LOS CHICOS DE LA CLASE DE RELIGIÓN,

SEGÚN JOSÉ MARÍA MARDONES

 

 

            Rafael Artacho López

Publicado en RELIGIÓN Y ESCUELA, 203(2006)

 

 

La Transformación de la Religión es el último libro de José María Mardones, publicado por la Editorial PPC. Durante diez años, José María ha venido poniendo en las páginas de esta revista lo mejor de sí mismo, al servicio de los profesores de Religión. No podrá volver a estar junto a nosotros. Pero nos ha dejado, a través de las páginas de este libro, una tarea precisa: la de repensar la enseñanza escolar de la Religión a la luz de las notas con que describe cómo el hombre y la sociedad de hoy (los chicos de la clase de Religión) perciben lo Sagrado.

 

 

MARDONES, JOSÉ MARÍA (2005) La transformación de la religión. Cambio en lo sagrado y cristianismo. Ed. PPC, 236 pp.

 

 

No es que, en este libro, José María Mardones invada el campo del Psicólogo o del Pedagogo. Sus descripciones siguen teniendo todo el rigor del fenomenólogo y del sociólogo de la Religión. Pero cuanto describe sobre cómo la sociedad y el hombre de hoy perciben lo sagrado, no puede dejar indiferente al profesor de Religión, empeñado en la tarea de proporcionar al alumno (hombre de hoy en la sociedad de hoy) las claves que le permitan realizar hoy y a lo largo de su vida una auténtica percepción de lo sagrado.

 

El profesor de Religión encontrará en el libro tres partes, cada una de las cuales da respuesta a tres preocupaciones de las que no es posible que se desprenda:

 

1.A la primera preocupación (¿cómo es capaz de percibir lo sagrado el chico de la clase de Religión?), el libro responde con un Diagnóstico sobre el modo como el hombre y la sociedad actuales perciben hoy la religión.

 

2.La segunda preocupación del profesor se refiere a la motivación que la Religión que enseña (el hecho cristiano y el catolicismo) suscita en sus alumnos. La segunda parte del libro responde a esta cuestión con una descripción de las actitudes del hombre y la sociedad actuales ante la religión, el hecho cristiano y el catolicismo.

 

3.Finalmente, preocupa al profesor de Religión cómo enfocar el contenido de su enseñanza ante alumnos con estas características. Y el libro responde, en su tercera parte, con unas orientaciones hacia un nuevo catolicismo, capaz de incidir en el hombre y la sociedad de hoy, tal cual ellos son.

 

1.         El diagnóstico

 

Con la maestría descriptiva que caracterizan la obra de José María Mardones, va desglosando, a lo largo de las ochenta primeras páginas del libro un diagnóstico de nuestro chico de la clase (el hombre y la sociedad actuales), cuyos principales síntomas son los siguientes:

 

a). Una pérdida del referente institucional de lo religioso. Esto significa que las instituciones (Iglesias) han dejado de tener el monopolio de la Religión, de la misma manera que dejaron de ser el centro de la visión del mundo y la organización de la vida. Un amplísimo sector de nuestra sociedad vive y siente una religión al margen de las tradicionales instituciones religiosas.

 

La institución religiosa, en consecuencia, ha pasado de ser una institución de referencia a una “institución de servicios de libre elección”.

 

b). Ello significa que la referencia fundamental en lo religioso es el propio sujeto. Los significantes religiosos y las creencias se convierten en objeto de libre consumo, según su capacidad para despertar sensaciones y experiencias en la persona. Con lo que el centro de la religiosidad se desplaza de la institución hacia el individuo. Y se percibe una tendencia a transformar la religión (objetiva) en espiritualidad (o vivencia subjetiva de lo religioso).

 

Un hecho que frecuentemente se traduce en una “dislocación de los sistemas de sentido”, o – dicho de otro modo – en la incoherencia entre, por ejemplo, creencias y pautas de acción.

 

c). Finalmente, toma cada vez más auge la concepción de la Religión como un fenómeno más entre otros: un hecho “natural” que se puede experimentar, analizar, susceptible de ser modulada y formulada en función de la experiencia de cada uno, que considera la Salvación como un hecho inmanente provocado por fuerzas y energías perfectamente objetivables desde el punto de vista experimental.

