Pocos hechos en la historia de México, han generado tanta polémica como los sucesos ocurridos el 2 de octubre de 1968, durante una concentración de más de diez mil personas, entre las que se encontraban representantes de varios sectores de la sociedad, principalmente estudiantes. "La matanza" (como ha sido reconocida) en la "Plaza de la Tres Culturas" de la ciudad de México, tuvo diversos antecedentes entre los que destacan la protesta de un numeroso grupo de estudiantes que salió a la calle, con la finalidad de hacer valer su derecho de expresión y pedir, luchar, por una sociedad más democrática en México.


Las Olimpiadas estaban programadas para el otoño de 1968; el gobierno de aquél entonces, que tenía como presidente a Gustavo Díaz Ordaz y como secretario de gobernación a Luis Echeverría (presidente en el sexenio posterior a Díaz Ordaz), respondieron de forma represiva desde los primeros indicios del movimiento estudiantil.


El 2 de octubre es un hecho que no ha podido ser explicado de forma clara y veraz. El gobierno, desde la matanza de estudiantes y civiles en Tlatelolco, permaneció en silencio ante un hecho que dejó un número indeterminado de muertos y , sobre todo, afectó a los movimientos sociales, de estudiantes y de trabajadores, que desfilaban por las calles buscando ser escuchados, durante esos años.


Varias son las posturas, como en todo hecho histórico, alrededor del 2 de octubre de 1968. Por un lado, como leeremos adelante, están las voces de los protagonistas, estudiantes e intelectuales que vivieron ese periodo de la historia mexicana como un atentado a la libertad de expresión y a la democracia que se reclamaba. Por otra parte, se cuenta con el testimonio, la explicación del suceso, del gobierno y de los mandos militares que estuvieron a cargo de la operación que "daría fin" al conflicto estudiantil que "atentaba" en contra de las instituciones. También está la voz de los periodistas, las crónicas publicadas el 3 de octubre en los principales periódicos del país, que trataron de revelar lo que ocurrió aquella tarde de 1968, pero que, aún a su pesar, están marcadas por la ambigüedad y el desconocimiento de los hechos.


En 1998, treinta años después, el 2 de octubre no se había olvidado, ni tampoco en el 2000, año en el que siguieron apareciendo notas sobre la masacre. En la sección titulada "A treinta años", podremos conocer las más recientes hipótesis acerca de la naturaleza de la masacre, su origen y repercusión, como hecho social e histórico.


El 2 de octubre, como se ha dicho a lo largo de tantos años, no se olvida en la sociedad mexicana, pues en esa fecha murieron, además de jóvenes, niños, hombres y mujeres, ideales de apertura y democracia que durante tanto tiempo fueron un sueño para nuestra sociedad

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