Concepto Rosacruz Del Cosmos
por Max Heindel
CAPÍTULO II
LOS CUATRO REINOS
Los tres mundos de nuestro planeta son actualmente el campo donde
se desarrolla la evolución para cierto número de
reinos de vida, en varios grados de desarrollo. Unicamente cuatro
de estos nos interesan por el momento: el mineral, el vegetal,
el animal y el humano.
Estos cuatro reinos están relacionados con los tres mundos
de diferente manera, de acuerdo con el progreso que esos grupos
de vidas evolucionantes han hecho en la escuela de la experiencia.
En lo que concierne a las Formas, los cuerpos densos de todos
los reinos están compuestos de las mismas sustancias químicas:
sólidos , líquidos y gases de la Región Química.
El cuerpo denso del hombre es tan compuesto químico como
la piedra, si bien esta última solo está ocupada
por la Vida mineral. Pero cuando hablamos puramente desde el punto
de vista físico, dejando a un lado toda otra consideración,
hay varias diferencias importantes si consideramos el cuerpo denso
del ser humano con el mineral de la Tierra. El hombre se mueve,
crece y propaga su especie; pero el mineral en su estado nativo,
no hace nada de eso.
Comparando el hombre con los vegetales, nos encontramos con que
ambos tienen un cuerpo denso; capaces de crecer y de propagarse;
pero el hombre tiene facultades que no posee la planta, pues aquel
siente y tiene el poder de moverse y de percibir las cosas exteriores
a él.
Cuando comparamos al hombre con los animales, vemos que ambos
sienten, se mueven, crecen, se propagan y perciben. Pero el hombre
tiene además la facultad del lenguaje, una estructura cerebral
superior y las manos, que son realmente una ventaja física.
Débese notar especialmente el desarrollo del pulgar, que
hace la mano muchísimo más útil que la del
antropoide. El
Diagrama: Los Cuatro Reinos y su relación con los tres Mundos Inferiores.
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lenguaje humano es definido y expresa sentimientos y pensamientos,
todo lo cual coloca a su cuerpo en una clase aparte, más
allá de los tres reinos inferiores.
Para comprender estas diferencias de los cuatro reinos, debemos
ir a los mundos invisibles y buscar las causas que dan a un reino
lo que a otros les es negado.
Para funcionar en cualquier mundo y expresar las cualidades peculiares
a él, debemos poseer, ante todo, un vehículo compuesto
de su materia. Para funcionar en el Mundo Físico denso
es necesario tener un cuerpo denso, adaptado a nuestro ambiente.
En caso contrario, seríamos fantasmas, como se les llama
generalmente a los que son invisibles para la mayoría de
los seres físicos. Además tenemos necesidad de un
cuerpo vital para poder expresar vida y crecimiento, o exteriorizar
las otras cualidades pertenecientes a la Región Etérica.
Para manifestar sentimiento y emoción, es necesario tener
un vehículo compuesto por materia del Mundo del Deseo y
una mente formada por la substancia de la Región del Pensamiento
Concreto para que el pensamiento nos sea posible.
Cuando examinamos los cuatro Reinos con relación a la Región
Etérica, nos encontramos con que el reino mineral no posee
un cuerpo vital separado, y en seguida comprendemos por qué
no puede crecer, propagarse o mostrar vida sensible.
Como hipótesis necesaria para explicar otros hechos, la
ciencia material sostiene que en el sólido más denso,
así como en el gas más sutil, ni siquiera se tocan
dos átomos, sino que los rodea una envoltura de éter
y que esos átomos flotan en el universo en un océano
de éter.
El ocultista sabe que eso es cierto en la Región Química,
y que el mineral no posee un cuerpo vital de éter separado.
Y como que el éter planetario es el único que envuelve
los átomos del mineral, se comprende entonces con toda
facilidad la diferencia. Es necesario, como ya hemos dicho, el
tener un cuerpo vital, un cuerpo de deseos, etc., separados para
poder expresar las cualidades correspondientes de los diferentes
Reinos, porque los átomos del Mundo del Deseo, del Mundo
del Pensamiento y de los mundos superiores interpenetran el mineral
lo mismo que el cuerpo humano, y si la interpenetración
del éter planetario, que es éter que envuelve los
átomos del mineral, fuera suficiente para permitirle el
sentimiento y la propagación, su interpenetración
por el Mundo del Pensamiento sería también suficiente
para permitirle pensar, lo que no puede hacer porque carece de
un vehículo separado. Esta penetrado solamente por el éter
planetario y, por lo tanto, es incapaz de crecimiento "individual".
Unicamente el éter más inferior de los cuatro, el
Químico, está activo en el mineral, siendo debidas
a éste las fuerzas químicas en los minerales.
Cuando consideramos la planta, el animal y el hombre con relación
a la Región Etérica notamos que cada uno tiene un
cuerpo vital separado, además de estar compenetrados por
el éter planetario que forma la Región Etérica.
Existe, sin embargo, una diferencia entre el cuerpo vital de la
planta, el de los animales y el del hombre. En el cuerpo vital
de la planta , únicamente están en plena actividad
el éter Químico y el Eter de Vida. Por lo tanto,
la planta puede crecer por la acción del Eter Químico,
y puede propagar su especie , por medio de la actividad del Eter
de Vida del cuerpo vital separado que posee. El Eter Luminoso
está también presente , pero es parcialmente latente,
y el Eter Reflector falta por completo. Es evidente, por lo tanto,
que las facultades perceptivas y la memoria, que son cualidades
de estos éteres, no pueden manifestarse en el reino vegetal.
Si dirigimos nuestra atención sobre el cuerpo vital del
animal, nos encontraremos conque en él , los éteres
Químico, de Vida y Luminoso son dinámicamente activos.
Por consiguiente, el animal posee las facultades de asimilación
y crecimiento, originadas por las actividades del Eter Químico,
y la facultad de propagarse por medio de la acción del
Eter de Vida, los que son comunes al reino vegetal y animal. Pero
el animal tiene además la acción del Eter Luminoso,
y, por lo tanto, posee la facultad de generar calor interno y
sentidos de percepción. El cuarto éter , sin embargo,
es inactivo en el animal y, por lo tanto, carece de pensamiento
y de memoria. Lo que parece ser tal se demostrará más
adelante que es de naturaleza bien diferente.
Cuando analizamos al ser humano, vemos que en él los cuatro
éteres son dinámicamente activos en su bien organizado
cuerpo vital. Por medio de las actividades del Eter Químico
asimila el alimento y crece; las fuerzas del Eter de Vida lo capacitan
para propagar su especie, las del Eter luminoso producen el calor
interno del cuerpo, obran sobre los nervios y músculos,
y le abren las puertas de comunicación con el mundo externo
por medio de los sentidos, en tanto que el Eter Reflector habilita
a su espíritu para gobernar su vehículo por medio
del pensamiento. Este éter archiva, además , la
experiencia pasada en la memoria.