 

2.         Ante la religión, el hecho cristiano y el catolicismo.

 

Esta manera de ser genera, a juicio del autor, dos tipos de actitudes ante lo religioso, esté donde esté, características de nuestro mundo y entre las que los alumnos se mueven. A saber; la religiosidad difusa y el fundamentalismo religioso. Naturalmente, el problema está, para el profesor de Religión, en cómo orientar la enseñanza entre estas dos corrientes contrarias.

 

a.La religiosidad difusa, llamada “nueva religiosidad” considera “el sentimiento como vía de acceso a lo sagrado”. Es una religiosidad individualista y ecléctica, en la que el buscador “deambula por las diferentes religiones” en busca de símbolos capaces de impactar su sensibilidad. El resultado es “una religiosidad difusa y fluida” , una concepción organicista y holista, sacralizadora del universo como Vida y Energía “y con un concepto de Salvación palpable y eficiente”.

 

b.La religiosidad fuerte, o fundamentalismo, es la otra corriente que polariza las posturas del hombre actual ante lo sagrado. El fundamentalismo “busca proteger y profundizar la identidad religiosa; persigue la promoción de una presencia religiosa clara y definida”. Sus características principales son la objetivación y posesión de lo sagrado como algo exclusivo y privado , la certeza y la seguridad basada en la conciencia de posesión de lo sagrado.

 

c.Por otra parte, hay dos hechos característicos hoy que se refieren a estas dos posturas, y que Mardones describe, analiza y justifica con precisión y lucidez: La decadencia del catolicismo de cristiandad (incluso numérica), por una parte; y, por otra, el auge del movimiento pentecostal. Encuentra en ellos el paradigma de la presencia y percepción de lo religioso en el mundo de hoy y de mañana.

 

3.         Orientaciones hacia un nuevo catolicismo y una nueva enseñanza de la Religión.

 

Después de describir y analizar con sus herramientas científicas (fenomenología y sociología), el autor aplica toda su capacidad proyectiva y especulativa a hacer previsiones sobre los caminos por los que el cristianismo puede llegar en el futuro a los hombres y a la sociedad. Naturalmente, al profesor de Religión no le es difícil trasponer esas propuestas a la orientación de la enseñanza. Y así, se encuentra en el libro con la siguiente relación de “Desafíos y Tareas para la reconstrucción católica”. Pues, según el autor, “estamos desafiados a mantener la seriedad de la fe, al mismo tiempo que la presentamos adecuadamente en la plaza pública”. Y un rincón importante de esta plaza es la escuela.

 

a). Entre los Desafíos, el autor señala los siguientes: La mística de la profanidad, o percepción de lo sagrado encarnado en el mundo; el protagonismo personal del creyente en la misión de la Iglesia, con especial atención al protagonismo de la mujer; la expresividad emocional de la fe, tan característica de la religiosidad popular y los movimientos pentecostales; y, sobre todo, la aceptación del nuevo sujeto de la fe: el hombre ha cambiado, el creyente es distinto, su modo de creer es diferente.

 

b). Y entre las Tareas del cristianismo (y la enseñanza de la Religión) del futuro, el autor propone: la experiencia de Dios, en el centro, como eje y raíz de toda propuesta religiosa; el compromiso con la justicia y el cambio social; la fraternidad real y solidaria, como referencia suplente y mediadora de la institución religiosa; la ilustración crítica de la fe; y, finalmente, la recuperación del símbolo y la celebración festiva.

 

El Epílogo del libro sobre los últimos grandes acontecimientos massmediáticos del Vaticano (muerte de Juan Pablo II y elección de Benedicto XVI) carecen a mi juicio de importancia para las preocupaciones del profesor de Religión.

 

Pero la tarea de repensar la enseñanza de la Religión a la luz de este conocimiento de los chicos de la clase presentado por Mardones, es una aventura cuya invitación y medios hemos de agradecer a la memoria de José María. ÿ

 

 

 

Rafael Artacho López