"301-302"

Cualquiera diría que "301-302" es el título de cualquier cosa, y menos, de una película, pero así es.

Hablamos hoy de una película que además de curiosa y extraña, es posmoderna, compleja, filosófica, terrorífica y compaginándolo todo con un gran Mensaje sobre la Amistad, diría yo que la Amistad llevada hasta su más alto y vertiginoso extremo.

Sí contaré un poco la trama del flin porque quien encuentre una sola referencia de esta película no solo será afortunado, sino que además me lo deberá de comunicar a mí inmediatamente agradeciéndoselo infinitamente y por toda la eternidad. La obra fílmica es japonesa; los títulos de crédito estaban en japonés, (estaban puesto que la vi hace tiempo; es de imaginar que seguirán estando) pero en ideogramas además. Lo único que se leía con caracteres latinos en algunas partes eran los números, "301-302".

¿Cuál es la trama? Dos damas ocupan el centro del argumento; cada una vive en un piso de la misma planta del edificio; una vive en la puerta 301 y otra en la 302. La que vive en el 302 desaparece un buen día, y la policía comienza la investigación. A la primera que preguntan es a la dama que vive en el 301. Esta dama es una gran cocinera, no de oficio, sino como simple (o complicada, según se mire) pasión por la gastronomía. La cocina de la dama del 301 es como un reino, lleno de detalles por todas partes; cada comida que hace la anota, como un cuaderno de bitácora culinario.

El policía que investiga no tiene ninguna hipótesis ni puede argumentar nada contra la cocinera empedernida, entre otras cosas porque ésta le comienza a contar las historia de cómo entró en contacto con la del 302.

Es curioso que en casi ningún momento se escuchan los nombres de las respectivas personajes de la película, siempre son o la 301, o la 302.

La mezcla de tiempos, pasado-presente, presente-pasado, es algo increíble, nunca sabes bien en qué momento está sucediendo hasta que no ves que está por el medio de la escena la 302; esto es, pasado. Los cambios de planos son indescriptibles; las escenas de preparación de un plato, conjuntado con la música que suena, es algo hermoso de verdad. Nunca antes he podido maravillarme con algo semejante; siempre que en una película sale alguien comiendo, ni está comiendo, ni lo que come es comida, ni lo que bebe es bebible, ni nada de nada, todo pertenece al mismo orden de falsedades que ese todo el cine. Pero en esta película de "301-302" se cocina, se come y se vive todo de una manera real, pero no real-vulgar, sino real-elegante.

Está claro que la actriz que desempeña el papel de cocinera, es cocinera y de las buenas. En realidad es una película donde no se necesitan actores, sino situaciones, momentos, cuadros móviles, sonidos peculiares, colores indefinibles, escenas entrecortadas.

¿Dónde está el terror? En la obsesión de la 301; está obsesionada porque la 302 coma, pues no lo hace; la 302 está delgadita delgadita, todo lo que come lo vomita, nada más pensar en comida se pone enferma; todo es ir en contra de la biología; "Me da asco la vida humana", llega a decir la 302, cosa que me pareció de lo más edificante. Pero la 301 no ceja en su intento de que la 302 coma y coma y coma, aunque vomite y vomite y vuelva a vomitar. Encima la 301 se pone furiosa porque sus exquisitos platos sienten mal a la 302, es algo que no puede aguantar.

Pero todo tiene una explicación: La 302 había sufrido todo tipo de calamidades desde muy pequeña; su padre la maltrataba, abusaba sexualmente de ella, y todos los días comían carne, pero hecha de tal forma que casi ni estaba cocinada. Un día, por errores de la vida, un niño entra en el negocio de los padres; tenían una carnicería; jugando jugando, el niño entra en la cámara frigorífica, ésta se cierra, el tiempo pasa, y a las horas el niño yace muerto por congelación. La madre del niño llega al comercio toda preocupada; oh no se sabe, nadie ha visto al niño. La solución es de lo más sencilla: Se lo comen. De esto se entera la que es en el presente la 302, y le hacen comer de su amiguito. Es terrorífico.

Cuando la 301 se entera de tan tremenda historia entiende perfectamente el asco a la humanidad y a todo lo que tenga que ver con ella. También comprende que cocinar algo que no sea lo habitual, ella lo comprende también; en un momento de la historia de la 301, cocina al perrito de su marido, por venganza y esas cosas.

Llega un momento de tan alta enfermedad y escualidez de la 302, que por amistad, y nada más que por amistad, ésta le pide a la 301 que... sí, amigos míos, que se la coma; "¿Cómo sabrá mi carne?", le pregunta la 302 a la 301. Nada más hizo falta decir que esa pregunta; la 301 lo entendió todo.

Desde aquél día, la 302 estaría, en cierta forma, formando parte de la vida de la 301, compartiendo todo y encima, comiendo.

El asesinato perfecto, pero no un asesinato por rabia, ni por celos, ni por ajuste de cuentas ni por nada por lo que se suele asesinar, tanto en el cine como en la vida real; simplemente, por el tedio de la que sufre.

Es fuerte el argumento, es terrible, pero es una idealización tan grande de la Amistad, que impresiona.

Un saludo con Amistad, pero sin cubiertos de por medio ;)

Quirón

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