ALCOHOLISMO - MUJERES
 
El alcoholismo en las mujeres: un escape a las presiones. Revista red de salud
de las mujeres latinoamericanas y del caribe / ISIS. (Santiago, Chile.), p. 25.
Integrantes del Grupo de Educación sobre Alcoholismo y otras Adicciones (GESA)
de Paraguay - en entrevista publicada anteriormente en Informativo, Paraguay,
Año 1, Nº10, diciembre de 1989 - señalaron algunas de las causas por las cuales
las mujeres se vuelven alcohólicas.
Así, para las mujeres beber es una forma de escape ante situaciones extremas,
tales como los conflictos emocionales con sus parejas o con sus hijos, las
presiones de tipo laboral, o empujadas por un fuerte sentimiento de soledad. Las
mujeres empiezan a beber entre los 25 y los 30 años.
Ahora bien, el organismo de las mujeres es mucho más sensible a los efectos del
alcohol que el de los hombres y en menos de 5 años puede alcanzar las últimas
fases del alcoholismo.
Por otra parte la alcohólica es muy reticente a reconocer su adicción y sus
consecuencias. Esto se debe, en gran parte, a la intolerancia de la sociedad
frente a las mujeres alcohólicas; de cada 10 mujeres adictas, 9 son abandonadas
por sus maridos; en cambio de cada 10 alcohólicos, sólo 1 es abandonado por su
mujer.
Por lo general son los hijos quienes aceptan que su madre inicie un tratamiento,
el marido lo puede rechazar para no aparecer ante sus amigos y conocidos con una
esposa alcohólica.
El proceso de recuperación de la mujer alcohólica necesita una gran comprensión
y cooperación de la familia, la que debe descartar el control. De nada sirve
esconder las botellas, ya que en un gesto de rebeldía, reacciona bebiendo aún
más y a escondidas.
Una vez que la paciente asume su adicción y se siente apoyada por su familia,
comienza el tratamiento como tal: internación, deshabituación y rehabilitación.
Los peligros de recaídas son frecuentes: el 50% de las pacientes sufren una
durante el primer mes posterior al tratamiento. La familia debe comprender que
las recaídas se deben a la dependencia física producida por el alcohol y que
éstas se irán borrando poco a poco hasta lograr la abstinencia total.
Esta abstinencia es posible, en definitiva, cuando la mujer asume su realidad y
resiste la presión del medio sin sentirse menoscabada por ello


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