LA FATIGA Y GRANDES VOLUMENES DE METROS NADADOS EN LA NATACION

 Eugenio Ducoing(*)

Los grandes volúmenes de entrenamiento utilizados en la natación chilena actualmente en nadadores y en forma especial en nadadores en formación y desarrollo hacia el alto rendimiento está caminando generalmente en el límite del sobreentrenamiento y muchas veces lo supera. Cada temporada se escucha a entrenadores expresar con mucho orgullo que sus nadadores están realizando doble sesión y nadando más metros que la temporada anterior. En algunos clubes, por la presión de lograr ciertos resultados y mayor puntaje en las competencias aplican entrenamientos de adultos a jóvenes nadadores que no han terminado su formación de nadador de rendimiento. Hasta que punto debemos aumentar la carga de entrenamiento en jóvenes para lograr resultados? Respetamos los procesos de recuperación y de adaptación en el desarrollo de la formación de un nadador? Tenemos la suficiente información para evaluar constantemente a nuestros nadadores durante el proceso de adaptaciones del entrenamiento? Para estas interrogantes y otras más debemos encontrar las repuestas necesarias y analizarlas para lograr una natación competitiva mayoritaria y una efectividad en los resultados en las edades que correspondan. En pocos clubes de natación se esta desarrollando un entrenamiento adecuado para las diferentes edades de acuerdo al desarrollo biológico de las capacidades de los nadadores permitiendo tener una natación adulta más competitiva.

En los últimos años el entrenamiento de la natación en algunos clubes nacionales ha tenido un desarrollo progresivo, debido posiblemente al empuje de técnicos inquietos y el intento de desarrollar una natación más actualizada, aplicando nuevos conocimientos en la metodología y planificación del entrenamiento a pesar de contar con limitados recursos. Sin embargo, mientras en la natación mundial existe una avanzada tecnología en los procesos del entrenamiento (información que esta en nuestro país) en la gran mayoría de los clubes nacionales se aplican métodos obsoletos y sin ningún conocimiento científico en el control y aplicación del entrenamiento.

El volumen del entrenamiento y la intensidad producen adaptaciones en el organismo por medio de estímulos, sin embargo aplicar mucho volumen o ejercicios a gran intensidad sin una adecuada recuperación podría desarrollar alteraciones en el organismo lo que resulta un bajo rendimiento. Este deterioro se puede presentar como un estado de fatiga de crónica, deterioro continuo del rendimiento físico y psíquico. Uno de los objetivos del control de entrenamiento es encontrar el volumen óptimo para mejorar el rendimiento sin llegar al estado de fatiga del sobreentrenamiento.

Todos los programas de entrenamiento incluyen el principio de sobrecarga progresiva, con estímulos cada vez mayores una vez que se ha producido una adaptación frente a ese estímulo. Si aplicáramos una carga constante no existiría un estímulo mayor sin llegar a producir progresos en el entrenamiento posterior al estímulo. Si aumentamos nuestras cargas de entrenamiento por medio del incremento del volumen, una mayor intensidad o disminución de la densidad sin una progresión adecuada puede conducir al organismo a un estado de fatiga en reemplazo del aumento del rendimiento.

Muchos entrenadores piensan que entrenar durante períodos largos de tiempo y nadando muchos metros en la piscina, o bien aplicando más intensidad, lograran un estímulo suficiente para mejorar el rendimiento de sus nadadores. Según investigaciones y estudios que se han realizado se puede diferir totalmente de estos métodos tediosos empleados por algunos entrenadores, que sin ningún conocimiento científico y guiados por la moda de: "mucho volumen en entrenamiento, mejores resultados" saturan y sobreentrenan a sus deportistas. Demasiado entrenamiento podría lograr leves mejorías y/o en algunos casos a la alteración de los procesos de desadaptación produciendo sobreentrenamiento y fatiga crónica.

El volumen puede aumentar mediante el incremento de su duración o la frecuencia de las sesiones. Las investigaciones muestran que entrenar 3 a 4 horas al día con 6 a 7 veces por semana, no proporcionan mayores beneficios que cuando el entrenamiento se limita a 1 a 1,5 hora (Costill y col 1991, Adaptations to swiming trainning: Influence of trainning volume. Medicine and Science in sports and Exercise, 23,371-377).

En relación a las sesiones múltiples en comparación con las sesiones selectivas existen una divergencia en los beneficios en el rendimiento. Estudios dirigidos hasta ahora no revelan pruebas científicas que las sesiones múltiples produzcan más beneficios que realizando entrenamiento con sesiones selectivas. Más aún, las sesiones selectivas con un solo objetivo tienen un control más riguroso de la recuperación y la adaptación al entrenamiento. En un estudio realizado por Costill y Masglischo (1991) Handbook of sports medicine: Swimming:London) en la cual dos grupos un grupo A nadadores de corta distancia y B nadadores de larga distancia, realizaron un entrenamiento de 25 semanas. Todos siguieron un mismo régimen de entrenamiento una vez al día. Sin embargo en las semanas 5 y 10 el grupo B (larga distancia) incrementó a dos veces por día y el grupo A (velocidad) mantuvo el entrenamiento una vez por día. Las mediciones hechas en reposo y después de la natación de resistencia, sugieren que el entrenamiento adicional realizado por los nadadores pertenecientes al grupo natación de distancia no mejoraron significativamente su capacidad aeróbica o anaeróbica por encima de los valores que lograron los del grupo de distancia corta. Otro resultado observado fue que el grupo de natación de larga duración no produjo una mejora en el rendimiento e incluso, experimentó una disminución significativa de la capacidad de velocidad. Estos resultados concuerdan con un estudio anterior en el que se demostraba que nadadores posterior a un entrenamiento de elevados volúmenes disminuían su potencia de los brazos cuando entrenaban aproximadamente 9.000 metros x día y la mayor potencia de brazos la alcanzaban cuando el entrenamiento no superaba los 2700 metros por día.

