Yo no me vendo, ni me rindo.
Augusto César Sandino.


A José María Moncada.

No sé por qué quiere usted ordenarme ahora. Recuerdo que siempre me vio con mal ojo cuando usted era General en Jefe a mis pedimentos de que me diera tropas para irme a batir con el enemigo, nunca quiso; y cuando el Dr. Sacasa me dio cuarenta y cinco hombres y armas, usted se disgustó por ello. Parece que tenía celos de mí. Indudablemente conoce mi temperamento y sabe que soy inquebrantable. Ahora quiero que venga a desarmarme. Estoy en mi puesto y lo espero. De lo contrario no me harán ceder. Yo no me vendo, ni me rindo: tienen que vencerme. Creo cumplir con mi deber y deseo que en mi protesta quede para el futuro escrita con sangre.

(circa 24 de mayo de 1927)1

1. José María Moncada arriba a Jinotega con una fuerza de marinos norteamericanos el 21 de mayo de 1927, desde donde, "por telégrafo -dice Sandino-, insistió (...) en invitarme a la claudicación; los mensajes telegráficos eran transmitidos por Blanca (Arauz)".

Tomado de "Pensamiento Político", Augusto César Sandino, Editorial Ayacucho. English.

Más reciente revisión: Junio 15, 2002