Trilogía

Tres destinos para el mismo amor...


Condenados a la hoguera

Ya hace varios días que no te veo y comienzo a extrañarte. Sin embargo así lo prefiero porque no quiero de ti enamorarme.

Pero lágrimas recorren mi negra alma y busco la forma de sanar el dolor. Salir de este martirio por no tenerte de este sufrir por no tener tu calor.

Y ya estoy cansado de simples sonrisas, del ¿cómo estás? bien y tú. Conociendo que ambos somos infelices porque la sociedad no acepta nuestro amor.

Pero que ironía la mía, ¿cómo tú te enamorarías de este ser? Teniendo la oportunidad en tu vida de encontrar a cualquier idiota que te haga mujer.

Pero sé que es amor, te delatan tus ojos porque cada vez que me miras, brillan como el amanecer resplandecen y gritan por compañía pero se me ocultan, espero yo, o cambian de parecer.

Y entre ese hola y el beso que te robo siento como de tu cuerpo emana sudor. Y no es por que sea un día cálido; es esa química entre tú y yo, llamado amor.

Y sabes que esa pasión es exsistente a pesar de que la disimulas muy bien. Sin embargo siempre estoy al pendiente de que el fuego no cese y en un futuro poderte querer.

Sin embargo un futuro es demasiado tiempo. Por qué no puede ser hoy, ahora o en cualquier instante. Sé que el día sólo tiene 24 horas en juego demasiado tiempo para realizar el jaque.

Pero tú, con ese porte de princesa no quieres mezclare con un plebello como yo. A veces lo entiendo, sé que tienes que cuidar la imagen lo cual me llena de coraje y demasiado dolor.

Y me da miedo el llanto que brota mi ser porque nunca antes había llorado tanto. Tanto y tanto que me duele saber que tu amor a otros puedas seder.

Estamos condenado a este infierno que tanto amamos. Atrapados entre la libertad. Encerrados entre el amor que ambos llevamos dentro y en libertad por culpa de la sociedad.

Es irónico, nuevamente, porqué ocultarlo que prefiero no verte más. Por que sé que me amas y no puedes negarlo haciendo que este amor cresca más.

Y el día que nuestro destino halla seleccionado para delatarnos, será el último día de escondidillas y nada más. Podremos por siempre amarnos, sin ningún miedo por que será el primer día de la completa felicidad.

Será el principio de nuestra fuerza como el día comienza con el amanecer. Y esta hoguera a la cual estamos condenados no desaparecerá, por que en ella nos vamos a perder.

Nuestras cenizas volarán libremente por el cielo mezclandose entre la naturaleza muerta y ultrajada. Estaremos eternamente en pleno vuelo por que ya, para ese entonces, nada nos hata.


Luz de luna

Sale de mi ser una lágrima que recorre sin fuerzas el cuerpo de un hombre traicionado. Buscando el consuelo, cariño para reponerse al engaño; y solo encuentra más llanto.

Esa misma lágrima recore unos labios secos. Labios que en el pasado fueron besados y que con pasión te besaron pero que más da, ya fracazaron.

Pero trato de aferarme a la idea de que estás aquí a mi lado. Y hay veces que escucho entre el silencio aquella voz, que ahora no esta en el pasado.

Hay veces que entre ese silencio maldito escucho aquellos suspiros cuando amábamos. Hoy solo se escucha entre mi neblina, los maullidos de algún gato.

Ya no se sienten las paredes vibrar como vibraban en las madrugadas; y ese sudor dulce que en mi cuerpo quedaba ya no lo está; solo lo brinda la almohada.

Ese olor de café en nuestras mañanas ya ni siquiera puedo respirarlo. Era la fuerza que te levantaba de la cama, yo ya ni puedo tragarlo.

Y entre la otra lágrima que de mi sale, miro por la ventana y descubro el manto negro. ¿Será la muerte? ¿Será otro desvelo? quizás sea ella, pero soy un cobarde y no me atrevo.

Pequeñas luces tratan de ambientar, este escenario de llanto, agonía y desespero. Insisten en darle luz a un cuerpo muerto; ella fue mi luz, ¡ja! estoy desecho.

