"El secreto de Tomas Croun"

Qué terrible es leer una crítica cinematográfica. Oh, no, yo no las leo, nunca lo he hecho. Ocurre que ahora, desde que me ha dado por hacer comentarios a raíz de ver buenas películas, busco por la red alguna que otra imagen para luego enviársela a mi querido amigo Edgar, para que luego la ponga en un sitio de Cine de excepción. Así entonces, a veces, ya que estoy en una página de tal o cual película, se me cuelan algunos comentarios del "crítico" que sea. Anoche sin ir más lejos, buscando alguna imagen de la última película vista, "El secreto de...", leí algo y fue espantoso. NO hacen una crítica, lo único que es una crítica de esas es un despliegue de nombres y más nombres, datos cronológicos y más datos cronológicos, en los que al final te queda una duda: ¿Y la película?

Total, que nosotros aquí hacemos otra cosa, desvelamos otro sentido que debe y tiene que tener el cine, el Cine, más allá de sus exageraciones y mentiras.

Hay películas, además, que no dan lugar a mucho comentario, sería exagerar las cosas; NO todas son iguales, y ahí está el fallo y el error de los que van de críticos o comentaristas de cine: les da igual de qué sea la película, no hacen una selección, no van a por las que pertenecen a una Élite, y de eso es de lo que se trata. Porque como en el mundo de las personas, NO TODO ES IGUAL; NO TODOS SOMOS IGUALES.

"El Secreto de Tomas Croun", -españolizando un poco el nombre, je je-, es una película que podría definirse de manera Spokiana, sí, del señor Espok de Star Trek: FASCINANTE. Si a la película se le quita una de las secciones casi más inevitable, esto es, la fornicácea, queda una película de broche de oro.

Se trata, sin más rodeos, de una Lucha de Inteligencias, donde la elegancia y el mundo del arte se dan la mano. Ojo, casi hay más arte en los personajes que en el propio arte que se ve. Es gracioso poner atención en el motivo artístico. El Moné, -o como se escriba-, que roba el ladrón, no es más que una buena manera de mostrar los colores, pero como Arte Arte, en fin, deja mucho que desear. Todo el mundo que lo ve, incluído una panda de niñatos salvajes, no siente nada especial, pero en cuanto que les dicen... "Está valorado en cien millones de dólares"... ¡¡¡OOOHHHHH!!! Y ya es arte. Eso es terrible, desastroso, de vergüenza.

Por tanto se podría pensar que todo es más falso que la mar. Solo se necesitan buenas palabras, palabras que impacten, números que exalten el deseo de no sé qué narices; pero exageraciones que resalten brillos de bisuta para pensar que se está vivo, mientras todo se desenvuelve en un mundo humano de ricos porque PARECE que manejan mucho dinero, pero desarrollándose en un mundo de soledades terribles.

No sé si será verdad en la vida videra, creo que sí, pero los millonarios de las películas siempre están más solos que la una y media; en realidad en el mundo humano la soledad es la reina. A veces pasa, pero solo a veces, que en un millonario de verdad, se junta la Inteligencia, entonces no basta una falsa compañía de una simple persona del sexo que sea. La Riqueza y la Inteligencia necesitan algo más que sexos, necesitan, ni más ni menos, que más Riqueza y más Inteligencia, y entonces se forma ese Polifísico Gestáltico que forma Nuevas Civilizaciones y que no necesita de riquezas a ojos vista, si no, Riquezas a Futuros vista; Grandes Riquezas de Grandes Imperios. Y esas cosas, todavía, no se van a ver ni en el cine.

En fin, que si alguien quiere ver algo inteligente en una película, que no lo dude.

Un abrazo.

Quirón

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