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Aquel día de invierno era el más frío de todos, sin embargo había bastante actividad debido a que la Navidad y Año Nuevo estaban próximos a celebrarse. Schwarz no era indiferente a esta fiesta, así que cada uno compraba cosas discretamente (ya saben, según Crawford, Schwarz tiene una imagen que mantener, bla bla bla...). Nagi estaba parado frente a la vitrina de una juguetería mirando a los niñitos sentándose en las rodillas de un hombre vestido de Papá Noel, y una que otra pareja feliz que le preguntaba a su hijo qué deseaba por navidad... Todas esas escenas le daban malos recuerdos... ¿Envidia?... posiblemente...
 
No sabía porqué había comprado tres paquetes... igual le iban a dar un insulto por regalo y lo que compró terminaría en el tacho de basura más cercano. Entonces sintió que alguien se tropezaba con él. Los dos se disculparon al mismo tiempo.
 
Disculpe... ¿Schuldrig? Nagi se dio cuenta que se había topado con el alemán, saliendo del centro comercial.
¿Qué haces acá, bishounen? le pregunta el pelirrojo, extrañado de verlo en ese mismo lugar.
Lo mismo te pregunto.
                      
                      ***
                      
Rato después, los dos se encontraban en un café hablando de los motivos por los que estaban en el mismo Centro Comercial.
 
¿En serio me compraste regalo? ¿Te sientes mal o algo así? le dijo Nagi, acabándose la taza de chocolate caliente.
No hagas que me arrepienta de la decisión. También lo noté... No sabía que te importara como para que me hayas comprado algo, Nagi.
Ni sé por qué lo compré. Supongo que ya llevamos tanto tiempo trabajando juntos... el telequinético se sonrojó al darse cuenta a quién le estaba diciendo todo esto, posiblemente el pesado de Schuldrig se esté burlando de él en estos.
Contrario a lo que piensas... no, no me estoy burlando de ti Schuldrig ésta vez hablaba libre de ironía alguna También aprecio el tiempo que hemos estado trabajando juntos.
¿Estuviste leyendo mi mente de nuevo?
Es la costumbre... ya, prometo no volver a hacerlo, por ahora había vuelto a su habitual sentido del humor.
                      
Acabaron sus bebidas y se fueron con las pocas cosas que compraron. Como las calles estaban llenas de gente, decidieron cortar por el callejón. Eran las 8.00 pm, así que las luces estaban iluminando, pero no llegaban a alumbrar esa callecita por la que debían pasar.
Doblando una esquina, escucharon un grito de un niño pronunciando el nombre de una muchacha. Corrieron para ver qué pasaba, y se asomaron por una pared, sin dejarse ver, donde pudieron divisar a tres muchachos que estaban siendo golpeados por un grupo callejero.
 
Por... por favor... de... deténganse... decía una muchachita de cabellos largos negro cenizo, atado en una trenza, que trataba de defender a un niño menor que ella. Estaban cubiertos de sangre, y el tercero ya estaba muerto.
¿Por qué detenernos? Si apenas nos divertimos el tipo sacó una navaja, con la intención de continuar con lo que hacía.
Le hizo un corte en el brazo a la muchacha y la tiró hacia un muro, haciendo que se golpee la cabeza fuertemente. Los otros tres terminaron de matar al niño a golpes. De repente, alguien aparece a tal velocidad que, antes de darse cuenta, son puestos fuera de combate por un pelirrojo. El que queda es estrellado contra la pared por una fuerza desconocida.
 
¿No imaginé que fuéramos a intervenir? dijo Naoe, viendo a los sujetos muertos.
No me gusta matar niños. Uno debería pelear con un poco más de dificultad, eso es lo que lo hace divertido respondió Schuldrig, luego volteó a ver a la muchacha ¿Qué hacemos con ella? Aún está viva.
No sé tú, pero yo la llevo. Mañana la dejaré en otro lugar.
¿La llevarás al edificio? Crawford va a regañarte, muchacho.
Entonces que me regañe. Le daré de lo mío.
¿Acaso te volviste a enamorar?
No seas ridículo. Apenas tiene mi edad, no podrá sobrevivir con el frío que hace y con las heridas que tiene Nagi lo negó todo, un poco sonrojado.
                      