El cuerpo vital de la planta, del animal y del hombre se extiende
más allá de la periferia del cuerpo denso, como
sucede con la Región Etérica, que no es más
que el cuerpo vital del planeta, la que se extiende más
allá de la parte densa de éste, mostrando una vez
más la veracidad del axioma hermético "como
es arriba es abajo". La extensión del cuerpo vital
del hombre más allá del cuerpo físico es
poco más o menos de una pulgada y media. La parte que está
fuera del cuerpo denso es muy luminosa y tiene el color parecido
al de una flor de melocotonero recién abierta. Ciertas
personas que poseen ligeras ráfagas de clarividencia suelen
verla, pero no creen ver nada especial y no saben generalmente,
que es lo que pasa ante su visión.
El cuerpo denso se construye en la matriz de este cuerpo vital
durante la vida antenatal, y, con una sola excepción, es
la copia exacta, molécula por molécula, del cuerpo
vital. Así como las líneas de fuerza en el agua
son los conductores para la formación de los cristales
de hielo, así también las líneas de fuerza
en el cuerpo vital determinan la forma del cuerpo denso. En todo
el mundo, el cuerpo vital es el constructor y restaurador de las
formas densas. Si así no fuera, si el corazón etérico
no restaurara el corazón físico, bien pronto se
rompería este bajo la presión de la corriente que
continuamente fluye de él. Todos los abusos que cometemos
con el cuerpo denso hacen reaccionar el cuerpo vital, en lo que
está en su poder, y siempre se encuentra luchando contra
la muerte del cuerpo denso.
La única excepción arriba indicada es que el cuerpo
vital del hombre es femenino o negativo, mientras que el de la
mujer es masculino y positivo. En este sentido tenemos la clave
de numerosos problemas intrincados de la vida. La mujer da salida
a sus emociones por la polaridad indicada, porque su cuerpo vital
genera un exceso de sangre y la obliga a trabajar bajo una presión
interna enorme que rompería las aberturas del cuerpo físico
si no hubiera una válvula de seguridad, el flujo periódico,
y otra válvula que son las lágrimas, y que limitan
la presión en ocasiones especiales, pues las lágrimas
son realmente una "hemorragia blanca".
El hombre puede tener, y tiene, emociones tan fuertes como las
de las mujeres, pero generalmente puede suprimirlas sin lágrimas
porque su cuerpo vital negativo no genera más sangre que
la que puede dominar fácilmente.
Contrariamente a lo que sucede con los vehículos superiores
de la humanidad, el cuerpo vital, excepto bajo ciertas circunstancias,
que explicaremos cuando lleguemos al asunto de la "Iniciación",
no abandona ordinariamente al cuerpo denso, hasta la muerte de
este último. Entonces las fuerzas químicas del cuerpo
denso no están ya más bajo el dominio de la vida
evolucionante y proceden a restaurar la materia a su condición
primitiva desintegrándola, haciéndola así
apta para la formación de otros cuerpos en la economía
de la Naturaleza. La desintegración es , pues, debida a
la actividad de las fuerzas planetarias en el Eter Químico.
La contextura del cuerpo vital puede compararse hasta cierto punto
con una de esas pinturas formadas por cientos de piezas de madera
y que presentan innumerables efectos de óptica al observador.
El cuerpo vital presenta millones de puntitos al observador. Estos
puntos entran en los centros huecos de los átomos densos,
y al imbuirles fuerza vital vibran mucho más intensamente
que los de los minerales de la Tierra que no han sido acelerados
así. Cuando una persona se desmaya, o se cae de una altura,
o se hiela, el cuerpo vital abandona el cuerpo denso, cuyos átomos
se vuelven momentáneamente inertes por consecuencia; pero
cuando resucita o vuelve en sí, los "puntitos"
tornan a insertarse en los átomos densos. La inercia atómica
hace que se resistan un tanto a volver a vibrar como antes, lo
que es causa de esa sensación de fatiga y aniquilamiento
que se nota en tales ocasiones, pero no ordinariamente, por la
misma razón de que estamos conscientes de cuando se para
o se pone a andar un reloj; pero no nos fijamos en su tictac cuando
sigue marchando.
Hay ciertos casos en los que el cuerpo vital deja parcialmente
el cuerpo denso, como cuando se nos "duerme un brazo",
por ejemplo. Entonces la mano etérea del cuerpo vital puede
verse flotando sobre el brazo denso, como un guante, y los "puntitos"
producen ese cosquilleo especial que se siente cuando penetra
nuevamente en el brazo físico. En algunos casos de hipnosis
la cabeza del cuerpo vital se divide y cuelga de la cabeza densa
por fuera, la mitad sobre cada hombro o permanece en torno del
cuello como un collar. La ausencia de cosquilleo al despertar
en tales casos es debida a que durante la hipnosis parte del cuerpo
vital de la víctima ha sido substituido por el del hipnotizador.
Cuando se emplean los anestésicos, el cuerpo vital es expulsado
parcialmente del cuerpo físico, junto con los demás
vehículos, y si la aplicación es demasiado fuerte,
se produce la muerte. El mismo fenómeno puede observarse
en el caso de los mediums materializadores. En realidad, la diferencia
entre un médium de esa clase y un hombre y una mujer cualquiera
es: en el hombre o mujer corrientes, el cuerpo vital y el cuerpo
denso están, en el estado actual de la evolución,
estrechamente relacionados, mientras que en el médium esa
relación es débil. No ha sido siempre así,
y un tiempo vendrá en que el cuerpo vital podrá
abandonar normalmente al cuerpo físico, lo que al presente
no se efectúa. Cuando un médium permite que su cuerpo
vital sea empleado por entidades del Mundo del Deseo que quieren
materializarse, el cuerpo vital sale del lado izquierdo, a través
del bazo, que es "puerta" particular. Entonces, las
fuerzas vitales no pueden fluir en el organismo como lo hacen
generalmente y el médium se queda exhausto y algunos de
ellos se ven obligados a hacer uso de estimulantes, por lo que,
con el tiempo, se convierten en incurables bebedores.
La fuerza vital del Sol que nos rodea como un fluido incoloro
es absorbida por el cuerpo vital por medio de la contraparte etérica
del bazo, donde sufre una curiosa transformación de color.
Se hace pálido-rosada y circula por los nervios a través
del cuerpo denso. Es, respecto a los nervios, lo que la electricidad
es al telégrafo. Aunque haya alambres, aparatos y telegrafistas,
si falta la electricidad no pueden enviarse los mensajes. El Ego,
el cerebro y el sistema nervioso pueden estar en perfecto orden;
pero si falta la fuerza vital que pueda llevar los mensajes del
Ego a través de los nervios y de los músculos, el
cuerpo denso permanecerá inerte. Esto es, precisamente,
lo que sucede cuando una parte del cuerpo se paraliza. El cuerpo
vital se ha enfermado y la fuerza vital ya no puede fluir.
En tales casos, como la mayoría de las enfermedades, la
perturbación es de los vehículos invisibles y sutiles.
El reconocimiento consciente o inconsciente de este hecho hace
que los médicos más afamados empleen la sugestión
-que obra sobre los vehículos superiores - como un auxiliar
de la medicina. Cuanta más fe y esperanza pueda imbuir
el médico a su paciente, tanto más pronto se desvanecerá
la enfermedad dando lugar a una salud perfecta.
