A. Metámonos un poco a la lingüística: definición de registro

          Algo que puede personalizar definitivamente un escrito y darle un toque de inolvidabilidad es la voz del narrador y de sus personajes. Cada autor tiene una voz particular y reconocible, un estilo; pero es un error pensar que éste tiene que ser uno solo. Entre más variedad haya en las cosas, mejor se ponen.

          Un buen autor tiene que ser capaz de manejar varios registros. ¿Qué es registro?, se preguntarán ustedes. Bueno, tomando la definición del libro Lenguaje y Situación, de Michael Gregory y Susanne Carroll, registro es una variedad del lenguaje dentro de una situación.

          Aclaremos un poco todo esto con ejemplos:

          En la vida real, todos usamos muchos tipos de registros.  Por ejemplo, una persona con un nivel mínimo de educación sabe que no puede hablarle al presidente de la república del mismo modo en el que le hablaría a un compañero de la escuela. Para hablar con el presidente, utilizaría otro tipo de palabras, otro tono de voz... otro registro. Comparen, también, una carta comercial con una íntima. No se parecen en absoluto, ¿verdad? En las dos se están utilizando diferentes registros. El registro es el nivel del lenguaje en una situación dada.

          Hay diferentes tipos de registro, pero he aquí una de las clasificaciones más comunes:
 

 

 

 

          Un error que cometen muchos escritores es mantener el mismo registro a lo largo de toda la historia, o utilizar un registro equivocado. Obsérvenlo en la mayoría de las telenovelas: en un diálogo, nos damos cuenta de que la patrona y su criada hablan igual, o que los amigos y las parejas conversan como si fueran delegados de la ONU, o que los niños hablan como adultos y viceversa. Pero estos problemas pueden evitarse fácilmente, antes que otra cosa, si uno se concientiza de ellos. Lo cual es más fácil de lo que parece en un principio.

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