goodman (que interpreta al padre de la chica) haciendo un streap tease sobre la barra del bar es de pésimo gusto. ¿Qué más se puede agregar?
El sexo femenino también acudirá a ver a las supuestas rivales, pero también a desearlas como planea el guión descerebrado. De pronto es más interesante ser una "bartender" al estilo "cowgirl" que pensar en la educación. La idea de que no se es suficiente para estudiar pero sí para calentar a hombres. Es mejor penetrar, triste espectador masculino una perspectiva denigrante de idiota baboso. Hay amor, coreografías, espectáculo...
El productor de películas Jerry Bruckheimer, archiconocido y respetado en el medio hollywoodense y artífice de un sinnúmero de tanques como "Flashdance" y la reciente "Gone in 60", intenta reflotar la pesadilla de "La Cenicienta" versión 2000. Agregandole unos cuerpos sublimes para tapar los baches que deja el guión.
Este film viene a confirmar la sospecha de que ni siquiera cinco esculturales chicas pueden revivir un muerto.
Cineismo
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Este largometraje viene a ocupar el espacio que en otras épocas cubrieron films como Grease, Flashdance o Dirty Dancing; es decir, la típica película hecha para que el quinceañero vuelva a casa contento, y al día siguiente corra a comprar la banda sonora. Ésta es la primera (y esperemos que la última) película del director David McNally, cuyos mayores logros antes de esto habían sido un spot de Budwaiser y un par de videoclips de Celine Dion. La verdad, creo que se hubiera hecho un favor a sí mismo firmando como Alan Smithee.
El reparto está formado por unas jovencitas de buen ver, que están bien para encandilar al público juvenil, pero que tienen el mismo talento que en su día tuvieron Bo Derek o Lina Morgan. El colmo es la protagonista Piper Perabo (que en ciertos momentos recuerda físicamente a Julia Roberts), que lo único que sabe hacer bien es mostrar su espléndida sonrisa Profident; su dentista estará orgulloso de ella. Mención aparte merece John Goodman. ¿Cómo diablos ha podido participar en semejante engendro? ¡En una escena incluso amenaza con bajarse los pantalones subido en la barra del bar! ¡Por Dios, es lo último que me hubiera faltado ver!
Pero no todo va a ser negativo en este proyecto, hay un par de momentos que se pueden salvar de la quema. Uno es cuando las chicas bailan el The devil went down to Georgia de la Charlie Daniels Band, logrando transmitir en la pantalla toda la fuerza que tiene la canción. El otro es cuando la chica ha triunfado y empieza a sonar la canción de los títulos de crédito (éste lo destaco simplemente porque indica que el suplicio para el espectador llega a su fin, no por otra cosa).
La calificación para esta película iría en función de la edad. Así, si tienes menos de veinte años seguro que te parecerá un @@@ o un @@@@, y si eres mayor fijo que es un @@. Personalmente me quedo con la última opción, e incluso la rebajo un poco más.
Glasso
Violet, una chica simple de New Jersey, tiene el sueño de triunfar como compositora en New York City. Pese a vivir cerca de la gran manzana se muda en busca de la oportunidad de su vida. Los rechazos son reiterados y las espectativas no son tan brillantes como al principio. Violet cae por "casualidad" en un bar llamado Coyote Ugly (realmente existió en NYC y tuvo su cuarto de hora de fama, se destacaba porque sus meseras interactuaban con el público como lo explicita el film). Una de las chicas, Zoe, la bellísima Tira Banks, se va a estudiar Derecho, sí derecho, y Violet ruega por el trabajo. El aprendizaje es lento y duro.
Coyote es la película ideal para adolescentes que esperan alcanzar un sueño imposible. La estupidez recorre peligrosamente esa edad, pero no es exclusiva de ella como la película lo muestra.
El anzuelo de las chicas lindas es hasta cierto sentido comprensible, pero de ahí a mostrar a los miembros del sexo masculino como parte de una especie tristemente babosa, neceseariamente penetradora, con falos en sus narices y dispuesta a besar la suela de la bota si le dedican una sonrisa es más que divertido, patético.
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Al parecer, las Spice Girls (Spice World) acaban de filmar otra película desde la clandestinidad. Si no, fíjense en este bodrio que se llama Coyote Ugly. Sin aviso previo, el productor de Armageddon y similares nos pone ahora frente a otras cinco chicas de plástico que bailan, cantan y se divierten. Los que no se divierten son los espectadores, ni siquiera con la esperanza de que en algún momento aparezca el Coyote que perseguía al Correcaminos para hacer justicia.