Durante la salud, el cuerpo vital especializa una superabundancia
de fuerza vital, la que, después de pasar por el cuerpo
denso, irradia en líneas rectas en todas direcciones, desde
la periferia de aquel, como los radios de un círculo irradian
desde el centro; pero en casos de enfermedad, cuando el cuerpo
vital se atenúa, no puede absorber la misma suma de fuerza
y, además, el cuerpo denso la necesita. Entonces las líneas
de fluido vital que se exteriorizaban antes, se curvan y caen,
mostrando la falta de fuerza o debilidad que se ha producido.
En estado de salud estas irradiaciones se llevan los gérmenes
y microbios enemigos de la sanidad del cuerpo denso; pero en la
enfermedad, cuando la fuerza vital es débil, esas emanaciones
no eliminan tan fácilmente los gérmenes nocivos.
Por lo tanto, el peligro de contraer una enfermedad es mucho mayor
cuando las fuerzas vitales son escasas, que cuando se está
en robusta salud.
En los casos en que se amputa parte del cuerpo, el éter
planetario es el único que acompaña a la parte separada.
El cuerpo vital separado y el cuerpo denso se desintegran sincrónicamente
después de la muerte. Y así sucede con la contraparte
etérica del miembro o parte amputada. Se irá desintegrando
conforme lo haga la parte densa, y puede probarse que el hombre
conserva la parte etérica, porque si se trata de una mano
amputada, puede sentirse dolor y sufrimiento en ella durante algún
tiempo. Existe cierta relación entre el miembro amputado
y la parte etérica, independiente de la distancia. Se sabe
de un caso en que un hombre sintió un fuerte dolor, como
si se le hubiera clavado un clavo en la pierna que le habían
amputado, dolor que persistió hasta que dicho miembro fue
exhumado y se encontró que, efectivamente, se había
clavado en el un clavo cuando lo encajonaron para enterrarlo.
Sacóse el clavo y el dolor cesó. De acuerdo con
esto están todos los casos en los que hay personas que
sufren en el miembro amputado durante dos o tres años después
de la operación. Después el dolor cesa. Esto es
debido a que la enfermedad es aún efectiva en la parte
etérica no amputada; pero en cuanto la parte densa amputada
se desintegra, se desintegra también la etérea y
el dolor cesa.
Habiendo notado las relaciones de los cuatro Reinos con la Región
Etérica del Mundo Físico, estudiaremos su relación
con el Mundo del Deseo.
Aquí nos encontramos con que, tanto los minerales como
las plantas, carecen de cuerpos de deseos separado. Están
compenetrados únicamente con el cuerpo de deseos planetarios,
o sea el Mundo del Deseo. Careciendo de vehículo separado,
son incapaces de sentir, de desear, de emocionarse, que son facultades
que pertenecen al Mundo del Deseo. Cuando se rompe una piedra,
ésta no siente; pero sería erróneo deducir
que no hay sentimiento alguno relacionado con tal acto. Esta es
la teoría del materialista y la de la multitud incapaz
de comprender. Pero el ocultista sabe que no hay acto alguno,
grande o pequeño, que no sea sentido a través de
todo el universo; y si bien la piedra no puede sentir por carecer
de cuerpo de deseos individual, sí lo siente el Espíritu
de la Tierra, porque es Su cuerpo de deseos el que compenetra
la piedra. Cuando un hombre se corta un dedo, como éste
no posee cuerpo de deseos separado, tampoco siente la pena o el
dolor, pero sí lo siente el hombre, porque es su cuerpo
de deseos el que compenetra el dedo. Si se arranca de raíz
una planta, el Espíritu de la Tierra siente lo mismo que
si al hombre le arrancaran un cabello. La tierra es cuerpo viviente
y sensitivo, y todas las formas que carezcan de un cuerpo de deseos
separado por medio del cual pueda el espíritu sentir, están
incluidas en el cuerpo de deseos de la Tierra, y ese cuerpo siente.
El romper una piedra o cortar una flor produce placer a la Tierra,
mientras que arrancar una planta de raíz le produce dolor.
Esto se explicará en la última parte de esta obra,
porque ahora toda explicación sería incomprensible
para la generalidad.
El Mundo de Deseos planetario vibra a través de los cuerpos
denso y vital del animal y del hombre, de la misma manera que
compenetra el animal y la planta; pero además de esto,
el animal y el hombre tienen cuerpos de deseos separados que los
capacitan para tener deseos, emociones y pasiones. Existe una
diferencia, sin embargo. El cuerpo de deseos del animal está
formado enteramente por materia de las regiones más densas
del Mundo del Deseo, mientras que aun en el caso de las razas
humanas más bajas, entra un poco de materia de las regiones
superiores en la composición de su cuerpo de deseos. Los
sentimientos de los animales y los de las razas humanas inferiores
se refieren por completo a la gratificación de los deseos
y pasiones más inferiores que encuentran su expresión
en las regiones inferiores del Mundo del Deseo. Y de aquí
que para que puedan tener tales emociones y educarlas para algo
superior, es necesario que tengan los materiales correspondientes
en su cuerpo de deseos. Conforme un hombre progresa en la escuela
de la vida, sus experiencias le enseñan y sus deseos se
hacen más puros y mejores. Y de esta manera, por grados
sucesivos, su cuerpo de deseos sufre el cambio correspondiente.
La materia pura y brillante de las regiones superiores del Mundo
del Deseo reemplaza los colores sombríos de la parte inferior.
El cuerpo de deseos crece además en tamaño, de tal
modo que el de un santo es un objeto glorioso, siendo su transparencia
luminosa y pureza de colores incomparables e imposibles de describir.
Es necesario verlo para poder apreciarlo.
Actualmente, la materia de las regiones superiores e inferiores
entra en la composición del cuerpo de deseos de la mayoría
de la humanidad. Ningún hombre es tan malo que no tenga
algún rasgo bueno, y este rasgo se expresa en la materia
de las regiones superiores que se encuentra en su cuerpo de deseos.
Por otro lado, son muy pocos los que son tan buenos que no empleen
alguna materia de las regiones inferiores.
De la misma manera que los cuerpos vitales y de deseos planetarios
interpenetran la materia densa de la Tierra, como vimos en la
ilustración de la esponja , arena y agua, así también
los cuerpos vital y de deseos interpenetran el cuerpo denso de
la planta, del animal y del hombre. Pero durante la vida del hombre,
su cuerpo de deseos no tiene la misma forma que su cuerpos denso
y vital. Después de la muerte es cuando asume esa forma,
mientras que durante la vida tiene la apariencia de un ovoide
luminoso que en las horas de vigilia rodea completamente al cuerpo
denso como la clara envuelve a la yema. Se extiende de doce a
dieciséis pulgadas más allá del cuerpo denso.
En ese cuerpo de deseos existe cierto número de centros
sensoriales; pero en la gran mayoría de los hombres solo
están latentes. El despertar de estos centros de percepción
correspondería al despertar de los ojos del ciego de nuestro
ejemplo anterior. La materia del cuerpo de deseos
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Diagrama Corrientes del cuerpo de deseos en el clarividente voluntario.
Diagrama Corrientes del cuerpo de deseos en el clarividente involuntario.
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humanos está en un movimiento incesante de increíble
rapidez. Ningún átomo de ella permanece en reposo
ni por un solo instante. La materia que se encuentra sobre la
cabeza en determinado momento puede encontrarse a los pies en
el instante siguiente, y volver de nuevo a ocupar su sitio primitivo.