                                                                        ***
                      
A la mañana siguiente, la chica despertó. Se extrañó al encontrarse en un cuarto ordenado, con vendas y una pijama que ni siquiera era de ella. Lo más importante... no podía recordar nada acerca de ella.
 
Entró a la habitación un muchacho de cabello castaño, que cargaba una bandeja con unos cuantos panes con mantequilla y un vaso de leche.
 
Debes estar cansada después de lo de ayer. No me extraña. Te golpearon muy fuerte esos sujetos le decía Nagi, dejando las cosas sobre su escritorio.
¿Quién... quién... ?
Ah, debes estar preguntándote quién soy... soy Naoe, Nagi. Mi amigo y yo te encontramos en ese callejón anoche y nos encargamos de los sujetos que casi te matan, pero no pudimos hacer nada por tus otros dos amigos.
Al escuchar eso, recordó la escena de la noche pasada. Habían matado a dos niños que la acompañaban, entonces dos sujetos extraños se encargaron de los desconocidos... Sin embargo no podía recordar nada anterior a eso.
S... sí, pero también quiero saber quién soy yo...
Ya veo... perdiste la memoria... ya me ocuparé de investigarlo todo sobre ti. Por ahora descansa y come bien.
Pe... Pero...
No te preocupes, que nadie te va a botar de aquí mientras Schuldrig y yo sigamos aquí... a veces Crawford es algo amargado, y una vez que te acostumbras Farfarello no es tan mala persona.
No, yo sólo quería saber qué pasó con mi ropa dijo la chica, que tenía puesta una pijama celeste.
Es mía, es que tu ropa estaba llena de sangre.
 
Entonces entró Schuldrig a la habitación.
 
Veo que ya estás consciente, Rei-chan... le dijo el alemán, con su sonrisa de siempre.
¿Rei? preguntaron los dos extrañados adolescentes.
Uno de los chicos lo gritó antes de que te encontráramos. No sabes lo que Nagi-chan y yo tuvimos que pasar para que Brady nos permitiera tenerte aquí.
                      
                      **Flashback, la noche anterior**
A eso de las 9.00 pm, Schuldrig y Nagi son recibidos en la sala por su molesto líder, que los esperaba con cara de pocos amigos. Las lunas de sus anteojos no dejaban ver a través de ellos por el reflejo de la luz. Schuldrig aún cargaba a la chica en su espalda y Nagi tragaba saliva al ver así a Crawford.
 
¡¿Qué han estado haciendo?! ¡¿Para qué trajeron a esa chica acá?! Brad estaba con el mismo mal humor de siempre.
La encontramos de camino acá. Casi la matan... respondió Schuldrig, que la llevaba en su espalda.
¿Y se puede saber desde cuándo están recogiendo lo que encuentran en la calle?
Oye, no nos culpes... Sólo la vamos a atender hoy día, y para que no te moleste estará en mi habitación respondió Nagi, levitándola y sentándola en un sillón.
Se ve que es muy bonita Farfarello había ido a ver el por qué de tanto griterío en la sala ¿es la nueva novia de SchuSchu o de Nagi-chan?
¡Cállate! le gritaron el alemán y el japonés al mismo tiempo, completamente rojos.
Ya, está bien se resignó el americano Se puede quedar aquí, pero que devuelva de alguna forma lo que le estamos dando.
Gracias, Bradley... Eres tan buena gente le bromeó Schuldrig.
¡Te he dicho que me llames Crawford! le gritó desde su la puerta de su habitación, a la vez que azotaba la puerta No hagas que me arrepienta de mi decisión.
Claro, Brad... digo, Crawford respondió burlonamente el alemán, mientras el japonés y el irlandés se reían internamente.
 
