Carta de solicitud de Cristian González Garrido.
para Maestria de Reiki y Energia de la Luz


Curanipe, 29 de Octubre 2004



Sr. Marco Antonio González.

Desde el día de mi iniciación he podido tratar a una cantidad considerable de personas de todos los sexos edades y clases sociales. He sido muy feliz pudiendo poner mis manos a disposición de pescadores, artesanos y dueñas de casa que quizás no habrían podido pagar los precios descarados que cobran algunos terapeutas.

Muchas personas me han pedido que les enseñe Reiki, quizás sin saber que Reiki no es una "técnica" que se pueda enseñar como quien da una clase de matemáticas. Transmitir Reiki es transmitir una experiencia de vida, y el aprendizaje solo será efectivo si la persona puede experimentar por si mismo lo que se le está diciendo. Me demore 29 años en aceptar la existencia de dios padre y la única verdad que puedo transmitirles ahora es la convicción de que el siempre ha creído en nosotros. Que nos ama como todo padre ama a sus hijos o aún más ya que su amor es perfecto. Que lo único que necesitamos para experimentar su amor en nuestras vidas es estar dispuestos a recibirlo.

A través de esta carta me permito solicitar la Maestría, no por una necesidad personal, sino por la urgencia de transmitir iniciaciones a otras personas con la finalidad de que ellos puedan servir al padre y a sus hermanos encontrando así su propia verdad, ya que Reiki es algo que se tiene que vivir 25 horas al día no se puede transmitir con palabras sino con experiencia.

El día en que te conocí yo era un agnóstico racionalista que viajo hasta pirque en busca de un gurú que le hablara de algún maestro japonés y que levitara a veinte centímetros del suelo. En lugar de eso me encontré a un tipo común y corriente que me hablo acerca del hijo del carpintero de Belén. No era el mismo Jesús que me habían enseñado en la catequesis, y que a decir verdad me parecía un santurrón bastante aburrido. Se trataba de un Jesús amigo. De un Jesús hermano. Hijo del mismo padre que yo había rechazado durante años.

Ese día sentí el amor y la fuerza del Padre correr a través de mí y mi vida no volvió a ser la misma.

Nunca fui muy mal tipo (creo) pero desde ese día creo haber avanzado de comprensión en comprensión hasta que unas semanas después fui capaz de decir:"padre, hágase en mi tu voluntad".

En ese minuto lloré, reí, y comprendí lo que tú decías acerca de "volver a casa".

Hay otro punto bastante importante que también quiero comentar y que es en el fondo la verdadera motivación del porque me interesa seguir el camino de reikiluz.

Y la verdad es que PORQUE ME CUESTA MUCHO. Yo siempre fui un racionalista. Desde ese punto de vista me seria mucho más cómodo aprender a poner este símbolo acá y este otro allá y mandar luces de distintos colores según sea el caso transformándome así en un sanador y no considerando la voluntad del Padre. Decidiendo por mi mismo lo que quiero provocar en un "cliente" y convirtiéndome a la larga en un maestrillo iluminadillo de esos que pululan por montones en todas partes.

El adscribir a la línea de reikiluz me fue mucho más difícil.

Desarrollar la humildad necesaria para pedir al Padre que haga su voluntad a través de mis manos me fue sumamente difícil.

Pero estoy convencido de que la humildad y al mismo tiempo la grandeza de renunciar a nuestros egos es el camino correcto para volver a ser uno con el padre.

Con Cariño

Cristian González Garrido.
Terapeuta Reiki
kitralpellu@yahoo.es
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