COMPENDIO DEL CATECISMO

Y FRACASO ESCOLAR DE LA ERE

 

 

Rafael Artacho López

Publicado en RELIGIÓN Y ESCUELA 201/202(2006)52-53

 

 

 

Catecismo de la Iglesia Católica. Compendio, Asociación de Editores del Catecismo, Madrid, 2005, 250 pp.

 

 

 

Hace ya algún tiempo que saltaron todas las alarmas ante los datos del fracaso escolar en el sistema educativo español. Más recientemente, una sencilla prueba generalizada de evaluación de resultados de algunas asignaturas, realizada desde la Consejería de educación de la Comunidad de Madrid, confirmaba la necesidad de montar un dispositivo de alerta. ¿Afecta este fracaso a la Enseñanza Escolar de la Religión?

 

 

Sin referencias

 

¿Qué ocurriría si, en este momento, se lanzase a nivel nacional (o regional) una prueba de evaluación generalizada que pudiese medir los niveles de aprendizaje en la asignatura de Religión? ¿Y qué ocurriría si los resultados pudieran ponerse en parangón con los resultados de una evaluación similar en otras asignaturas? ¿Constituiría la publicación de los resultados un ataque a la clase de Religión, mayor que el que supone la privación de efecto de la evaluación de esta asignatura? ¿Resistirían los profesores y responsables del área de Religión las preguntas críticas de una sociedad que preguntase: “entonces, para qué sirve la ERE”?

 

Pero, la verdad, no hay por qué preocuparse por que, de momento, esto vaya a suceder. Primero, porque hay mandando mucho cretino que desconoce la Historia. Y, segundo, porque quien quisiera hacer algo así se encontraría con que en la ERE no existen hoy por hoy puntos objetivos de referencia que definan el objeto de aprendizaje. Ni en el Currículo de la LOGSE, ni en el de la LOCE, ni en ningún otro sitio. Basta con mirar detenidamente los libros de texto, para observar que, tomando como pretexto la naturaleza “abierta” del currículo, lo que se propone a los alumnos como objeto de aprendizaje son constructos individuales cargados de subjetividad: formulaciones personalizadas de la fe cristiana, matizadas por la sensibilidad espiritual de los autores del texto. Difícilmente encontramos una propuesta de aprendizaje que tenga por objeto los datos objetivos de la religión. Este compendio del Catecismo constituye a la vez una llamada de atención y una posibilidad para la ERE.

 

El Compendio del Catecismo y su significado.

 

A finales del año 2005 apareció la edición castellana del Compendio del Catecismo de la Iglesia Católica. A pesar de que la Catequesis y la ERE sean enseñanzas de distinta naturaleza, entiendo que este pequeño libro tiene demasiado que ver y demasiadas aportaciones que hacer en este momento a la Enseñanza Escolar de la Religión (ERE). Y creo, asimismo, que este compendio tiene todo el derecho a convertirse en un vademécum del profesor de ERE, y en un referente para su formación, al menos en lo que atañe a la Educación Primaria.

 

Este Compendio aparece doce años después de la edición del Catecismo de la Iglesia Católica, para la Iglesia Universal. En aquel Catecismo se proponía un referente claro de la fe de la Iglesia Universal para los fieles de todo el mundo. Así lo declaraba la Constitución Fidei Depositum con que Juan Pablo II lo presentó. Pero, sobre todo, la Constitución presentaba el Catecismo como un estímulo para la preparación de Catecismos locales, que pusieran al alcance de las diferentes culturas los contenidos referenciales de la fe universal de la Iglesia.

 

Pues bien: estos dos objetivos del Catecismo son los que hacen del Compendio una herramienta imprescindible para el profesor de ERE: primero, porque las dos necesidades primordiales de la ERE y su profesorado, hoy por hoy, creo que son: una referencia objetiva de sus propuestas de aprendizaje, y un esquema claro del contenido de su fe. Y, segundo, porque sólo desde la referencia clara de esos esquemas y propuestas de aprendizaje, va a ser posible la adaptación de la fe  universal de la Iglesia a la cultura de las jóvenes generaciones de escolares.

 

Vale la pena detenerse a ponderar el triple significado que este Compendio puede tener para la ERE: el eclesial, el pedagógico y el cultural

 

 

Punto de vista eclesial

 

Desde el punto de vista eclesial, es elemental caer en la cuenta de lo que significa el Compendio: al igual que el Catecismo, se trata de un documento del Magisterio Ordinario de la Iglesia. Tanto en la presentación del Catecismo como del Compendio, las presentaciones respectivas insisten en la intervención de obispos y personas representativas de todo el mundo en su preparación. Esto hace interesante el texto no sólo desde el punto de vista canónico, sino también desde la consideración de su autoridad moral.