**Fin del Flashback**
                      
Je, je... No te preocupes. Brad es bien renegón, pero siempre se le pasa Schuldrig se seguía riendo Ah, verdad... yo soy Schuldrig... ¿Nagi ya te contó que te recogimos ayer?
¿Por... Por qué hacen esto por mí? Ni siquiera me conocen logró decir Rei.
Sólo pensamos en variar de vez en cuando. Te dejo sola... tenemos un trabajo, pero ya regresamos Nagi le respondió con unasonrisa y se marchó de la habitación junto con Schuldrig.
                      
Los dos ya se encontraban solos en el living del departamento.
¿No se te hace raro? le pregunta Schuldrig al adolescente de 15 años.
Sí, creo haberla visto en algún lado, pero aún no lo recuerdo claramente.
Trata de investigar todo lo que puedas sobre la chica esta.
De acuerdo... Oye, Schuldrig
¿Qué ocurre?
Admite que la encuentras algo simpática.
¿Por qué lo dices?
Generalmente te hubieras puesto de parte de Crawford y me hubieras negado cuidar de Rei.
Quizá te parezca raro, pero... sí, también la vi de la misma manera en la que la miras tú... No te preocupes, que no quiero nada con ella.
¿Cómo crees? Nagi se sonroja aún más.
Te recomendaría que ya hagas planes con ella. Ya tienes que olvidarte de esa chiquilla de las Schreient.
 
Nagi se volteó para que Schuldrig no le viera la cara de molestia. Obviamente el comentario le afectó bastante (el primer amor jamás se olvida). El alemán se dio cuenta que lo que dijo lo hizo sentir peor, pero ya era tarde y él no es de los que se disculpan.
 
Sin perder más tiempo, Crawford los llamó para que de una vez fueran al auto y acaben de una vez con la nueva misión.
                      
                                                                        ***
                      
Al llegar nuevamente al departamento, todos se asombraron al ver lo que estaba frente a ellos: el piso reluciente, con olor a pino y desinfectante, las paredes lavadas (sin las marcas de sangre que deja Farfarello), las alfombras aspiradas, etc. Crawford se limpió las lunas de los anteojos para poder creer lo que veía. Schuldrig y Nagi estaban paralizados, y Farfarello fue de rincón en rincón buscando alguna pista.
 
Todo... está limpio... logró decir el irlandés, después de recorrer toda la sala.
¿Quién haría algo así? dijo Brad después de mucho rato.
¿Fantasmas? le responde el tuerto.
No seas idiota.
                      
Suponiéndolo, Nagi y Schuldrig fueron a la habitación del japonés, donde vieron a Rei durmiendo.
Oye... ¿Cómo estás ahora? la despierta Nagi, con voz suave. Ella abre los ojos.
Sí, ya estoy mejor... ¿Por qué regresaron a las 2.15 am.? Ustedes salieron a las 11.30 de la mañana.
Eso no importa... ¿Tú limpiaste la casa? le pregunta Schudldrig, que aún estaba parado en el marco de la puerta.
Sí, pensé que era una manera de pagarles el que me cuidaran hoy día.
No tenías que hacerlo le dice Naoe.
Para mí es todo un placer... Mejor me voy... Querrás irte a dormir y estoy ocupando tu cama.
No, quédate aquí. El bishounen se va a quedar en mi habitación... tú sigue descansando Schuldrig le sonríe amablemente... con lo cual la joven se sonroja levemente.
 
Nagi se fijó en esa sonrisa... no era las sonrisas perversas que solía poner... era completamente diferente.
Gra... Gracias, Schuldrig-san, Naoe-san.
Sólo Nagi le respondió el joven psíquico.
                      
