Intruso
Ramera de poca imaginación
que tropiezas entre malos amores;
esquivando aquellos dolores
que van mutilando tu virgen seducción.
Niña traviesa enredada en cuerpo de mujer.
Sonrisas ingenuas que disimulan la desesperación.
Buscando hallar esa razón
de porqué el silencioso destino se lo arrebató.
Y siento una punzada en mi pecho
cuando suspiras entre los brazos de otros,
y lloro como el hombre ingenuo que esta adentro;
liberando tus angustias por mi comportamiento loco.
Pero ahora que en tu ser se hospeda un intruso,
que dará riendas sueltas a una nueva vida.
Purificándote lentamente en su estadía,
haciéndote reír cuando estás en agonía,
haciéndote llorar cuando lo recuerdas en la soledad.
Entre la impureza firme que penetró tu aún blanca imagen
y los nuevos latidos de amor en tu corazón,
tratas de evadir esos deseos que te causan dolor, sin embargo,
no me preocupo, soy inmune a ese ardor.
Siempre podrás cargarme entre tus brazos.
Apasionadamente me acercarás a tus pechos.
Entre miradas llenas de sueños nos complementaremos
para alcanzar esa estrella que está a lo lejos.
Aunque a lo lejos sea demasiado cerca
o tan distante como el universo,
siempre a un instante de suspiro de tu ser; estaré yo
porque soy parte de tu cuerpo.
Si lágrimas recorrieran tu perdida mirada,
no te preocupes, yo daré la fortaleza que necesitas.
Por que si tu belleza en un futuro desapareciera
tú, siempre estarás presente en mi mirada, porque soy el reflejo de tu alegría.
Wilson Valentín Hernández