home_sefarad.gif (990 bytes)Principal Sefaradíes en Chile

logosefard.jpg (9968 bytes) Martires

Los descendientes de marranos de Chile no sólo tenían entre ellos a renegados y pusilámines, sino también caracteres fuertes, hombres que pusieron su judaísmo por encima de sus vidas. El sitio de honor entre éstos, lo ocupa FRANCISCO MALDONADO DA SYLVA, que una vez apresado por la Inquisición, no se dejó llamar sino Elí Nazareno.

Nacido en Tucumán, Francísco estudió medicina en Lima donde recibió su diploma de médico, que le fué reconocido en Santiago de Chile y ejerció en Concepción, donde el 8 de Mayo 1626, fué denunciado a los comisarios de la Inquisición.

Francísco Maldonado da Sylva era descendiente de una familia marrana portuguesa en la que las tendencias cristianas y judías estaban en fuerte pugna. Su padre, el médico DIEGO NUÑEZ DA SYLVA y su hermano DIEGO, fueron llevados ante el Tribunal de la Inquisición y, presionados, se reconciliaron con la iglesia. Su hermana Isabel Maldonado lo denunció a la Inquisición de que le hubiera confesado ser judío y respetar la ley de Moisés, que al adorar imágenes es idolatría y que es mentira que jesús naciera de una virgen, y que respeta el sábado. Isabel escribió a su hermano que abandonara ese sendero, pero él le contestó de tal manera que tuvo que quemar sus cartas. La otra hermana, Felipa, corroboró las palabras de Isabel y todavía agregó, que había visto a su hermano ayunar en ciertos días, que no come carne, aduciendo enfermedad, que ciertos sábados se pone ropa limpia y que ella sospecha que todo eso tiene que ver con el judaísmo.

En base a esas acusaciones, Francísco Maldonado, fué mandado prender el 12 de Diciembre de 1626 y se embargaron sus bienes. El 29 de Abril de 1627 fué encerrado en una celda del convento de Santo Domingo y se encargó a varios sacerdotes para que trataran de convencerlo que se arrepintiera.

El 2 de Mayo presta declaración ante los comisarios de la Inquisición de Concepción, el monje domínico Diego de Ureña.

El 27 de Mayo declara ante el monje agustino Alonso de Almeyda, calificador de la Inquisición quien informa que el preso le declaró que sólo existe un Dios que dió su Ley a Moisés sobre el Monte Sinaí, que esa Ley fué respetada por sus antepasados y así como dios no cambia, tampoco varía su Ley.

La Inquisición remite al "pecador" al Santo Oficio de Lima. En la primera audiencia del Santo Oficio de Lima, Francísco Maldonado, confirma todo lo que declarara antes y agrega también de como llegó al judaísmo. A los 18 años cayó en sus manos un libro del famoso SALOMON HALEVY que fué bautizado durante las persecucciones de 1391 y con el nombre de PABLO DE SANTA MARIA se hizo fraile y más tarde fué arzobispo de Burgos, donde antes residiera como judío.

El libro titulado "Scrutinium Scriptorarum", es decir, un estudio sobre las Sagradas Escrituras, está escrito en forma de diálogo entre el judío Saul y el cristiano Pablo, pero los argumentos de este último no convencen a Francisco maldonado, que se dirige a su padre Diego, que antes se había reconciliado con la iglesia, para que le enseñe la Ley de Moisés y el padre le aconsejó leer la Biblia, de ese modo llegó al judaísmo que comenzó a practicar. Francísco declara altivo ante los jueces: " ¡SOY JUDIO, MIS SEÑORES! CREO EN LA LEY DE MOISES Y VIVIRE SEGUN ELLA Y POR ELLA MORIRE, Y SI JURO LO HARE SOLO POR EL DIOS VIVO QUE HA CREADO EL CIELO Y LA TIERRA, EL DIOS DE ISRAEL"... Y así se niega Francísco a aceptar un juramento cristiano. Si el apóstata y persiguidor de los judíos Pablo de Santa María, hubiera podido saber a que llevó su libro de crítica bíblica, se hubiera hundido aún más en su tumba.

