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Los festivales y conferencias del mariachi siguen en boga en la unión norteamericana, donde aquel fenómeno dio origen al de mayor asistencia actualmente— el Mariachi USA, un festival que se celebra desde hace siete años en el Hollywood Bowl, el teatro al aire libre más grande del mundo, ubicado en el área de Los Angeles y que cuenta con 18,000 localidades.
Aunque hubo mariachis de gran calidad en el elenco, el espectáculo que presentó el Mariachi USA los días 21 y 22 de junio fue de discutible mérito cultural. Los grupos principales fueron el Mariachi Internacional de México, un conjunto que radica en Los Angeles, dirigido musicalmente por el ex-garibaldeño Hipólito Puentes; el Mariachi Campanas de América de San Antonio Texas, un grupo que se dedica a combinar la música de mariachi con los géneros tejano y tropical, agregando trombón, acordión y percusión a los instrumentos tradicionales; el Mariachi Cobre, originario de Tucson, Arizona; y por último; el mariachi femenil Las Adelitas, dirigido por José Luis Salinas.
Este espectáculo que duró casi cinco horas se caracterizó por la interpretación de música no mexicana, la carencia de tradición y una abundancia de “relleno”. A los tres grupos principales se les concedió menos de media hora a cada uno para presentarse. Después de sus abreviadas actuaciones todos fueron relegados a servir de fondo musical para cantantes. De manera que Cobre y Campanas tuvieron que acompañar a vocalistas desconocidos y de menor calidad que sus propios integrantes. Uno de dichos “artistas” apareció en el programa impreso del evento (ver foto), portando el traje de charro en una forma por demás denigrante.
No obstante que pocos artistas del orbe tendrían
menos relación con el mariachi, el tema principal del festival fue
un “Tributo a Frank Sinatra” (!). En esa tanda, el Mariachi Internacional
(reforzado) ejecutó magistralmente una serie de temas del cantante
norteamericano que, seguramente, pocos del público conocían
y mucho menos deseaban escuchar. En cierta canción el cantante que
imitaba a Sinatra le pidió al publico le acompañara en coro.
Cuando casi nadie respondió, gritó: “¿Qué les
pasa, están dormidos?”. Al terminar el martirio, hubo pocos aplausos
y la maestra de ceremonias pidió disculpas al público por
el hecho de haberlos obligado a escuchar música a la cual no estaban
impuestos, pero enfatizó que “era de suma importancia demostrar
que el mariachi puede tocar de todo”. Aqui cabe preguntar: ¿Desde
cuándo se generalizó eso de que el mariachi toque de todo?
y ¿para quién será novedad?
Como si lo anterior no fuera suficiente en cuanto a música extranjera para un concierto de mariachi, el tema secundario del festival fue “El Mariachi le Rinde Homenaje al Tango” (!). El larguísimo popurrí de ocho números argentinos (y disque argentinos, como el tema de Evita) logró que el público expresara su desencanto fuertemente con repetidos abucheos y chiflidos—no por el tango en si, sino por la programación tan contraria a la naturaleza del evento.
Sin embargo, lo más nefasto aún estaba por venir. Acompañando a dos niños cantores, un tecladista intentó sintetizar el sonido de mariachi, lo cual provocó un éxodo masivo de gente hacia los pasillos de salida.
La historia nos enseña que toda clase de música tiene su auge y su ocaso, y pierde vigencia a través del tiempo. La música de mariachi, al igual que todas, tiene una evolución natural e inexorable. Aunque no sea eterna, aún no ha pasado de moda y esperemos que nos dure unas cuántas generaciones más. La mayoría de los festivales del mariachi que se han celebrado en Estados Unidos se han caracterizado por la defensa de nuestros valores, además de dar un nuevo impulso a nuestra música. En contraste, el desconocimiento de nuestras raíces queda de manifiesto en el festival Mariachi USA ‘97, lo cual amenaza la sobrevivencia de la misma tradición del mariachi y tiende a acelerar su desaparación.
No nos sorprendería si en el próximo año este festival cambie su nombre por el de “Tecno-Mariachi USA” y que su tema principal fuera un “Homenaje a Michael Jackson”, con la actuación especial de una agrupación de tecladistas vestidos de charro—todos sin moño y con la camisa de fuera, por supuesto. Probablemente usarán zapatos tenis, así que también habría lugar para cierto compañero de la Plaza Garibaldi quien mandó fabricar una botonadura con el logotipo de la marca deportiva Nike.
fin.