                                                                        ***
                      
La llegada de la muchacha no solo había afectado a Schuldrig y Nagi, sino que hasta Farfarello estaba más tranquilo desde ese momento en que todos vieron el departamento tan limpio. A Crawford le estaban empezando a surgir incógnitas sobre la nueva chica. De algún lado se le hacía conocida... ¿Pero dónde la había visto antes?
 
Transcurrieron dos días y Rei ya se había convertido en el ama de llaves oficial del departamento de Schwarz. Ella nunca le preguntaba nada a nadie sobre su vida personal y ellos tampoco, pero debían recordar que la muchacha no tenía ningún recuerdo de ella misma.
 
Nagi trataba de hackear archivos para obtener cualquier tipo de información, pero nada. Un día, Rei fue a la celda de Farfarello a limpiar. No había nadie ahí, y sólo estaba la mesa con los cuchillos manchados de sangre y la camisa de fuerza tirada en el suelo. Lo primero que hizo fue coger uno de los cuchillos y limpiarlos, pero apenas tocó uno, alguien la cogió sin avisar y le apuntó con una daga curva a unos milímetros del cuello.
 
¡Farfarello, espera! ¡Soy yo, Rei!
Ah, es que no me gusta que toquen mis "juguetes".
¿"juguetes"? No te entiendo ¿Qué tiene de divertido herir a los demás con eso?
Lastimo a Dios. Él es el culpable de todo y sus hijos deben pagar por él.
No digas eso... Dios no es el culpable de nada.
¡Mientes! Dios es culpable. La mejor forma de herirlo es lastimándome y lastimando al resto cogió el cuchillo para intentar clavárselo en su propio brazo, pero ella se lo arrebató ¿Por qué te preocupas por mí? Yo no siento dolor.
Sí lo sientes, pero no físicamente... Tu dolor es espiritual... Déjame ser quien alivie las heridas del corazón.
 
Para sorpresa de Schuldrig y Nagi (los dos veían la escena desde la puerta), Farfarello cae de rodillas y rompe a llorar en los hombros de Rei.
 
Increíble...
No puedo creerlo... ¿Qué tipo de muchacha es ésta? Nagi la veía con calidez.
No lo sé, y lo peor de todo es que no puedo analizarla. Hay algo en mi interior que me dice que no debo hacerlo.
¿Miedo a sentir culpa, Schuldrig?
¿Miedo a la culpa? No, creo que esa voz extraña se llama conciencia.
¿Tú? ¿Tienes conciencia?
Ni yo mismo me lo creo.
 
Al terminar, decidieron abandonar la puerta y dejar solos a los dos a los dos. Brad también se enteró de lo que pasó ahí gracias a una de sus premoniciones. Era realmente extraño... la muchacha estaba afectando mucho a los demás: Nagi parecía estar enamorado otra vez, Schuldrig era amable, y Farfarello abría sus sentimientos con una desconocida. No era conveniente que Rei los sobresaltara de esa manera, podría hacerlos menos eficaces en el trabajo.
                      
                                                                        ***
                      
Los días fueron pasando, y convivir con Rei ya se había vuelto un hábito. Después de sus clases en el Instituto, Nagi entró a su habitación para dejar sus libros en la repisa de su habitación, cuando ve un montón de papeles regados con dibujos a lápiz de flores, vistas de la ciudad y diversos objetos de la habitación. en verdad tenían un buen nivel artístico, lo cual hizo pensar a Nagi que la muchacha provenía de una familia de buena clase social o que había estudiado en alguna buena escuela de arte... era poco probable que esa habilidad fuera espontánea.
 
Esto es... logró decir Nagi.
Disculpa, no pude evitarlo. Vi unas hojas en tu escritorio y de repente me nació coger el lápiz y dibujar Rei apenas entraba a la habitación, comenzando a recoger los papeles No debí coger las cosas de tu escritorio sin permiso.
No, está bien... Si prácticamente estás haciéndolo todo aquí el muchacho japonés cogió los dibujos y los vio con detalle Son muy buenos...
Yo... yo solo... decía más sonrojada.
¿Qué ocurre?
¿Podrías sentarte en esa silla?
¿Yo?
Sólo quiero hacer algo... te pido que tengas paciencia, Nagi-san.
 
