Neblina
Dos meses habían pasado desde el trágico incidente en casa de los
Schwarz.
Desde que Khalil se había ido aquella noche, Weiß no supo nada de
él. A pesar de los esfuerzos desesperados de Kritiker por encontrarlo, parecía que se lo había tragado la noche.
Lo más extraño era que no había ido por Schuldig. Omi, Ken y Yoji
suponían que Khalil iría a vengarse, pero no fue así. Schwarz también se sorprendió de ver que nadie sabía nada de él.
En la última batalla que tuvieron Weiß y Schwarz en la isla, Crawford
sugirió que tal vez se había suicidado. Era lo menos que podía hacer, según él.
Las cosas podrían haber seguido así, de no haber sido porque Birman
le llevó una noticia a Weiß. O lo que quedaba de este.
Omi, Ken y Yoji guardaron silencio.
-Y no sabemos quien fue. No hay pistas.
La indignación que sentían los chicos era enorme. Quién haría algo
así? Quién se atrevería a hacer esto?
-Tenemos que encontrar al culpable.- Omi habló, muy serio. Esto
es demasiado.-
-Por dónde empezamos?- Ken se cruzó de brazos. Sin pistas es difícil.-
-Yo empezaría por Schwarz.- Birman intervino. No me imagino a alguien
más haciendo esto.-
-Vamos, entonces...- Yoji se puso de pie. Y si fueron ellos, se
van a ir al infierno.-
(noche siguiente, en casa de Schwarz)
-Cómo sigue?- Schuldig se acercó a Nagi, quien estaba sentado frente
a la mesa de la cocina.
-Mejor. Por lo menos ya está despierto. Aún así, yo digo que hay
que llevarlo al hospital a que le hagan algún examen.- El chico no apartó la vista del vaso con leche que tenía enfrente.
Podría ser peligroso...-
-Ya conoces al necio de Brad. Odia los hospitales- Schuldig no quería
pensar siquiera en la posibilidad de que algo le pasara a Crawford.
-Y qué? Si tiene algo y se le detecta a tiempo nos lo va a agradecer.
- Nagi miró a Schuldig. Tenemos que llevarlo al hospital. -
-Y entonces, Nagi?- Schuldig se sentó junto a Nagi. Lo llevamos
a rastras?-
Nagi suspiró. En eso entró Farfarello.
-Está llamándote, Schuldig.
El pelirrojo miró a Farfarello. A mi?-
Farfarello asintió. -Sip. Y está de malas.- Farfarello lucía bastante
lúcido, lo cual era bastante raro. Pero estas dos noches habían sido un tanto raras. Primero la carta misteriosa, luego el
enfrentamiento con esa bruja, después el golpe en la cabeza de Brad y finalmente Farfarello luciendo completamente normal...
Sería la luna???
Schuldig se levantó de la silla y se dirigió a las escaleras. En
ese momento, se escuchó un cristal romperse en la sala.
-Que diablos...?- Nagi se levantó de golpe.
-Voy con Brad. Vayan a ver que fue eso.- Schuldig subió las escaleras.
Nagi y Farfarello fueron a ver que pasaba.
Cuando prendieron las luces de la sala se encontraron con una sorpresa.
-Ustedes...??- Nagi no creía lo que veía.
-Weiß...- Farfarello sonrió, divertido. -A que debemos el honor?-
Yoji, Ken y Omi dieron un paso hacia los dos Schwarz.
-Queremos saber si ustedes hicieron algo que no deberían últimamente...-
Yoji preparó su arma.
-Como qué exactamente, Yoji?- Nagi se sentó en el sillón. -Pensé
que estaban fuera de Tokio.-
-Estábamos, pero decidimos venir a visitarlos.- Ken se cruzó de
brazos.
-Y porqué?- Farfarello lucía entretenido.
-De casualidad saben algo de una tumba?- Omi le lanzó a Nagi un
dardo, pero éste lo detuvo con facilidad.
-Tumba? De que hablan?- Nagi estaba intrigado.
En eso apareció Schuldig. -Vaya horas de venir de visita. Pensé
que tenían más educación.-
-Y tu jefe?- preguntó Yoji.
-Está indispuesto. Ahora, hablen claro y directo.- Schuldig se acomodó
el pelo rojo. -O prefieren que lo lea de sus mentes?-
Omi, Ken y Yoji se miraron. Yoji asintió. -No sabrás de casualidad
algo acerca de una tumba saqueada?-
-Qué? Tumba saqueada?- Nagi levantó una ceja, extrañado.
-Cómo no se me ocurrió antes hacer eso?- Farfarello se sentó junto
a Nagi.
Schuldig se rió. -Nosotros no hacemos eso. No deja dinero...-
-Si no fueron ustedes, entonces quién?!- Omi preparó varios dardos.
-Sé más claro, que no entendemos que pasa.- Nagi se puso de pie.
-De que tumba están hablando?-
Yoji se enfureció. De la de Aya!!-
Los tres Schwarz se miraron.
-Alguien abrió su tumba y sacaron su cuerpo.- los ojos de Ken se
volvieron cristalinos. -Ni siquiera eso pudieron darle...-
-Alto. Están insinuando que fuimos a abrir la tumba de Aya y sacamos
el cadáver?- Nagi hizo un gesto de horror.
-No tendríamos para que hacer eso. Además, si así fuera, con que
objeto lo hubíeramos hecho?- Schuldig se cruzó de brazos.
-Molestarlos, quizá?- Farfarello se encogió de hombros.
Los Weiß se enojaron más.
-Gracias, Farfarello, por hacerlos enojar más. - Schuldig hizo un
gesto de molestia.
Miren, -dijo Nagi, -nosotros no lo hicimos. Ustedes no nos importan,
y no tenemos para que perder nuestro tiempo con tonterías. Y aún si quisiéramos molestarlos buscaríamos otra forma. Eso de
abrir tumbas no es lo nuestro. Tenemos nuestros propios problemas.-
Omi suspiró. -Si no fueron ustedes, entonces, quien?-
-Yo que sé!- Schuldig se dio la media vuelta. Busquen a otro de
sus enemigos que quiera venganza? No han pensado en algún Takatori?! Ahora fuera de mi casa!- el alemán se dirigió a las escaleras
y subió al primer piso. Farfarello le siguió.
Nagi se quedó mirando el piso. Saben algo de Khalil?-
Yoji miró extrañado al chico. Qué?-
Nagi se encogió de hombros. -Que si saben algo de Khalil...Supongo
que si se enteró de esto, va a venir a arreglar las cosas. No? Si saben algo de él...díganme por favor.- El chico de pelo
castaño se dio la media vuelta y caminó unos pasos hacia la cocina.
Ken se rió levemente. -De cualquier forma, cual es tu interés en
él?-
Nagi se detuvo, sin mirar atrás. Mera curiosidad.- Comenzó a caminar
de nuevo. Ahora, váyanse. No tienen nada más que hacer aquí.-