"Temerás a tu
        vecino" 
        Esta película, -cuyo título original
        es el nombre de una calle en una ciudad estadounidense
        "Arlintong Road"-, es una de esas que confirman
        mi teoría-práctica de lo que debe de ser el cine: Un
        motivo para pensar y filosofar. 
         
        Al principio de la película te das cuenta que es una
        historia que solo se debería de ver en Estados Unidos,
        puesto que la trama que se presenta es puramente
        norteamericana y por lo tanto solo un norteamericano
        moderno la conoce: la historia de sus atentados
        terroristas en el siglo veinte; por qué suceden, quién
        es el culpable; repito en gordo, QUIEN es el culpable, NO
        quiénes. Porque los norteamericanos necesitan bajo toda
        necesidad, de UNO, con su nombre, su rostro y su todo, y
        ya con ese punto, TRANQUILIDAD. 
         
        Pero obviamente la película se adentra en otros
        aspectos, sin salirse de ese ley motiv. 
         
        La auténtica filosofía de esta narración fílmica (es
        que me da cosa decir "cinta") es: NO TE METAS
        EN LOS ASUNTOS DE LOS DEMÁS, Y TODO IRÁ BIEN. Es
        evidente que es una película, nunca nos olvidaremos de
        ello en ninguna de las que comentemos; vale; pero es
        parte de la vida real. 
         
        La gente se espía; unos y otros quieren saberlo todo.
        Entre la gente sencilla todo se sabe, y además en un
        periquete. El mundo vecinal es un mundo muy curioso; es
        la reunión, por lo general, de las personas que tienen
        una vida similar: el trabajo, la familia, la casa, los
        fines de semana, y se acabó. Pero resulta que NO todo el
        mundo tiene ese tipo de vida; hay otras, sí, y están en
        este, en este mundo. 
         
        Ya no es solo lo que dice la sinopsis de la película
        "¿Qué harías si te enteraras de que tu vecino es
        un terrorista?", je je, eso es casi demasiado poco;
        hay algo aún más fuerte: ¿Qué harías si tu vecino
        fuera tan extraño, tan curioso, tan fuera de lo
        corriente, que no pudieras ni conocerlo?, y encima
        tramara, por ejemplo, el fin del mundo. Sería aún más
        fascinante que esta película compleja y llena de
        astucias. 
         
        Eso sí, la vida del terrorista de la película NO es
        corriente, ni es un terrorista con mala vida; vamos, para
        llegar a saber que es un terrorista, el vecino espía
        tiene que remover la historia del otro hasta lo
        indecible. Ya digo que es muy compleja como para
        explicarla bien; pero la idea es la que deseo se capte. 
         
        Además hay otro detalle: Todo aquello que uno desea
        alcanzar, ya puedes encontrarte con mil impedimentos,
        puedes tener contactos con los mejores "no sé
        qué" de la vida mundana, que te ayuden a esto y lo
        otro, que el objetivo final, se consigue; porque pensar
        en UNA sola persona porque solo se VEA (de ver con los
        ojos en la cara), NO quiere decir que sea UNA sola
        persona; lo bueno de la vida privada VERDADERA de cada
        cual, es que NUNCA se sabe cuántos hay. Y si no tienes
        cuidado, si no miras bien todos los detalles; si crees
        incluso que estás espiando bien, OJO, porque serás tú,
        tu propia víctima, la cabeza de turco; pero no por
        "pobrecito de mí", sino por patoso. 
         
        Y un aspecto técnico: No vi los títulos de crédito, no
        me fijé en el autor de la banda sonora; la banda sonora
        es fascinante, tiene todos los estilos imaginables, pero
        tiene carácter; y es grato encontrarse con lo que ya son
        clásicos de la Música Posmoderna: Angelo Badalamenti,
        un Músico que es imposible de encajonar en ningún
        estilo de los ortodoxos, pues desde "Los
        supervivientes", una película de los años setenta
        de esas más raras que un perro verde, y donde hacía
        música de lo más amusical, ha ido creando y creando,
        hasta conseguir fundir montones de sonoridades
        fascinantes. 
         
        Lo repito; una buena historia, con una buena Música, la
        Perfección. 
         
        Un abrazo sin espionajes.  
         
        Quirón 
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