No existe órgano alguno en el cuerpo de deseos como en
los cuerpos vital o físico; pero hay centros de percepción
que, cuando están en actividad, parecen vórtices,
permaneciendo siempre en la misma posición con relación
al cuerpo denso, encontrándose la mayoría de ellos
alrededor de la cabeza. En la generalidad de la raza humana esos
centros son simples remolinos y no tienen utilidad alguna como
centros de percepción. Pueden ser despertados en todos,
sin embargo, pero hay que tener en cuenta que según los
métodos son los resultados que se consiguen.
En el clarividente involuntario, desarrollado en sentido negativo
e inapropiado, estos vórtices giran de derecha a izquierda,
o sea en dirección opuesta a las manecillas de un reloj.
En el cuerpo de deseos de un clarividente voluntario, debidamente
desarrollado, giran en la misma dirección que las manecillas
de un reloj, fulgurando esplendorosamente y sobrepasando en mucho
a la brillante luminosidad del cuerpo de deseos ordinario.
Estos centros son los medios de percepción en el Mundo
del Deseo, pudiendo aquel ver e investigar a voluntad por su intermedio,
mientras que en la persona cuyos centros giran de derecha a izquierda
son como espejos que reflejan lo que pasa ante ella. Tal persona
es incapaz de obtener conocimientos reales. La razón de
esto se indicará más adelante; pero lo mencionado
es una de las diferencias fundamentales entre un médium
y un clarividente desarrollado convenientemente. Para la mayoría
resulta casi imposible distinguir entre ambos; pero existe una
regla de oro que todo el mundo puede seguir con toda confianza:
ningún vidente genuinamente desarrollado empleará
su facultad por dinero o su equivalente, ni la empleará
tampoco para satisfacer la curiosidad, sino únicamente
para ayudar a la humanidad.
LOS CUATRO REINOS (Segunda parte)
Nadie capaz de enseñar el método apropiado
para el desarrollo de esa facultad cobrará jamás
por ello, ni siquiera por una sola lección. Los que piden
dinero por ejercitarla o por dar lecciones como hacerlo no tienen
nada que valga la pena pagar. La regla mencionada es una guía
segurísima que puede ser seguida por todos con absoluta
confianza.
En un futuro bastante lejano, el cuerpo de deseos
del hombre se organizará definitivamente como lo están
al presente los cuerpos vital y denso. Cuando hayamos llegado
a ese estado, tendremos el poder de funcionar en el cuerpo de
deseos tal como lo hacemos ahora en el cuerpo denso, que es el
más antiguo y más organizado de los cuerpos del
hombre, siendo el de deseos el más joven, por así
decirlo.
El cuerpo de deseos está radicado en el hígado
así como el vital lo está en el bazo.
En todos los seres de sangre caliente, que son los
más altamente desarrollados y que poseen sentimientos,
pasiones y emociones, puede decirse que realmente viven, en todo
el sentido de la palabra, ya que no vegetan meramente. En tales
seres repetimos, las corrientes del mundo del deseo fluyen hacia
el exterior por el hígado. La materia de deseos está
continuamente fluyendo en líneas curvas que viajan hacia
todos los puntos de la periferia del ovoide, y entonces vuelven
al hígado a través de cierto número de vórtices,
de la misma manera que el agua hirviente fluye continuamente hacia
arriba para volver hacia abajo una vez completado su ciclo.
Las plantas carecen de este principio impulsivo vigorizante
y, por lo tanto, no pueden manifestar vida y movimiento en la
forma en que lo hacen los organismos más desarrollados.
Donde hay vitalidad y movimiento, pero no sangre
roja, no existe tampoco cuerpo de deseos separado. El ser se encontrará
simplemente en estado de transición de la planta al animal
y, por lo tanto, solo se mueve bajo el impulso del espíritu-grupo.
En los animales de sangre fría que tienen
hígado y sangre roja, existe un cuerpo de deseos separado
y el espíritu-grupo dirige las corrientes hacia adentro,
porque en su caso el espíritu separado (del pez o reptil
individual, por ejemplo) está completamente fuera del vehículo
denso.
Cuando el organismo ha evolucionado hasta el punto
que el espíritu separado puede empezar a entrar dentro
de sus vehículos, entonces comienza - el espíritu
individual - a dirigir las corrientes hacia fuera, y vemos el
principio de la existencia pasional y de la sangre caliente. La
sangre roja caliente del hígado suficientemente desarrollado
como para contener un espíritu es lo que fortalece las
corrientes que se lanzan hacia fuera, lo que es causa de que el
hombre y el animal manifiesten deseos y pasiones. En los animales,
el espíritu no está aún completamente dentro
de sus vehículos. Esto no se verifica hasta que los puntitos
del cuerpo vital y del deseo se correspondan , como se explica
en el Capítulo XII. Por esta razón, el animal no
es un ser completamente "vivo", es decir, no vive tan
completamente como el hombre, ni es capaz de tener deseos y emociones
tan sutiles como las de éste, porque no tiene plena conciencia.
Los mamíferos actuales se encuentran en un plano superior
a aquél en el que se encontraba el hombre en su estado
animal de su evolución, porque aquellos tienen sangre roja
y caliente, cosas que el hombre no tuvo en aquel grado. Esta diferencia
de estados es debida al sendero en espiral de la evolución,
lo que también es causa de que el hombre sea ahora un tipo
de humanidad superior a la que formaron los ángeles actuales
cuando se encontraban en estado humano. Los mamíferos de
hoy que han alcanzado en su estado animal la sangre roja y caliente
y que, por lo tanto, son capaces de experimentar deseo y emoción
hasta cierto grado, serán en el Período de Júpiter
un tipo de humanidad más pura y mejor que lo que somos
nosotros ahora, mientras que habrá algunos de los que componen
nuestra actual humanidad que aún en el Período de
Júpiter serán franca y abiertamente malvados. Sin
embargo, entonces no podrán satisfacer sus pasiones como
ahora, pues serán consumidos por sus propias fechorías.
A la luz de esta exposición sobre las relaciones
entre el hígado y la vida del organismo, es de notar que
en varias lenguas europeas :inglés, alemán y escandinavo,
la misma palabra indica el citado órgano del cuerpo (The
"liver", el hígado) y también "uno
que vive".
Cuando dirigimos nuestra atención a los cuatro
Reinos en su relación con el Mundo del Pensamiento, encontramos
que los minerales, las plantas y los animales carecen de un vehículo
correlacionado a ese mundo. Sabemos, sin embargo, que algunos
animales piensan; pero esos animales son los más domesticados,
que han permanecido durante generaciones enteras en estrecho contacto
con el hombre y han desarrollado así facultades no poseídas
por los otros animales que no han tenido esa ventaja. Esta se
basa sobre el mismo principio de que un alambre cargado de electricidad
"induce" una corriente más débil en otro
alambre próximo a él, o que un hombre de fuerte
moralidad inducirá una tendencia en una naturaleza más
débil, mientras que uno moralmente débil, será
arrastrado por la influencia de vigorosos caracteres malignos,
si se pone en contacto con ellos. Todo cuanto hacemos, decimos
o somos, se refleja en torno nuestro. Esta es la razón
de porqué piensan los animales domésticos. Son los
más elevados de su clase, casi a punto de individualizarse,
y las vibraciones mentales del hombre han "inducido"
en ellos una actividad similar de orden inferior. Salvo esta excepción,
el reino animal no ha adquirido aún la facultad de pensar.