Pero entre la oscuridad y esos rayos algo radiantes, la veo a ella ¡no lo creo! Y me hace recordarla y lo que logra es alargar mi condena. Me la recuerda, sus palabras, su sonrisas, su caricias ¡qué pena!

¡Ja! pero que ocurencias las mías ya hasta con la Luna te comparo. Cuerpos de gran hermosura, llenos siempre de halagos. Cuerpos que jamás pensaron pudieran traicionarnos.

¡Cómo pudiste ser capaz! por dejarme por otras fantasías, cuando yo de mi ser te di toda autonomía. Me dejaste sin identidad, sin verguenza, sin valía, triste, agobiado, furioso y lleno de melancolía.

¡Jamás te lo perdonaré! ¡Jamás te lo perdonaría! Como acabar con una relación por estupideces y tonterías, que a ninguno de los dos, nos afecta, nos afectaría.

Eres como esa Luna maldita que se cuela por mi ventana. Buscando siempre brillar entre la multitud. Pero como yo; ya no te puedo dar más luz, te marchaste de mi, ¡qué horrible pesadilla¡

Pero conmigo no hay problema, aunque esté en la pobreza de las alegrías. Prefiero ser Planeta y girar entre pasiones a ser Luna bañándome entre riquezas, ambiciones e hipocrecías.

Vuelvo y te lo comento: por mi no te preocupes, ya mi vida no sirve para nada. Soy como una Estrella, lentamente apaga; pero aún ilumino, quizás sin la fuerza que deseabas.

Te recuerdo que el Sol es igual que yo: Eestrella vieja que pronto desaparecerá. Entonces más nunca brillarás... quedándote sola, fría, sin esperanzas en la vida.

Que pena que seas Luna... y no Sol como esperaba.


Tonta fantasía

En la lejanía de un pensamiento o el simple hecho de no tenerte, trato de llamarte en un sueño para poder ser capaz de alcanzarte.

Pero en suspiro se esfuma esa idea y retorno a la pesadilla al saber que vivo en la realidad. Comienzo a llorar y llorar hasta que mi alma me diga que te he encontrado y en mi vida estás.

Aún sigo llorando y aguardando tu venida, porque el alma no me ha ordenado a parar. Y mi llanto ya se ha convertido en sacrificio y agonía ya que prometo después de muerto, llorarte más.

¡Así tenga que hundirme en el infierno! para con el Diablo poder hablar; venderle mi alma blanca de nuevo, para que me permita por lo menos en tus sueños estar.

Y a pesar de que Angeles en el cielo me detienen para que no cometa una tontería, yo no he visto respuestas a mis plegarias y la vida, llena de tonterías está.

Espero que me cumpla y me lleve a sus pensamientos. Estar con ella cuando su cuerpo muera. Entregármele en un abrazo pasional y sincero, anhelando que el sueño dure una eternidad.

Aún así, me conformo con vivir un instante entre su cuerpo ya que discretamente, me recuerdas. Estaré siempre ahí cuando tus ojos cierras, en medio de esas fantasías que tu corazón libera.

Quizás no me recuerdes en esta vida. Quizás no te acuerdes de mi, en la eternidad. Pero prefiero sufrir el dulce calor del infierno ya que como un pendiente en el pecho, me llevarás.

Ahora que este cuerpo se entrega a la tierra para convertirse en naturaleza y nada más; y el pacto con el Demonio con mi vida he de sellar para por siempre contigo poder estar.

Lágrimas bajan del cielo sobre ya un cuerpo infertil. Mezclándose entre esta tierra que se apodera y lo hala. Sitiendo ese cuerpo desesperación de vida pero la vida está llena de sacrificios; ya me he de sacrificar.

El cielo se entristeció y ya sus ojos no brillan. Angeles con luces entre sus manos iluminan la penumbra del funeral. Dejando caer su gracia sobre el tonto que murió por amor; para solo conquistar un imposible al cual tanto amó.

Fue un imposible. Fue platónico. Un distante de la fantasía ya que siempre vivió entre la realidad. Pero como la vida es una sabia melancolía; en fantasía se convirtió para por solo a tu lado poder estar.

Wilson Valentín Hernández