Sin saber lo que quería, Nagi hizo caso a las indicaciones de Rei. Ella cogió el lápiz y comenzó a trabajar sobre una hoja blanca de papel. Al cabo de dos horas, por fin terminó de hacerlo, y Nagi anheló el volver a moverse después de tanto tiempo.
 
Aquí está. Es una manera de mostrarles mi agradecimiento... También hice uno de Schuldrig-san.
                      
Era muy bueno... Nagi no podía creer que esa era la manera en la que lo veía ella. El dibujo se podía decir que era su imagen reflejada, pero con cierto toque personal. Nagi se sonrojó al recibirlo, así que cogió lo que necesitaba para hacer su tarea (otros libros, un bolígrafo, su block de apuntes y su laptop) y se retiró a la habitación de Schuldrig, que era el lugar que estaba ocupando temporalmente, mientras la inquilina se alojaba en la suya.
                      
A fuera de la habitación del alemán, Naoe vio al pelirrojo discutiendo algo con Crawford. Por la expresión de los dos, el tema que estaban tratando era algo serio.
 
Nagi, qué bueno que llegas, porque ahora podemos hablar los tres sobre esto... dijo Crawford.
¿No vamos a llamar a...? preguntó el adolescente.
No, esto no se trata del trabajo el rostro de Schuldrig se veía algo preocupado Farfarello está en su celda y sabes que nunca tratamos los asuntos con él. Es sobre Rei-chan.
 
Dicho esto, los tres psíquicos pasaron a la sala. Cada uno tomó sus respectivos sitios en los sillones. Finalmente el americano tomó la palabra.
 
Esta muchacha a la que ustedes llaman Rei... En realidad es una de las hijas de Mr. Takatori.
¿Qué? ¿Otra hija? exclamó Nagi al darse cuenta de la noticia.
Es de otra de sus amantes, apenas reconocida hace un año, tiempo antes de que Weiß matara a Reiji le explicó Schuldrig, cruzado de brazos en el otro extremo del sofá que compartía con Nagi.
Supongo que ahora que lo saben, tendrán que decírselo y devolverla a donde vino. Saben que no estamos en condiciones de mantenerla, y no estoy hablando en el sentido económico.
Aunque no me guste admitirlo, Crawford tiene razón. Sería una pena que una muchacha tan encantadora viva bajo el mismo techo que unos asesinos Schuldrig asintió, sin perder la seriedad.
 
En el fondo, Nagi sabía que los dos mayores de Schwarz tenían razón. Sería un desperdicio que una muchacha tan pura como ella tuvierauna vida como la de ellos o, peor aún, que salga involucrado en algo que no debería.
 
Mañana 25 la devolvemos a su casa sin decir nada, y espero que no se hayan encariñado con ella les indicó el líder de Schwarz a los otros dos.
 
Entonces Brad nota que, tanto Schuldrig como Nagi, tienen algo en las manos.
 
¿Pensaban darle algo a la chica? les preguntó el americano.
Nada de eso le respondió el japonés los dos regalos son para ti.
 
Los dos psíquicos le extendieron las dos cajas. Crawford no salía de su asombro.
 
Ya sabemos, "Schwarz tiene una reputación que mantener" No me vengas con eso, Brad. Por una vez cierra la boca y acéptalos, pero no los abras antes del 25, o sea dentro de unas horas Schuldrig le dijo eso en el mismo tono burlón que siempre.
Bien. No diré nada Crawford se dio media vuelta y les tiró dos paquetes envueltos en papel rojo, que Schu y Nagi logran atrapar en el aire Tampoco digan nada.
                      
Después que Crawford se retiró, los dos vieron extrañados los dos paquetes ¿Crawford les compró algo?
 
