Nada 
 
 
 
Como la vida es nada en tu filosofía, brindemos por el cierto no ser de nuestros
 cuerpos. Brindemos por la nada de tus sensuales labios que son ceros sensuales en
  tus azules besos; como todo azul, quimérica mentira de los blandos océanos y de
                              los blancos cielos.
 Brindemos por la nada del material reclamo que se hunde y se levanta en tu carnal
  deseo; como todo lo carne, relámpago, chispazo, en la verdad mentira sin fin del
 Universo.
Brindemos por la nada, bien nada de tu alma, que corre su mentira en un
 potro sin freno; como todo lo nada, buen nada, ni siquiera se asoma de repente en
 un breve destello.
Brindemos por nosotros, por ellos, por ninguno; por esta siempre
  nada de nuestros nunca cuerpos; por todos, por los menos; por tantos y tan nada;
por esas sombras huecas de vivos que son muertos.
Si del no ser venimos y hacia el
 no ser marchamos, nada entre nada y nada, cero entre cero y cero, y si entre nada
  y nada no puede existir nada, brindemos por el bello no ser de nuestros cuerpos.