Fecha de instalación: 1894 Extensión física: 1.823,8 Kms.2 Población: 15.805 habitantes, de los cuales 10.322 se ubican en área urbana y 5.483 en área rural. Número de distritos: 8: Los Vilos, Las Vacas, Chigualoco, Los Cóndores, Guangualí, Quilimarí, Caimanes, Tilama. Economía: Pesca, turismo, pequeña agricultura, ganadería, minería. Origen de la voz que la designa: Como otros pun-tos costeros de la región, tiene raíz mapuche: «Filu», que significa serpiente, culebra. La tradición popular vincula el puerto con un marino inglés Lord Wilow, cuya existencia y título carece de asidero. Antecedentes históricos: Tanto al norte como al sur de la capital comunal se han encontrado rastros de presencia humana cazadora que data de 10.000 años antes de Cristo. A la altura de Pichidangui también han aflorado huellas del complejo cultural Huentelauquén. Las características de la costa impidieron el desarrollo de poblados y todo hace presumir que sólo fue usa-do como sitio de caza, pesca y paso de grupos changos. Durante
la Conquista fue parte de la hacienda Choapa, de don Gaspar Ahumada y Mendoza,
aunque más tarde se convirtió en propiedad del marquesado
de la Pica que tenía parte de Illapel, Pullally y La Ligua, que
al igual que el resto de la zona, dependía de la jurisdicción
del Corregimiento de Quillota.
En
1826 el lugar conocido como Los Vilos, pasó a convertirse en subdelegación
y distrito rural dependiente de Petorca, y su naciente puerto bajo tutela
administrativa de la Gobernación Marítima de Valparaíso.
La Gobernación de Illapel, procuró mejorar el camino de comunicación hasta ese sitio y más tarde conectarlo mediante telégrafo. En 1857 se determinó dar asiento a una pobla-ción para consolidar el grupo humano que permanecía allí. Las estadísticas de esa época señalan que tenía 365 personas en el puerto, 1.425 contiguos al entorno rural de la gran estancia de doña Carmen Luco, con quien se debió bre-gar para lograr cesión de terrenos del poblado cuyo trazado fue hecho por H. Jaquier. Entre
sus problemas casi seculares debió enfrentar el abastecimiento de
agua y la precaria situación de las tierras donde se levantó,
puesto que los juicios con la sucesión de Luco sé pro-longaron
más de 40 años y el interés gubernamental fue relativo
ya que al no ser considerado emplazamiento estratégico ni de interés
po-lítico debió ir resolviendo sus problemas de modo muy
lento.
La dinámica del comercio marítimo de fines del siglo XIX activó su puerto, demandando la instalación de aduana, muelles y servicios que atendían el paso regular de naves de cabotaje. Su nombre se hizo popular gracias a que un grupo de inversionistas de Valparaíso adquirió y puso en carrera una embarcación llamada «Paquete de Los Vilos» (de paquebote), que navegaba regularmente tocando los puertos del norte. Su comercio se acentuó a partir de 1896 cuando el trazado de ferrocarril de Ovalle a La Calera, consideró ese sitio como estación de aprovisionamiento. El
crecimiento experimentado por el Norte Grande también fortaleció
su uso, aunque mermó la posibilidad productiva de la provincia de
Choapa ya que miles de personas dejaron sus sitios de origen para irse
a trabajar en las salitreras.
Al
interior de Ramadilla, en el sector de Pama, así como en muchos
otros lugares, existen gran cantidad y variedad de petroglifos. Destacan,
en especial, el Rincón de las Chilcas”, al interior de Cogotí
camino a Tulahuén, donde se ubica el mayor número de estos
vestigios dejados en la roca, lo que nos hace pensar que en ese lugar se
concentraron los asentamientos indígenas en los períodos
anteriores a la conquista española.
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