Estalla un combate por el alma de Francisco. A los inquisidores no les interesa quemar su cuerpo, quieren vencer su espíritu, tanto por las torturas como por el convencimiento y llevarlo a reconciliarse con la iglesia. Se prolonga una polémica inacabable, oral y escrita. Francisco produjo disputas teológicas espectaculares.

Por último Francisco es condenado a ser quemado en el auto de fe de la "Gran Conspiración" (una cantidad importante de Marranos fue quemada en ese auto de fe) y los fieles llamados a prescenciar el espectáculo que debe fortificar su fe.

"El Santo Oficio de la Inquisición hace saber a todos los fieles cristianos, estantes y habilitantes de esta Ciudad de los Reyes y fuera de ella, como celebrará auto de fe para exaltación de nuestra Santa fe católica a los 23 de Enero, día de San Idelfonso, del año 1639, en la plaza pública de esta ciudad, para que acudiendo a él los fieles, ganen la indulgencia que los Sumos Pontífices han concedido a los que se hallan en semejantes actos: que se mande pregonar para que llege a noticia de todos".

Así murio el mártir Francisco Maldonado da Sylva, que en los últimos años de su vida no permitió que se le llamara sino ELI NAZARENO. Purificado en el sufrimiento, consumido por las llamas, quedó hasta el presente como el símbolo del sacrificio del que hay que enorgullecerse y cuyo ejemplo debe inspirar a todos los judíos de Chile.

Veinticinco años después, en 1664 fueron quemados en Lima, el 23 de Enero, el marrano RODRIGO HENRIQUEZ DE FONSECA y su esposa LEONOR DE ANDRADES, quienes fueron arrestados en Santiago de Chile, junto a los esposos también fueron arrestados el hermano de Leonor, LUIS RIVERA. Son enviados a Lima, donde arriban el 30 de agosto de 1656, año en que llegan a esta ciudad nuevos arrestados acusados de judaizantes, de los que se tienen pocos informes.

Luis Rivera se suicidó en su celda, por que sabía que no resistiría las torturas de los Domínicos, y así protejer a su gente.

La Inquisición tortura a Rodrigo y a doña Leonor, de los que obtienen bajo este vil procedimiento, declaraciones de marranos que practican el judaísmo, son condenados a muerte y quemados el 23 de enero de 1664. En estos años los Inquisidores comenzaron a acelerar los procesos contra los marranos, por que en España se comenzó a condenar la muerte de tanta gente valiosa para el imperio español. El 11 de septiembre el gobierno de España le da al clero su primera estocada, previene a la Inquisición de Latinoamérica que "Si debe condenar a las gentes acusadas de judaizantes a perder la vida, que sea enviada a España una copia del proceso y deberán esperar la resolución definitiva que debe ser dictada en España"...Pero desgraciadamente para muchos de los arrestados de origen marrano ya era demasiado tarde.

Así eran atrapados en suelo chileno marranos que guardaban su judaísmo y que se dejaron inmolar en las hogeras de la Inquisición sin querer abandonar hasta el instante postrero la fe de sus antepasados.

No hay que aceptar que absolutamente todos los marranos que conservaron su judaísmo fueron descubiertos. El país era demasiado grande, las poblaciones demasiados escazas. A pesar de sus esfuerzos dignos de mejor causa, la Inquisición no podía ver y notar todo. Principalmente era inaccesible para los españoles la región meridional del país, la así llamada Araucanía, donde los bravos guerreros de la tribu araucana o mapuche, dirigidos por sus heroicos lideres Lautaro y Caupolicán y otros mantuvieron durante largo tiempo una posición de casi independencia del yugo español. Todo eso permitió a familias marranas conservar su judaísmo y transmitirlo de generación en generación.

Algunas familias han conservado hasta el presente restos petrificados del antiguo ritual marrano, restos de arqueología social aún se conservan y no son una rareza en Chile. Es más en nuestro país es un honor tener algún antepasado de origen marrano.

Le contestó el jarro de agua a las tres gotas de aceite que deseaban penetrar en él: " Si entráis no os mezclaréis, iréis a lo más alto y luego, por mucho que hagamos después para lavar el cántaro, siempre quedará aceitoso".

 

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