Soledad

Lo pensó dos veces y se marchó

como una frutilla en su corazón

siempre el mismo rollo

con los parientes.

Fito Paez


 

La quinta esencia es el órgano que todos deberíamos llevar dentro. Es un radar que se mantiene encendido cuando la vida ataca muy duro. Es fugaz, parte de lo esencial, muestra su brillo aún en los momentos que las lágrimas corren por un rostro angelical. Es la percepción de un dolor irremediable que nos hace sentir angustia en la profundidad. Es un contexto de soledad y frialdad humana que repercute lenta y poderosamente dentro y emerge como un hecho escalofriante en la vida de los mortales.

Al poco tiempo del nacimiento de un alma corpórea, cuando el niño pródigo alcanzaba sus radiantes ocho meses de vida en este mundo, muere su madre. El casi no la conoció pero de igual manera la consideró de grande una genia con un swim destacable. En su historia había quedado registrado el primer hecho memorable porque tuvo que crecer sin el calor de su progenitora. En el quedaron marcas profundas a las que curó con música. La música, ese enlace con su madre, quien fue la generadora de tanto talento.

una foto de los rolling stones

mi vieja nunca los escucho

y no me puse a llorar

La marginación complementada con su desamparo, llegaba al pequeño Rodolfo cuando en el colegio festejaban el día de la madre. Y él, testigo oculto de la muerte se quedaba observando el techo como si en el hallara tanta ausencia.

Fito, complementó su vida con su padre y sus viejas (la abuela y la tía). En ellos encontró la llave oculta para no sentir tanta soledad y desamparo dentro de su alma cautiva y adorable. Creció entre sus locuras adolescentes y bajo la crianza de sus familiares expectantes. Fue testigo fiel de sus propios logros musicales y de la forma de tocar el piano. Por suerte su padre logró presenciar algo de lo que su hijo consiguió en el arte de hacer música. Aunque no vivió mucho como para darse cuenta que Fito, si era un genio.

tengo una padre que da consejos

1985, encontró a Fito muy cerca de su padre justo a tiempo para darle la despedida. El 24 de diciembre de ese año, fallecía Don Rodolfo Paez de un paro cardíaco. La despedida fue muy sencilla, con un beso en la frente y una melodía en la nariz. Una canción colmada de dolor y desaparición surgía a manera de agradecimiento a quien le había dado la vida. "Parte del Aire" se denominó y fue incluida en La La La el disco conjunto con Spinetta. Eran días de misterio y soledad para Fito, quien debió continuar su vida.

y una noche antes de navidad

recorto los cables con un diamante

El principio de una época de dramatismo y crueldad se acercaba a la vida de Fito. Cuando estaba en Brasil la banda recibió una noticia muy cruel. Corría 1986, cuando Fito tuvo que soportar que mataran a quienes lo habían atendido desde chico. La casona de calle Balcarce no volvería jamás a la normalidad, sus abuelas tan queridas ya no estaban. Todo había muerto, Fito era un vampiro rabioso que no sabía cuál era su rumbo. En esos tiempos la inspiración fue absolutamente negra y de allí surgió la letra de una de sus canciones más recordadas: "Ciudad de Pobres Corazones", en la que entonaba con asco:

dicen que ya no soy yo

que estoy más loco que ayer

y matan a pobres corazones

Las palabras que Fito pronunciaba eran tan amargas y dolorosas que producían saciedad.

La casa nunca más sería lo que todos los amigos de Fito recordaban, algo hermoso al igual que quienes allí habitaban. Mucha ausencia y dolor han rellenado la vida del gran Fito. Ahora, la felicidad se ha adueñado de una vida que sufrió mucho y realmente no lo mereció. Es por ello que digo que la soledad es la quinta esencia que desdobla al dolor y lo vuelve un recuerdo muy grato. El amor de Fito hacia todos sus muertos se guardará en alguna tumba de la gloria donde cada vez que el sienta soledad, pueda adueñarse de mucho amor y memore los bellos momentos que la vida le regaló junto a ellos.

 

Lucila Stoppani codepor@cablenet.con.ar


PSICO-STAR