Nota preliminar antes de comenzar:
La nota esta preliminar de antes queda cambiada, y he decidido que por dos capítulos que están en español no me voy a comer la cabeza, además he puesto el resto de Manzanares en versión txt, pues el tiempo me sigue sin ser afín, el cronológico, no el del clima, hombre, por los dioses. Así que nada, se siente pero al menos está. La historieta empezó un 6 de Junio de 1998, o sea, que ya hace. Por motivos que no vienen al caso el relato se paró en seco al igual que otras muchas secciones. Hemos hecho otras cosas, pero esta de Manzanares podrá ser continuada en cualquier momento. Disfruta en todo caso de lo que hay y ¡ahucha!
Aquí estamos con la gran novela de la historia de las historiosas, "El Conde Manzanares". Es una especie de tema y variación, como las que hacían los compositores de antes, lo que ocurre es que esta vez se va a hacer sobre literatura.
Evidentemente pido disculpas a aquellos que se sepan la historia de Drácula, y sobre todo pido más disculpas todavía pues la prosa, la lírica y la exquisitez que utiliza Bram Estoker no es la que voy a utilizar yo, estaría bueno.
Pero sobre lo que no voy a pedir disculpas es al aspecto del tratamiento de los Vampiros, o a los inmortales, que tanto da, y no lo hago porque Stoker los a mal tratado, los a tratado de manera obsoleta y ridícula, y eso hay que intentar mejorarlo.
Espero que llame la atención, gustar no lo sé, porque eso ya es muy ambiguo. Venga, a ver qué pasa.
-------------------------------------
Versión Renovada del Conde Drácula:
Capítulo Primero:
Rodrigo de la Vila avía de hacer un viaje largo asta Manzanares el Real, pero no le importaba, estaba acostumbrado a hacer viajes largos a lo corto de su vida.
El tren iba ligero de todas maneras, y aunque se encontraba a más de dos mil quinientos kilómetros de distancia, pues venía de Transilvania, su paciencia era infinita.
En el compartimento sus compañeros de viaje eran dos monjas y tres moros, cosa extraña, aunque en los tiempos que corrían ya nada era anormal, los países tan sólo existían en los mapas, las gentes estaban todas revueltas por todas partes.
Rodrigo de la Vila era tratante de comercio abellánico; frutos secos, peladillas, alfajores y otras delicias de la tierra. Su viaje no tenía otro sentido que el de encontrarse con el Conde Manzanares para ofrecerle los mejores servicios en importación y exportación de mercancías perecederas, negocio este mal remunerado por lo general.
El Conde Manzanares le avía extendido la invitación hacía ya varios meses, pero Rodrigo todavía no estaba preparado para ejercer su profesión, así que decidió que esperar era lo mejor para los negocios serios.
El viaje fue muy tranquilo; las monjas eran de clausura y los moros no hablaban el idioma de Rodrigo, así que la charleta no podía ser posible.
La llegada a Chamartín estaba prevista para las quince oras de la tarde de un día primaveral de cualquiera sabe qué año de un veintitrés de Mayo. Una vez en Chamartín debería coger un tren que lo llevaría a Torrelodones, y allí un coche le estaría esperando al caer la noche para dirigirlo hacia el castillo del Conde Manzanares.
Como era muy agobiante estar rodeado de seres inanimados, Rodrigo decidió darse una vuelta asta la cafetería del tren. Una vez en la cafetería pidió un Gral Puj, bebida típica de las zonas nórdicas europeas, formada por vino añejo y maderas atosigadas de Brein.
En la cafetería avía poca gente, y uno de los pocos que avía en la barra del bar se le acercó en plan amistoso.
--¿Me permite?
Era un caballero adulto, espigado y tarantoso, vestido de manera sorprendentemente elegante y con una copa de Trij en su mano.
--Por su puesto.
Asintió decoroso Rodrigo.
--Mi nombre es Norman Plujin.
--Encantado, Rodrigo de la Vila para servirle.
--¿Viaje de negocios?
--O, si, ¿cómo lo descubrió?
--Bueno, en este tren sólo se viaja cuando hay negocios por medio.
--No lo sabía.
--¿A dónde se dirige?
--Voy hacia España, a la zona centro, ¿y usted?
--Yo me apearé en Les Carñen de le Cour, allí me esperan unos socios de un negocio de piedras preciosas que intentamos vender a unos Turcos, no sé cómo saldrá la idea. Porque ¿sabe?, los turcos son gente aún muy desconfiada, y nunca se sabe cómo te van a tratar, y cómo van a tratar el género que trabajes, que es a fin de cuentas lo que más importa.
Rodrigo asentía casi todo el rato; no era hombre de muchas palabras y además el tema no le era tal; palabras y palabras que al amable y repentino acompañante le daban por decir. De todas maneras Rodrigo no perdía el tiempo, así que se perdió en sus pensamientos y divagares de la vida que dejaba atrás y la que le esperaba en breves horas.
La idea de pasar una temporada en un castillo español le era apetecible en grado sumo, a parte de que la zona a la que iba la conocía de sobra. Nació en España, y desde niño viajaba por todas sus comarcas; los padres eran tratantes de productos para el campo, así que estaban obligados a mudarse cada dos por tres.
Uno de los lugares en los que tuvieron que residir era un pueblo ya antiguo, fundado allá por el siglo trece, cuyo nombre es Manzanares el Real. Su Castillo, reformado ya en varias ocasiones, pertenecía a la época no bélica, por lo que su aspecto es más de Palacio que de Fortaleza.
Desde las grandes ventanas del Palacio-Castillo, se podía divisar a la perfección el vasto Embalse de Santillana, nombre éste dado por el Marqués del mismo título.
Pero todo eso pertenecía a la historia que más o menos Rodrigo se sabía de lo que estudió; todo aquello podía haber cambiado, lo que estaba deseoso de averiguar.
El tiempo pasó muy rápido, como suele suceder en toda historia que se precie.
..../...
Muy buenas, Krónidas del Universo:
M A N Z A N A R E S
El Viaje.
pá escribirme