home_sefarad.gif (990 bytes)Principal Sefaradíes en Chile

Semijudíos

Por pequeña que hubiera sido la cantidad de elementos cripto-judíos que fueron absorbidos por la sociedad colonial de Chile, por débil que hubiera sido su conciencia judía, en la mayoría de los casos nada más que una reminiscencia de su origen judío, y en el mejor, también un par de ritos incomprensibles, su ascendiente fué muy grande, por que en su mayoría pertenecían a las clases superiores y además, despertaban curiosidad por el misterio que los rodeaba. Pertenecer a esa clase debió significar en la época colonial una cierta importancia social y lo siguió siendo hasta la actualidad.

En cuanto algunas familias e individuos conservaron en la época colonial ciertos signos del culto judío, necesitaron de la colaboración de la gente de la casa, especialmente de la servidumbre para por lo menos no ser denunciados por sus allegados o parientes ante los agentes de la Inquisición. No siempre se logró esto. Francísco Maldonado da Sylva fué delatado por su hermana y testimonió en su contra una mulata, su criada.

Es concebible pues, que los marranos trataran de acercarse a los sectarios no católicos, a los heréticos, como también a los indios recién convertidos que también eran perseguidos por la Iglesia y por eso debían conservar en secreto su propia religión, convirtiéndose así en los aliadps obligados de los marranos. De ese modo fué posible que estos restos de judaísmo marrano influyeran sobre los pocos protestantes que desde los primeros tiempos de la colonia vivían en Chile y que por las causas antedichas debieron acercarse a las familias de quienes se sospechaba su origen judío.

Además la inmigración de marranos casi fué continua durante la época colonial; también en siglos posteriores llegaron familias de marranos, especialmente de Portugal, algunos con un mayor patrimonio de conciencia judía y práctica ritual mosaica.

podemos encontrar hasta nuestros días un grupo semi judío que se denomina: "iglesia israelita" y tiene sus adeptos en las regiones de Curacautín, Cunco y Gorbea, en las zonas fronterizas de la antigua Araucanía. Parte de este grupo se estableció en la Argentina donde proseguen con su culto singular, y en ambos grupos es muy intenso el anhelo de emigrar a Israel.

La región donde ese grupo se conservó concuerda con la teoría de la influencia de las fronteras en la vida judía de la Diáspora. En la Europa occidental los judíos se arraigaron durante la Edad Media en España, un país fronterizo entre el cristianismo y el Islam y en Alsacia, comarca limítrofe entre alemanes y franceses. En Europa oriental pasó lo mismo. En Polonia, País fronterizo, primero entre el cristianismo y la idolatría y mas tarde entre el cristianismo católico y ortodoxo.

Cuando los judíos son expulsados de España en 1492, es precisamente cuando ésta dejó de ser zona limítrofe. Al apagarse el dominio musulmán en el último rincón de la península ibérica, donde se mantenía a duras penas en Granada, muchos de los sefaradim se salvan a Turquía, también país fronterizo entre el Islam y el Cristianismo. La región donde se mantuvo la tribu semi-judía de Chile, es también en cierto modo su frontera.

debe saberse que en los tiempos de la colonia, el sur de Chile, estaba prácticamente fuera del dominio directo del cristianismo. En la época colonial la tribu guerrera de los araucanos mandada por sus héroes Lautaro, Caupolican y otros, luchó encarnizadamente contra los invasores españoles, frecuentemente destruían las ciudades y fortines de que éstos construyeran en territorio de la tribu, y mantuvieron una independencia de hecho que los españoles no pudieron restringir. Ya Felipe III reconoce el río Bio-Bio como límite entre el Reino de Chile y la Araucanía.

Lautaro y Caupolicán, son reconocidos hasta el presente como los precursores de los campeones de la independencia hispano-americana. La logia de que eran miembros los luchadores sudamericanos por la liberación de sus patrias, llevó el nombre de Lautaro y hasta el presente hay algunas instituciones en Chile que llevan el nombre de estos guerreros.

Después de la Independencia de Chile, al gobierno de la República tampoco le fué fácil penetrar en la Araucanía y cuando a las buenas se logró fundar un par de aldeas, entre ellas Traiguén, donde se establecieron algunos de los primeros judíos llegados a nuestro país reconocidos oficialmente como imigrantes judíos, Tampoco el poder de la República era lo suficientemente fuerte en aquellos lugares. Traiguén fué fundada en 1878, pero en enero de 1881 la ciudad fué sitiada por reveldes araucanos y en noviembre del mismo año, estalló una sublevación general de los araucanos que es reprimida después de grandes esfuerzos y combates. Pocos años después llegan allí los primeros habitantes judíos.

Es en esas regiones limítrofes con la Araucanía, una comarca india semi-independiente, donde pudieron mantenerse los descendientes de marranos y conservar los restos de los ritos judíos que aún le quedaban y el recuerdo de su origen judío sobrevivió hasta el presente.

El singular grupo de chilenos semi-judíos, es en realidad una mezcla de descendientes de judíos con elementos genuinamente cristianos y en él se pueden diferenciar tres núcleos:

1) Un grupo de semi-judíos con neta tendencia hacia el judaísmo, unas cuarenta familias de 300 almas. Se los puede considerar como descendientes de marranos. Se han acercado cada vez más al judaísmo. Además del sábado, guardan Pesaj, el Día del Perdón, etc.

2) El segundo grupo es un poco mayor que el primero, casi no tiene elementos étnicos judíos. Son sectarios que veneran al Viejo Testamento y con una inclinación evidente a judaizar. Pero aún no han abandonado del todo los dogmas y conducta cristianos. Los miembros de ese grupo aspiran a trasladarse a Israel en la esperanza de convertirse en judíos íntegros con el tiempo y en Israel.

3) El tercer grupo no está todavía del todo cristalizado ni en torno al concepto Sion, ni en torno al judaísmo. Son sabatistas, es decir cristianos que guardan el sábado y hay también entre ellos quienes aspiran a acercarse a los judíos, para acercar a estos a la "verdadera fé" y acelerar la llegada del "Redentor" por segunda vez. Su Sion no es terrena sino celestial.

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