No están todavía individualizados. Esta es la gran
y cardinal diferencia entre el hombre y los demás reinos.
El hombre es un individuo. Los animales y vegetales se dividen
en especies; no están individualizados en el mismo sentido
en que lo está el hombre.
Es cierto que dividimos la humanidad en razas, tribus
y naciones: notamos la diferencia entre los caucásicos,
los negros, los indios, etc.; pero no es ésa la cuestión.
Si queremos estudiar las características del león
o del elefante o de cualquier otra especie de animales inferiores,
todo lo que nos es necesario es tomar un ejemplo o espécimen
de ellos con ese propósito. Cuando aprendemos las características
de un animal, conocemos también todas las características
de la especie a la que pertenece. Todos los ejemplares de la misma
tribu animal son iguales. Este es el punto. Un león o su
padre, o su hijo, todos son iguales; no hay diferencia alguna
en cuanto a cómo obrarán bajo las mismas condiciones.
Todos tienen iguales semejanzas y desemejanzas; el uno es lo mismo
que el otro.
No sucede así, sin embargo, con los seres
humanos. Si queremos conocer las características de los
negros, no es suficiente con que examinemos un solo individuo.
Sería necesario examinar a cada uno individualmente, y
aun entonces no llegaríamos a conocimiento real alguno
respecto a los negros "como un todo" simplemente porque
lo que es una característica del individuo no puede aplicarse
a la colectividad o a toda la raza.
Si quisiéramos conocer el carácter
de Abraham Lincoln, de nada nos serviría el estudiar a
su padre, a su abuelo o a su hijo, porque diferirían por
completo. Cada uno tiene sus propias peculiaridades, completamente
distintas de las idiosincracias de Abraham Lincoln.
Por otro lado, los minerales, vegetales y animales
pueden describirse si dedicamos nuestra atención a describir
cada especie, mientras que en la raza humana hay tantas especies
como individuos. Cada persona, cada individuo, es una "especie",
es una ley en si mismo, separada y aparte de cualquier otro individuo,
tan diferente de sus conciudadanos como diferentes son dos especies
del reno animal. Podremos escribir la biografía de un hombre,
pero un animal no puede tenerla. Esto es debido a que en cada
hombre existe un espíritu individual, interno, que dicta
los pensamientos y acciones de cada ser humano individual mientras
que sólo existe un "espíritu -grupo" común
a todos los diferentes animales o plantas de la misma especie.
El espíritu-grupo trabaja en todos ellos desde afuera.
El tigre que se mueve en los matorrales de la jungla de la India
y el tigre encerrado en la jaula de un parque son ambos expresiones
del mismo espíritu-grupo. A ambos se influye de parecida
manera desde el Mundo del Deseo, estando la distancia casi suprimida
en los Mundos Internos.
Los espíritus-grupos de los tres Reinos inferiores
se encuentran diversamente situados en los mundos superiores,
como veremos cuando estudiemos la conciencia de los diferentes
Reinos; pero ara comprender convenientemente las posiciones de
estos espíritus-grupos en los mundos internos es necesario
recordar y comprender con claridad lo que ya se ha dicho sobre
todas las formas que están en el mundo visible, como cristalizaciones
de los modelos o ideas de los mundos superiores, a cuyo efecto
se mencionó el ejemplo del arquitecto y del inventor de
máquinas. Así como los jugos del cuerpo blando y
viscoso del caracol se cristalizan en una costra dura que luego
lleva sobre la espalda, así también los espíritus-grupos
de los mundos superiores han cristalizado similarmente, fuera
de sí mismos, los cuerpos materiales, densos , de los diferentes
Reinos.
Así que los llamados "cuerpos superiores" tan finos y sutiles que son invisibles, no son, en manera alguna, "emanaciones" del cuerpo denso, sino que los vehículos densos de todos los reinos corresponden a la cáscara del caracol, que es una cristalización de sus jugos, representando el caracol al espíritu, y sus jugos, en vías de cristalización, a la mente, al cuerpo de deseos y al cuerpo vital.
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Diagrama 3. Vehículos del los cuatro reinos.
Diagrama 4. Consciencia de los cuatro Reinos.
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Los diversos vehículos fueron emanados por
el espíritu de sí mismo, con el propósito
de adquirir experiencia por su intermedio. Es el espíritu
el que mueve el cuerpo denso a voluntad, como el caracol mueve
su cáscara, y no el cuerpo el que gobierna los movimientos
del espíritu. Cuanto más estrechamente puede ponerse
en relación el espíritu con su vehículo,
mejor puede dominarlo y expresarse por su intermedio, y viceversa.
Esta es la clave de los diferentes estados de conciencia en los
diferentes reinos. El estudio de los diagramas 3 y 4 dará
una clara idea de los vehículos de cada reino y de la manera
en que están correlacionados a los diferentes mundos y
los resultantes estados de conciencia.
Por el diagrama 3 aprenderemos que el Ego separado
es segregado definitivamente del Espíritu Universal en
la Región del Pensamiento Abstracto. Muestra que únicamente
el hombre posee la cadena completa de vehículos que lo
correlacionan a todas las divisiones de los tres Mundos. El animal
carece de un eslabón de esa cadena: la mente; la planta
carece de dos: la mente y el cuerpo de deseos; y el mineral carece
de tres para funcionar conscientemente en el Mundo Físico:
la mente, el cuerpo de deseos y el cuerpo vital.
La razón de las varias diferencias es que
el reino mineral es la expresión de la última corriente
de vida evolucionante; el reino vegetal es sostenido por una corriente
de vida que es más antigua en el sendero de la evolución;
la corriente de vida del reino animal tiene un pasado más
antiguo aún, mientras que el hombre, es decir, la vida
que se expresa actualmente a través de la forma humana,
tiene el pasado más antiguo de todos los cuatro reinos
y, por lo tanto, va a la cabeza. A su debido tiempo las tres oleadas
de vida que ahora animan los reinos inferiores alcanzarán
el estado humano, pero entonces nosotros habremos pasado a un
estado de desarrollo superior.
Para comprender el grado de conciencia que resulta
de la posesión de los vehículos empleados por la
vida evolucionante en los cuatro reinos, dirijamos nuestra atención
al cuatro diagrama, que muestra que el hombre, el Ego o Pensador,
ha descendido a la Región Química del Mundo Físico.
En ella ha empezado a dirigir sus vehículos, consiguiendo
así el estado de conciencia de vigilia. Está aprendiendo
a dominarlos. Ni los órganos del cuerpo de deseos, ni los
de la mente, se han desarrollado todavía. El último
no es aún ni siquiera un cuerpo. Actualmente no es más
que un eslabón, un material para uso del Ego como punto
focal. Es, por otra parte, el último de los vehículos
que se han formado. El espíritu trabaja gradualmente de
la substancia más sutil a la más densa, construyéndose
también los vehículos, primero en substancia sutil
y después en substancia cada vez más densa. El cuerpo
denso fue construido primeramente y ha llegado ahora a su cuarto
grado de densidad; el cuerpo vital se encuentra en su tercer estado
y el cuerpo de deseos en el segundo; y, por lo tanto, es parecido
a una nube; en tanto que la mente se encuentra todavía
en su primer grado. Como que esos vehículos no han desarrollado
aun órganos, es evidente que ellos solos serían
inútiles como vehículos de conciencia. Sin embargo
el Ego penetra dentro del cuerpo denso y conecta esos vehículos
sin órganos con los centros físicos de los sentidos,
y así obtiene el estado de conciencia de vigilia en el
Mundo Físico.
