Traición a Chile.
Patricia Verdugo


Algunas de las tropelías cometidas por los militares chilenos el 11 de septiembre de 1973 se describen en el libro "Interferencia secreta" de la periodista chilena Patricia Verdugo, Premio Nacional de Periodismo 1997. Esta periodisa logró conjuntar una serie de detalles acerca de lo acontecido se día en el Palacio de la Moneda, mientras el presidente Salvador Allende y sus más cercanos colaboradores resistían a la oferta de rendición expresada por los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el autonombrado director general de Carabineros —su titular fue leal al gobierno—, bajo órdenes de Augusto Pinochet.

El título se refiere a parte principal del libro basado en una grabación de las comunicaciones radiales entre Pinochet, el general Gustavo Leigh — comandante en jefe de la Fuerza Aérea y Caricatura de Rius responsable del bombardeo de La Moneda— y el vicealmirante Patricio Carvajal —de la Armada, a cargo del asalto terrestre del palacio—, hecha por un ciudadano que las interfirió y mantuvo como secreto durante 25 años.

El libro incluye un disco compacto que contiene dicha grabación. Dadas las condiciones en que fue realizada, hay muchos ruidos, interrupciones e incluso partes incomprensibles. Con dicho disco compacto se comprueba el vulgar desplegado de prepotencia usado por la oligarquía chilena para mantener sus privilegios: agresión, traición, mentira, conceptos apoyados por el gobierno de EUA.

En seguida se demuestran algunas frases de los militares chilenos.

Pinochet: Yo tengo la impresión de que el señor SE (se refiere a Allende, como Su Excelencia) se arrancó en las tanquetas...

Carvajal: No, pero en las tanquetas no huyó. Las tanquetas se habían ido antes y yo, posteriormente, en persona, hablé por teléfono con él.

Pinochet: Conforme, conforme. Entonces hay que impedir la salida. Y si sale, hay que tomarlo preso.

Carvajal: Y también hablé posteriormente con el edecán naval, quien me confirmó que Allende está en La Moneda.

Pinochet: Entonces hay que estar listo para actuar sobre él. Más vale matar la perra y se acaba la leva, viejo.

Carvajal: Exacto. Lo único que estamos esperando es que salgan los edecanes y los carabineros.

(...)

Pinochet: A las once en punto hay que atacar La Moneda, porque este gallo no se va a entregar.

Carvajal: Se está atacando ya... Se está rodeando y atacando con... a ver...con bastante ímpetu. Así que yo creo que pronto van a poder tomarla.

Pinochet: Conforme. Enseguida se sale al avión, viejo y se despacha 'altiro'.

Carvajal: Negó la posibilidad del avión.

Pinochet: ¿La negó?

Carvajal: ...estaba ofreciendo parlamentar...

Pinochet: Rendición incondicional, nada de parlamentar. ¡Rendición incondicional!

Carvajal: Bien, conforme. Rendición incondicional y se le toma preso ofreciéndole nada más que respetarle la vida, digamos.

Pinochet: La vida y se le... su integridad física y en seguida se le va a despachar para otra parte.

Carvajal: Conforme. Ya. O sea que se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país.

Pinochet: Se mantiene el ofrecimiento de sacarlo del país... pero el avión se cae, viejo, cuando vaya volando.

Carvajal: Conforme. Je, je (ríe)... conforme. Vamos a procurar que prospere... el parlamento.

(...)

Carvajal: Gustavo y Augusto, de Patricio. Hay una comunicación, una información de personal de la Escuela de Infantería, que está ya dentro de La Moneda. Por la posibilidad de interferencia, la voy a transmitir en inglés. They say that Allende comitted suicide and is dead now. Eh...Díganme si entienden...

Pinochet: Entendido.

Leigh: Entendido perfectamente. Cambio.

Carvajal: Respecto al avión para la familia, no tendría urgencia entonces esta medida. Entiendo que no tendría urgencia en salir la familia inmediatamente.

Pinochet: Que se... que lo echen en un cajón y lo embarquen en un avión, viejo, junto con la familia. Que el entierro lo hagan en otra parte, en Cuba... Vamos a tener una pelota para el entierro. ¡Si este gallo hasta para morir tuvo problemas!

Finalmente, después que todos los colaboradores de Allende habían abandonado La Moneda con la promesa de que él saldría al último, el general Javier Palacios ingresó con sus soldados al palacio. Al llegar al destruido despacho presidencial encontró el cadáver de Salvador Allende. Lo reconoció por el reloj. Salió de esa habitación en ruinas y solicitó a un soldado un equipo de radio portátil para comunicarse con la comandancia de la Guarnición, en el Ministerio de Defensa y dar el siguiente mensaje de victoria: Misión cumplida. Moneda tomada. Presidente muerto.

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Más reciente revisión: Marzo 17, 2002