CEDIDO POR GENTILEZA DEL DIRECTOR DEL CLUB DE AVENTURAS A.D. (C.A.A.D.) DE SU PÁGINA WEB... http://www.arrakis.es/~caad/ Solución a AmnesiaRol © 1995 Calendonyumt Software Corporation por Daniel Cárdenas _________________________________________________________________ SOLUCIÓN COMPLETA LA CELDA ¿Qué demonios hacía yo en un lugar como ése? Y... ¿cómo había llegado hasta allí? Estaba encerrado en una estancia cuadrada con una puerta cerrada a cal y canto. Miré a través de la rejilla de la puerta y pude contemplar un largo pasadillo iluminado con antorchas. Grité, pero nadie contestó... ¡Oh, y ese dolor de cabeza era insoportable! Me estiré en el suelo de piedra, para poner mis ideas en orden. No sabía dónde estaba, ni qué hacía allí y lo peor era que... no me acordaba ni de mi propio nombre. ¡Oh, Dios! ¿Qué me estaba pasando? Me recosté en una de las paredes, e intenté dormirme. Aquello sería una buena idea, seguro que se trataba de una pesadilla o algo así. O quizá si no lo era, quien fuere que me retenía allí me explicaría la situación, y me traerían comida o algo así, porque... no me iban a dejar morir de hambre, ¿verdad? Me desperté no sé cuántas horas después. Bastantes diría yo, a juzgar por mi estómago vacío y el ruido de mis tripas. Me levanté, y cuando me convencí de que por allí no había nadie, me puse a pensar en cómo salir del lugar. ¿Un rayo de luz sobre la pared? Esto me recordó a una escena de una película que había visto en el cine. El rayo se proyectaba sobre un mapa, y aquel era el lugar donde estaba el... Vaya, ya no lo conseguí recordar (ni tampoco el título de la peli), pero aquello me había dado una idea. Miré en el sitio exacto donde se proyectaba el rayo y... ¡bingo! Había un hueco, un ladrillo suelto, que me apresuré a mover del lugar y cogerlo. ¡Ja, un ladrillo! Y para que quería yo un ladrillo. ¡Quizá para golpear al carcelero! No, allí no parecían haber carceleros... En el hueco había un... ¡mando a distancia! ¿Qué hacía un mando a distancia en aquel lugar? ¡Qué ridículo! Lo cogí. El mando tenía dos botones, uno rojo con una calavera dibujada y otro de color negro con la palabra "OPEN" escrita. Parecía obvio, tenía que pulsar el botón negro y así lo hice, con lo cual la puerta se abrió y el mando se desintegró. Vaya, alguien estaba jugando conmigo y aquello no me gustaba. Lo único que sabía es que a parte de juguetón sabía inglés y eso ya era algo. Pero era una situación tan ridícula... tanto que acabé por convencerme de aquello era mi propio sueño. Sí, sin duda estaba soñando. Y qué demonios, si era mi sueño pues... ¡divirtámonos y sigámonos la corriente! Con estos pensamientos salí del lugar y no pude evitar soltar una sonora carcajada. Quizá como respuesta la puerta se cerró tras de mí, con un gran estruendo. Jarl, aquello se estaba poniendo muy, pero que muy interesante. EL PASILLO Un largo pasillo se abría ante mis ojos, y al final del mismo unas rejas impedían mi avance. Busqué en las paredes a ver si veía algún otro mando, pero esta vez no resultó, después de todo no podía volver a ser tan sencillo. Bajo mis pasos algo sonó diferente, había sonado a madera. Bajé la vista y... ¡allí había una trampilla! La abrí y un fétido olor surgió de la misma. Puaj, que asco. Cuando al final conseguí reponerme, contemplé una escalera metálica que se perdía en las tinieblas. Cogí una de las antorchas que iluminaban el pasillo y empecé a bajar los escalones. Me pregunté que me esperaba allá abajo. EL PASADIZO Pues ni más ni menos lo que me esperaba era un pasadizo encharcado y maloliente, y sobretodo un buen puñado de ratas. ¡Qué felices se veían! Hacia el sur el pasadizo descendía, y llegaba un momento en que aquello se convertía en un pozo. Había una cuerda allí, y lo más evidente era utilizarla para bajar por aquel lugar... iluso de mí. La cuerda estaba tan podrida que ni en mi propio