Palabras Sin Voz

Un camino mediante la escucha
Por Julio César Carballido Acevedo
(al763755)

El muchachito sordo superó con éxito todos los grados de escolaridad, segunda enseñanza y colegio sin poder oír a sus profesores excepto cuando le gritaban fuerte y a cercana distancia. No asistió a una escuela de sordos. No le permitimos aprender el lenguaje de signos.
Estábamos decididos a que viviese una vida normal y alternase con niños normales y nos mantuvimos en tal actitud aún cuando nos costó grandes discusiones con los profesores.
Cuando cursaba la segunda enseñanza probó un día un dispositivo eléctrico para oír, pero sin resultado alguno.
Durante la última semana en el colegio sucedió algo que señaló el más importante cambio de su vida.
Acaso debido a lo que parecía ser una mera casualidad, entró en posesión de otro dispositivo eléctrico para oír, que le habían enviado para que lo probase.
Al principio se mostró lento en la prueba debido a la decepción últimamente sufrida con otro aparato. Al fin, más o menos desganadamente, se lo ajustó a la cabeza y !allí estaba!, como obedeciendo a un golpe de varita mágica el deseo de oír que había experimentado toda su vida, acababa de hacerse realidad. Por primera vez en su existencia oía prácticamente tan bien como cualquier persona con oído normal.
Medio loco de alegría por aquel mundo cambiado que le había proporcionado mediante el dispositivo eléctrico, corrió al teléfono para hablar con su madre y oyó la voz de ésta perfectamente.
Al día siguiente oyó las voces de sus profesores en clase con toda claridad por primera vez en su vida. Y también por primera vez podía conversar con otras personas libremente, sin necesidad de tener que hablar en voz alta. Ciertamente, acababa de entrar en posesión de un mundo diferente.

Mayores informes:

Julio César Carballido (Coordinador de Palabras Sin Voz):
al763755@mail.mty.itesm.mx

Palabras Sin Voz en WWW:
https://members.tripod.com/~PSV1/

Regresar al índice de artículos