JORGE CARRERA ANDRADE
(Ecuador 1903 – 1979)
EL HOMBRE DEL ECUADOR
BAJO LA TORRE EIFFELTe vuelves vegetal a la orilla del tiempo.
Con tu copa de cielo redondo
y abierta por los túneles del tráfico,
eres la ceiba máxima del Globo.Suben los ojos pintores
por tu escalera de tijera hasta el azul.Alargas sobre una tropa de tejados
tu cuello de llama del Perú.
Arropada en los pliegues de los vientos,
con tu peineta de constelaciones
te asomas al circo
de los horizontes.Mástil de un aventura sobre el tiempo.
Orgullo de quinientos treinta codos.
Pértiga de la tienda que han alzado los hombres
en una esquina de la historia.
Con sus luces gaseosas,
copia la vía láctea tu dibujo en la noche.Primera letra de un abecedario cósmico,
apuntada en la dirección del cielo;
esperanza para da en zancos;
glorificación del esqueleto.Hierro para marcar el rebaño de nubes
o mundo centinela de la edad industrial.
La marea del cielo
mina en silencio tu pilar.
VERSION DE LA TIERRA
Bienvenido, nuevo día:
Los colores, las formas
vuelven al taller de la retina.He aquí el vasto mundo
Con su envoltura de maravilla:
La virilidad del árbol.
La condescendencia de la brisa.El mecanismo de la rosa.
La arquitectura de la espiga.Su vello verde la tierra
sin cesar críala savia, invisible constructora,
en andamios de aire edifica
y sube los peldaños de la luz
en volúmenes verdes convertida.El río agrimensor hace
el inventario de la campiña.
Sus lomos oscuros lava en el cielo
La orografía.He aquí el mundo de pilares vegetales
y de rutas líquidas,
de mecanismos y arquitecturas
que un soplo misterioso anima.Luego, las formas y los colores amaestrados,
el aire y la luz viva
sumados en la Obra del Hombre,
vertical en el día