A Don Gregorio Sandino.
Augusto César Sandino.


Sr. Don Gregorio Sandino
La Victoria

Mi queridísimo papá. Es en mi poder su apreciable cartita; en ella me dice que pague a Don Florencio; (sí papá) no crea Ud., que mi pena es poca, pero no he hecho por lo muy mal que me recibió este mortífero clima, y hasta en estos últimos meses he logrado el juntarme con algunos pesos, pero a fuerza de algunas privaciones y haciéndome la ilusión de irme a otros país más civilizados, donde yo pueda, si no hacer dinero, por lo menos mirar una luz amplia y clara de civilización, que de ella, algo lograré.

Este lugar es pintoresco y se gana mucho dinero, pero lo que se va en suspiros, se va en lágrimas. Escuche. La vida de estos lugares es completamente bohemia, y su clima es verdaderamente un foco de infecciones; de este modo pues, muchos no hacemos dinero por las frecuentes enfermedades, y otros por no saber dominar sus desordenadas pasiones.

Si yo me propongo a cancelar mis cuentas, es no querer salir, pues debe de considerar que no es muy cómodo el salir de un país a otro con poco dinero; cuando uno llega a la ciudad destinada, y al desembarcar, se tienen miles de distintas impresiones y todo lo mira extraño: nadie le habla, si no es el dinero, no hay nada. Después de haber pedido alojamiento en algún hotel, se arregla uno lo mejor que puede y se dirige a buscar ocupación; lo miran de pies a cabeza, le hacen mil preguntas, y entre ellas, qué es lo que sabe hacer, y que por qué salió de donde estaba y, en fin, hasta desprecios se reciben las más veces. Ya mira pues la urgencia que hay de llegar con dinero y arreglado, antes que sin él, y estrafalario.

Aquí existen miles de hombres que desean regresar a sus casas, pero que no pueden; no tienen con qué, porque aunque ganen cienes de dólares, los derrochan; en estos lugares, por donde uno pase, oirá música de toda clase, grandes bailaderas, grandes guasas, hoy unos y mañana otros, y de este modo los remendados son los dueños de innumerables cantinas y casas de juego; esa vida no es para un hombre que desee distinguirse en algo y por eso hago cuanto esté de mi parte por salir lo más pronto posible.

Saludos a todos mis hermanos y a la madrastra, y Ud. reciba un fuerte abrazo de su incansable pero desgraciado,
AUGUSTO

Saludos a Don J. M. Sandino y a Don César. Dígales que yo los recuerdo con cariño.

Carta a su padre, Don Gregorio Sandino, 1922. English

Más reciente revisión: Mayo 30, 2002