 

También es cierto que muchos especialistas han echado de menos enfoques u orientaciones actuales de los estudios teológicos. Es cierto. Pero no lo es menos que un documento en el que se expone la fe universal de la Iglesia ha de limitarse, por su propia naturaleza, a los datos que están perfecta y definitivamente aceptados como patrimonio de la Iglesia Universal. No es papel del Catecismo ser pionero, sino ser un referente universalmente aceptado. Creo que el silencio de los movimientos teológicos en el Catecismo no significa, para nada, una descalificación de los mismos.

 

 

Punto de vista pedagógico

 

Desde el punto de vista pedagógico, hay tres elementos en el Compendio que lo convierten en instrumento imprescindible para la ERE y su profesorado.

 

1.- Es un Compendio. Es decir, un RESUMEN. Conciso, preciso, concreto. Un referente conceptual imprescindible. Si en el Catecismo grande puede resultar difícil el discurso y el proceso de reflexión, el Compendio presenta la ventaja de una claridad meridiana, especialmente apto para el aprendizaje.

 

2.- Es un Referente. Por contener las formulaciones del Magisterio de la Iglesia, se trata de un PUNTO DE REFERENCIA IMPRESCINDIBLE a la hora de proponer elementos objetivos para el aprendizaje. El profesor no puede prescindir de la claridad con que en el pequeño compendio se exponen tanto las creencias fundamentales del creyente, como los preceptos cristianos de la conducta moral y sus implicaciones frente a los problemas actuales, como los referentes a la Bioética, la Sexualidad o la Globalización de la economía.

 

3.- Es un Lenguaje; uno sólo. No puede olvidar el profesor de Religión que el Compendio del Catecismo es representativo de uno de los Lenguajes o formas expresivas de la Religión: el Lenguaje del Magisterio de la Iglesia. Pero es sólo uno de los lenguajes. El profesor no puede olvidar que, junto a él, la enseñanza – aprendizaje de la Religión requiere la presencia de otros lenguajes o expresiones de la Realidad religiosa: la Biblia, por ejemplo, los significantes litúrgicos, la Historia, la Cultura, etc.

 

Lo que echaremos de menos, en este caso, es la existencia de un referente para los otros lenguajes, similar al que establece el compendio. Es, evidentemente, una tarea a realizar desde la  propia ERE.

 

 

Significado cultural

 

Cuando se aborda el Compendio con seriedad, y pensando en los procesos de la ERE, se observa que existe en el fondo del mismo un sustrato cultural e histórico del que no se puede prescindir si se quiere conocer el alcance de sus contenidos.

 

Como testimonio, el propio Compendio, en su cuidadísima edición en cartoné, ha utilizado el testimonio del arte, como lenguaje expresivo de algunas de las convicciones más profundas de la fe de la Iglesia que aparecen en él. Y puede decirse que, tras cada una de las breves preguntas y definiciones que en él aparecen, se esconde entera la historia y la cultura de occidente.

 

Una de las grandes posibilidades creativas que este Compendio presenta para la ERE es el establecimiento de un paralelismo permanente entre fe y cultura, que es posible realizar dentro de un proceso sistemático de su enseñanza.

 

 

¿Qué mejorar?

 

Benedicto XVI, en su presentación de este Compendio, pone de relieve la estructura de preguntas y respuestas que se ha dado en su desarrollo. En este sentido, no estoy seguro de que eso sea, precisamente, un mérito. La forma de preguntas y respuestas pertenece a una convicción pedagógica del tiempo de la Ilustración, del mismo modo que el Constructivismo figura entre las convicciones de la Pedagogía actual. Pero son convicciones transitorias. Sin duda, existen otras formas para conseguir la concreción y la concisión que la forma interrogativa pretende.

 

Sin embargo, valdría la pena haber prestado más atención a la arquitectura orgánica del conocimiento que aparece en el compendio. Afortunadamente, los redactores pertenecen a una generación cuya formación ha sido deudora de las estructuras cognitivas clásicas, y eso hace de paliativo. No obstante, de haber tenido en cuenta las estructuras cognitivas que intervienen en el aprendizaje, podría haber supuesto una mejora.

 

Quienes se dedican a la ERE tienen ante sí el reto de aportar desde el Compendio y al Compendio del Catecismo de la Iglesia católica todas las posibilidades que la ERE en este momento necesita con urgencia y puede dar con generosidad... y espíritu creador.

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