sueño iba a resistir mi peso. Y sí, cuando en un sueño piensas que te vas a caer... te caes. Así que cogí la soga y fui al norte. Entonces advertí un esqueleto humano. Aquello me alarmó bastante, porque era evidente que aquel ser no había muerto de hambre, puesto que antes de dejarse uno morir, se intenta algo y... si no había intentado ni tan siquiera bajar por el pozo era que... ¡algo que había en aquel pasadizo resultaba mortal! ¿Serían las ratas? ¿O sería ese agua tan nauseabunda? Bueno, daba igual. El esqueleto vestía una bonita armadura de oro. Una auténtica belleza, así que no tuve ningún rubor en quitársela. Al hacerlo un brazo se le despenchó, pero daba igual, ya estaba bien muerto. En aquel gran muro de piedra que me impedía el paso, había una pequeña abertura a lo que parecía ser una gruta. De allí era donde surgía la corriente de agua (que era la que después caía libremente por el pozo). Véte a saber a qué nauseabundo lugar me llevaría aquella gruta. Como la idea de verme engullido por la porquería me aterrorizaba até la cuerda a una de las rocas salientes de la entrada a la gruta. Entré en la gruta y me fui adentrando en ella. La humedad que reinaba en aquel lugar era inaguantable... la antorcha se apagó y quedé sumido en la oscuridad. Tiré la antorcha, y avancé con cuidado tanteando las paredes. Al cabo de unos minutos vislumbré luz y conseguí salir al exterior. EL PATIO La gruta conducía a un patio abierto al aire libre, una especie de corral o algo así para el ganado. Quedé absorto al ver las altas torres almenadas que se alzaban muy por encima del lugar, era algo impresionante y majestuoso. Entonces reparé en una pareja de guardias allí, al otro lado del patio, enfrente de una puerta de madera. Menos mal que estaban en plena conversación y no me habían visto. Me puse a cubierto entrando en uno de los establos y miré con más detenimiento a los guardias. Vestían uniformes militares, unos uniformes de color pardo con una insignia en forma de cruz gamada en la pechera y una potita flor en la solapa. Aquello me resultaba del todo familiar, aunque no conseguía recordar de qué. Allí en el establo sólo habían vacas dormidas, ¿drogadas quizá? Hmm, no sé. Allí sólo había mierda de vaca por el suelo, así que decidí salir y encaminarme de nuevo al patio. De vuelta al patio, me fijé en el abrevadero, donde encontré un canto rodado que intenté coger. Era evidente que llevarme conmigo el canto era toda una estupidez, pesaba tonelada y media, así que me dije que ya encontraría algún otro objeto más adecuado para marcar mis pasos... ya sabes en algún laberinto que me esperara más adelante. ¿O no habría laberinto? Ni idea, pero la verdad es que descubrí algo bajo el canto, el cual me apresuré a mover y a coger lo que había debajo... una pequeña semilla. En aquel patio, cerca de la salida de la gruta, había un tendedero de ropa... sin ropa claro. Allí sólo había pinzas... me pillé una, como no. Acto seguido desaté la cuerda de la misma y también la cogí. A continuación me dirigí a una de las dos puertas de hierro oxidado del lugar, a la de la izquierda, que era la única que no estaba cerrada con llave. La puerta se abrió con un chirrido estridente, y una vez más tuve la suerte de mi lado, porque a pesar de todo los guardias seguían hablando, a voces, por cierto. Tras la puerta había una muy sucia estancia que parecía ser la cocina. Como tenía hambre me dispuse a buscar algo que llevarme a la boca, pero lo único que encontré fue carne... de rata casi con toda seguridad. Sólo de olerlas se me quitó el hambre de golpe. Cogí una casaca que alguno de esos guardias debía haberse dejado por allí. Entonces me fijé en los fogones. Bajo ellos había un horno de leña encendido. Con la curiosidad que me caracteriza miré a través de la rejilla del horno y descubrí una insignia metálica dentro, ¡una cruz gamada como la