Villalonga: ¡pirata español en Brasil!
por Gema Castellano



A Villalonga le gustan las emociones fuertes. Cual descendiente directo de Cortés o Pizarro y como si la genética hubiera reproducido en él las estructuras cromosómicas de los más burdos piratas o maquiavélicos conquistadores, ha llegado a Brasil después de arrasar Perú, y dejar a su país de origen, España, en el más absoluto de los retrocesos tecnológicos y la mayor dictadura comunicativa.

No le asustan las recesiones económicas en las que están sumidas estas naciones latinoamericanas. ¡A río revuelto ganancia de pescadores! y cuanto más sumidos en la miseria estén, mayor será la presión que él pueda ejercer sobre gobiernos, trabajadores y clientes.

El sector de las telecomunicaciones será el motor del crecimiento económico del futuro, y contribuirá a mejorar las condiciones sociales y económicas de los brasileños, ha afirmado. Lo que no me explico, es cómo no se le ha caído la cara de vergüenza, al hacer esta afirmación. En cualquier caso y como Brasil bien vale una misa, ¡o dos!, ya que 160 millones de habitantes ofrecen muchas posibilidades de especulación y fraude, ha anunciado la inversión de 3.800 millones de dólares en 1999, además de los 5.000 millones que ya lleva metidos desde el mes de julio, -convirtiéndose así en dueño y señor de las telecomunicaciones en ese país- y se ha buscado a uno que hable portugués, Antonio Baptista, -economista del Banco Portugués de Investimento- para que le allane el terreno y le  informe sobre la psicología del brasileño y la mejor forma de estafarle sin que se note demasiado.

¡Cual no será la importancia y posibilidades de explotación de este país, que ha desechado cualquier candidatura que no fuera la de este portugués!, al que habrá que analizar al detalle, en la búsqueda de conexiones que nos expliquen la “cabezonería” del aprendiz a magnate.

A los brasileños que vean en las divisas de Telefónica una manera de salir de la enorme pobreza en la que viven, ¡que habrá quien piense así!, desearía decirles, -y maldigo en estos momentos mi incapacidad de dominio para con su legua-, que Villalonga no se diferencia en nada de los dictadores que operan en esas tierras, y que sus bonitas palabras y frases perfectamente diseñadas por otros a los que paga para que le enseñen a decir unas bondades, que su naturaleza jamás le permitiría expresar, no son más que demagogia rastrera e hipócrita, que esconde una mentalidad esclavista para con trabajadores y usuarios, y enfermiza con respecto a la idea de poder económico absoluto. Villalonga está enfermo de poder. Y no abandonará su conquista ni aún llevando a sus accionistas a la ruina, y a sus clientes al subdesarrollo..

Sus trabajadores viven bajo la continua amenaza del despido tanto en España como en Perú. Vigilados incluso en sus vidas privadas y días libres, y sometidos a unas estructuras jerárquicas dignas del mejor estilo absolutista. Los salarios son irrisorios y la desconfianza que se fomenta entre ellos, es la mejor arma de este monopolio contra la unión, que es la condición indispensable para la rebelión.

Los clientes forzosos de Telefónica no corren mejor suerte. Convertida en empresa privada sin abandonar ni la filosofía ni los privilegios de un monopolio, y apoyada en todo momento por el gobierno de Aznar, -amigo íntimo de Villalonga, con el que despacha personalmente incluso saltándose la institución del ministro de Fomento, quien a causa de esto se ha visto en más de una situación ridícula ante los contribuyentes-, sus principales actividades son los presuntos fraudes sobre el ciudadano, -20.000 millones de pesetas anuales en concepto de llamadas fallidas, 30.000 millones que recauda gracias al redondeo que hace con las llamadas por medio de tarjetas telefónicas, 10.000 millones que expolia al ciudadano a través de las llamadas en cabinas con monedas, 4.000 millones que ingresa por no hacer las devoluciones de los importes de las llamadas, tarifas abusivas de acceso a Internet, e incluso la desaparición de los planes de descuento que Fomento aprobó y que afectará a una gran parte de la comunidad internauta, con la instauración de Infovía Plus-, la adquisición de medios de comunicación, que aseguren la desinformación por parte del ciudadano sobre sus verdaderas actividades y tergiversen la realidad a su favor, -Expansión, El Mundo, Actualidad Económica, Via Digital , Antena3TV, etc-, y la compra de gobiernos dictatoriales corruptos que faciliten sus actividades especulativas en países latinoamericanos, -Perú, Brasil, Chile..., donde Villalonga ha redescubierto El Dorado.

En lo que respecta a sus accionistas la situación es peliaguda. El pequeño accionista que sólo recibe la versión oficial, se mostraba hasta hace poco encantado de pertenecer a la empresa española con mayores beneficios, y los grandes, siguen confiando en el resultado positivo de las actividades especulativas en Latinoamérica, aunque el hecho de la negativa de la todopoderosa a repartir beneficios en este ejercicio, ha despertado más de una conciencia con respecto al exceso de poder personal amasado por Villalonga. En cualquier caso, y pese a que todo parece ir sobre ruedas para Telefónica, su juego en la cuerda floja rozando siempre la ilegalidad y su falta de ética profesional, solo necesitan un pequeño soplo de justicia para que el castillo de naipes se desmorone.

Nadie puede discutirle al Villalonga que el sector de las telecomunicaciones será el motor del desarrollo económico del futuro, pero lo que sí le discutiremos siempre es el hecho de que éstas estén controladas por los monopolios. 

La verdadera liberalización de las telecomunicaciones es un tema pendiente que tienen los gobiernos europeos y que deberán resolver de inmediato, si no quieren encontrarse dentro de pocos años con una sociedad cada vez más clasista, caótica y tercermundista.

El tema pendiente y urgente de las naciones latinoamericanas es el de lograr verdaderos sistemas democráticos, que permitan que verdaderas empresas inversoras extranjeras  inviertan y creen puestos de trabajo dignos, que regeneren una sociedad pobre en otra portadora de un cierto nivel adquisitivo.

Jamás he dudado de la capacidad de Latinoamérica para regenerarse. De hecho, la inquietud que se siente ahora en esas naciones, demuestra que está a punto de iniciar el proceso.

Villalonga parece no darse cuenta, o quizás crea que comprando gobiernos corruptos los pueda perpetuar en el poder, y como siempre, se olvida del pueblo. Que es quién siempre ha conseguido cambiar el estado de las cosas, aun a costa de muchas vidas, demasiadas veces.

Telefónica necesita una metamorfosis. De lo contrario, no tiene ningún futuro ni en España, y mucho menos en Latinoamérica, de donde una vez ya expulsaron al conquistador. ¡Y es que los hay que no aprenden de la historia! ¿O será que no la conocen?. ¡Alerta Brasil!

 


 
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