"El Guerrero
        Nº 13" 
        Cuando vi el título de la película
        que vamos a pasar a comentar, -como estreno en vídeo-,
        me dije que no la vería, porque iba a ser una película
        de moda, sobre todo porque lo primero que se ve en la
        carátula es al actor español de apellido Banderas; el
        prejuicio quiso estar en primera fila. Pero el argumento
        prometía, pues se mezclaba el terror con la epopeya
        fantástica y eso nunca está mal; además el compositor
        de la banda sonora no podía ser mejor, Yerri Goldsmit
        (Jerry Goldsmith), un Señor de la Música que va camino
        de ser un Inmortal de tres pares de narices. 
         
        He leído alguna crítica al respecto de "El
        Guerrero Nº 13", y la verdad, ¡¡vaya morro!!,
        llamar "crítica" a esto: 
         
        "Es una cinta que mezcla la violencia con el terror
        y la acción de una manera demoledora. Antonio Banderas
        se enfrenta a un papel que le va grande y..." etc. 
         
        Me hacen mucha gracia los críticos de cine porque en
        realidad no ven las películas; parece que acuden a ver
        las pleículas cuando se estrenan en las salas (oh!) y
        todo eso, pero en realidad forma parte del paripé de
        "aquí estoy, que se me vea", pero luego nada
        de nada. 
         
        Esta película, aunque se pretenda ver como algo de
        simple acción y aventuras, va un poco más allá, sobre
        todo si estás atento. Primero que nada la Imaginación
        es una de las principales protagonistas, una fantasía
        que mezcla el mundo árabe con el mundo nórdico, el de
        los Vikingos, en una supuesta época del 925 de la era
        que acaba de pasar a mejor vida, en donde sale mencionado
        hasta Melkisedek, sabio Hombre donde los haya. 
         
        La idea se centra en que una aldea del norte, -no se
        mencionan países- existen unas criaturas diabólicas que
        se están comiendo a todo el poblado; son tan bestias las
        criaturas que se llevan como premio la cabeza de la
        víctima; algo horrendo. Para combatir tales monstruos se
        necesitan uns Guerreros que no tengan miedo de nada. Una
        Maga brujeril hechicera hace una especie de rito con el
        que va haciendo salir voluntariamente a los guerreros
        congregados en una choza en algún lugar lejano de donde
        tienen que ir a batallar. 
         
        Cuando van por 12 los elegidos para la lucha, la
        Maga-bruja-hechicera se detiene en su jerga
        incomprensible y dice que el Guerrero que falta, el
        número 13, NO debe de ser nórdico; y claro, allí está
        nuestro español vestido de árabe que es el que tiene
        que decir sí forzosamente. 
         
        Los detalles de bromillas y demás cosas típicas de
        estas películas, je je, no vamos a entrar en ellas. Hay
        un detalle casi tonto que es de cuando el árabe, por
        arte de magia, aprende el idioma de los nórdicos, el
        germánico, como el que aprende a hacer un zumo de
        naranja con un exprimidor: por medio de la observación.
        Ojalá se pudieran aprender así los idiomas, se
        ahorraría mucho tiempo. 
         
        El caso es que la idea oculta en la película se
        encuentra en la lucha de los guerreros nórdicos y el
        árabe, contra una multitud exagerada de unas bestias que
        en principio engañan a todo el mundo haciendo creer que
        son monstruos salidos del infierno; y la verdad es que
        así es; son una subespecie mitad humana, mitad
        neandertales, que, en efecto, viven bajo tierra, como si
        no se hubieran enterado de que hay un principio de
        civilización por algunas partes de la superficie
        terrestre. 
         
        Para combatir a este tipo de bestias solo hay una manera:
        La Voluntad. Esa es la idea buena; con la Voluntad se
        consigue todo, hasta lo más imposible, y es por ese
        motivo que la película está bastante bien; mueren hasta
        los buenos, pero como la idea Vikinga es politeísta y en
        realidad reencarnacionista, saben que en el Valhala
        estarán bien y volverán de nuevo; no existe la muerte.
        El árabe, tras algún intento, no logra convencer a
        ninguno para que se conviertan al monoteísmo. 
         
        "Rezaré porque tengas un buen regreso,
        árabe!!" 
        "¿A quién?" 
        "A vosotros os basta con un solo Dios; nosotros
        necesitamos muchos, así que  
        les rezaré a todos ellos"... 
         
        Es colosal. 
         
        Un abrazo poliédrico y guerrero.  
         
        Quirón 
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