Pero, ¿ de qué hubiera servido ? Trent dice que sabe, y esa es su realidad y su locura, que todo esto no es sino la última y diabólica creación de Sutter Kane, un "anti-libro sagrado", algo semejante al Nekronomikon de Lovecraft ( cita obligada, por cierto ), que versa sobre la destrucción de la humanidad. no hay escapatoria: Trent nos explica que, cuando quiso huir de ese pueblo repleto de horribles criaturas, volvió una y otra vez al mismo punto. Como las ruedas de la bicicleta o las aspas de aquel molino solitario, todo giraba y regresaba sin cesar. Sólo Kane podía sacarlo de allí y lo haría cuando el libro lo mandase. A Trent le ha tocado ser el último de los racionales, el superviviente, ironicamente encerrado en un manicomio hasta que suceda la catástrofe. Teniendo en cuenta lo dicho, se ve que el proyecto escrito por De Luca era mucho más complejo que los trabajos anteriores de Carpenter. No hemos de despreciar que se entremezcla, junto al sempiterno tema de la fusión entre fantasía y realidad, una solapada crítica del arte, en este caso dirigida contra el negocio editorial, convertido por el capitalismo en una industria deshumanizada. Y si nos aventuramos más allá, tal vez captemos la furiosa diatriba de un género contra sí mismo, en este caso el terror y de la mano de uno de sus directores más veteranos. Carpenter orquesta el relato no sin vaivenes y altibajos. Es evidente que la linealidad del montaje paralelo,la claridad y las explicaciones del discurso a que Carpenter nos tenía acostumbrados se hacían inútiles , inasequibles.


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Todas estas personas: , han leído En la boca del miedo.