En entrenamientos a largo plazo, realizar entrenamiento múltiples o bien con sesiones de entrenamientos selectivos tampoco producen diferencias significativas. Un estudio de Costill (Fisiología del Deporte) Paidotribo, muestra que nadadores se entrenaron dos veces por día con un promedio diario de 10.000 metros en comparación de un grupo de nadadores 1 vez por día con un promedio de 5000 diario en el transcurso de 4 años. En los tiempos de 100 metros se examinaron los rendimientos periódicamente. El grupo que se entrenó 2 veces por día obtuvo un 0,8 % de mejora de rendimiento, similar resultado lo obtuvo el grupo que entreno 1 vez por día. Para otros competidores en 200, 400 y 1500 metros se encontraron similares resultados.

A pesar que las adaptaciones al entrenamiento y la aparición de la fatiga son respuestas individuales las que se debe tener presente en la planificación y control del deportista. Es conveniente revisar algunos ejemplos en la natación mundial. M Gross, poseedor de 4 récords mundiales a la vez, 1985, en toda su cartera deportiva no nadó grandes distancias en sus entrenamientos, por diferentes motivos desde limitado tiempo en la pileta hasta evitar desde pequeño los volúmenes de nado inútiles. Salnikov para lograr la marca de 3 minutos 49,10 tuvo que realizar un volumen de trabajo anual de 3000 km., entrenar 300 horas en el gimnasio para desarrollar las cualidades físicas, sobretodo la fuerza y la flexibilidad, mientras que Hankel (RFA) alcanzó un resultado similar (3 minutos 48.30) empleando la mitad del tiempo (750 horas frente a las 1300 horas anuales de Salnikov, el volumen de agua fue de 1750 km. frente a los 3000 km. y el gimnasio 100 horas frente a los 300 horas de Salnikov.

Es posible que un entrenamiento de varias horas, que incluso a velocidades menores pueda tener efecto en un deportista que competirá en una prueba de 2 minutos? Está pregunta se la realiza Costill en su libro Fisiología del Deporte: " un volumen grande prepara al deportista para tolerar un elevado volumen de entrenamiento pero probablemente contribuirá poco a mejorar el rendimiento".

Entrenar largas sesiones de entrenamiento en algunas ocasiones y en algunos momentos nadar por nadar, sin ningún objetivo específico al deporte podría producir un estado de fatiga. Con la premisa que el volumen de entrenamiento provoca adaptaciones individuales, no se debe creer quién más se entrene será el que logre mayores resultados. Los entrenadores más que la satisfacción de lograr una gran cantidad de metros nadados deberían preocuparse de la velocidad con que realizaron ese volumen de nado. ¿Cuánto de esos metros nadados provocara adaptaciones efectivas al nadador? La aplicación de un volumen e intensidad adecuado de una sesión se debe realizar solo cuando se produce la adaptación y recuperación óptima de la o las sesiones anteriores.

A pesar que las investigaciones y experiencias no coinciden en las adaptaciones sobre los índices de carga, los entrenadores deben lograr despejar la mayor cantidad de parámetros que pudieran incidir en los posibles estados de fatiga. El volumen e intensidad son parámetros del entrenamiento que podrían lograr una gran efectividad y economía del tiempo, cada vez más disminuido por estudios de los nadadores y recursos piscina, siempre y cuando se respeten los principios de la especificidad y progresividad. Uno de los componentes más importante del entrenamientos moderno que se relaciona en forma directa con estos parámetros y que la gran mayoría de los entrenadores lo olvidan o no tienen conocimiento sobre ello, son los estados de recuperación del deportista. Estos estados son tan importantes en el proceso del entrenamiento que generalmente se alteran por aplicaciones de cargas inadecuadas, produciendo estados de fatiga durante todo el proceso de entrenamiento.

Los entrenadores son los responsables de adquirir conocimientos científicos de actualidad y la obligación de aplicarlos en relación con las cargas individuales adecuadas de entrenamiento, de los estados de recuperación y el control nutricional de los nadadores, más aún si estamos trabajando con deportistas en pleno desarrollo. Muchos expresaran y se excusaran que no es fácil obtener información objetiva sobre estos estados de recuperación sin los recursos necesarios científicos, sin embargo con un sencillo control diario y la percepción de fatiga por parte del deportista podremos respetar los procesos de recuperación y acercarnos al índice adecuado de carga de entrenamiento. Por lo tanto, se evitaría el riesgo de la sobrecarga y el aburrimiento de sesiones tediosas hacia los deportistas produciendo un abandono de los deportistas tempranamente y en consecuencia disminuyendo nuestro potencial deportivo que cada día es mas escaso.

Profesor de Educación Física

Universidad de Santiago

 

(*) El autor es chileno y entrenador de natación, actualmente se encuentra relizando el Master de Alto Rendimiento Deportivo en el Centro de Estudios Superiores del Comité Olímpico conjuntamente con la Universidad Autónoma de Madrid.