que llevaban los guardias! Ahora el problema era cómo meterme allí dentro y coger la insignia. Ni corto ni perezoso me puse mi bellísima armadura de oro, y me adentré en el horno. La armadura me protegía pero... ¡se estaba derritiendo! Debía darme prisa si no quería derretirme yo también, así que cogí la insignia con cuidado de no quemarme y salí del lugar. Por desgracia la armadura se había derretido y ahora ya era inservible. Sniff. Fui al patio y esta vez me dirigí a la inexplorada puerta de la derecha. Pensaba que estas cosas sólo pasaban en las películas, pero no... cuando me había dado cuenta ya había abierto la puerta utilizando las pinzas. Bajo la puerta había el típico cuarto trastero. Aquello me recordó por un momento a mi habitación, el desorden reinante con múltitud de objetos y herramientas tirados por todo ese cuarto me la hizo recordar. Lo malo es que seguía sin saber dónde vivía realmente y qué hacía en ese lugar. Al menos seguía vivo, que era lo importante. Había una mesa, y en uno de sus cajones encontré... adivina... un frasco de crecepelo. Y encima de marca pepe, marca la pava vamos... en su etiqueta se podía leer 'CRECEPELO CALENDONYUMT'. Cualquiera se echaba eso en la calvorota... Rebuscando en las estanterías di con unas botas de cuero negro que cogí. Me dio por probármelas y mira que casualidad que eran de mi número. Definitivamente hoy era mi día de suerte. Tirado por el suelo también había un tiesto de cerámica y entonces se me ocurrió poner la semilla en ese tiesto. Nada especial ocurrió. Quizá necesitaba agua, pero el agua que había por allí no parecía nada pura... así que hice un pequeño experimento con el crecepelo que acababa de encontrar. Regué el tiesto con el crecepelo y... ¡voilà, ya tenía una bonita flor! La arranqué y me la guardé. De nuevo salí al patio. Ahora tenía que deshacerme de los mastodónticos guardias. No sería tarea fácil desde luego. Estuve un rato observándolos muy atentamente, pensando alguna estratagema. Los escuché casi media hora. Hablaban un idioma muy extraño que no entendía. Eso sí, logré captar una especie de saludo ¡HEY CALE!. Quizá eso me podría servir más adelante. Pero antes debía hacerme pasar por uno de ellos. Sí, ¡y lo mejor era que tenía lo necesario! A ver, la casaca, la insignia, la flor y las botas. Me puse la casaca, la insignia en la pechera, la flor en la solapa y las botas ya las tenía puestas... Y con eso me contemplé a mi mismo, hasta parecía uno de ellos y todo. Con mucha decisión me encaminé a los guardias. Se me quedaron mirando durante unos instantes, pero no dijeron nada. Sin duda había colado. Lo malo es que no se movían de delante de la puerta y no me dejaban pasar. Saqué una vozarrona ronca y decrépita, y elevé su saludo ¡HEY CALE! Hecho esto se apartaron y me dejaron pasar. Menuda máquina que estaba hecho. Antes de salir le iba a decir a uno de ellos que tenía un asqueroso gusanote subiéndole por una de sus fosas nasales, pero me lo callé no fuera a ser que ahora que lo había logrado me descubrieran. LAS CABALLERIZAS Había burlado la vigilancia de los guardias, y ahora me encontraba en las caballerizas de la fortaleza. Allí descansaban una docena de caballos esquifidos, descuidados y con toda seguridad desnutridos y maltratados. Pero había uno negro y de porte altivo, que parecía el único en buenas condiciones para ayudarme a salir de aquel maldito lugar. En una de las paredes había una serie de perchas, donde colgaban espuelas y sillas de montar. Cogí unas espuelas y una silla de montar, y ensillé al caballo negro. El animal no dijo nada, símplemente se incorporó y me miró con unos ojos muy grandotes. Luego de ponerme las espuelas en las botas, fui a examinar lo único que me separaba de la tan ansiada libertad... unas rejas. Por supuesto, estaban cerradas y para abrirlas necesitaría conseguir girar un gigantesco