Schuldrig... Dime que entraste en su mente y le lavaste el cerebro.
No le hice nada. Esto es muy extraño...
Y me lo dicen a mí Farfarello intervino por detrás, ante lo cual los dos lanzan un alarido de susto Oigan, ya sé que soy feo y psicópata, pero no griten de esa manera. Tengan.
 
Dicho esto, Farfarello les dio dos sobres blancos.
 
No se preocupen... no tiene sangre ni nada que se le parezca. En una de mis salidas las compré, claro... eso fue después de encargarme de unos tipos en la calle explicó el irlandés.
 
Ante esto, los otros dos Schwarz se quedaron fríos... Farfarello también estaba raro... ¡Estaba actuando normal!... y lo más increíble... ¡Les compró tarjetas!
 
Ten dijeron los dos al unísono, dándole los paquetes que habían comprado. Apenas se recuperaban de la sorpresa.
Gracias, muchachos después de eso, volvió a ser el Farfarello de siempre y se dirigió a su celda a jugar con sus cuchillos.
                      
Como ya era tarde, decidieron retirarse a sus habitaciones... por alguna razón tenían sueño, y era extraño, considerando que ya se habían habituado a dormir a altas horas de la noche. Decidieron que lo mejor era darle la noticia a Rei en la mañana, ya que ese mismo día la llevaban a su casa. Se retiraron a la habitación de Schuldrig y durmieron de una vez.
                      
                      ***
                      
A la mañana siguiente, ya era 25 de diciembre. Schuldrig y Nagi se levantaron temprano y se dirigieron al cuarto de Nagi para despertar a Rei, pero grande es su sorpresa al encontrar el cuarto deshabitado. La cama estaba tendida y la ropa que le prestara Nagi estaba bien doblada sobre las sábanas. En el escritorio había un fólder marrón de Nagi con una carta sobre él.
 
Rápidamente la cogieron y la abrieron. La carta decía así:
                      
                      "Schuldrig-san y Nagi-san...
Les agradezco la consideración que tuvieron conmigo en estas dos semanas. No he podido evitar escuchar lo anterior y en seguida mi memoria regresó... La verdad es que no quería regresar allá, donde todos me presionaban para dejar el arte y seguir algo que no quería. Por eso había huido de mi casa, sin embargo mataron a dos de amigos que conocí ese mismo día, y lo siguiente ya lo saben ustedes.
                      Ahora no les digo mi paradero, ya que voy sin rumbo para hacer mi propia vida. Yo les digo que hagan lo mismo, sea cual sea el camino que ya tienen predispuesto.
                      A Farfarello, díganle que lo tengo en mi corazón y que no deje de pensar en cada palabra que hablamos anteriormente... él sabe a qué me refiero.
A Crawford-san no lo he conocido aún, pero sé que en el fondo es una persona distinta a lo que aparenta... como todo ser humano, debió haber tenido un trágico pasado para haberse convertido en una persona tan dura con todos...
                      Una vez más, me disculpo por haberles causado tantas molestias y agradecerles el haber sido las primeras personas en darme su amistad.
                      Muchas Gracias por todo
                      Rei Takatori (mi verdadero nombre, aunque sé que será una marca que llevaré el resto de mi vida)"
                      
Al terminar de leerlo, los dos se percataron del fólder sobre el que estaba la carta y lo abrieron.
 
Los dibujos de Rei-chan... dijo Schuldrig al verlos.
Gracias a ti, Rei... murmuró Nagi.
                      
Uno de los dibujos era de Farfarello, otro era de Crawford... igual de serio, pero los ojos no eran tan severos, el tercero era de Schuldrig con la sonrisa amable que le mostrara una vez y el cuarto era de Nagi, mostrando rastros de inocencia en la sonrisa que haya retratado de él.
 
Entonces cayó una postal de una Virgen. Era extraño... vieron que el rostro de la virgen era idéntico al de Rei...
                      
                                                                                                                       Owari