El estudiante debe notar que debido a su conexión
con el cuerpo denso, tan espléndidamente organizado, esos
vehículos superiores pueden ser de algún valor al
presente. De este modo, no cometerá el error tan frecuente
en muchas personas que en cuanto saben que existen cuerpos superiores,
que creen independientes del cuerpo denso, hablan de este como
de una cosa grosera y vil, y dirigen sus ojos al cielo y desean
dejar prontamente esta existencia terrestre para volar en sus
vehículos superiores.
Estas personas no comprenden generalmente la diferencia
entre "Superior" y "Perfecto". Ciertamente
el cuerpo denso es el vehículo inferior en el sentido de
que es el más pesado y relaciona al hombre con el mundo
de los sentidos, con todas las limitaciones que esto implica.
Como ya indicamos, tiene tras sí un enorme período
evolutivo; está en su cuarto grado de desarrollo, y ha
alcanzado ahora un maravilloso y grandioso grado de perfección
y de eficiencia. Llegará un tiempo en el que alcanzará
la perfección; pero, así y todo, actualmente es
el vehículo mejor organizado de los que posee el hombre.
El cuerpo vital está en su tercer grado evolutivo y menos
organizado aún que el cuerpo denso. El cuerpo de deseos
y la mente son todavía simples nubes, casi inorganizados
por completo. En los seres humanos más inferiores, estos
vehículos no son ni siquiera ovoides definidos; son más
o menos indefinidos en su forma.
El cuerpo denso es un instrumento admirablemente
construido y debe reconocerlo así cualquiera que pretenda
conocer la constitución del hombre. Obsérvese el
fémur, por ejemplo. Este hueso soporta todo el peso del
cuerpo. En su parte externa está formado por una delgada
capa de hueso compacto, fortalecido en su parte interna por fibras
entrecruzadas de hueso celular, en forma tan maravillosa que el
puente más perfecto o la obra de ingeniería más
bien hecha nunca pueden llegar a formar un pilar de igual fortaleza
con tan poco peso. Los huesos del cráneo están construidos
de parecida manera, empleándose siempre el mínimo
de material y obteniéndose el máximum de fortaleza.
Obsérvese la sabiduría manifestada en la construcción
del corazón y dígase después si este soberbio
mecanismo puede ser despreciado. El hombre sabio aprecia en lo
que vale su cuerpo denso, y lo cuida lo mejor posible porque sabe
que es el más valioso de sus actuales instrumentos.
El espíritu animal ha alcanzado en su descenso
únicamente el Mundo del Deseo: No se ha desarrollado todavía
hasta el punto en que pueda "entrar" en un cuerpo denso.
Por lo tanto, el animal no tiene espíritu "interno",
sino un espíritu-grupo que lo dirige desde afuera. l animal
tiene cuerpo denso, cuerpo vital y cuerpo de deseos; pero el espírtu
grupo que lo rige se halla externamente. El cuerpo vital y el
cuerpo de deseos del animal no están completamente dentro
del cuerpo denso, especialmente en lo que concierne a su cabeza.
Por ejemplo, la cabeza etérica de un caballo sobresale
a distancia de la cabeza densa. Cuando, como ocurre en contados
casos, la cabeza etérica de un caballo penetra en la cabeza
de su cuerpo denso, el caballo puede aprender a leer, a contar
y a ejecutar operaciones elementales de aritmética. A esto
es también debido el que los caballos, perros, gatos y
otros animales domésticos perciban el Mundo del Deseo,
aunque no siempre distingan la diferencia entre éste y
el Mundo Físico. Un caballo se espantará ante una
figura invisible para el jinete; el gato se frotará contra
unas piernas invisibles. El gato puede ver un fantasma sin comprender,
por consiguiente, que sus piernas no son utilizables para menesteres
de fricción. El perro más sabio que el caballo o
que el gato, siente a menudo que hay algo que no comprende al
ver aparecer a su difunto dueño y no poder lamer sus manos.
Huirá asustado y confuso a acostarse en un rincón,
con la cola entre las patas. La siguiente ilustración podrá
quizás mostrar la diferencia entre el hombre con su espíritu
individual interno y el animal con su espíritu-grupo externo.
Imaginemos una habitación dividida por medio
de una cortina y que una parte representa el Mundo del Deseo y
la otra el Mundo Físico. Hay un hombre en cada división;
no pueden verse mutuamente ni pueden estar e la misma división.
Sin embargo en la cortina hay diez agujeros, y el hombre que se
encuentra en la división que representa el Mundo del Deseo
puede meter sus diez dedos por esos agujeros hasta la otra habitación
que representa el Mundo Físico. Esto puede dar una excelente
representación del espíritu-grupo que está
en el Mundo del Deseo. Los dedos representan los animales pertenecientes
a una especie. Puede moverlos a su gusto, pero no puede emplearlos
tan libre e inteligentemente como el hombre que se encuentra en
la división Física puede mover su cuerpo. Este último
ve los dedos que atraviesan la cortina y observa que todos se
mueven, pero no puede ver la relación que hay entre ellos.
Ante él se aparecen como si estuvieran separados y distintos
unos de otros. No puede ver que son los dedos del hombre que está
detrás de la cortina y que gobierna sus movimientos con
su inteligencia. Si hiere a uno de estos dedos, no es solamente
el dedo herido, sino también el hombre que está
detrás de la cortina. Si se hiere a un animal, éste
sufre pero no en el grado que sufre el espíritu-grupo.
El dedo no tiene conciencia individualizada; se mueve según
quiere el hombre, y así también los animales se
mueven a voluntad del espíritu-grupo. Se oye hablar del
"instinto animal" y del "instinto ciego".
No existe absolutamente esa cosa indefinida y vaga como ser un
instinto "ciego". No hay nada "ciego" en la
manera como el espíritu-grupo guía a sus miembros:
hay Sabiduría , escrita con mayúscula. El clarividente
ejercitado cuando funciona en el Mundo del Deseo puede comunicarse
con los espíritus-grupo de las especies animales y encuentra
que son mucho más inteligentes que un gran porcentaje de
seres humanos. Puede observar la maravillosa inteligencia que
despliegan al dirigir a los animales que no son más que
cuerpos físicos.
Es el espíritu-grupo el que arrastra a sus
bandadas de aves en el otoño y las impulsa a emigrar hacia
el Sur, ni demasiado pronto ni demasiado tarde, para escapar a
las brisas heladas del invierno; quien dirige su vuelta en la
Primavera, haciéndolas volar a la altura necesaria, altura
que difiere según las especies.