mecanismo. Además la rueda dentada que formaba el mecanismo estaba atascada, como no podía de ser de otra forma. El barro impedía girar la rueda y había que pensar algo. Se me ocurrió golpear el mecanismo a martillazo limpio y resultó, aunque me quedé sin ladrillo. A pesar de haberlo desatascado, me resultó imposible moverlo así que había que recurrir a la fuerza bruta del caballo. Até un extremo de la cuerda a la rueda dentada, y el otro al caballo negro. Me subí al caballo negro y usé las espuelas... mi compañero equino hizo hacer ceder la rueda, consiguiendo que la reja se abriese lo suficiente. Subido al caballo salí del lugar. EL EXTERIOR ¡Por fin era libre! Bueno... casi libre. Desde las almenas los soldados se habían percatado de mi presencia, y aún me separaba una valla de piedra de la tan ansiada libertad. Las flechas empezaron a llover desde el cielo, así que no me lo pensé dos veces y volví a espolear al caballo, éste avanzó al galope y dejó atrás la valla sin problemas. EL CAMINO Hacia ya horas que había perdido de vista la inmensa fortaleza y el caballo empezaba a dar muestras de cansancio. No debía seguir al galope o me quedaría sin montura, aún así debía conservarla, así que hice que el caballo continuara a paso de trote. LA CHARCA Un rato después llegábamos a un gran claro del bosque. En medio del claro había una charca de aguas verdosas y profundas que cortaba el camino. No sé, había algo realmente enigmático en aquel lugar, y ni siquiera se escuchaban los pájaros o los insectos. Mientras el caballo descansaba y saciaba su sed, me puse a inspeccionar el lugar. En las orillas de la charca crecían helechos y entre ellos encontré una lata metálica. Era una lata grande y muy limpia, aunque vacía. Cogí la lata y también una piedra que parecía pedernal y que estaba rodando por el suelo. Cuando ya hubimos descansado un poco, me subí otra vez al caballo y usé las espuelas. Mi montura se adentró en la charca, hundiéndonos cada vez más a cada paso que daba. Al final, conseguí llegar a la orilla opuesta, pero mi caballo no. A pesar de que intenté salvarlo, este acabó hundiéndose definitivamente en la charca. Desgraciadamente ahora volvía a estar solo. EL CRUCE El camino que había tomado me llevó a un cruce. Ante mí, tenía cuatro posibles opciones: ir a Capy, a VillaBotijo, volver a la charca o al castillo. Me dirigí a VillaBotijo, que parecía lo más adecuado. VILLABOTIJO I Tras una larga caminata llegué a la entrada de VillaBotijo, un pequeño pueblo fantasma, que me daba extrañas sensaciones. Una especie de campo de fuerza impedía la entrada libre al lugar, y prueba de ello era un cadáver carbonizado que había por allí. Del cadaver me expropié de una manta y de una cuchara. ¿Verdad que no le importaría? A un lado del camino había un cartel de madera, con unas letras escritas donde se podía leer VILLABOTIJO CITY. En un lateral había un par de pulsadores, 'ON' y 'OFF'. Por probar pulsé el pulsador OFF y tal como pensé... el aura desapareció. Después de esto, cogí el cartel (quien sabe si me podía hacer falta) y me adentré en VillaBotijo. VILLABOTIJO II Realmente aquel era un lugar siniestro. En el ambiente se respiraba algo maligno, y cuando se levantaba el viento aquel traía a mis oídos una respiración nerviosa y entrecortada. Aquello no me gustaba nada de nada. Me encontraba en la única calle de Villabotijo, una siniestra avenida con árboles muertos en las aceras. ¡Qué panorama más desalentador! Por allí sólo había un contenedor, del cual parecían partir todas esas extrañas sensaciones que detectaba. Además estaba ese insoportable olor que desprendía, mezcla de tufo a sandía podrida y... de muerte. Todo aquel lugar era maligno, excepto una iglesia que había en esa misma calle. Aquel edificio parecía permanecer ajeno a su entorno. No pude resistir la tentación a entrar, y más cuando la puerta estaba abierta