LOS PLANETAS.
Tercera Parte.
Mercurio, el Mensajero
Alado.
Al cual se le conoce
también como Hermes, que con alas en su maravillosa
corona, y también en sus preciosos pies, se desplaza de un reino
a otro a la
mismísima velocidad de la doble Luz o a la que quiera; el Viaje
es
Espiritual, es Mental, es de Almas que se trasladan para la
Siempre Creación
de Nuevos Mundos.
Este Hermes, este Mercurio Maravilloso, ES siempre, no es el de
la historia
griega, lleno de embrollos y de líos con unos y con otras. Nada,
todo
pristinidad, todo claridad.
Todo eso y mucho más lo refleja Holst en este esplendoroso
movimiento, lleno
de Claridad. Mercurio es cercano, está cerca de nosotros aún,
nos mira con
sus ojos de cielo y podemos contemplar su sonrisa.
Y es que a medida que Los Planetas son más lejanos, se adentran
más en la
oscuridad del cielo, la Música se va haciendo más solemne. No
quiere decir
ello que esta parte, Mercurio, tenga algo de "juego"
que es lo que se piensa
siempre que hay brío y ese increíble chisporroteo de Alegría.
Mercurio es Alegría también, cómo no iba a ser así!; el
portar mensajes
siempre es bueno; ya la característica del mensaje, su
contenido, es otra
cosa. Pero el hecho de Servir así a los Dioses, de servirse Él
así mismo, le
hace Grande y Magnánimo.
Uno mismo puede sentir, -si nos dejáramos-, el desapego del
cuerpo;
podríamos hacer un verdadero viaje astral por todas las
constelaciones,
logrando así hacer realidad lo de viajar al más infinito de los
mundos
espaciales, sin tener que derrochar tanta energía y tanta
mentira científica.
Podríamos visitar constelaciones más allá de las conocidas,
podríamos
inventarlas en ese viaje, en ese mensaje que seríamos en manos
de Mercurio a
través de estos sonidos espejeantes, rápidos, interrumpidos,
campanales,
como si en cada sonido diéramos un gigantesco paso hacia nuevos
lugares del
Espíritu.
Puesto que toda creación se hace a través del Espíritu, no
haría falta ni
sentir la oscuridad del firmamento, esa gelidez que debe de ser
el ahí
afuera. Viajemos dentro del Infinito Espíritu, donde está todo,
de donde
sale todo, en donde se albergan todas las Imágenes colosales.
Mercurio, al ser tan Luminoso, es muy rápido, ágil, y es por
eso que esta
parte es la más gloriosamente corta.
¡Vuela alto, Mensajero Alado!
¡Vuela alto para que nadie te alcance,
solo los Verdaderos de Espíritu!
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