Es el espíritu-grupo del castor el que le
enseña a construir sus represas a lo largo de la corriente
con el ángulo exactamente necesario, considera la rapidez
de la corriente y todas las demás circunstancias, precisamente
como lo haría un ingeniero experimentado. Es también
la sabiduría del espíritu-grupo la que dirige la
construcción de la célula hexagonal de la abeja
con tan admirable perfección y belleza; el que enseña
al caracol a construir y formar su casa en preciosa espiral; el
que enseña al molusco oceánico el arte de decorar
su concha iridiscente. Sabiduría, sabiduría por
doquier, tan hermosa y grande, que el que observe con penetrante
mirada no puede menos que sentirse lleno de veneración
y respeto.
En este punto es muy fácil que se nos ocurra
el pensamiento de que si el espíritu-grupo es tan sabio,
considerado el corto período de evolución del animal
comparado con el del hombre, ¿porqué no despliega
este último una sabiduría superior y porqué
debe enseñársele al hombre a construir represas
y geometrizar cuando todo eso lo hace el espíritu grupo
sin que se le haya enseñado?
La respuesta a tal pregunta está relacionada
con el descenso del Espíritu Universal en materia de densidad
siempre creciente. En los mundos superiores, en los que sus vehículos
son pocos y sutiles; está en estrecho contacto con la sabiduría
cósmica que brilla de una manera inconcebible para el Mundo
Físico, pero conforme el espíritu desciende, la
luz de la sabiduría se hace temporalmente más y
más oscura , hasta que, en el más denso de todos
los mundos, está casi desvanecida.
Una ilustración hará más claro
esto. La mano del hombre es su sirviente más valioso; su
destreza le permite responder al más ligero contacto. En
algunas profesiones, tales como en las de empleados pagadores
de bancos, el tacto de las manos se hace tan sensitivo, que puede
distinguir una moneda falsa de una genuina, y tan maravillosamente,
que uno creería imposible que la mano pudiera llegar a
tener tal inteligencia.
Su mayor eficiencia se despliega en la música.
Es capaz de producir las más hermosas melodías que
conmueven el alma. El tacto delicado y acariciante de la mano
hace hablar el lenguaje del alma al instrumento, y habla de sus
tristezas, de sus alegrías, de sus esperanzas y aspiraciones,
de la manera como la música sola puede hacerlo. Es el lenguaje
del mundo celeste, el verdadero hogar del espíritu, que
fluye de la chispa divina aprisionada en la carne como un mensaje
de la patria ausente, de la tierra nativa. la música se
dirige a todos, sin distinción de razas, credos o cualquier
otra institución mundana. Cuanto más elevado y espiritual
es el individuo, más claro habla aquella, y aun el salvaje
se conmueve oyéndola.
Imaginemos ahora que un profesor de música
se colocara unos guantes muy finos y tratara de tocar su violín.
Notaríase en seguida que su tacto delicado se ha hecho
menos sutil; el alma de la música se ha ido. Si se pone
otro par de guantes, más gruesos, sobre el primer par,
su mano se encontrará inhibida hasta tal punto que podrá
ocasionalmente, producir disonancias en vez de los primitivos
melodiosos acordes. Y si por último se pusiera aún
otro par de guantes sobre los ya puestos, más gruesos todavía,
se encontraría temporalmente inhabilitado para tocar, y
el que no lo hubiera oído tocar sin guantes previamente,
diría que era imposible que tal profesor pudiera tocar
hermosas melodías, especialmente si aquel ignoraba que
éste se había puesto los guantes.
Así sucede también con el Espíritu;
cada paso hacia abajo, cada descenso hacia la materia más
densa, es para el lo que para el músico el ponerse unos
guantes. Cada paso hacia abajo limita su poder de expresión
hasta que se acostumbra a esas limitaciones y encuentra su foco,
así como el ojo encuentra su foco después de entrar
en un luminoso día de verano, en una casa oscura. La pupila
del ojo se contrae hasta su límite bajo el brillo del Sol,
y al entrar en la casa no ve nada; pero conforme la pupila se
ensancha y admite más luz, el hombre puede ver también
como a la luz meridiana.
El objeto perseguido con la evolución del
hombre aquí es capacitarlo para encontrar su foco en el
Mundo Físico, donde actualmente la luz de la sabiduría
parece oscurecida. Pero cuando a su debido tiempo hayamos "encontrado
la luz", la sabiduría del hombre brillará fuertemente
en sus acciones y sobrepasará a la sabiduría expresada
por el espíritu-grupo del animal. Además debe hacerse
una distinción entre el espíritu- grupo y los espíritus
virginales de la oleada de vida que actualmente se expresan como
animales. El espiritu-grupo pertenece a una evolución diferente,
y es el guardián de los espíritus animales.
El cuerpo denso en el que funcionamos está
compuesto de numerosas células, teniendo cada una su conciencia
celular separada, aunque de orden inferior. Mientras estas células
forman parte de nuestro cuerpo, están sujetas y dominadas
por nuestra conciencia. Un espíritu- grupo animal funciona
en un cuerpo espiritual, que es su vehículo inferior. Ese
vehículo consiste en un número variable de espíritus
virginales imbuidos durante ese tiempo con la conciencia del espíritu-grupo.
Este último dirige los vehículos construidos por
los espíritus virginales a su cargo, cuidándolos
y ayudándolos a desarrollar sus cuerpos. Conforme aquellos
evolucionan, el espíritu-grupo también evoluciona,
sufriendo una serie de metamorfosis, de manera parecida al modo
en el cual nosotros adquirimos experiencia introduciendo en nuestros
cuerpos las células del alimento que comemos, y elevando,
por consiguiente, su conciencia al envolverlas con la nuestra
por el momento.
Así que mientras que un Ego separado y consciente
de sí mismo se encuentra dentro de cada ser humano y dirige
las acciones de su vehículo particular, el espíritu
del animal separado no está aún individualizado
ni consciente de sí, sino que forma parte del vehículo
de una entidad consciente de sí, perteneciente a otra evolución
distinta: el espíritu-grupo.
Este espíritu-grupo dirige las acciones de
los animales de acuerdo con la ley cósmica, hasta que los
espíritus puros o virginales a su cargo hayan adquirido
conciencia de sí y se conviertan en seres humanos. Entonces
empezarán a manifestar gradualmente voluntad propia, libertándose
más y más del espíritu-grupo y haciéndose
responsables de sus propios actos. El espíritu-grupo los
influirá, sin embargo, aunque en grado decreciente, como
espíritu de raza, de tribu, de comunidad o de familia,
hasta que cada individuo sea capaz de obrar en plena armonía
con la ley cósmica. Hasta entonces no se libertará
e independizará el Ego por completo del espíritu-grupo,
quien entonces entrará en una fase superior de evolución.
La situación del espíritu-grupo en
el Mundo del Deseo da al animal una conciencia diferente de la
del hombre, quien tiene una conciencia clara y definida en estado
de vigilia. El hombre ve las cosas fuera de sí mismo, nítida
y distintamente. Debido al sendero en espiral de la evolución,
los animales domésticos superiores, especialmente el perro,
el caballo, el gato y el elefante, ven los objetos en una forma
un tanto diferente o, por lo menos, no tan definidos. Todos los
otros animales tienen una "conciencia pictórica"
interna , parecida al estado de ensueño del hombre. Cuando
uno de esos animales se pone frente a un objeto, percibe inmediatamente
dentro de sí una imagen, acompañada de una fuerte
impresión de si el objeto es maléfico o benéfico
para él. Si el sentimiento es de miedo, este se asocia
con una sugestión del espíritu-grupo para que escape
del peligro inminente. Este estado de conciencia negativo facilita
al espíritu-grupo guiar los cuerpos densos de sus subordinados
por medio de la sugestión, pues los animales no tienen
voluntad propia.