invitándome a hacerlo. Junto a la puerta de la iglesia había una inscripción donde se podía leer "CUIDADO CON EL SUELO", y advertía de que el peso máximo era 75 Kg. Un pegote de barro impedía leer la parte final del mensaje, así que lo quité. No sabría describir lo que se me pasó por la cabeza al leer aquellas palabras... era una pista firmada por Calendonyumt Soft y decía "Puedes ver lo que pesas tecleando: EXAMINARME O MIRARME". Aquello no podía ser real, sin duda era uno de mis sueños. Demasiada aventura quizá... Al mirarme descubrí que pesaba 75,5 Kg. ¿Como diantres podía saber mi peso exacto? Aquello era una muestra de neurastenia y una prueba más de que esta aventura era obra de mi propia mente. ¿Tenía que ir al día siguiente al trabajo? ¿O quizá estaba estudiando? Bueno, daba igual, lo importante era que no sonara el despertador aún, ya que esto se estaba poniendo cada vez más interesante. Lo más pesado que llevaba eran esas pesadas botas de cuero negro. Me quité las botas... ahora pesaba 74,9 y el suelo de la iglesia resistiría. Entré en aquel sagrado lugar, el suelo crujió bajo mis pies, pero la cosa aguantó y no hubo mayor problema. En el interior se respiraba todo lo contrario que en el exterior: tranquilidad, paz y bondad. Cogí un frasco de insecticida del confesionario y me dirigí al ataúd que había en uno de los rincones del templo. Dentro del ataúd se veía una botella y una pequeña bolsa, aparte de... una telaraña. Inmediatamente asocié la telaraña al insecticida y rocié bien rociado el dichoso ataúd. Hecho esto, una gigantesca araña salió a la luz y yo me quedé contemplándo como se retorcía de dolor durante unos minutos, hasta que al fin el arácnido quedaba patitieso sobre el suelo. Que conste que no soy de los que suelen acabar con la vida de todo bicho viviente, normalmente los cojo con toda la delicadeza del mundo y los dejo caer por el balcón. En esta ocasión había hecho una excepción porque era claro que todo aquello no era real. Ahora ya tenía via libre para coger lo que había en el ataúd, que era una botella de aceite de oliva y una bolsa de judías asturianas. Aquello desde luego seguía con la tónica de los últimos acontecimientos. La noche iba a caer, así que regresé al cruce de caminos. EL CRUCE Mientras desanduve el camino, silbé una absurda melodía. No, no me la estaba inventado, la conocía de algo aunque no sabía muy bien de qué. Pero el hecho es que volvía al cruce y esta vez escogí el camino que me llevaba a la Capy. CAMINO A LA CAPY La noche cayó pronto, mucho antes de que consiguiera ver aparecer a lo lejos la Capy. No es demasiado seguro ir por esos caminos envuelto por la oscuridad, así que decidí hacer noche en un lugar al abrigo de la intemperie. Lo primero era encender un fuego, había que mantener alejadas a todas aquellas criaturas que a buen seguro pululaban por esos lares, en busca de aventureros como yo. Troceé el cartel (sí, el de la entrada a Villabotijo) y con ayuda del pedernal lo hice prender. Entonces me di cuenta de lo hambriento que estaba. Tantas aventuras que había vivido aquel día y todavía no me había llevado nada a la boca. Hmm, tenía unas deliciosas judías y aceite, lo ideal para hacerme un buen pote. Me puse manos a la obra, así que puse las judías y el aceite en la lata, y puse la lata al fuego. Al cabo de un rato, tenía cocinado un delicioso potajillo, que no tardé en zamparme (con ayuda de la cuchara, claro). Después de todo no había sido un mal día, un poco movidito quizá, pero la mar de entretenido. Me eché la manta por encima, me tendí y me puse a mirar las estrellas. Que bello estaba el firmamento, tanto que me perdí en su inmensidad y una vez más me di cuenta de cuan pequeño era yo en comparación con las estrellas. A pesar de no querer dejar de contemplar aquel espectáculo, el cansancio me venció y pronto quedé sumido en un profundo sueño. FINAL ¿Qué me esperaría al amanecer? ¿Sonaría el despertador o seguiría soñando? En este último caso, ¿despertaría y seguiría soñando en este mundo?. O quizá si no despertaba... ¿se convertiría este metasueño en una nueva aventura? ¡Vete tú a saber! Y ahora me pregunto, ¿realmente existo o también llevo la etiqueta de Calendonyumt Software? Sólo ellos lo saben... _________________________________________________________________ LA SOLUCIÓN PASO A PASO LA CELDA (chandi13) mira habitacion - mira puerta - mira rejilla - escuchar - mira ventana - mira barrotes - mira rayo de luz - mira pared - mira hueco - mira ladrillo - arrancar ladrillo - coger ladrillo - mira hueco - coger mando - mira mando - pulsar boton negro - salir EL PASILLO (rosenvige) mira pasillo - mira rejas - mira paredes - mira antorchas - coger antorcha - mira suelo - mira trampilla - abrir trampilla - bajar EL PASADIZO (bakalao) mira pasadizo - mira suelo - mira ratas - ir sur - mira soga - coger soga - ir norte - ir norte - mira esqueleto - coger armadura - mira muro - mira corriente - mira rocas - mira gruta - atar soga a rocas - ir gruta EL PATIO (sex) mira corral - mira guardias - ir puerta izquierda - abrir puerta - entrar - mirar cocina - mira fogones - mira horno - mira rejilla - mira por la rejilla - mira insignia - poner armadura - entrar horno - coger insignia - salir - coger casaca - mira muebles - mira alimentos - mira hamburguesas - salir - mira abrevadero - mira canto - coger canto - mira debajo del canto - mover canto - coger semilla - mira semilla - mira patio - mira tenderero - coger pinza - mira cuerda - desatar cuerda - coger cuerda - ir puerta derecha - abrir puerta - abrir puerta con pinza - entrar - mirar cuarto - mira herramientas - mira pala - mira cubo - mira tiesto - mira estanterias - coger botas - mira botas - mira mesa - mira cajones - abrir cajones - coger frasco - mira frasco - poner semilla en tiesto - regar tiesto con crecepelo - coger flor - salir - mira guardias - mira uniforme - poner botas - poner casaca - poner flor en la solapa - poner insignia en la pechera - escuchar - ir puerta madera - entrar puerta madera - mover guardias - d guardias ¡Hey cale! LAS CABALLERIZAS (lavi) mira caballerizas - escuchar - mira caballos - mira caballo negro - mira suelo - mira paredes - mira abrevadero - mira perchas - coger espuelas - coger silla - ensillar caballo negro - poner espuelas en botas - mira cajones - mira reja - mira rueda - desatascar mecanismo con ladrillo - mover rueda - atar cuerda a rueda - atar cuerda a caballo negro - subir caballo negro - espolear caballo - usar espuelas - salir EL EXTERIOR (killer) usar espuelas EL CAMINO (msx) Opción 2 (seguir con el caballo a paso de trote) LA CHARCA (jeine) mira claro - mira charco - escuchar - mira helechos - coger lata - mira lata - mira cielo - mira suelo - coger piedra - mira piedra - usar espuelas EL CRUCE (barbie) Opción 2 (to Villabotijo) VILLABOTIJO I (cale) mira pueblo - mira camino - mira cadaver - d cadaver hola - coger manta - coger cuchara - mira aura - mira cartel - mira pulsadores - pulsar boton off - coger cartel - ir pueblo VILLABOTIJO II (barbie2) mira pueblo - recordar- mira casas - mira arboles - mira contenedor - oler - mira iglesia - mira inscripcion - quitar pegote - mira inscripcion - mirarme - quitar botas - entrar iglesia - mira iglesia - ir confesionario - mira confesionario - coger frasco - ir ataud - mira ataud - mira botella - mira bolsa - usar insecticida en ataud - coger botella - coger bolsa - regresar EL CRUCE (cris) Opción 1 (to the CAPY) CAMINO A LA CAPY (brow) mira paraje - mira luna - escuchar - usar piedra en cartel - poner aceite en lata - poner judias en lata - poner lata en fuego - cocinar - comer pote - comer pote con cuchara - poner manta - mira cielo - dormir Solución escrita por Daniel Cárdenas Revisión B (Julio-1997)