MI ANGEL

Era una tarde de junio mis amigas y yo estabamos sentadas frente a mi casa viendo los vecinos nuevos que acababan de mudarse. En eso llegó María acompañada de un chico muy guapo. Y dijo: “hola chicas el es Javier el nuevo vecino”. El nos miró a todas y dirigiendo la mirada hacia mí muy sutilmente dijo: “encantado”. Él era un chico alto con unos ojos verdes que a cualquiera le llamaba la atención mirarlo tenía unos 16 o 17 años , su pelo rubio, lacio hasta la espalda, pero siempre llevaba un rabito, y siempre tenía en sus labios una sonrisa encantadora. Ese fue el tema del día para mis amigas , hablaron hasta el más minimo detalle de lo guapo que era. Pero yo estaba cautivada por la forma tan sutil que me miró. El día siguiente era domingo y como de costumbre yo me sentaba bajo el árbol del frente de mi casa a ver la gente que pasaba y a esperar a mis amigas que llegaran de la iglesia cosa que yo no acostumbro hacer ya que digo que “la iglesia se lleva en el alma y en los actos”. En eso llega mi nuevo vecino y me dice “¿qué hace una chica tan linda tan sola y pensativa?” me sonreí con él y él muy amablemente me devolvió la sonrisa y se sentó a mi lado. Comenzamos a platicar y me contó: por que se habia mudado, donde estudiaba,como habia perdido a sus padres en un accidente a los 10 años y ahora estaba viviendo con la mejor amiga de su mamá que lo habia adoptado. Pude notar en su forma de hablar y por su mirada perdida en el horizonte que aunque no lo demostrara sufría mucho en su interior. Hablamos aproximadamente una hora y al parecer nos conociamos desde toda una vida. Así fue como poco a poco día a día nos haciamos cada vez más y más amigos. El era la persona que más me comprendia. El sabía como yo me sentía sin tan siquiera yo decirselo. Entre él y yo nunca hubo una mentira. Así transcurieron los meses hasta que nos hicimos novios.

SU ENFERMEDAD

Después de varios meses de novios y un año de conocernos vino la sombra del dolor a pasar sobre nuestras vidas. Aquel día fuimos a la playa y el se empezó a sentir mal y decidimos regresar. Cuando llegamos fuimos a su casa y a él le comenzó un dolor en la boca desesperante. Le llevamos a emergencias su mamá y yo. Le dieron una medicina que lo alivió y le dijeron que fuera al dentista al día siguiente. Eso hicimos, lo acompañé y cuando salió, el dentista dijo que no encontraba nada anormal pero que iba a tomar unas radiografías. En las radiografías el dentista notó que las raíces de sus dientes no estaban en su posición normal (hacia abajo) sino que estaban como abiertas hacia los lados pero no le dió mucha importancia. Al cabo de unas semanas él le empezó un dolor de cabeza muy fuerte algo fuera de lo normal. Fuimos al médico y le diagnosticó un tumor. Lo hospitalizaron y comenzaron a hacerle análisis. No se sabía lo que tenía!. Yo iba a visitarlo todos los días y cada vez él me decía cosas como si estuviese prediciendo lo que iba a pasar. Me dijo que si el moría y estaba bien el me lo diría con una sonrisa colorida. Eso me dió mucha gracia y le dije: “tontito tu no moriras eres joven”. Me dijo también que le prometiera que no lo olvidaría nunca.

Dos años en agonía llendo al hospital y recibiendo constante quimioterapia, algo traumatizante para cualquiera. Su enfermedad era cáncer. Pero un tipo de cáncer que no es común aquí!. Este cáncer abunda en África. Sus médicos no comprendian como el Linfoma de Berkins había llegado a él.

EL DÍA CRUCIAL

Ese día me levante por la mañana algo inquieta tenía un presentimiento que no me dejaba estar en paz ni conmigo misma,decidí ir a verlo. Llegué y él me miró me sonrió y me dijo: “necesito hablar contigo”. Me senté a su lado y le dije: “te escucho mi amor”. Empezó a hablar y me dijo: “mi vida tenemos que ser realistas se que voy a morir y no moriré tranquilo sin antes decirte que haz sido lo mejor que me ha pasado, eres la única persona que me ha llegado a entender a perfección, te amo como nunca pensé llegar amar a alguién, fuistes haz sido y serás siempre mi amor eterno”. Me cogió la mano y una lagrima bajo por mi mejilla. “ No quiero que llores” me dijo “siempre estaré contigo ,te lo prometo”. Me acerqué a él y le dí un beso. Ese fue el último beso, la última vez que sentí su aliento. Me miró , me sonrió y cerró sus ojos ; para siempre. Sentí como si alguién me arrebatara un pedazo de mí , sin yo poder hacer nada solo mirar como se iba poco a poco. Solo recuerdo que en esos momentos corrí fuera del cuarto y me dirigí corriendo aún a la azotea. Cuando caí en cuenta, en cuestión de segundos, estaba sola en la azotea. Una brisa fresca se sentía y en el cielo el más precioso arcoiris que jamás había visto. Supe que ese era él, mi angel, que se hallaba bíen y me lo estaba demostrando con una colorida sonrisa en el cielo. Y me dije a mi misma “sé que él está bién , y sé que siempre será parte de mi corazón y siempre lo llevaré en mis más lindos recuerdos.

YO

Hace ya un año desde que esto pasó. Siempre lo tengo y lo tendré en mi corazón y en mi mente. Jamás podré olvidar ese amor. Cada momento de mi vida en donde quiera que me encuentre siempre hay un recuerdo que me ha de arrebatar un eterno suspiro…

por: Lissette Morales©



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