El hombre no puede ser manejado tan fácilmente
desde afuera, sea o no con su consentimiento. Conforme progresa
la evolución y la voluntad del hombre se desarrolla más
y más, menos accesible se hace a la sugestión externa
y se liberta y obra a su gusto sin tener en cuenta la sugestión
de los demás. esta es la diferencia capital entre el hombre
y los otros reinos. Estos obran de acuerdo con la ley y con los
dictados del espíritu-grupo, que llamamos instinto, mientras
que e hombre se está convirtiendo cada vez más en
una ley en sí mismo. No preguntamos al animal si se cristalizará
o no, ni a la flor si se abrirá o no, ni al león
si cesará o no de devorar. Todos ellos están, así
en lo grande como en lo pequeño, bajo la sugestión
y bajo el dominio absoluto del espíritu-grupo, sin la iniciativa
ni la libre voluntad que en algún grado posee todo ser
humano. Todos los animales de la misma especie tienen igual aspecto,
porque emanan del mismo espíritu-grupo, mientras que entre
los quince centenares de millares de hombres que pueblan la Tierra
ni dos parecen exactamente iguales, ni siquiera cuando son adolescentes,
porque el sello que pone sobre cada uno su Ego individual interno
produce la diferencia tanto en la apariencia como en carácter.
Todos los bueyes pastan la hierba y todos los leones
comen carne, mientras "que lo que es alimento para un hombre
es veneno para otro", lo que es una ilustración de
la absoluta influencia del espíritu-grupo que contrasta
con el Ego que hace que cada ser humano necesite una porción
de alimento diferente de la que precisa otro. Los médicos
notan la misma peculiaridad al administrar medicinas. Estas actúan
diferentemente sobre cada individuo, mientras que la misma medicina
produce siempre efectos idénticos en dos animales de la
misma especie debido a que todos los animales de la misma especie
siguen los dictados del mismo espíritu-grupo y de la Ley
Cósmica, y obran siempre similarmente bajo circunstancias
idénticas. Unicamente el hombre puede, en cierto grado,
seguir sus propios deseos dentro de los límites determinados.
El que sus errores sean muchos y graves es cierto, y por ello
a muchos les parecería mejor que se viera obligado a seguir
el camino recto, pero si así fuera no aprendería
nunca la rectitud. Las lecciones de discernimiento entre el bien
y el mal no pueden aprenderse a menos que haya elección
libre para escoger el camino propio, y así se aprende a
rechazar el error como una verdadera fuente de dolores. Si obrara
con rectitud debido a no tener elección y no tuviera oportunidad
de obrar de otra manera, sería un autómata y no
un Dios evolucionante.
Así como el constructor aprende por sus errores
y los corrige en sus futuras construcciones, así también
el hombre por medio de sus faltas y por el dolor que ellas le
producen, alcanza una sabiduría superior a la del animal,
por que él es consciente de sí, mientras que el
último actúa bajo el impulso del espíritu-grupo.
A su debido tiempo el animal se convertirá en hombre, tendrá
libertad de elección y cometerá errores, aprendiendo
de ellos tal como a nosotros nos sucede actualmente.
El diagrama 4 muestra que el espíritu-grupo
del reino vegetal tiene su vehículo inferior en la Región
del Pensamiento Concreto. Está dos grados más allá
de su vehículo denso y, por lo tanto, las plantas tienen
una conciencia que corresponde a un sueño sin ensueños.
El espíritu-grupo del mineral tiene su vehículo
inferior en la Región del Pensamiento Abstracto y está,
por lo tanto, tres grados más allá de su cuerpo
denso; en consecuencia, se encuentra en un estado de conciencia
oscura, parecida a la conciencia de "trance".
Hemos mostrado, pues, que el hombre es un espíritu
individual interno, un Ego separado de toda otra entidad, dirigiendo
y trabajando cierto número de vehículos desde adentro
y que los vegetales y animales son dirigidos desde afuera por
un espíritu-grupo que tiene jurisdicción sobre cierto
número de animales o vegetales en nuestro Mundo Físico.
Están "separados" únicamente en apariencia.
Las relaciones de las plantas, de los animales y
del hombre con las corrientes de vida en la atmósfera terrestre
se representan simbólicamente por una cruz. El Reino Mineral
no está representado porque, según hemos visto,
no posee cuerpo vital individual y, por lo tanto, no puede ser
el vehículo de corrientes que pertenecen a los reinos superiores.
Platón, que era un Iniciado, emitió a menudo verdades
ocultas. Y decía: "El Alma del Mundo está crucificada".
El madero inferior de la cruz indica a la planta
con sus raíces, en la Tierra química, mineral. Los
espíritus-grupo de las plantas están en el centro
de la Tierra. Están , debemos recordarlo, en la Región
del Pensamiento Concreto, que interpenetra la Tierra como la interpenetran
los otros mundos. De estos espíritus-grupos fluyen corrientes
en todas direcciones hacia la periferia de la Tierra, pasando
hacia afuera a lo largo de las plantas o de los árboles.
La parte superior de la cruz representa al hombre:
Es una planta invertida. La planta saca su alimento de las raíces.
El hombre lo toma por su cabeza. La planta dirige sus órganos
de generación hacia el Sol. El hombre, la planta invertida,
vuelve los suyos hacia el centro de la Tierra. La planta es sostenida
por las corrientes espirituales del espíritu-grupo que
se encuentra en el centro de la Tierra y que penetran en aquella
a través de sus raíces. Más tarde mostraremos
que la influencia espiritual más elevada le llega al hombre
del Sol, el que envía sus rayos a través del hombre,
la planta invertida, desde la cabeza hacia abajo. La planta inhala
el venenoso dióxido de carbono exhalado por el hombre,
y exhala, en cambio, el oxígeno vivificante empleado por
aquel.
El animal, que está simbolizado por el madero
horizontal de la cruz, está entre la planta y el hombre.
Su espina dorsal es horizontal y a través de ella pasan
las corrientes del espíritu-grupo que circulan en torno
de la Tierra.
Ningún animal puede permanecer constantemente
en posición recta vertical, porque en ese caso las corrientes
del espíritu-grupo no pueden guiarlo, y si no estuviera
suficientemente individualizado como para soportar las corrientes
espirituales que penetran a través de la médula
espinal humana, moriría. Es necesario que el vehículo
para la expresión de un Ego individual posea tres cosas:
marcha en posición vertical, a fin de que pueda ponerse
en contacto con las corrientes mencionadas; laringe vertical,
porque únicamente tal laringe es capaz de hablar (los loros
y estorninos son ejemplos del efecto de laringe vertical); y debido
a las corrientes solares, debe tener sangre caliente. Esto último
es de la mayor importancia para el Ego y será explicado
más tarde. Estos requisitos se mencionan aquí simplemente
como punto final sobre los cuatro reinos en sus relaciones con
los diversos Mundos entre sí.
Fin del capítulo