Esta es la historia de Violet, una joven inocente y pueblerina que decide mudarse a Nueva York para cumplir su sueño: vender las canciones que compone a una gran estrella o a un importante sello discográfico. Uno de los problemas que encuentra para alcanzar su meta es que la única forma de dar a conocer sus composiciones es cantarlas ella misma sobre el escenario, al que le tiene una temible fobia. Para ir tirando, mientras se anima a dar el gran salto, la chica logra hacerse contratar en el bar que le da nombre a la película. En ese lugar, las camareras son el centro de atracción: bailan, se insinúan, provocan, seducen y enamoran. A pesar de su personalidad retraída, Violet se suma a esta troupe de bellas y sugerentes mujeres de la noche. En el ínterin también se consigue un noviecito que pondrá toda su dulce y buena voluntad para que ella venza ese terror al escenario.
A los pocos minutos de iniciada la película, la asociación con Una cosa llamada amor de Peter Bogdanovich se presenta. Los elementos son similares: la juventud, el abandono del lugar donde se ha crecido como condición para empezar a ser "uno mismo", la música y la composición (aunque en Coyote Ugly sea el pop y en la otra el country), el amor y el temor al fracaso. Sin embargo, esta asociación cumple un solo y contundente propósito: marcar la diferencia entre un director inteligente y un títere del mercado. Bogdanovich demostró que la "historia simple" de los compositores jóvenes también puede ser compleja, profunda y, al mismo tiempo, nos dijo algo sobre la creación. En Coyote Ugly, el director McNally y la guionista Gina Wendkos no sólo no dicen nada de nada, sino que la historia que presentan es apenas una excusa para que desfilen bellas chicas (que no faltaban en la película de Bogdanovich: Sandra Bullock y Samantha Mathis), medio desnudas y con "mucho charme".
Y los protagonistas... sus nombres reales dicen algo sobre sus performances: Violet está animada por Piper Perabo y su novio, por Adam García. La sonoridad de Piper Perabo parece la metáfora perfecta de su poco agraciada interpretación. Y Adam García compite con ella por el primer puesto tanto en la fealdad del nombre como en la falta de carisma, insipidez y antipatía.
La explicación de qué significa Coyote Ugly es de lo más decepcionante (aunque en este marco, algo inteligente no era de esperar) y la escena final con John Goodman (que interpreta al padre de la chica) haciendo un streap tease sobre la barra del bar es de pésimo gusto. ¿Qué más se puede agregar?
El sexo femenino también acudirá a ver a las supuestas rivales, pero también a desearlas como planea el guión descerebrado. De pronto es más interesante ser una "bartender" al estilo "cowgirl" que pensar en la educación. La idea de que no se es suficiente para estudiar pero sí para calentar a hombres. Es mejor penetrar, triste espectador masculino una perspectiva denigrante de idiota baboso. Hay amor, coreografías, espectáculo...
El productor de películas Jerry Bruckheimer, archiconocido y respetado en el medio hollywoodense y artífice de un sinnúmero de tanques como "Flashdance" y la reciente "Gone in 60", intenta reflotar la pesadilla de "La Cenicienta" versión 2000. Agregandole unos cuerpos sublimes para tapar los baches que deja el guión.
Este film viene a confirmar la sospecha de que ni siquiera cinco esculturales chicas pueden revivir un muerto.
Cineismo
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Este largometraje viene a ocupar el espacio que en otras épocas cubrieron films como Grease, Flashdance o Dirty Dancing; es decir, la típica película hecha para que el quinceañero vuelva a casa contento, y al día siguiente corra a comprar la banda sonora. Ésta es la primera (y esperemos que la última) película del director David McNally, cuyos mayores logros antes de esto habían sido un spot de Budwaiser y un par de videoclips de Celine Dion. La verdad, creo que se hubiera hecho un favor a sí mismo firmando como Alan Smithee.
El reparto está formado por unas jovencitas de buen ver, que están bien para encandilar al público juvenil, pero que tienen el mismo talento que en su día tuvieron Bo Derek o Lina Morgan. El colmo es la protagonista Piper Perabo (que en ciertos momentos recuerda físicamente a Julia Roberts), que lo único que sabe hacer bien es mostrar su espléndida sonrisa Profident; su dentista estará orgulloso de ella. Mención aparte merece John Goodman. ¿Cómo diablos ha podido participar en semejante engendro? ¡En una escena incluso amenaza con bajarse los pantalones subido en la barra del bar! ¡Por Dios, es lo último que me hubiera faltado ver!
Pero no todo va a ser negativo en este proyecto, hay un par de momentos que se pueden salvar de la quema. Uno es cuando las chicas bailan el The devil went down to Georgia de la Charlie Daniels Band, logrando transmitir en la pantalla toda la fuerza que tiene la canción. El otro es cuando la chica ha triunfado y empieza a sonar la canción de los títulos de crédito (éste lo destaco simplemente porque indica que el suplicio para el espectador llega a su fin, no por otra cosa).
La calificación para esta película iría en función de la edad. Así, si tienes menos de veinte años seguro que te parecerá un @@@ o un @@@@, y si eres mayor fijo que es un @@. Personalmente me quedo con la última opción, e incluso la rebajo un poco más.
Glasso