Poema del Domingo Triste
Este domingo triste, pienso en ti
dulcemente
y mi vieja mentira de olvido ya no
miente.
La soledad a veces es peor castigo,
ah, ¡pero qué alegre todo si estuvieras
conmigo!
Entonces no querría mirar las nubes
grises
formando extraños mapas de
imposibles países
y el monótono ruido del agua no sería
el motivo secreto de mi melancolía.
Este domingo triste nace de algo que es
mío,
que quizás es tu ausencia y quizás es
mi hastío,
mientras corren las aguas por la calle
en declive
y el corazón se muere de un ensueño
que vive.
La tarde pide un poco de sol, como un
mendigo,
y acaso hubiera sol si estuvieras
conmigo,
y tendría la tarde, fragantemente muda,
el ingenuo impudor de una niña
desnuda.
Si estuvieras conmigo, amor que no
volviste.
Oh, ¡que alegre me sería este domingo
triste!